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de los demás. Los precios coordinan miles de planes yacciones individuales; buscando la ganancia propia,se generan beneficios mutuos, y millones de personas(cada una con acceso a fragmentos limitados deinformación y con metas muy variadas) pueden cooperaren paz, ofreciendo su información a otros, nosolo acerca de sus propias metas, sino también sobrelos hechos objetivos, tecnología, recursos disponiblesy más. Eso solo sucede si la búsqueda del propio interésse ve limitada por los derechos de propiedad de losdemás, protegidos por el Estado de derecho. Si el propiointerés se combina con un poder coercitivo sobrelos demás, se convierte en robo, conflictos violentos, ydescoordinación y desorden generalizados.Es por esa razón que tanto la competencia como lacooperación social son procesos, no condiciones perfectasdel mercado o la sociedad. La propiedad, el intercambioy los precios ofrecen incentivos para querevelemos información en un formato útil y nos ayudana coordinar nuestro comportamiento sin recurrira la coerción o a mandatos. Sin duda, es cierto quela mayoría de los propietarios de empresas, pero notodos, preferirían no tener competencia de sus rivales,pero las mismas personas se alegran cuando otroscompiten entre sí en busca de negocios. En generalnos gusta pagar precios más bajos por lo que compramosy cobrar precios más altos por lo que vendemos,por lo que nos agrada la competencia entre quienesproducen y nos venden, y lamentamos cuando otroscompiten con nosotros para vender lo que nosotros producimos.No obstante, a nivel general, la situación es146