11.07.2015 Views

Cuentos_del_Aranero_Libro

Cuentos_del_Aranero_Libro

Cuentos_del_Aranero_Libro

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

<strong>Cuentos</strong> <strong>del</strong> Arañerollegamos a Vietnam, pasamos el día con el Presidente, una cenanos ofreció. Y nos fuimos a descansar un poco como a la medianoche. Pero muy temprano había que estar ya listo, a las siete de lamañana, para rendir honores al Monumento de los Mártires y despuésir al mausoleo donde tienen a Ho Chi Minh; intacto lo tienen,al camarada, al Tío Ho. Después, las reuniones con el presidente ysalir de Vietnam. Nos tocaba volar como catorce horas hasta África.Entonces, me levanto, voy al baño, me estoy vistiendo, prendo eltelevisor. Los muchachos se llevaron un equipito que tú lo conectascon el televisor y tú ves en la pantalla grande Venezolana de Televisiónen vivo, por Internet. Bueno, así que yo pendiente <strong>del</strong> país.Estaban dando “La Hojilla”, en vivo, eran las seis de la mañanaen Hanoi. Cuando me estoy poniendo la camisa ahí, prendo eltelevisor y veo al asistente directo de Fi<strong>del</strong>, leyendo algo. Iba porla mitad, así que no oí lo primero, peor para mí, porque digo:¡Dios mío! ¿Qué pasó aquí? Yo dije: “Es que estoy soñando”.Yo oigo cuando leen: “Le transfiero el poder...”, tal, y tal, pero nooigo la causa. ¡Cónchale! ¡Dios mío!, y ya no tenía tiempo porquetenía que salir de inmediato. Empiezo a llamar, andaba mihermano Adán con nosotros en la gira, que es embajador en LaHabana, como tú sabes, y le dije: “Adán, quédate, porque yo tengoque irme”. Pero, ¿cómo me voy, con esta angustia? ¿Qué pasó enCuba? Yo no sabía más nada.Y Adán se quedó en el hotel haciendo las llamadas. Y le dije:“Tú me alcanzas más a<strong>del</strong>ante y me dices algo, por favor”. Así queyo llegué a la plaza aquella de los mártires y después nos fuimos aver al camarada Ho Chi Minh. Imagínate el impacto mío cuando veoa Ho Chi Minh, y yo en la cabeza: “¡Dios mío, yo no te quiero verasí, Fi<strong>del</strong>!” Y Adán llegó luego y me explicó. Bueno, después yopude hablar con algunos de los compañeros en Cuba y me quedéun poco más tranquilo, pero por supuesto, muy preocupado todosesos días y noches de la gira.228

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!