30.04.2015 Views

Un mundo feliz

Un mundo feliz

Un mundo feliz

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

cotidianos, pasando de sensorama a sensorama, de muchacha a muchacha neumática, de<br />

Campo de Golf Electromagnético a...<br />

- ¡Fuera, chiquilla! - gritó el D.I.C., enojado -. ¡Fuera, peque! ¿No veis que el<br />

Interventor está atareado? ¡Id a hacer vuestros juegos eróticos a otra parte!<br />

- ¡Pobres chiquillos! - dijo el Interventor.<br />

Lenta, majestuosamente, con un débil zumbido de maquinaria, los trenes seguían<br />

avanzando, a razón de trescientos treinta y tres milímetros por hora. En la rojiza<br />

oscuridad centelleaban innumerables rubíes.<br />

CAPITULO IV<br />

1<br />

El ascensor estaba lleno de hombres procedentes de los vestuarios Alfa, y la entrada de<br />

Lenina provocó muchas sonrisas y cabezadas amistosas. Lenina era una chica muy<br />

popular, y, en una u otra ocasión, había pasado alguna noche con casi todos ellos.<br />

Buenos muchachos - pensaba Lenina Crowne, al tiempo que correspondía a sus<br />

saludos -. ¡Encantadores! Sin embargo, hubiese preferido que George Edsel no tuviera las<br />

orejas tan grandes. Quizá le habían administrado una gota de más de paratiroides en el<br />

metro 328. Y mirando a Benito Hoover no podía menos de recordar que era demasiado<br />

peludo cuando se quitó la ropa.<br />

Al volverse, con los ojos un tanto entristecidos por el recuerdo de la rizada negrura de<br />

Benito, vio en un rincón el cuerpecillo canijo y el rostro melancólico de Bernard Marx.<br />

- ¡Bernard! - exclamó, acercándose a él -. Te buscaba.<br />

Su voz sonó muy clara por encima del zumbido del ascensor. Los demás se volvieron<br />

con curiosidad.<br />

- Quería hablarte de nuestro plan de Nuevo Méjico.<br />

Por el rabillo del ojo vio que Benito Hoover se quedaba boquiabierto de asombro. ¡No<br />

me sorprendería que esperara que le pidiera ir con él otra vez!, se dijo Lenina. Luego, en<br />

vez alta, y con más valor todavía, prosiguió:<br />

- Me encantaría ir contigo toda una semana, en julio. - En todo caso, estaba<br />

demostrando públicamente su infidelidad para con Henry. Fanny debería aprobárselo,<br />

aunque se tratara de Bernard -. Es decir, si todavía sigues deseándome - acabó Lenina,<br />

dirigiéndole la más deliciosamente significativa de sus sonrisas.<br />

Bernard se sonrojó intensamente. ¿Por qué?, se preguntó Lenina, asombrada pero al<br />

mismo tiempo conmovida por aquel tributo a su poder.<br />

- ¿No sería mejor hablar de ello en cualquier otro sitio? - tartajeo Bernard,<br />

mostrándose terriblemente turbado.<br />

Como si le hubiese dicho alguna inconveniencia - pensó Lenina -. No se mostraría más<br />

confundido si le hubiese dirigido una broma sucia, si le hubiese preguntado quién es su<br />

madre, o algo por el estilo.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!