Directorio 2002 - Diseño Gráfico Ribeiro

on una destacada trayectoria
académica y una decena de
libros publicados (el último,
“La República vacilante”,
acaba de aparecer), el doctor
Natalio Botana es un punto
de referencia ineludible para
entender el por qué de la crisis
argentina. En este reportaje,
hace hincapié en dos cla-
Cves: la histórica incapacidad
del país para crear instituciones políticas y económicas
eficientes y la desaparición del contrato social en un
inédito marco de repudio a la dirigencia política. El
doctor Botana, quien se desempeña como profesor y
director del Departamento de Ciencia Política y Gobierno
de la Universidad Torcuato Di Tella y también
es miembro de las academias nacionales de la Historia
y de Ciencias Morales y Políticas, considera sin embargo
que, a diferencia de otras crisis, la Argentina hoy
valora como nunca la democracia y que buscará soluciones
dentro del sistema. A su juicio, de la crisis
se sale con una progresiva renovación de la dirigencia
y la búsqueda de ideas nuevas para resolver viejos
problemas.
- ¿ Cómo y por qué la Argentina llegó a esta crisis,
política, económica, social e institucional
- La Argentina todavía no padece de una crisis institucional,
si por ella se entienden las crisis que el país sufrió
entre 1930 y 1980. Lo que sí hay en la Argentina
es una muy grave perturbación en el manejo institucional
de la democracia. Según he sostenido en muchos
de mis trabajos, esto se debe a una debilidad congénita
que tiene el país para establecer un buen funcionamiento
no sólo de instituciones políticas, sino económicas.
Este es un dato importante a destacar, porque
antes de 1983 las crisis económicas siempre desembocaban
en otras de carácter institucional, que significaban
un cambio desde un régimen democrático a
otro autoritario, en muchos casos con sangrientas represiones.
Pero desde hace 30 años aproximadamente,
la Argentina vive otro problema extremadamente grave:
es el de tratar de constituir una forma política de
gobierno con un Estado sin ninguna base fiscal y con
una población que se comporta sin tener el sentimiento
subjetivo de dos cosas. En primer lugar, la existencia
de una moneda. En segundo, las obligaciones concomitantes
que cualquier ciudadanía tiene en una democracia
estable hacia el Estado, es decir financiándolo
con el pago de impuestos.
- ¿Hay entonces una ruptura del contrato social
- Efectivamente, hay una ruptura en tres niveles, lo cual
marca el carácter histórico de esta crisis. En primer lugar,
hay un repudio a la representación política, que es
algo muy serio; en segundo lugar, un repudio a la moneda,
que también es muy grave; y finalmente, un repudio
al pago de impuestos, con lo cual se genera una
combinación muy complicada. Estos tres factores se
dieron de manera separada en otras circunstancias
del país, pero nunca todos al
mismo tiempo como ahora. Como dije
en el precoloquio de IDEA en Rosario,
en la Argentina lo disruptivo es la continuidad.
Y lo complicado de esta crisis no
es que carezca de raíces históricas; en mi
opinión, es una consecuencia, un eslabón
más. Esto es serio.
- En el trasfondo de la crisis surge un
problema cultural. ¿ A su juicio, esta
distorsión va desde la sociedad a la clase
política o a la inversa
- En general, quien estudia las ciencias
políticas en un contexto histórico sabe que
estos procesos son de carácter secular. Es
difícil decir que hay una dificultad cultural
que luego deriva en un problema de
representatividad de la clase política. Más
bien son fenómenos sociales que se realimentan.
- ¿Por qué cree que la sociedad argentina
no siente al Estado como cosa propia,
ya sea reclamándole beneficios que
no está en condiciones de dar, o evadiendo
los impuestos que deberían sostenerlo
- Podría señalar tres raíces históricas. Una,
que en el pasado la Argentina fue una
Nación relativamente exitosa que, en su
época de expansión, le permitió financiar
–fundamentalmente a través de impuestos
indirectos- su propio crecimiento, su
gran sistema educativo y el welfare state
del período 1940/1960. Sin embargo, lo
que le da contenido al concepto de ciudadanía
fiscal es el concepto de impuesto
directo. Otro punto destacable es la larga
duración del proceso inflacionario, hasta
la estabilización precaria que se produjo
a partir de 1991. La inflación es un impuesto
regresivo que afecta a los sectores
más pobres y es el que más contribuyó a
“Con la devaluación
hubo una típica
incompetencia política,
sumada a una alianza
corporativa de
dirigentes empresarios
y sindicales.”
junio-julio de 2002 17