Revista Ciencia Y Desarrollo, dic. 2006 - Año Internacional de la ...

Enfermedades Neuropsiquiátricas
FIGURA 2
CONCEPTUALIZACIÓN DEL SÍ MISMO
> Continuidad, unidad biográfica. Situación donde nos identificamos
con las diferentes etapas de nuestra vida y nos pensamos hacia el
futuro tal como somos.
> Coherencia del yo. A pesar de las diferentes experiencias sensoriales,
memoria, creencias y pensamientos, mantenemos la sensación
de ser siempre los mismos.
> Sentimiento de pertenencia propia. Nuestro cuerpo y nosotros
somos una unidad
> Libre voluntad. Ejercer con libertad las limitaciones de nuestra
biología personal.
> Capacidad de reflexión sobre sí mismo. Percatarse de todo lo
anterior
-5µV
+5µV
-5µV
+5µV
> FIGURA 3.
Respuestas potenciales
auditivas de
una persona normal
y un esquizofrénico.
Observe que la respuesta
del segundo
se mantiene con cada
estímulo, mientras que
en la persona normal
hay habituación.
Normal
P 50
Esquizofrénico
nuclear funcional, estudio en el cual se puede
observar que el tálamo de un esquizofrénico
funciona a la baja; es decir, no filtra todo lo que
llega a sus células, por lo que la corteza cerebral
se llena de información que demanda una explicación.
Por ejemplo, si se escucha un sonido beep
emitido a intervalos uniformes sin variar sus
características, al cabo de un tiempo –en la
mayoría de las personas– se deja de escuchar,
pues el sistema nervioso tiene la habilidad de
adaptar y atenuar las respuestas cuando los
estímulos se repiten. Al medir, en el encéfalo,
la respuesta que el sonido produjo en la corteza
cerebral, se observa una onda indicadora de que
el beep llegó hasta ese sitio, aunque a medida
que se repite, ésta se hace más pequeña; pero
para los esquizofrénicos, cada beep suena con la
misma intensidad que el primero (ver figura 3).
ENTRE LA IMAGINACIÓN Y LA REALIDAD
La falta de diferenciación entre estos dos ámbitos
es otro fenómeno interesante que ocurre en el
esquizofrénico. Por ejemplo, si se espera visualizar
una bruja, evocando el recuerdo de esta
imagen, al enfermo no le resulta clara la posibilidad
que tiene todo ser humano de imaginar, por
lo que no le es posible detectar si la imagen que
percibe está dentro o fuera de su mente.
Lo mismo sucede con su pensamiento, que
puede volverse muy intenso, a tal grado que
adquiere sonoridad. Además, si escucha un tono
de voz extraño, puede calificarlo de manera indistinta
como algo interno o externo a su cabeza,
incluso puede ser perfilado como un personaje al
que insulta, dirige y ordena.
Otra sensación frecuente en estos pacientes
es que les insertan pensamientos o que se los
roban, o bien, pueden llegar a la certeza de que
tienen poderes telepáticos; se encuentran en la
línea de falta de delimitación entre su interior y el
mundo exterior.
La premisa de que alguna psicosis, y en particular
la esquizofrénica, consiste en estar fuera de
la realidad, se vuelve relativa cuando se tiene un
sistema defectuoso de evaluación del entorno.
Los síntomas de los enfermos psiquiátricos
–con todo lo extraño que puedan parecernos–
ahora pueden entenderse como distorsiones,
exageraciones o deficiencias del funcionamiento
cerebral. Así, el concepto de mental pierde su
línea de definición y se torna borroso; la subjetividad
de las sensaciones o qualia y la identidad
del yo están profundamente alteradas en la
esquizofrenia, por lo que ésta constituye una pista
para entender el fenómeno de la conciencia.
CONCIENCIA, LA ÚLTIMA FRONTERA
La capacidad de percibir puede ser algo más
que el flujo de iones y neurotransmisores, pues
aunque estos elementos son necesarios, no son
suficientes para garantizar que la percepción sea
normal, pues aunque concurran estas dos funciones,
el resultado en cada persona puede ser
diferente. Expliquemos: el conectoma –circuito
en el que varias neuronas interaccionan– proporciona
un nuevo sistema biológico que puede
explicar algunas propiedades emergentes que
hoy se desconocen. Ahora bien, el conjunto de
3. Serie de conexiones neuronales que van de un área
anatómica a otra transportando algún tipo de
información, por ejemplo, vía de dolor y temperatura,
vía motora...
38 CIENCIA Y DESARROLLO | NOVIEMBRE 2006