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Labuerda - Revista El Gurrión

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<strong>Labuerda</strong> • Mayo de 2010<br />

Tricás, cerezas y amistad<br />

A mitad de camino entre<br />

Ginuábel y Lacort se hallaba el<br />

pueblo de Tricás, situado en un<br />

collado a unos 900 metros de<br />

altitud. Había que cruzar el pueblo,<br />

y allí en la plaza, en algún balcón<br />

y en los prados y campos aledaños,<br />

casi siempre había con quien poder<br />

pararse a charlar unos minutos. Nos<br />

conocíamos y reinaba la amistad.<br />

Y había muchos cerezos, por lo<br />

que en la época de<br />

las cerezas, pasar<br />

por Tricás era muy<br />

apetecible. Pero si<br />

no te invitaban a<br />

subir a un cerezo,<br />

o les pegabas la<br />

vuelta a los dueños<br />

y amigos, tenías<br />

que pasar junto a los<br />

llamativos árboles<br />

mirando para arriba,<br />

con cuidado de no<br />

tropezar al quedarte<br />

prendado mirando<br />

el fruto. Y seguías<br />

andando, frustrado,<br />

imaginando una<br />

estrategia para<br />

catarlo, o quizás<br />

pensando en otro<br />

día, en otra nueva<br />

oportunidad. Las<br />

cerezas de Tricas encandilaban.<br />

Me refiero al pueblo de<br />

Tricás en pasado porque hoy apenas<br />

se pueden contemplar sus ruinas<br />

semiocultas por la maleza y los<br />

pinos que lo rodean. Eso teniendo<br />

en cuenta que hice la foto hace unos<br />

veinticinco años.<br />

Para bajar de Ginuábel<br />

a Lacort teníamos que cruzar el<br />

pueblo de Tricás. Llegábamos a él<br />

en media hora de caminar a base de<br />

alpargatas, paso a paso. A Lacort<br />

tardábamos una hora de bajada;<br />

de subida con la alforja al hombro<br />

se tardaba más tiempo. A Lacort<br />

solíamos bajar de compras cada<br />

semana unos u otros. Allí estaban<br />

los comercios y la Secretaría de los<br />

Ayuntamientos de Burgasé, Albella<br />

y Jánovas. “Lacort fue el centro<br />

comercial y social de la Ribera y la<br />

Solana”. La frase entrecomillada es<br />

el título del tema publicado en el<br />

número 6 de la revista Treserols.<br />

Los más lejanos recuerdos<br />

de la infancia que guardo de Tricás<br />

son la amistad y las cerezas. A los<br />

siete años ya iba a la fiesta mayor con<br />

mi madre o con una tía, y también<br />

a comer cerezas. Hice allí buenas<br />

amistades. Y todavía conservo un<br />

amigo, Antonio Lascorz, aunque<br />

se marchó su familia a vivir en un<br />

pueblo cercano a Barbastro, cuando<br />

el chico y yo aun íbamos a la<br />

escuela. Aquella familia fue de las<br />

primeras que iniciaron el éxodo de<br />

– 19 –<br />

aquellos pueblos hoy deshabitados.<br />

Y llegando al tema escolar,<br />

digamos que en Tricás no tenían<br />

escuela; las niñas y niños iban a la<br />

escuela de Lacort. Pero en cambio<br />

sí hubo Abadía y también un cura<br />

antes de la guerra, Mosén José. Este<br />

cura y mi abuelo Ramón tuvieron<br />

amistad, pues mi abuelo ayudaba a<br />

misa en latín. Una vez le preguntó<br />

al cura si era cierto que había brujas,<br />

y le respondió:<br />

“Brujas no hay,<br />

pero si hay<br />

maleficio”. Esto<br />

me lo dijo mi<br />

abuela, cuando<br />

me contaba que<br />

había una bruja en<br />

Buerba, y mentaba<br />

a las brujas de<br />

Tella. En lo alto de<br />

la torre de Tricás<br />

había pararrayos<br />

y veleta.<br />

También tenían<br />

un lanzacohetes<br />

o bombas de<br />

yoduro de plata,<br />

que las tiraban<br />

desde el tozal<br />

de San Salvador<br />

para deshacer las<br />

grandes nubes<br />

tormentosas portadoras de granizo.<br />

En Tricás había cinco o<br />

seis casas, y sus nombres eran:<br />

Brotiello, Fuertes, Lascorz, Chaime<br />

o Jaime, Garcés y Sampietro. Casa<br />

Chaime y Garcés me suena a que se<br />

trataba de la misma casa y familia,<br />

por aquello de que habrían hecho<br />

juntero. Era costumbre y necesidad<br />

por allí juntar dos familias en una<br />

(creo que hacían boda) cuando<br />

ambas casas habían ido a menos en<br />

cuanto al número de personas.

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