o_19om6sa7e1cgndc91ria1t7jej6a.pdf

8o
Ginebra, que ilegaliza la ejecución sumaria de prisioneros.
Por lo que legalmente, estos asesinos, tanto Gustavo Villoldo
como Félix Rodríguez que viven en las afueras de Miami,
retirados y cobrando pensiones de nuestros impuestos, deberían
ser arrestados, juzgados y puestos en prisión, como todos
los demás que participaron de la decisión. Porque, además,
este tipo de asesinatos no prescribe...
–Aclarar estos puntos históricos es importante, tanto
para los latinoamericanos como para los propios estadounidenses,
para comenzar a recuperar la credibilidad
perdida... En cuanto a eso, creo que con la publicación
de ¿Quién mató al Che?, la credibilidad de Estados Unidos,
que ya es muy baja en América Latina, será aún más baja,
algo que no fue siempre así... Pero en parte también es una
consecuencia de lo que hizo el propio Che en su momento
y el ejemplo que dejó establecido. Porque hoy vemos una
nueva política en Sudamérica, de independencia y solidaridad
gracias a eso. Un buen ejemplo fue el voto en el Consejo de
Derechos Humanos de la ONU en Ginebra, hace unas semanas,
en la que treinta países contra cinco decidieron apoyar a
la Argentina en su lucha contra los fondos buitre. Todos esos
países, contra Estados Unidos y sus aliados. Algo está cambiando...
Con suerte pueden empezar a cambiar algunas cosas
en Estados Unidos también... Para darte un ejemplo: hace
dos años una consultora llamada Pew hizo una encuesta en el
país del Norte y el 49% de las personas menores de 30 años
tiene una reacción favorable frente al socialismo, y ese número
es aún mayor entre los afroamericanos.
–¿Ocuppy Wall Street ha tenido algún impacto en este
sentido? Sí, Ocuppy fue muy importante, porque mostró
claramente y por primera vez que Estados Unidos no es una
sociedad de clase media, sino que hay una elite dirigente
del 1% y luego venimos todo el resto, y de hecho los que
realmente mandan conforman el 10% de ese 1%... Y ahora
eso está en la mente de las personas, por lo que la ideología
clásica del liberalismo estadounidense ya no es tan efectiva en
las clases medias. Los otros dos pilares de esa ideología son
que sólo el capitalismo es compatible con la democracia y que
es sólo el capitalismo el que le generará un crecimiento sostenido
de ingresos a todo el mundo. Ambas proposiciones ya
se evidenciaron como falsas. En Estados Unidos el sueldo estándar
no ha subido en cuarenta años, y encima desde el 9/11
las agencias nacionales de seguridad espían a todo el mundo,
saben cada letra que aprietas en tu computadora, cada llamado
que haces, etc. Hace muy poco, el senador Bernie Sanders
le preguntó explícitamente al jefe de la NSA (National
Security Agency) “¿ustedes espían al Congreso?” y no hubo
respuesta... Y luego el ex presidente Jimmy Carter, alguien en
posición de saber lo que sucede, dijo sencillamente que ya no
vivimos en una democracia.
–Detrás de estos servicios está la idea del secreto como
algo fundamental para la estrategia, ¿En este sentido
es realmente posible dejar de lado todo secreto?
Pienso también en el problema que está generando
Wikileaks... Justamente Michael Ratner es abogado de
Julian Assange... Y lo que hicieron con Wikileaks es muy
importante, porque develó directamente su cara secreta: sus
asesinatos encubiertos, sus interferencias económicas... Por
eso los Estados Unidos está persiguiendo tanto a los periodistas
y a los que destapan informaciones secretas, porque
no es lo mismo suponer que comprobar... En la historia estadounidense
no ha habido tantas persecuciones como hoy en
día con la administración Obama. Fueron detrás de Manning,
Assange, Snowden... Tal vez no sea del todo posible erradicar
el secreto. Pero en cualquier caso yo creo en la ley. Y para eso
escribimos este libro, para intentar reforzar el peso de la ley.
Y cuando se comienzan a hacer excepciones, es cuando todo
se viene abajo. Cuando Obama fue elegido, tuvo la opción de
tomar otro camino y juzgar a los torturadores de Guantánamo
y dijo “tenemos que mirar hacia adelante, no hacia atrás”,
él perdió la oportunidad en ese momento, permitiendo que
se siga torturando en el futuro. Además, el hecho de que la
Corte Suprema haya autorizado a la décima parte del 1% para
que pueda otorgarles la cantidad de dinero que quiera a los
políticos para sus campañas, sólo hace que sigamos teniendo
dos partidos de derecha...
–¿En ese sentido cuál es el estado de la izquierda en
Estados Unidos hoy? Es contradictorio. Porque el sentimiento
de la mayoría de la gente está mucho más a la izquierda
que lo que ofrece el gobierno, pero no hay manera de
expresarlo porque no hay un partido que los represente, porque
no hay líderes consolidados de izquierda. Hay diversas
organizaciones que defienden derechos puntuales, pero no
un partido unificado, eso aún no se ha conseguido en nuestro
país y es un gran problema estructural que tenemos.
–Volviendo al libro, llama la atención la manera a veces
extremadamente despreciativa en que describen
a sus “objetos de estudio”, en este caso puntualmente
al Che, llegando al punto de poner en duda que fuera
realmente médico en uno de los cables... Es que estaban
más interesados en saber qué pensaba el Che. Comenzaron
el expediente cuando el Che estuvo en Guatemala en 1954 y
se fue transformando en el expediente más grande de la CIA.
Querían averiguar si apoyaba la línea de “coexistencia pacífica”
que estaba predicando la Unión Soviética, o si era un internacionalista
y un verdadero revolucionario. Justo antes de
que dirija la columna en Cuba que dividiría la isla en dos, la
CIA logró introducir un agente en su campamento y cuando
el tipo escribe su reporte pone cosas como: “olía mal, fumaba
cigarros y les leía libros a sus hombres, de literatura, no ideológicos,
y es bastante astuto para ser un latino”...
–Es una extraña forma de mirar, porque resulta incluso
obtusa para sus propios objetivos... Sí, pero es por pura
arrogancia... Es la arrogancia imperial. Puro chauvinismo.