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Eagleton, Terry ? Una introducción a la teoría literaria

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<strong>Terry</strong> <strong>Eagleton</strong> – <strong>Una</strong> introducción a <strong>la</strong> teoría <strong>literaria</strong>momento desconcierta <strong>la</strong> aparente falta de re<strong>la</strong>ción entre ambas frases, mientras no se comprendaque allí entro en juego un recurso literario por el cual podemos atribuir pa<strong>la</strong>bras en estilo directo aun personaje, aun cuando el texto no lo haga explícitamente. Suponemos que alguno de lospersonajes, probablemente Piet o Ánge<strong>la</strong>, pronuncia <strong>la</strong>s primeras pa<strong>la</strong>bras. Pero ¿a qué se debeesta suposición? Quizá <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras entrecomil<strong>la</strong>das no llegaron a pronunciarse, puede ser un meropensamiento o una pregunta formu<strong>la</strong>da por alguien más, o una especie de epígrafe colocado alprincipio de <strong>la</strong> nove<strong>la</strong>. Quizá <strong>la</strong>s dirige a Piet y Ánge<strong>la</strong> algún otro personaje o una voz quesúbitamente bajó del cielo. <strong>Una</strong> razón por <strong>la</strong> cual esta última solución no parece probable es que elestilo coloquial de <strong>la</strong> pregunta no correspondería a una voz llegada del cielo, además, comoprobablemente ya sabemos, Updike suele ser un escritor realista que no acostumbra esosprocedimientos. Empero, los textos de un escritor no integran necesariamente un todo consistente,y por ello debe tenerse cuidado antes de apoyarse más de <strong>la</strong> cuenta en esto último. Partiendo deuna base realista no es probable que <strong>la</strong> pregunta <strong>la</strong> formule un coro de personajes hab<strong>la</strong>ndo alunísono, y algo menos improbable es que <strong>la</strong> formule algún otro personaje, ni Piet ni Ánge<strong>la</strong>, pues acontinuación nos enteramos de que se están desvistiendo, e incluso podemos imaginar que se tratade un matrimonio, pues sabemos que <strong>la</strong>s parejas casadas, por lo menos en ese suburbio deBirmingham, no acostumbran desvestirse al mismo tiempo enfrente de terceros, aunque porseparado puedan obrar de otra manera.Al ir leyendo esas pa<strong>la</strong>bras quizá hicimos ya toda una serie de inferencias. Por ejemplo,pudimos inferir que <strong>la</strong> pareja de marras está formada por un hombre y una mujer, aun cuandohasta ese momento nada indique que no se trata de dos mujeres o de dos cachorros de tigre.Suponemos que quien formu<strong>la</strong> <strong>la</strong> pregunta, sea quien fuere, no sabe leer el pensamiento, pues delo contrario, no tendría necesidad de preguntar. Podemos sospechar que quien pregunta aprecia <strong>la</strong>opinión de <strong>la</strong> persona con quien está hab<strong>la</strong>ndo, aunque se carezca de contexto suficiente parajuzgar si <strong>la</strong> pregunta es o no burlona o agresiva. Podríamos imaginar que estas pa<strong>la</strong>bras: “losHanema”, están en oposición gramatical con <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras “Piet y Ánge<strong>la</strong>”, para indicar que se tratade su apellido, lo cual proporciona una valiosa prueba de que están casados. Sin embargo, nopodemos desechar <strong>la</strong> posibilidad de que hay un grupo de personas, además de Piet y Ánge<strong>la</strong>, quellevan el apellido Hanema, que quizá se trata de toda una tribu, y que todos se están desvistiendojuntos en un inmenso salón. El que Piet y Ánge<strong>la</strong> lleven el mismo apellido no confirma que se tratede marido y mujer. Quizá sean personas muy liberadas, incestuosas, hermano y hermana, padre ehija, madre e hijo. Hemos supuesto, sin embargo, que se están viendo mientras se desvisten, peronada nos ha indicado aun que <strong>la</strong> pregunta no se haya gritado de una a otra alcoba, o de una a otratienda de lona, en una p<strong>la</strong>ya. Quizá Piet y Ánge<strong>la</strong> sean niños pequeños, aun cuando por <strong>la</strong> re<strong>la</strong>tivamundanidad de <strong>la</strong> pregunta esto no sea probable, <strong>la</strong> mayor parte de los lectores ya habrá supuestoque Piet y Ánge<strong>la</strong> Hanema forman una pareja de personas casadas que se están desvistiendojuntas en su dormitorio después de equis actividad, quizá una fiesta a <strong>la</strong> cual concurrió una parejade recién casados, aunque, en realidad, nada de esto se haya dicho.El que <strong>la</strong> nove<strong>la</strong> principie con esas dos frases significa, por supuesto que muchas de <strong>la</strong>spreguntas mencionadas obtendrán respuesta en el transcurso de <strong>la</strong> lectura. El proceso deespecu<strong>la</strong>ción e inferencias a que nos lleva nuestra ignorancia en este caso, es, cabalmente, unejemplo muy penetrante o impresionante de lo que hacemos todo el tiempo cuando leemos. En eltranscurso de <strong>la</strong> lectura encontramos otros muchos problemas, los cuales sólo se resolveránmediante nuevas suposiciones. Se nos irán proporcionando hechos a los cuales no tuvimos accesoen esas preguntas, pero continuaremos asignándoles interpretaciones más o menos cuestionables.El leer <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras iniciales de <strong>la</strong> nove<strong>la</strong> de Updike nos introduce en una red notablementecompleja de esfuerzos, en gran parte inconscientes. Aun cuando pocas veces nos demos cuenta,constantemente estamos e<strong>la</strong>borando hipótesis sobre el significado del texto. El lector haceconexiones implícitas, cubre huecos, saca inferencias y pone a prueba sus presentimientos. Todoello significa que se recurre a un conocimiento tácito del mundo en general y, en particu<strong>la</strong>r, de <strong>la</strong>sprácticas aceptadas en literatura. En realidad, el texto no pasa de ser una serie de indicacionesdirigidas al lector, de invitaciones a dar significado a un trozo escrito. En <strong>la</strong> teoría de <strong>la</strong> recepción,50

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