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Un mundo feliz

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iluminadas y coronadas con señales de peligro pintadas en color rojo. Eran un excelente<br />

mojón.<br />

- ¿Por qué las chimeneas tienen esa especie de balcones alrededor? - preguntó Lenina.<br />

- Recuperación del fósforo - explicó Henry telegráficamente -. En su camino<br />

ascendente por la chimenea, los gases pasan por cuatro tratamientos distintos. El P2 O5<br />

antes se perdía cada vez que había una cremación. Actualmente se recupera más del<br />

noventa y ocho por ciento del mismo. Más de kilo y medio por cada cadáver de adulto.<br />

En total, casi cuatrocientas toneladas de fósforo anuales, sólo en Inglaterra. - Henry<br />

hablaba con orgullo, gozando de aquel triunfo como si hubiese sido suyo propio -. Es<br />

estupendo pensar que podemos seguir siendo socialmente útiles aun después de muertos.<br />

Que ayudamos al crecimiento de las plantas.<br />

Mientras tanto, Lenina había apartado la mirada y ahora la dirigía perpendicularmente<br />

a la estación del monorraíl.<br />

- Sí, es estupendo - convino -. Pero resulta curioso que los Alfas y Betas no hagan<br />

crecer más las plantas que esos asquerosos Gammas, Deltas y Epsilones de aquí.<br />

- Todos los hombres son físicoquimicamente iguales - dijo Henry sentenciosamente -.<br />

Además, hasta los Epsilones ejecutan servicios indispensables.<br />

- Hasta los Epsilones...<br />

Lenina recordó súbitamente una ocasión en que, siendo todavía una niña, en las<br />

escuela, se había despertado en plena noche y se había dado cuenta, por primera vez, del<br />

susurro que acosaba todos sus sueños. Volvió a ver el rayo de luz de luna, la hilera de<br />

camitas blancas; oyó de nuevo la voz suave, suave, que decía (las palabras seguían<br />

presentes, no olvidadas, inolvidables después de tantas repeticiones nocturnas): Todo el<br />

<strong>mundo</strong> trabaja para todo el <strong>mundo</strong>. No podemos prescindir de nadie. Hasta los Epsilones<br />

son útiles. No podíamos pasar sin los Epsilones. Todo el <strong>mundo</strong> trabaja para todo el<br />

<strong>mundo</strong>. No podemos prescindir de nadie... Lenina recordaba su primera impresión de<br />

temor y de sorpresa; sus reflexiones durante media hora de desvelo; y después, bajo la<br />

influencia de aquellas repeticiones interminables, la gradual sedación de la mente, la<br />

suave aproximación del sueño...<br />

- Supongo que a los Epsilones no les importa ser Epsilones - dijo en voz alta.<br />

- Claro que no. Es imposible. Ellos no saben en qué consiste ser otra cosa. A nosotros<br />

sí nos importaría, naturalmente. Pero nosotros fuimos condicionados de otra manera.<br />

Además, partimos de una herencia diferente.<br />

- Me alegro de no ser una Epsilon - dijo Lenina, con acento de gran convicción.<br />

- Y si fueses una Epsilon - dijo Henry - tu condicionamiento te induciría a alegrarte<br />

igualmente de no ser una Beta o una Alfa.<br />

Puso en marcha la hélice delantera y dirigió el aparato hacia Londres. Detrás de ellos, a<br />

poniente, los tonos escarlata y anaranjado casi estaban totalmente marchitos; una oscura<br />

faja de nubes había ascendido por el cielo. Cuando volaban por encima del Crematorio, el<br />

aparato saltó hacia arriba, impulsado por la columna de aire caliente que surgía de las<br />

chimeneas, para volver a bajar bruscamente cuando penetró en la corriente de aire frío<br />

inmediata.<br />

- ¡Maravillosa montaña rusa! - exclamó Lenina riendo complacida.<br />

Pero el tono de Henry, por un momento, fue casi melancólico.

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