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Internacional
Trabajadores textiles laboran en condiciones infrahumanas.
trabajaban en fábricas textiles, la
mayoría producía prendas de vestir
para marcas de gran reconocimiento
internacional; esas tragedias pudieron
evitarse de haberse puesto en práctica
las medidas preventivas adecuadas.
Muchas de las personas heridas y sus
familias siguen esperando los pagos de
las indemnizaciones.
El 29 de noviembre de 2012
Zoom News reportó la muerte de 112
personas y 300 heridos en un incendio
en una fábrica textil de Bangladesh; la
tragedia cobró más víctimas porque,
según testigos, algunos capataces
obstaculizaron la salida de los
trabajadores cuando huían del fuego.
Ese siniestro reavivó la polémica
sobre la falta de seguridad en el trabajo
en un sector industrial que ha cobrado
la vida de más de 500 personas en seis
años (desde 2006) y que representa el
80 por ciento de las exportaciones del
país: ante el silencio de las autoridades
locales, las organizaciones no
gubernamentales vuelven a levantar su
voz para reclamar medidas que eviten
más tragedias como ésta.
Medidas curativas
Pese a las denuncias locales y globales,
así como las cíclicas reivindicaciones
laborales y sociales, las víctimas
mortales se suman año con año en los
activos de los propietarios de las fábricas
y de las grandes marcas de ropa de ese
país. En un intento por contrarrestar la
pérdida masiva de vidas en el sector, la
organización Ropa Limpia Internacional
(RLI) ha exigido que se garanticen los
derechos sindicales, incluido el derecho
a un contrato colectivo; que no haya
trabajo forzado ni se utilice mano de
obra infantil en la confección de ropa;
que no exista discriminación; que se
establezca un máximo de horas de
trabajo y que haya mayores condiciones
de higiene y seguridad, así como un
salario mínimo y estabilidad laboral.
Estas demandas se extienden a
otro sector importante de Bangladesh:
el de la producción de cigarrillos. En
el estudio de 2012 de la organización
Campaña para el tabaco sin niños, se
expuso que en esa industria laboran
unas 45 mil personas conocidas como
bidis (niños y mujeres pobres que
trabajan en establecimientos donde
tratan de obtener su escaso ingreso) sin
ninguna garantía laboral, sin ventilación
adecuada y expuestos al polvo del tabaco
que les acarrea problemas de salud, así
como enfermedades respiratorias y
de la piel. Luego del desastre en Rana
Plaza, la preocupación internacional
se ha enfocado en la seguridad de estos
26 19 de agosto de 2013
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