48POR EMILIO MOYANO. ILUSTRACIÓN DE ALEJANDRO BARBERO.Para ir catando: porción de una novelaen vías de publicación a cargo de unaimportante editorial cordobesa. Para quecuando la portada te encandile con sublancura desde las vidrieras, mesas obateas ya conozcas el sabor de estas letras,anudadas por un joven escritor cordobésque dejó la condición de inédito unadécada atrás con Cenizas del tiempo,Premio Fondo Estímulo de la Municipalidad.Minutos más tarde, cansados del ruido monótono de las turbinasy de lo pequeño que son las plazas de un avión, volvimosa despabilarnos. Me contó que cuando tomó conciencia de loque padecía, una semana después de que le dieran el diagnóstico, pidiópermiso en el trabajo para faltar, buscó una bolsa de residuos y seencerró todo el día en su habitación. Allí estuvo sentada al borde dela cama, leyendo de principio a fin lo que había escrito en todos esosaños. A medida que avanzaba, convertía las hojas leídas en un bollocompacto de papel y lo arrojaba adentro de la bolsa. No estaba del todosegura de lo que estaba haciendo, me dijo, de algún modo sospechabaque más tarde se podía arrepentir, pero al mismo tiempo sentíaque era una obligación moral, un camino sin alternativas.Y después que acabó con la destrucción de todos sus escritos, se pusoa revolver por encima del escritorio buscando los remedios que lehabía dado el psiquiatra y cuando los encontró los arrojó también a labasura. Su cuerpo era un remolino en el medio de la habitación. Los
49nervios le habían endurecido el rostro y le impedían someterse a laplasticidad del pensamiento. Sabía que había algo de morboso enaquella resolución pero no podía detenerse. Así que anudó con fuerzala bolsa de residuos, la dejó a un costado, y luego se dirigió a labiblioteca para tratar de calmarse.Deslizó el dedo sobre el lomo de los libros hasta detenerlo en elDiario de una escritora, el volumen de Virginia Woolf que más adoraba.Lo abrió en una página de cuyo borde asomaba un señalador,buscó un bolígrafo, corrió la silla del escritorio, y se puso a pensaren una carta para Pedro.-Tengo un párrafo marcado con resaltador fluorescente. Apenas mecompré este libro lo destaqué porque sabía que siempre lo iba ausar. Pero aquella vez fue la primera en que lo usé. Antes de ponermecon la carta que pensaba escribirle a Pedro, lo copié como encabezado.¿Querés que te lo lea? (…) Es el libro que llevo aquíconmigo (…) Una edición de 1952, de la Editorial Sur (…) Me acompañaa todas partes (…) No es largo (…) No te voy a aburrir (…)Mientras sacaba el ejemplar de su bolsillo, me di cuenta de que erael mismo que había estado leyendo en el embarque de Ezeiza.Se acomodó un mechón de pelo por detrás de la oreja y comenzóa leer:-"Yo lo quiero todo: el amor, los hijos, la aventura y el cultivo de miinterior. (¿Puedes comprender algo de estas elucubraciones?) A vecesme siento medio enamorada de ti y te quiero siempre junto amí y que me conozcas a fondo; y en cambio a veces me muestroreticente y salvaje. Me he dicho muchas veces que casándome contigolo conseguiría todo, pero… ¿Acaso es lo sexual lo que nos separa?Como te dije el otro día, no me atraes físicamente. Haymomentos, cuando me besaste el otro día, por ejemplo, en que tengola impresión de ser de piedra."Tras una breve pausa, me limité a enarcar las cejas como juicio deopinión. Ella lo tomó en cuenta y volvió a la historia. Me dijo quedespués de copiar aquel párrafo y de escribir la carta a Pedro explicándolelo que sucedía, decidió marcharse a Barcelona. Fue así,abruptamente. No estaba muy segura, pero era la única salida quele encontraba a su situación laboral y a su enfermedad. Se dirigió alropero y se apropió de los ahorros que había guardado en un sacóndurante todos esos años; los contó una y otra vez y los dejó encimade la mesa de luz.Luego acudió a una oficina de correos y envió la carta a Pedro y tambiénun telegrama donde renunciaba a la agencia de publicidad. Nohabía sido un plan elaborado, una minuciosa combinación entre sustemores y sus convicciones, sino la forma en que alguien se comportabaante un determinado estímulo. Quizás inconscientementelo había estado maquinando, sin embargo, lo recordaba como unimpulso, como si todo hubiese transcurrido en el mismo segundo:renunciar a Pedro y al trabajo, dirigirse a un negocio y comprar el billetepara fines de enero, después presentarse a la policía y hacer
- Page 3 and 4: www.revistalacentral.com.arNº 11 -
- Page 6 and 7: EL EXTRAÑO CASO DE LOS GEMELOS AL
- Page 8 and 9: 8Hasta los primeros días de 1945,
- Page 10 and 11: 10MandanosContacto desde Naciones U
- Page 12 and 13: Lo bueno, inferiores, toma 1: El“
- Page 14 and 15: CON TELÓN DE TIERRA ROJAEL CHANGO
- Page 16 and 17: DOBLAR Y SUBTITULARLOS OFICIOS16
- Page 18 and 19: doblaje y, por ejemplo, la distribu
- Page 20 and 21: Te recomienda esta notawww.alexandr
- Page 22: 22jeros en lugar de excluirlos, un
- Page 25 and 26: su producción, su distribución y
- Page 27 and 28: WEEDSLa búsqueda de la felicidadWe
- Page 31 and 32: POR SOL ALIVERTI. FOTOS DE ERNESTO
- Page 33 and 34: TamboorbeatVivi Pozzebón es Tamboo
- Page 35 and 36: Parece ser que Vivi Pozzebón lo hi
- Page 37 and 38: DE UN MÉDICO37Savimbi, el tipoque
- Page 39: ¿Qué es Médicos Sin Fronteras?AS
- Page 42 and 43: 42ubicara en un lugar al margen del
- Page 44 and 45: TAMARA VILLOSLADA / ILUSTRADORA44Ab
- Page 46: Escena, 35 x 50 cm (2009).La chica
- Page 54 and 55: CARLOS RUBÍN, EL “MINISTRO”, C
- Page 56 and 57: pasado, momento en el que la radio
- Page 58: LA REVANCHA DE JUANAunque la produc