Revista Ciencia Y Desarrollo, dic. 2006 - Año Internacional de la ...

Galle en Berlín, lo descubre apenas a un grado
del sitio predicho. Este descubrimiento incide en
la segunda confirmación de la validez del concepto
de Gravitación Universal, habiendo sido la
primera, la predicción de Halley sobre el retorno
del cometa que lleva su nombre. El nuevo planeta
anunciado por Le Verrier y hallado por
Galle, es bautizado con el nombre de Neptuno y
queda como el cuarto gigante y ahora sí, como
el octavo planeta del Sistema Solar.
EL DESCUBRIMIENTO DE PLUTÓN
Percival Lowell, rico empresario estadounidense
y convencido de la existencia de vida inteligente
en Marte por los trabajos, principalmente, de
Schiaparelli y Flamarión, de fines del siglo XIX,
decide construir un gran observatorio para el
estudio de dicho planeta y piensa primero instalarlo
en Tacubaya, México, pero finalmente
se decide por Flagstaff, Arizona, donde queda
instalado el nuevo observatorio, en el que él y
su equipo se concentran en el estudio del rojizo
planeta.
Una vez convertido en astrónomo profesional,
Lowell considera la probabilidad de que exista
un planeta más allá de Neptuno, por lo que él
y su equipo se dedican a calcular su posible
posición. Lowell no vivió lo suficiente para presenciar
el descubrimiento logrado por uno de
sus jóvenes astrónomos, Clyde Tombaugh, quien
al revisar cuidadosamente algunas placas fotográficas
tomadas con anterioridad mediante un
estereocomparador, encuentra un objeto que ha
cambiado de posición; al poco tiempo se anuncia
el descubrimiento del nuevo objeto que se bautiza
con el nombre de Plutón y se da a conocer
como el noveno planeta del Sistema Solar.
Es importante reconocer que el nombre de
Plutón va de acuerdo con las mitologías tradicionales,
pero conviene hacer notar también que
nos recuerda, por sus dos primeras letras, las
iniciales de Percival Lowell, a quien la humanidad
debe su descubrimiento.
Plutón es visible como un punto luminoso
sólo en los grandes telescopios modernos; su
pequeñez y su lejanía hicieron que durante medio
siglo se ignorase su diámetro, y las estimaciones
al respecto oscilaran entre más de cinco mil y
unos dos mil kilómetros. Cabe recordar aquí que
FOTO: NOVACELESTIA.COM
durante cerca de treinta años, a fines del siglo
pasado, Plutón, por la excentricidad de su órbita,
se hallaba más cerca del Sol que Neptuno, situación,
que no puede ocurrir con ningún otro planeta
y sólo hasta reciente fecha se descubrió que
posee un satélite llamado Caronte, cuyo tamaño
se estima poco menor que el del propio Plutón.
LA HISTORIA SE REPITE...
No fue sino hasta fines del siglo pasado, cuando
se descubrieron varios objetos transplutonianos,
que se hizo necesaria una revisión del concepto
de planeta y se estableció, en la Unión
Astronómica Internacional (IAU, por sus siglas en
inglés), una comisión para resolver el problema
sobre la identidad de Plutón y la de estos nuevos
objetos, situación parecida a la ocurrida casi dos
siglos antes cuando ocurrió el descubrimiento de
Pallas, Juno, Vesta y los demás pequeños planetas
o asteroides que les siguieron.
La comisión, después de un largo debate,
hizo una propuesta que encontró bastante oposición
por parte de astrónomos –sobre todo
estadounidenses– presentes en la última reunión
internacional de la IAU, ocurrida en agosto del
año en curso, en la ciudad de Praga. En vista de
ello, se decidió realizar una votación el último
día, votación que dio por resultado designar a la
nueva familia de objetos transneptunianos como
Planetas enanos (Dwarf Planets), siendo Plutón
el símbolo de dicha nueva familia.
En el presente, la astronave automática New
Horizons, equipada con un excelente aparato
de investigación, se dirige hacia Plutón con el
propósito de enviarnos imágenes e información
detallada del ahora planeta enano.
Su llegada a Plutón ocurrirá hasta el año
2015, así que será necesario esperar nueve años
para recibirla y entonces podamos saber más
del, hasta hace poco, planeta más lejano del
Sistema Solar.
NOVIEMBRE 2006 | CIENCIA Y DESARROLLO 23