evista archivum año iv nº 5Apertura Avenida España, 1900.Cuatro razones impulsaron aceleradamente el poblamiento <strong>del</strong> nuevo Viña <strong>del</strong><strong>Mar</strong>. La primera dice relación con el estilo de vida en boga y la necesidad deimplementarlo con una vivienda ad hoc, cosa imposible de materializar en el puerto.En segundo lugar, el trágico terremoto de 1906, llamado justamente “deValparaíso” impulsa un éxodo en busca de lugares más seguros; en tercer término, en lamisma fecha, se inaugura el camino plano que une el Puerto con Viña y acortanotablemente el tiempo de viaje.Por último, la aristocracia que había construido sus residencias de veraneo enCartagena, comienzan a abandonarlas cuando el ferrocarril alcanza esa playa y seconvierte en un concurrido balneario popular.En un plano más técnico, ¿qué ofrece el nuevo trazado de Viña <strong>del</strong> <strong>Mar</strong>, al norte<strong>del</strong> estero?Curiosa ciudad ésta propuesta por Vergara: no corresponde ni al mo<strong>del</strong>ofundacional español (inspirado en la tradición medieval <strong>del</strong> franciscano Eiximenic, las154
viña <strong>del</strong> mar ¿ocio o <strong>negocio</strong>?recomendaciones <strong>del</strong> Obispo Sánchez de Arévalo o la distante influencia <strong>del</strong> Doctor de laIglesia, Santo Tomás de Aquino a través de su De Regimine Principum) 24 ni a una lejanaanalogía al castro romano, antecesor de los mo<strong>del</strong>os anteriores.El plano está constituido por un muy rígido damero, muchísimo más que eloriginal que Hipodamo creara y recreara para su natal Mileto: no hay evidencias deconsideraciones relacionadas con las vistas, los vientos, el asoleamiento, el mar o loscerros; la única transgreción es el ensanche de su calle central que la convierte en unaavenida que no va a ninguna parte salvo-oh coincidencia- al norte.En el proyecto, no concurre por presencia ningún poder ni temporal ni religiosoque dé cuenta de las creencias y de la cultura de sus futuros habitantes. A diferencia,por ejemplo, de Santiago, cuyo centro es una plaza mayor en que se dan cita en su pañooccidental la iglesia Catedral y el Palacio Arzobispal; en el norte, la casa de losGobernadores, luego la Real Audiencia y más allá, el poder comunal y la justiciarepresentados por el Cabildo y Cárceles.En los paños sur y oriental se instalarán, desde la Conquista, las residencias de laaristocracia, la meritocracia o adinerados comerciantes. El espacio central ceñido porestos “símbolos” será sede, alternativamente, <strong>del</strong> vital mercado o escenario de la fiestabarroca.En el trazado de la Población Vergara no hay sitio específico para nada, nisiquiera para el comercio que debe resolver las inexcusables necesidades cotidianas.La vida social será una vida de clubes y de paseos, donde se va a mirar y a sermirado.Parece que se hubiera querido crear un enclave en que nada distrajera <strong>del</strong>disfrutar de sus fortunas y les recordara que existen los impuestos, el trabajo, lasenfermedades.Su emplazamiento no tiene otro anclaje en la extensión <strong>del</strong> “arenal”, como nosea la prolongación virtual de la avenida La Libertad, más allá <strong>del</strong> estero, pase tangente ala estación <strong>del</strong> ferrocarril que le ha dado la vida y, enfrente, la Quinta Vergara.Con todo, las fotografías de la década de 1930 nos muestran un bosque dechimeneas industriales que rodean el flamante edificio <strong>del</strong> nuevo Casino Municipal.Durante más de medio, siglo la industria y la vivienda se disputarán el insípidoplano de la segunda etapa de la vida de esta joven ciudad.155