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Otro efecto de la inestabilidad pública es la ventajadesmedida que ofrece al sagaz, al emprendedory a los pocos adinerados, por sobre al comúntrabajador y no informado del pueblo. Cadanueva reglamentación sobre el comercio o el ingreso,o que afecte de cualquier modo el valor delos distintos tipos de propiedad, ofrece una nuevacosecha a los que prestan atención al cambio yson capaces de rastrear sus consecuencias; unacosecha que no creció por su esfuerzo, sino por eltrabajo y el cuidado de una gran cantidad de susconciudadanos. En esta situación, podría decirseque las leyes se hacen para unos pocos, no paramuchos 71 .Un sistema de intervencionismo, que puede ser modificadoa discreción por burócratas o políticos y en elque “nadie sabe cuál es la ley actual o no puede imaginarcuál será la ley mañana” claramente no es unsistema de regulación. (Tal como advirtió Madison,también es la oportunidad perfecta para lo que loseconomistas modernos denominan búsqueda de rentaeconómica, o rent seeking, es decir, la búsqueda de unaganancia privada a través del control del Estado, aunqueno es el foco de este artículo.) Lo que hace que losmercados sean “regulares” es el Estado de derecho,no el intervencionismo. La acumulación de intervencionesno genera un todo coherente, sino un sistemaque no logra cumplir ninguna meta coherente, tiendea sufrir crisis periódicas y, en efecto, se sostiene conel equivalente jurídico del cordel, la cinta y los clips.125