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Vol 3. Nº 1. 2003 - Asociación Española de Neuropsiquiatría

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Fundada en 2001Consejo <strong>de</strong> redacción: Víctor Aparicio Basauri, José Filgueira Lois, Juan JoséMartínez Jambrina, Alberto Durán Rivas© Copyright 2001: <strong>Asociación</strong> Asturiana <strong>de</strong> <strong>Neuropsiquiatría</strong> y Salud Mental-Profesionales <strong>de</strong> Salud Mental (<strong>Asociación</strong> <strong>Española</strong> <strong>de</strong> <strong>Neuropsiquiatría</strong>)Camino <strong>de</strong> Rubín s/n. Edificio Teatinos - 33011 Oviedo.e-mail: aenasturias@hotmail.comwww.telecable.es\personales\aenasturiasIlustración <strong>de</strong> la cubierta: Carácter chino para mariposa. I<strong>de</strong>ograma compuesto por:hoja, generaciones y gusano.Reservados todos los <strong>de</strong>rechos. Ninguna parte <strong>de</strong> esta publicación pue<strong>de</strong> ser reproducida,trasmitida en ninguna forma o medio alguno, electrónico o mecánico, incluyendofotocopias, grabaciones o cualquier sistema <strong>de</strong> recuperación <strong>de</strong> almacenaje <strong>de</strong>información, sin la autorización por escrito <strong>de</strong>l titular <strong>de</strong>l Copyright.N.º ejemplares: 750Depósito Legal: AS - <strong>3.</strong>607 - 01ISSN: 1578/9594Impresión: Imprenta Goymar, S.L. - Padre Suárez, 2 - OviedoPeriodicidad: SemestralLos autores son responsables <strong>de</strong> la opinión que libremente exponen en sus artículos


Cua<strong>de</strong>rnos <strong>de</strong> Psiquiatría ComunitariaSUMARIO<strong>Vol</strong>. 3 - Núm. 1 - <strong>2003</strong>Presentación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .El regreso <strong>de</strong> lo cultural. Diversidad cultural y práctica médica en el S. XXI.Josep M. Comelles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .El género como categoría analítica. Revisiones y aplicaciones a la salud.Mari Luz Esteban . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Antropo-lógicas <strong>de</strong> la medicina familiar y comunitaria.José María Uribe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Ulisses, Greta y otras vidas. Tiempo, espacio y confinamiento en un hospitalpsiquiátrico <strong>de</strong>l sur <strong>de</strong> Brasil.Leticia M. Ferreira y Angel Martínez-Hernáez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Grupos <strong>de</strong> ayuda mutua y asociaciones <strong>de</strong> personas afectadas:Reciprocida<strong>de</strong>s, i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s y <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncias.Josep Canals Sala . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Los programas <strong>de</strong> la asociación comisión católica <strong>de</strong> migraciones (ACCEM)en Asturias.ACCEM . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Libros. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Revistas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .Normas <strong>de</strong> Publicación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .


PRESENTACIONA menudo los artículos publicados en estos cua<strong>de</strong>rnos <strong>de</strong> PsiquiatríaComunitaria provienen <strong>de</strong> los seminarios monográficos que la <strong>Asociación</strong>Asturiana <strong>de</strong> <strong>Neuropsiquiatría</strong> y Salud Mental organiza anualmente <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> suEscuela <strong>de</strong> Salud Mental.El número actual correspon<strong>de</strong> al seminario realizado en Febrero <strong>de</strong>l <strong>2003</strong>:"Antropología y Salud Mental". He <strong>de</strong> precisar que no incluimos 2 presentaciones<strong>de</strong>dicadas a estudios y experiencias sobre población sin techo en albergues <strong>de</strong>Asturias por incluirlos en un próximo número <strong>de</strong>dicado mas extensivamente adicho tema. Por otra parte Mª Jose Capellín que amablemente había sustituido aJosé María Uribe, al serle imposible a éste acudir a Asturias, no ha podido por problemaspersonales elaborar un articulo; pero las circunstancias cambian y esta vezsi contamos con la amable colaboración <strong>de</strong>l profesor Uribe que nos envía su colaboraciónpara la publicación.En muchos aspectos la organización <strong>de</strong> ese seminario fue un <strong>de</strong>scubrimiento. Nome refiero a la importancia <strong>de</strong>l método antropológico para resituar al sujeto en sucontexto social; para pasar <strong>de</strong> un enfoque individual al espacio social, la cultura. Loque constataremos en éste número <strong>de</strong> la revista, lo hemos visto en otras publicaciones<strong>de</strong> la AEN (Congreso <strong>de</strong> Santiago) y seguramente lo veremos en las próximasjornadas <strong>de</strong> la AEN en Barcelona (21-23 Mayo 2004). Me refiero al encuentro conun grupo <strong>de</strong> profesionales coherentes con su posición intelectual <strong>de</strong> que la realidadse conoce a través <strong>de</strong> la práctica y <strong>de</strong>l contraste <strong>de</strong>l discurso, lo que significó unaexperiencia fresca y revitalizadora; a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> su colaboración tan ágil y <strong>de</strong>sinteresada.Hace tiempo que echaba <strong>de</strong> menos ese ambiente, que se vio a<strong>de</strong>más acompañadopor un contacto cordial y directo fuera <strong>de</strong> las horas <strong>de</strong> trabajo.El artículo:"El género como categoría analítica. Revisiones y aplicaciones a lasalud" está publicado previamente en el libro "Perspectivas <strong>de</strong> género en salud.Fundamentos científicos y socioprofesionales <strong>de</strong> diferencias sexuales no previstas"(Minerva Ediciones, Madrid 2001). Obviamente contamos con la autorización <strong>de</strong>la editorial y <strong>de</strong> las editoras <strong>de</strong>l libro que ostentan el copyright. Forman parte <strong>de</strong>l"Seminario Interdisciplinar <strong>de</strong> estudios <strong>de</strong> la mujer" <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong>Zaragoza.José Filgueira Lois


Cuad. Psiquiatr. Comunitaria,<strong>Vol</strong>.3, N.º 1, pp. 6 - 21, <strong>2003</strong>El regreso <strong>de</strong> lo cultural. Diversidadcultural y práctica médica en el S. XXI.Josep M. ComellesDepartament d’Antropología.Filosofia i Treball Social.Universitat Rovira i Virgili.Tarragona.RESUMENCuando parece que todas las respuestas proce<strong>de</strong>n<strong>de</strong> la biología molecular, la presencia <strong>de</strong> ladiversidad cultural en el estado <strong>de</strong>l bienestar,plantea unas contradicciones aparentemente irresolubles.Se trata <strong>de</strong> averiguar qué significa hoyel retorno <strong>de</strong> los cultural al sector <strong>de</strong> la salud.En el <strong>de</strong>l nacimiento <strong>de</strong> la clínica mo<strong>de</strong>rna,<strong>de</strong>sapareció el valor <strong>de</strong>l contexto -y también el <strong>de</strong>cultura-en la práctica clínica. Este alejamiento <strong>de</strong>lo cultural se dió en las socieda<strong>de</strong>s liberales en lospaíses occi<strong>de</strong>ntales. Pero actualmente se asiste auna situación en la que la diversidad cultural es unproblema nuevo, crucial para el sector salud, ysobre el que hay poca investigación.Se trataría <strong>de</strong><strong>de</strong>rivar hacia un mo<strong>de</strong>lo comprensivo <strong>de</strong>l contextocultural y <strong>de</strong> la diversidad <strong>de</strong> los pacientes.Palabras Clave: Diversidad cultural; estado<strong>de</strong> bienestar; sector <strong>de</strong> la salud; contexto cultural.ABSTRACTJust when it seemed that all the answers camefrom molecular biology, cultural diversity in ourwelfare state has brought about contradictionswhich seem to be impossible to resolve. It is necessaryto clarify what the return of cultural issuesto the field of health involves.When mo<strong>de</strong>rn clinical knowledge came intobeing, the value of context -and also of culture- disappeared.This happened in all liberal, westernsocieties. Nowadays cultural diversity is a newproblem that has not been studied, although it isessential to the field of health. It will be necessaryto attempt to move towards a mo<strong>de</strong>l which takesinto account cultural context and patient diversity.Key words: Cultural diversity; Health field; culturalcontext.La biomedicina - y la psiquiatría a su vera -quiso abandonar la cultura durante el s.XX. 1Ahora, cuando parece haber triunfado tanto enel diagnostico como en la terapéutica, cuandotodo, o casi todo parece estar protocolizado ytodas las respuestas, o casi todas, parecenvenir <strong>de</strong> la biología molecular, <strong>de</strong> la resolución<strong>de</strong> las ca<strong>de</strong>nas <strong>de</strong>l genoma, o <strong>de</strong> los mediadoresneuronales el gobierno fe<strong>de</strong>ral norteamericanoanuncia que no financiará institucioneshospitalarias que no se acrediten como "culturalmentecompetentes", y en Europa las migracionesextra-comunitarias y la presencia <strong>de</strong>la diversidad cultural en el Estado <strong>de</strong>l bienestarplantean contradicciones aparentementeirresolubles en su cartera <strong>de</strong> servicios. ¿Quésignifica hoy el retorno <strong>de</strong> la "cultura" alsector salud y <strong>de</strong> qué "cultura" estamos hablando?¿Se trata <strong>de</strong> la "cultura" entendidacomo taxonomía étnica, se trata <strong>de</strong> "culturas"


El regreso <strong>de</strong> lo cultural. Diversidad cultural y práctica médica en el S. XXI7como significados, se trata <strong>de</strong> la medicalizacióncomo arena <strong>de</strong> producción <strong>de</strong> significadosculturales en curso <strong>de</strong> cambio?NEGAR LA CULTURA PARACREAR CULTURASPROFESIONALESEl proyecto <strong>de</strong> la biomedicina, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> els.XIX, y el <strong>de</strong> la Psiquiatría a finales <strong>de</strong>l XX,aspiraba a alcanzar la máxima eficiencia diagnóstica,pronóstica y terapéutica, <strong>de</strong>purando,casi patológicamente, la clínica y el laboratorio<strong>de</strong> cuantas variables fuesen accesorias a esostres actos. Operaba sobre una transformación<strong>de</strong> la construcción <strong>de</strong>l conocimiento médico,conocido como el "nacimiento <strong>de</strong> la clínicamo<strong>de</strong>rna", y que es coetáneo con el <strong>de</strong>spliegue<strong>de</strong>l Estado liberal 2 . En este periodo <strong>de</strong>saparecióel valor <strong>de</strong>l contexto - el <strong>de</strong>l medio, la sociedady la cultura <strong>de</strong>l enfermo y <strong>de</strong> la enfermedad- en la práctica clínica, quedando elcuerpo <strong>de</strong>snudo <strong>de</strong>l paciente en la mesa <strong>de</strong> exploracióno el <strong>de</strong>l cadáver en la <strong>de</strong> autopsias enbusca <strong>de</strong> la utopía <strong>de</strong> una práctica técnica quecondujese a una toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones racional.El paciente i<strong>de</strong>al viene a ser hoy uno intubado,monitorizado, que recibe alimentación parenteralpara que no <strong>de</strong>feque, que orina medianteuna sonda, y sobre el cual las computadorasalimentan <strong>de</strong> parámetros objetivos las <strong>de</strong>cisionesque un médico supervisa <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un dispatching,<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el cual dicta ór<strong>de</strong>nes al personaltécnico que realiza los inevitables cambios <strong>de</strong>curas o <strong>de</strong> ropas <strong>de</strong>l paciente hasta que losrobots sean capaces <strong>de</strong> hacerlo 3 . En esa arenala cultura, según los médicos - y en todas susacepciones- habría <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> existir.Aunque en casos concretos y circunstanciasparticulares sea posible acercarse a esa utopía,en algunos pacientes internados en unida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>cuidados intensivos, en pacientes en coma dépasséa los que pue<strong>de</strong> mantenerse en vida largotiempo "conectados", o en donantes, legalmentemuertos pero biológicamente vivos mientrasesperan la llegada <strong>de</strong>l receptor, la anulacióncompleta <strong>de</strong> la capacidad interactiva y <strong>de</strong> laínter subjetividad entre el profesional y el entorno- el paciente, su red social, la propia institución,los otros profesionales -, no se cumplenjamás. Aunque el i<strong>de</strong>al goffmaniano <strong>de</strong>institución total se aproxime más a esasUnida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Cuidados intensivos, que al manicomiocustodial o la cárcel 4 . Incluso en las másperfectas, don<strong>de</strong> parecen imposibles las adaptacionesprimarias y secundarias <strong>de</strong> pacientes y<strong>de</strong>l personal, la evi<strong>de</strong>ncia etnográfica revela laproducción <strong>de</strong> culturas idiosincrásicas queafectan al personal, a los enfermos, a los familiaresy aún al conjunto <strong>de</strong> la institución 5 .Con notable timi<strong>de</strong>z, aunque en públicosuela afirmarse lo contrario, el monolitismo <strong>de</strong>la racionalidad clínica se ve truncado - y así lo<strong>de</strong>nuncia la experiencia etnográfica -, por cambiossutiles en reglamentos y protocolos, por lapermanente construcción <strong>de</strong> prácticas y representacionesque sin ser <strong>de</strong>l todo verbalizadas,ponen <strong>de</strong> manifiesto grietas y contradiccionesque tratan <strong>de</strong> resolver significan mediante estrategiascorporativas que permiten legitimara<strong>de</strong>cuadamente los ámbitos <strong>de</strong> conflicto. Lascontradicciones se recubren mediante rituales,mediante estilos retóricos, mediante silencios,y cuando son irresolubles llevan a vindicar o la"ética", o la "humanización" <strong>de</strong> las prácticas,casi nunca fruto <strong>de</strong>l distanciamiento crítico queemerge <strong>de</strong> la observación etnográfica, sino <strong>de</strong>la asunción individual - raras veces colectiva-,<strong>de</strong> "valores" religiosos o cívicos que por su naturalezaquedan por encima <strong>de</strong> los imperativos<strong>de</strong> la racionalidad científica 6 . Tanto es así que,incluso los médicos que "no salvan vidas"porque no atien<strong>de</strong>n casos <strong>de</strong> gravedad mortalpue<strong>de</strong>n pensar que la búsqueda <strong>de</strong> la máximafrialdad emocional y la mayor distancia en relaciónal cuerpo <strong>de</strong> sus pacientes y reducircuanto haya <strong>de</strong> subjetivo en la relación mejoranlos resultados <strong>de</strong> su tarea 7 . Si cualquier observador<strong>de</strong>sapasionado pue<strong>de</strong> compren<strong>de</strong>r - yaceptar -, la lógica <strong>de</strong> tal proce<strong>de</strong>r en circuns-


8Josep M. Comellestancias extremas, también advierte su imposibleaplicación al conjunto <strong>de</strong> las personas quepi<strong>de</strong>n ayuda a profesionales. Si lo cultural y losocial pue<strong>de</strong>n ven<strong>de</strong>rse como accesorios entomas <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones vitales no es menos ciertoque en ciertas tomas <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones en circunstanciascríticas emergen expresiones como "lasalvaremos porque es joven y tiene dos hijos, situviese más <strong>de</strong> cincuenta…". Negar lo "cultural",- y lo "social" - en las medicina no ha sidoen <strong>de</strong>finitiva más que una forma <strong>de</strong> construirun cultura profesional específica.Hasta que Clau<strong>de</strong> BERNARD (1984), en1865, la convirtió en experimental, y abrió lapuerta a una disciplina tan científica como laFísica, la Medicina fue una tekhné, o un arsque combinaba una hermenéutica <strong>de</strong> los escritos<strong>de</strong> autorida<strong>de</strong>s, con conocimiento empíricosobre salud y enfermedad fruto <strong>de</strong> la interacciónmás o menos sistemática con el medioy con las poblaciones tratadas, experienciasobre la physis que procedía <strong>de</strong> la teoría hipocráticay <strong>de</strong> la ciencia aristotélica 8 . Esa tekhnése limitaba al entorno mediterráneo clásico,islámico o cristiano, a Europa y a las poblacionescriollas <strong>de</strong> las colonias americanas. Poreso "la medicalización", un proceso <strong>de</strong> hegemoníaque sigue hoy, fue inicialmente unhecho "locales" - ciudadano - en la EdadMedia, hasta los primeros intentos <strong>de</strong> políticaspúblicas a escala <strong>de</strong> Estado, muy tímidas aúncorrespon<strong>de</strong>n al s.XVI 9 . Hay suficiente evi<strong>de</strong>nciahistórica para afirmar que lo que llamamospluralismo asistencial - o médico -, fuey es la norma generalizada <strong>de</strong>l conjunto <strong>de</strong> lassocieda<strong>de</strong>s, aunque el mo<strong>de</strong>lo médico, a partir<strong>de</strong> su articulación con el estado liberal sea hoyhegemónico y su influencia cultural gigantesca.Antes <strong>de</strong> Clau<strong>de</strong> Bernard, la búsqueda <strong>de</strong>la hegemonía <strong>de</strong> los médicos se limitaba a adquiriruna patente política <strong>de</strong> monopolio cuyoslímites eran notorios 10 , puesto que la producción<strong>de</strong> conocimiento y experiencia clínica erael producto consciente <strong>de</strong> la interacción entredistintos especialistas, entre distintos discursoscomo los religiosos, y <strong>de</strong> los saberes compartidosque se engendraban en la cabecera <strong>de</strong>los enfermos con la red <strong>de</strong> estos. 11 Creo que eneste contexto pue<strong>de</strong> aplicarse propiamente lai<strong>de</strong>a <strong>de</strong> co-producción <strong>de</strong> saberes que proponeAlberto Bialakowski. La co-producción explicala apropiación por los médicos, albéitares yboticarios <strong>de</strong> las terapéuticas y <strong>de</strong> la materiamédica popular que se transportó a las farmacopeas,y la asunción <strong>de</strong> las interpretacioneshipocrático-galénicas sobre la causalidad porparte <strong>de</strong> los profanos que los folkloristas <strong>de</strong>ls.XIX <strong>de</strong>finieron como "medicina popular"para caracterizarla como supervivencia <strong>de</strong> unconocimiento sincrético, al tiempo que tuvieronbuen cuidado <strong>de</strong> discernir entre aquellossaberes empíricos que podían incorporarse ala biomedicina, y los que quedaban fuera <strong>de</strong>sus límites - la medicina popular como taxón<strong>de</strong> una presunta especificidad cultural <strong>de</strong> laspráctica y las representaciones sobre la salud yla enfermedad -, admitiendo que el embodimentcolectivo <strong>de</strong> dichas experiencias compartidasera constitutivo <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> salud /enfermedad/atención, aunque lo calificasen <strong>de</strong>supervivencia a aculturar. 12A pesar <strong>de</strong> los esfuerzos por legitimar elarte médico anteriores al s. XIX, la cultura profesionalcontemporánea <strong>de</strong> los médicos es muyreciente y tiene su origen entre finales <strong>de</strong>ls.XVIII y 1850. 13 El nuevo proyecto profesionalvenía <strong>de</strong>l intento <strong>de</strong> los médicos para ubicarsecomo los intelectuales orgánicos <strong>de</strong> unproyecto <strong>de</strong> ingeniería social asociada al <strong>de</strong>spliegue<strong>de</strong> la gubernamentalidad en el Estadomo<strong>de</strong>rno (PETER, 1975; FOUCAULT, 1979;PESET, 1993), implicaba <strong>de</strong>sarrollar unaforma distinta <strong>de</strong> producción <strong>de</strong>l conocimientocientífico menos <strong>de</strong>pendiente <strong>de</strong> la experienciaclínica cotidiana y <strong>de</strong> la co-producción <strong>de</strong> saberes,14 y pronto cuestionó las teorías <strong>de</strong> la causalidadambientalistas propias <strong>de</strong>l neo-hipocratismoasí como el valor <strong>de</strong> la observaciónetnográfica en la práctica médica. 15 Condujo acambios sustanciales en el mercado médico, en


El regreso <strong>de</strong> lo cultural. Diversidad cultural y práctica médica en el S. XXI9la reproducción <strong>de</strong> relaciones <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r entre elcurador y el profano, en la posición <strong>de</strong> mediadororgánico <strong>de</strong> los profesionales en la sociedadactual y en el significado <strong>de</strong> las institucionessanitarias en la sociedad actual. Todo elloda lugar a cambios culturales al <strong>de</strong>shacer la relaciónanterior - propia <strong>de</strong>l neohipocratismo -,entre medio - y cultura -, y enfermedad, para<strong>de</strong>jarla en una relación exclusivamente entrenaturaleza y enfermedad. Esta transición entrela tekhné como práctica local y la biomedicinacientífica y experimental no es un cambiobrutal, sino un proceso largo y complicado queni sigue la misma pauta en todas partes, nisupone procesos homogéneos o idénticos incluso<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l territorio <strong>de</strong> los estados nacionales.Tanto es así que la fase actual <strong>de</strong>l proceso<strong>de</strong> medicalización, y que ha conducido a lahegemonía <strong>de</strong> lo que Menén<strong>de</strong>z (1978), llamaramo<strong>de</strong>lo médico, lejos <strong>de</strong> ser un proceso monolítico,se muestra como el producto <strong>de</strong> procesoshistóricos más complejos, puesto que vaa girar en torno a tres pilares complementarios:el <strong>de</strong>sarrollo en sí mismo <strong>de</strong>l Estado liberal, 16 elcamino en los estados europeos <strong>de</strong>s<strong>de</strong> elEstado Social al Estado provi<strong>de</strong>ncia; la rupturaque significó en los Estados Unidos el FlexnerReport en la gestión, administración y organizaciónprofesional <strong>de</strong> los hospitales articuladacon la involución <strong>de</strong>l Estado social. 17 Esos trespilares, y el diálogo entre ellos permiten caracterizarlas líneas <strong>de</strong> fuerza fundamentales quehan mo<strong>de</strong>lado en los distintos países procesos<strong>de</strong> medicalización distintos - diversos -, consus formas culturales articuladas con procesoshistóricos idiosincrásicos. 18 Estas formas culturalesse configuran a partir <strong>de</strong>l embodiment porla población <strong>de</strong> su experiencia en relación a losdispositivos <strong>de</strong>splegados por la concatenaciónentre políticas públicas y privadas y el Estado.La diferencia entre el "arte" médico, queantaño caractericé como "mo<strong>de</strong>lo clásico", y labiomedicina mo<strong>de</strong>rna es que no significó la suplantacióncompleta <strong>de</strong>l primero por la segunda,sino su subalternidad, 19 a pesar que duranteel s.XX se vindique al primero como el i<strong>de</strong>altype <strong>de</strong> la práctica médica, menos por su eficaciaterapéutica, que por su actitud abierta ycomprensiva al paciente y a su circunstancia.Su subalternidad y su condición i<strong>de</strong>al se ponen<strong>de</strong> relieve porque la retórica actual respecto almédico generalista fue también una forma <strong>de</strong>combatir la socialización y la salarización <strong>de</strong>los médicos vistos como un atentado a la libertad<strong>de</strong>l mercado médico. También respon<strong>de</strong>, enalgunos casos a la sensación <strong>de</strong> pérdida <strong>de</strong>i<strong>de</strong>ntidad -y <strong>de</strong> po<strong>de</strong>r-, que significa un trabajoen hospital o en atención primaria, cada vezmás estructurado en forma cooperativa y en laque el diagnóstico, el pronóstico y la terapéuticaacaban siendo el producto <strong>de</strong> un trabajo enequipo. Junto a ello está el <strong>de</strong>bate por la hegemonía<strong>de</strong> dos formas <strong>de</strong> racionalidad y <strong>de</strong> subjetividad.En la tekhné el peso <strong>de</strong> la experiencia- en el sentido aristotélico <strong>de</strong>l término -, era elvalor fundamental, más allá <strong>de</strong>l propio conocimientolibresco y exigía una estrategia <strong>de</strong> incorporación<strong>de</strong> la misma que por <strong>de</strong>finición eraintersubjetiva, por muy cínica y venal que pudieraresultar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> la ubicaciónprofesional <strong>de</strong>l médico. Más aún latekhné combinaba una mirada clínica sobre elpaciente, con una mirada etnográfica sobre elcontexto <strong>de</strong>l paciente que le permite manejaresa producción <strong>de</strong> conocimiento intersubjetivo- mediante técnicas etnográficas - y favorecía el<strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong> saberes en el espacio (locus) <strong>de</strong>lpaciente. En cambio, en el mo<strong>de</strong>lo hospitalario,en la biomedicina, la estrategia <strong>de</strong> conocimientopasa por eliminar lo ahora accesorio, <strong>de</strong>jandoal cuerpo libre <strong>de</strong> los acci<strong>de</strong>ntes sociales yculturales, eliminando la etnografía y apostandopor la sóla clínica. Para ello el enfermo setransporta a un espacio (locus) <strong>de</strong> conocimientoen el cual el cuerpo se individualiza. Nóteseque si en el primer caso el médico busca la coproducción<strong>de</strong> saber, aunque conserve sus parcelas<strong>de</strong> secreto, en el segundo se trata <strong>de</strong> excluir<strong>de</strong> la co-producción <strong>de</strong> terceros. El papelcultural <strong>de</strong> los médicos en la tekhné era local,en la biomedicina <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> serlo al articularse


10 Josep M. Comellescon una filosofía política global. Y como excluyela experiencia intersubjetiva, y acentúa la<strong>de</strong>slocalización <strong>de</strong>l enfermo <strong>de</strong> su medio,acaba disolviendo la producción individual <strong>de</strong>conocimiento a favor <strong>de</strong> un conocimiento compartido20 lo suficientemente inespecífico paraefectuar una <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> salud global. 21LIBERALISMO Y MODELOMÉDICOLas relaciones entre el pensamiento liberal,marxista, socialcristiano o social<strong>de</strong>mócrata y elpensamiento médico no han dado lugar a excesivalabor hermenéutica, y sí a muchas simplificaciones.FOUCAULT en sus trabajos sobrela medicalización y el biopo<strong>de</strong>r o CASTEL(1995) sobre la salarización, o MENÉNDEZ(1978) sobre el mo<strong>de</strong>lo médico establecen lasprofundas relaciones entre pensamiento liberaly mo<strong>de</strong>lo médico. Escritas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> perspectivascríticas y con una voluntad explícita <strong>de</strong> toma <strong>de</strong>conciencia colectiva en contextos históricosbien <strong>de</strong>finidos, su lectura poco crítica pue<strong>de</strong>favorecer una imagen monolítica, mecánica yreduccionista <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> medicalización, loque no es el caso. Prefiero tomar esas propuestascomo hipótesis o puntos <strong>de</strong> partida para explorarsus dimensiones, y muy particularmentesu papel en la producción <strong>de</strong> significados culturales,lo que nos obliga a no poner en elmismo saco, por ejemplo, las relaciones <strong>de</strong>lmo<strong>de</strong>lo médico con el pensamiento liberal enEstados Unidos y las que se producen en elEstado <strong>de</strong>l bienestar europeo - en sus muy diversasmanifestaciones -. 22 Sus facetas son tanvariadas que el problema que he enunciado alprincipio, el regreso <strong>de</strong> lo cultural, tampocopue<strong>de</strong> ser contemplado bajo los mismos criteriosy parámetros. 23 En Europa, los caminosson tan diversos <strong>de</strong> un extremo a otro <strong>de</strong>l continente,que no solo es imposible pensar en unproceso <strong>de</strong> medicalización homogéneo, sinoque probablemente la propia noción <strong>de</strong> medicalizaciónno tiene el mismo significado enunos lugares que en otros.Buena parte <strong>de</strong> teoría sobre la medicalizaciónproce<strong>de</strong> <strong>de</strong> los casos francés, británico ynorteamericano como referentes históricos enla evolución <strong>de</strong>l Estado liberal. Enfatizan elsignificado <strong>de</strong> los dispositivos <strong>de</strong> protecciónsocial, y en las implicaciones jurídicas y políticasen el mismo <strong>de</strong>l <strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong> dispositivos<strong>de</strong> protección social, no sólo los médicos, sinotambién los psiquiátricos y los <strong>de</strong> asistencia alos pobres. 24 EWALD (1996) cree que el nacimiento<strong>de</strong>l Estado social se enraiza en la verificaciónempírica <strong>de</strong> los efectos colaterales <strong>de</strong>lliberalismo económico y político, a principios<strong>de</strong>l s. XIX, y <strong>de</strong> la discusión sobre la noción <strong>de</strong>responsabilidad que contribuirá a la configuración<strong>de</strong> una cultura civil igualitaria. CASTEL(1995) la ha <strong>de</strong>sarrollado para compren<strong>de</strong>r losrecientes procesos <strong>de</strong> <strong>de</strong>safiliación a esa civilidad,relacionándola con el auge y la <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>ncia<strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> salarización <strong>de</strong> la ciudadanía.La crítica <strong>de</strong> Castel al dispositivocomunitario <strong>de</strong> protección social <strong>de</strong>l AntiguoRégimen, <strong>de</strong>be verse <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su adhesión a la filosofíapolítica republicana francesa. Para él lacomunidad como instancia <strong>de</strong> solidaridad notiene su lugar, más que como supervivencia, ypor tanto la individualización <strong>de</strong> los actores socialesmediante el salario, tendría su correspon<strong>de</strong>nciaen la individualización <strong>de</strong> los cuerpospropia <strong>de</strong> la transición hacia unabiomedicina, brazo armado <strong>de</strong> la política, en laretórica <strong>de</strong>l combate <strong>de</strong> ésta contra las <strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s<strong>de</strong>rivadas <strong>de</strong>l hambre, la mortalidady las epi<strong>de</strong>mias. En el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> Castel nocabe la diversidad cultural sino como arcaísmo.Sospecho que Castel piensa en la diversidadcultural como el producto <strong>de</strong> una i<strong>de</strong>ntificaciónadministrativa <strong>de</strong> lo cultural, pero en absolutoen los términos que la enten<strong>de</strong>rían enAntropología BAHBA (2002) o APPADURAI(2001), o en política KYMLICKA (1996).Es la rigi<strong>de</strong>z republicana y civil <strong>de</strong> las concepcionessobre lo cultural que, a mi juicio, <strong>de</strong>bilitanlas argumentaciones <strong>de</strong> Castel, no paralos objetivos <strong>de</strong> la biomedicina - o <strong>de</strong> la psi-


El regreso <strong>de</strong> lo cultural. Diversidad cultural y práctica médica en el S. XXI11quiatría -, hasta la crisis <strong>de</strong>l petróleo <strong>de</strong> 1975,ni por su precoz y brillante aportación a la gestión<strong>de</strong>l riesgo (CASTEL, 1981), sino porqueel edificio <strong>de</strong> su concepto <strong>de</strong> <strong>de</strong>safiliación,pasa por una suerte <strong>de</strong> nihilismo respecto a lareconstrucción <strong>de</strong> las relaciones societales quese <strong>de</strong>smiente cada día en torno a los movimientos<strong>de</strong> agrupamiento y <strong>de</strong> construcción <strong>de</strong>nuevas i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s y movimientos sociales característicos<strong>de</strong>l sector salud, como los grupos<strong>de</strong> ayuda mutua, y que tienen su correlato enformas muy complejas <strong>de</strong> construcción <strong>de</strong> sociabilidad- y <strong>de</strong> construcción cultural en la sociedadmo<strong>de</strong>rna. 25 En ningún caso Castel seplanteó, a finales <strong>de</strong> los setenta, que el problema<strong>de</strong> la crisis <strong>de</strong>l estado <strong>de</strong>l bienestar había<strong>de</strong>jado <strong>de</strong> ser un problema <strong>de</strong> cantidad basadoen indicadores sanitarios, para serlo <strong>de</strong> calida<strong>de</strong>n la atención. Eso significa que el problemano es tanto que el proyecto biomédico no hayatriunfado y sus valores hayan sido embodiedpor la población, como que ahora la <strong>de</strong>manda<strong>de</strong> ayuda <strong>de</strong> la población al sistema ya no correspon<strong>de</strong>a las priorida<strong>de</strong>s tradicionales,como la atención a la enfermedad aguda, a losacci<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong> trabajo, al hambre y a la pobreza,sino los malestares <strong>de</strong> una sociedad teóricamente"sana" entendida esta como una sociedadque ha disminuido la mortalidad porinfecto contagiosas y la morbimortalidad infantily materna, y ha aumentado dos o tresveces la esperanza <strong>de</strong> vida y a la que pue<strong>de</strong>naplicarse los aforismos aquellos <strong>de</strong> que lasalud es un estadio transitorio que no presagianada bueno, o el <strong>de</strong> que un hombre sano essimplemente un enfermo que ignora su condición…Cuando Menén<strong>de</strong>z, formuló en 1978 lascaracterísticas <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo médico, olvidamosque lo pensó <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su experiencia sobredos países sin estado <strong>de</strong>l bienestar (México yArgentina), y en un momento en que en otros- la propia España -, discutían el <strong>de</strong>spliegue<strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo, cuando en Francia, Alemania,Gran Bretaña y Suecia ya habían alcanzadosus objetivos <strong>de</strong> manera que nuestros objetivosno podían ser presentados sino como unperiodo <strong>de</strong> transición, relativamente breve -un cuarto <strong>de</strong> siglo -, tras el cual nos habríamos<strong>de</strong> confrontar con las nuevas necesida<strong>de</strong>s<strong>de</strong> una sociedad "sana". 26Quería llegar aquí puesto que el <strong>de</strong>batesobre la diversidad en salud y sobre el papel <strong>de</strong>lo cultural, surge en dos circunstancias históricasdistintas. La primera es el <strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong>lproyecto <strong>de</strong> la biomedicina y la salud públicaen países no occi<strong>de</strong>ntales que no tienen porquecompartir los rasgos ju<strong>de</strong>o cristianos o ilustradoscaracterísticos <strong>de</strong> la articulación entre elmo<strong>de</strong>lo médico y el pensamiento liberal occi<strong>de</strong>ntal.Aun en mi mo<strong>de</strong>sto conocimiento <strong>de</strong>Japón, es evi<strong>de</strong>nte que el proceso <strong>de</strong> medicalizaciónen Oriente adquiere unas característicasidiosincrásicas que permiten poner encuestión el etnocentrismo con que los occi<strong>de</strong>ntaleslo concebimos, 27 y casi no hace faltainsistir en el papel que ha jugado laAntropología cultural en el <strong>de</strong>spliegue <strong>de</strong> serviciossanitarios en el llamado Tercer Mundo.La segunda circunstancia es distinta y se refiereal problema que plantea hoy en los países<strong>de</strong>sarrollados una <strong>de</strong>manda cualitativamentesesgada basada en cuidados <strong>de</strong> salud, enfermeda<strong>de</strong>scrónicas y <strong>de</strong>generativas, y medicalización<strong>de</strong> malestares y formas <strong>de</strong> aflicción en todala población, así como los problemas que planteala diversidad cultural - actualmente percibidapor el impacto <strong>de</strong> la inmigración comunitaria-, en la relación comunicativa que se produceentre el <strong>de</strong>mandante <strong>de</strong> servicios y los profesionalesque los ofrecen. 28 Los límites <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lomédico hegemónico y su negación <strong>de</strong> lo cultural,se ponen <strong>de</strong> manifiesto por dos bandas: porla banda alta la que correspon<strong>de</strong>, simplificandoa las clases altas y medias y a los sectores másprósperos <strong>de</strong>l proletariado porque no respon<strong>de</strong>a<strong>de</strong>cuadamente a los cambios culturales en lasrepresentaciones <strong>de</strong> la salud y <strong>de</strong> la enfermedad;por la banda baja, porque la sofisticación <strong>de</strong>l


12 Josep M. Comellesdispositivo técnico <strong>de</strong> la biomedicina <strong>de</strong>sarrolladaen países industrializados y bien capitalizados,no pue<strong>de</strong> utilizarse por falta <strong>de</strong> recursos enla mayor parte <strong>de</strong> países <strong>de</strong>l mundo.El sistema <strong>de</strong> salud cubano, que fuera, durantedécadas, el mejor <strong>de</strong> América latina,entra en crisis cuando el Estado cubano, carente<strong>de</strong> recursos, no pue<strong>de</strong> sostener el ritmo<strong>de</strong> inversiones que la biomedicina necesita enla actualidad, ni soportar la enorme rapi<strong>de</strong>z <strong>de</strong>las amortizaciones <strong>de</strong> recursos y tecnología.Pero la biomedicina entra en crisis, en el tercermundo, por la ina<strong>de</strong>cuación <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo a lanecesidad <strong>de</strong> construcción <strong>de</strong> la experienciaínter subjetiva con las amplísimas clases popularessin recursos. En esas circunstancias noes posible la complejidad diagnóstica y terapéutica<strong>de</strong> la biomedicina y esta <strong>de</strong>be acantonarseen un mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> práctica hegemónico -la práctica primaria -, que ahora es un paradigmasubalterno <strong>de</strong> la biomedicina.El fiasco <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo médico, se producepor su incapacidad <strong>de</strong> adaptarse al cambio <strong>de</strong>una <strong>de</strong>manda sostenida por el riesgo <strong>de</strong>muerte, a otra que trata <strong>de</strong> evitar el riesgo <strong>de</strong>lsufrimiento a medio o largo plazo en el cual elpaciente se halla inerme puesto que la cultura<strong>de</strong> la biomedicina no asegura su seguimiento<strong>de</strong> modo a<strong>de</strong>cuado salvo en casos singulares. 29Es en buena medida el producto <strong>de</strong> haber abandonadolos criterios <strong>de</strong> co-producción con losprofanos que ha llevado a infravalorar su papely su conocimiento respecto a la salud y por esecamino a alentar su <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> terceros, 30especialmente cuando la implantación <strong>de</strong>l <strong>de</strong>rechouniversal a la salud ha <strong>de</strong>rribado las barreras<strong>de</strong> mercado para el acceso a los profesionalesy los servicios. En el tercer mundo yno solo en él, el auge <strong>de</strong> los movimientos alternativosrepresenta formas <strong>de</strong> organización y<strong>de</strong> resistencia que conducen precisamente areinventar estructuras <strong>de</strong> producción <strong>de</strong> conocimientocolectivo que puedan actuar comogrupos <strong>de</strong> presión, o como alternativas a las carencias<strong>de</strong> los dispositivos. 31La falta <strong>de</strong> análisis cualitativo y <strong>de</strong> evaluaciónsobre la biomedicina en el estado <strong>de</strong>l bienestarnos mantiene prisioneros <strong>de</strong>l esquematismo<strong>de</strong> las propuestas que tratan <strong>de</strong> justificar losproblemas <strong>de</strong>rivados <strong>de</strong> la medicalización, casiexclusivamente a partir <strong>de</strong> las insuficiencias jurídicas,<strong>de</strong> valores "humanistas" o <strong>de</strong> la psicologizacióno la psicodinamización <strong>de</strong> la relaciónmédico-enfermo. Sólo más recientemente,la teoría antropológica ha asumido el problema<strong>de</strong> la construcción <strong>de</strong> significados culturales apartir <strong>de</strong> nociones como el embodiment 32 perono ha sido abundante la producción <strong>de</strong> evi<strong>de</strong>nciaempírica en contextos europeos. 33Muy poca investigación se construye sobreetnografías <strong>de</strong> las relaciones entre los ciudadanos,los profesionales y las instituciones, ymenos aún se plantea que hecho que la diversidadcultural y sobre todo la construcción <strong>de</strong>significados culturales en un contexto como enel que vivimos no pue<strong>de</strong> hacerse sobre la base<strong>de</strong> protocolos <strong>de</strong> "i<strong>de</strong>ntificación" cultural administrativa,sino comprendiendo la complejidad<strong>de</strong> las i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s múltiples <strong>de</strong> los ciudadanos<strong>de</strong> una sociedad mo<strong>de</strong>rna. Es en esteescenario basado en el mestizaje cultural y lahibridación don<strong>de</strong> pue<strong>de</strong>n observarse cambiosmuy profundos, y diversos, en la percepción <strong>de</strong>las amenazas <strong>de</strong> salud en las socieda<strong>de</strong>s <strong>de</strong>sarrolladas,en los patrones <strong>de</strong> uso <strong>de</strong> los serviciosy en la retórica política que sustituye hoyla i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> enfermedad por la <strong>de</strong> salud, menosmédica y más política, menos particular y másuniversal en un contexto en el que se habla,precisamente <strong>de</strong> reducir el catálogo <strong>de</strong> prestaciones<strong>de</strong> enfermedad. Pero en un contexto enel que la diversidad cultural es un problemanuevo, crucial para el sector salud, y para losantropólogos que nos confrontamos con él.DISPOSITIVOS Y DIVERSIDADCULTURAL"The following national standards issued


El regreso <strong>de</strong> lo cultural. Diversidad cultural y práctica médica en el S. XXI13by the U.S. Department of Health and HumanServices' (HHS) Office of Minority Health(OMH) respond to the need to ensure that allpeople entering the health care system RE-CEIVE EQUITABLE AND EFFECTIVE TRE-ATMENT IN A CULTURALLY AND LIN-GUISTICALLY APPROPRIATE MANNER.These standards for culturally and linguisticallyappropriate services (CLAS) are proposedAS A MEANS TO CORRECT INEQUITIESthat currently exist in the provision of healthservices and to make these services more responsiveto the individual needs of all patients/consumers.The standards are inten<strong>de</strong>dto be inclusive of all cultures and not limited toany particular population group or sets ofgroups; however, they are especially <strong>de</strong>signedto address the needs of racial, ethnic, and linguisticpopulation groups that experience unequalaccess to health services."Esta es una <strong>de</strong> las respuestas <strong>de</strong>l Gobiernoen Estados Unidos al problema <strong>de</strong> la atencióna la diversidad cultural. Hace referencia a lanecesidad <strong>de</strong> acreditación cultural <strong>de</strong> los hospitalespúblicos que <strong>de</strong>seen recibir subvencionesfe<strong>de</strong>rales. Si hasta ahora la acreditaciónhacía referencia a la práctica sanitaria, académicau hotelera, ahora se extien<strong>de</strong> a un escenario<strong>de</strong> diversidad cultural en pos <strong>de</strong> mejorarla equidad en la atención. Tras ella se halla elconcepto <strong>de</strong> competencia cultural (culturalcompetence), que aparece reiteradamente en laliteratura biomédica norteamericana <strong>de</strong>s<strong>de</strong>hace años, y que revela un cambio en la conciencia<strong>de</strong> los profesionales <strong>de</strong> los responsablespolíticos respecto a la diversidad cultural,en la línea <strong>de</strong> la discusión sobre los <strong>de</strong>rechos<strong>de</strong> las minorías (KYMLICKA, 1996).Para un antropólogo europeo, que lea porencima esto, pue<strong>de</strong> parecerle un avance. Y nodudo que en algún aspecto lo es, especialmenteen lo que hace referencia a la necesidad <strong>de</strong>los hospitales <strong>de</strong> asegurar una traducción enlenguas diversas a la documentación clínicaque firma el enfermo a su ingreso, así como al<strong>de</strong>recho <strong>de</strong>l enfermo a ser informado a<strong>de</strong>cuadamente- consentimiento informado - <strong>de</strong> lasactuaciones que van a ejercerse sobre él. Estadimensión cuyos efectos son fundamentalmentejurídicos, no significa <strong>de</strong>masiado, es unamedida que trata <strong>de</strong> blindar a las administracioneshospitalarias <strong>de</strong> la malpráctica relacionadacon las dificulta<strong>de</strong>s <strong>de</strong> colectivos cadavez más numerosos en Estados Unidos que noentien<strong>de</strong>n el inglés, y mucho menos la redacciónleguleya <strong>de</strong> los documentos <strong>de</strong> autorizaciónque, por docenas, un paciente firma a suingreso en el hospital o antes <strong>de</strong> la intervención.A mi juicio, no este aspecto no respon<strong>de</strong>tanto a una i<strong>de</strong>a amplia <strong>de</strong> la diversidad cultural,como a una cultura jurídica en la que la jurispru<strong>de</strong>nciabasada en la common law <strong>de</strong>begarantizar la seguridad jurídica <strong>de</strong>l ciudadano.Pienso, como contraste en el caso lamentable<strong>de</strong> la muerte <strong>de</strong> un infante magrebí en el servicio<strong>de</strong> urgencias <strong>de</strong>l Hospital <strong>de</strong> Melilla haceun par <strong>de</strong> años, que fue <strong>de</strong>spachado sin más porla ministra <strong>de</strong> turno, insinuando que la culpaera <strong>de</strong> la madre que no hablaba español… Eneste punto lo que se plantea no es un problema<strong>de</strong> "competencia cultural" - concepto sobre elque volveré algo más tar<strong>de</strong>, sino algo que podríamosllamar "competencia lingüística", o"competencia jurídica" y que tiene que ver conel más elemental sentido común en un contextoglobalizado en el que el recurso a las institucionessanitarias, tanto en situaciones <strong>de</strong> emergenciacomo en otras, plantea a lasinstituciones sanitarias públicas el problema <strong>de</strong>po<strong>de</strong>r "traducir" las <strong>de</strong>mandas <strong>de</strong> atención. Enlos países turísticos, como España, este es unfenómeno bien conocido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los primerossesenta, pero que durante décadas no planteóproblemas pues el turista acci<strong>de</strong>ntal pagaba suvisita y era reembolsado posteriormente porsus cajas <strong>de</strong> Seguridad Social, y más tar<strong>de</strong> eseturista llevaba su bloc <strong>de</strong> convenio o disponía<strong>de</strong> un seguro <strong>de</strong> viajes que aseguraba su repatriacióno la atención <strong>de</strong> emergencia. Esta problemáticase acentúa con la llegada <strong>de</strong> inmi-


14Josep M. Comellesgrantes extracomunitarios, por el hecho que elcatálogo <strong>de</strong> lenguas se amplia - solo enCataluña la Conselleria <strong>de</strong> Sanitat tiene censadas37 habituales -, algunas <strong>de</strong> ellas no eranmuy frecuentes en nuestros pagos - urdu, bereber-, y muy a menudo la <strong>de</strong>manda <strong>de</strong> atenciónno es sólo la emergencia, que pue<strong>de</strong> resolversemediante un sistema <strong>de</strong> traducción por teléfonoen el peor <strong>de</strong> los casos, sino la continuidady el seguimiento <strong>de</strong> los casos.Des<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> la competencialingüística, esto no significa pues que se produzcaun cambio cultural en el mo<strong>de</strong>lomédico. Ni mucho menos: el médico recibetraducción telefónica o usa un vocabulariomultilingüe para "traducir" los signos y reificarlos síntomas, sin que ello suponga ningunasensibilidad especial a favor <strong>de</strong> la diversidadcultural <strong>de</strong>l paciente. Finalmente, nos hallamosen un escenario administrativo, en el cualla narrativa <strong>de</strong>l paciente, y el modo cómo expresasu enfermedad, tengan que tener relevanciaen el diagnóstico, pronóstico, terapéuticay seguimiento, puesto que una vez"traducido" el síntoma, la racionalidad aplicablees la misma. Es más, el sistema espera quea la vuelta <strong>de</strong> dos o tres años, la competencialingüística <strong>de</strong>l inmigrante sea suficiente comopara prescindir <strong>de</strong>l mediador en esta etapa.Es en este punto don<strong>de</strong> pue<strong>de</strong> compren<strong>de</strong>rsela falacia <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> "competencia cultural",lo cual explica la hostilidad <strong>de</strong> los antropólogosnorteamericanos al respecto. Tal ycomo se formula en América no solo no poneen peligro al mo<strong>de</strong>lo médico, sino que protegea los profesionales <strong>de</strong> las acciones judiciales<strong>de</strong>bidas a mal prácticas <strong>de</strong>rivadas <strong>de</strong>l <strong>de</strong> lalengua o <strong>de</strong> la idiosincrasia cultural <strong>de</strong> los pacientes.Es cierto, que en su mo<strong>de</strong>stia, la acreditacióncultural tiene la virtud <strong>de</strong> ampliar elespacio <strong>de</strong> la acreditación a variables <strong>de</strong> naturalezacultural, y significa una primera llamada<strong>de</strong> atención respecto a los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> las minorías,pero su fundamentación en un mo<strong>de</strong>lo<strong>de</strong> taxonomía étnica y cultural muy rígido tienea mi juicio efectos in<strong>de</strong>seables importantes. Elprincipal el que no pone en cuestión la racionalidadmédica, y por tanto una forma <strong>de</strong> construcción<strong>de</strong>l pensamiento que excluye el valor<strong>de</strong> lo cultural y los social en la práctica, peroque permite "añadirlo", sin más a la lista <strong>de</strong>ítems que <strong>de</strong>ben registrarse en los protocolosclínicos. Kleinman nos comentaba tiempoatrás, riendo, que sus estudiantes acaban escribiendoen las historias: signos, síntomas, exploracionesy… mo<strong>de</strong>lo explicativo <strong>de</strong> la enfermedad,convirtiendo lo cultural en un ítempolíticamente correcto, pero sin que contribuyaa una producción dialéctica <strong>de</strong> saberes.Sin embargo, la presencia cada vez mayor<strong>de</strong> inmigrantes en los países <strong>de</strong>sarrollados estáproduciendo un efecto, distinto al anterior,mucho menos reducible a variables discretas,y que sí pone en cuestión la propia racionalidad<strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo médico. Me refiero no a losproblemas que plantea la atención <strong>de</strong> emergencia- que sería el caso clásico -, como losproblemas que plantea a los servicios <strong>de</strong> saludla presencia <strong>de</strong> una población inmigrante, previamentemedicalizada en sus países <strong>de</strong> origeny a menudo con formación media o superior, 34cuya <strong>de</strong>manda correspon<strong>de</strong> a atención primaria,en salud mental o que va a precisar seguimiento.Es <strong>de</strong>cir un escenario <strong>de</strong> práctica en elcual la comunicación intercultural, la intersubjetividad,y la co-producción <strong>de</strong> saberes van aocupar la parte principal <strong>de</strong> la escena, 35 <strong>de</strong> unmodo idéntico a como se produce con los ciudadanos<strong>de</strong>l país, pero ante una situación en laque entre los nuevos clientes y profesionales,no pue<strong>de</strong> haber, a corto plazo, las mismascomplicida<strong>de</strong>s que se han construido durantedécadas entre los profesionales <strong>de</strong> la salud ylos ciudadanos, y que dan lugar a la producción<strong>de</strong> práctica y representaciones con las quenos manejamos en lo cotidiano. El efecto <strong>de</strong> lainmigración tiene el valor <strong>de</strong> llamar la atenciónsobre la necesidad <strong>de</strong> co-producir y <strong>de</strong>gestionar las variables culturales, una vez que


El regreso <strong>de</strong> lo cultural. Diversidad cultural y práctica médica en el S. XXI 15las culturas en torno a la salud parecían tancompartidas por la ciudadanía que parecía queno <strong>de</strong>bían merecer atención, puesto que nuestraciudadanía ya había asumido y compartíaun estilo <strong>de</strong> funcionar idiosincrásico y amenudo muy automatizado.La diversidad cultural asociada a la inmigración,representa elementos <strong>de</strong> reorganización<strong>de</strong> la cultura <strong>de</strong> la salud en el conjunto<strong>de</strong> la población, tanto porque <strong>de</strong>safía la organización<strong>de</strong> los dispositivos o abre espaciosimprevistos <strong>de</strong> uso, porque <strong>de</strong>safía las culturasorganizaciones <strong>de</strong> los profesionales y <strong>de</strong>las instituciones exigiendo cambios y nuevasestrategias <strong>de</strong> formación, y porque supone<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista político - y especialmenteen Europa -, un reconocimiento <strong>de</strong> los<strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> las minorías que habitualmentese había escudado en el principio <strong>de</strong> la homogeneidadcultural "nacional", para disimularla diversidad cultural.En la literatura sanitaria europea el concepto<strong>de</strong> cultural competence no ha llegadoapenas, puesto que nuestro Estado <strong>de</strong>lBienestar, basado en el <strong>de</strong>recho al acceso universal<strong>de</strong> la salud con in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la variabilidadcultural <strong>de</strong>l ciudadano resuelve, almenos sobre el papel, el uso <strong>de</strong> los servicios,aunque no los efectos <strong>de</strong> la diversidad culturalsobre un sistema, cuyo proyecto fundacionalera y es radicalmente igualitarista. Amparadaen este principio, que le permite trazar políticaspúblicas idosincrásicas, la filosofía y lapráctica política europea, suele ser reacia a introducirlo cultural, 36 incluso en contextos,como el catalán, que <strong>de</strong>berían ser más sensiblesa la variabilidad cultural. Así, en los Plans<strong>de</strong> Salut (Health Plans) bianuales <strong>de</strong> laGeneralitat <strong>de</strong> Catalunya, el principio <strong>de</strong> la"salud igual para todos" parece excluir parasiempre cualquier atisbo <strong>de</strong> discriminaciónpor razones étnicas, culturales o religiosas, lomismo que la Constitución española 37 y la LeyGeneral <strong>de</strong> Sanidad <strong>de</strong> 1986, pero la realida<strong>de</strong>s más tozuda que la escritura leguleya y tantoen welfare states como en los que carecen <strong>de</strong>él, la discriminación y la falta <strong>de</strong> equidad, y las<strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> acceso asociadas a variablesculturales, i<strong>de</strong>ntitarias o lingüísticas son unhecho cotidiano por acción u omisión, puestoque los proveedores <strong>de</strong> los servicios, las institucionesy los profesionales construyen ellosmismos sus propias culturas institucionales ycorporativas en las que se proyectan no sólolos perfiles profesionales sino también lasi<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s múltiples <strong>de</strong> sus miembros.Este es el punto clave. Hasta aquí la medicalizaciónhabía sido embodied en los países<strong>de</strong>sarrollados, como un rasgo más <strong>de</strong> los instrumentos<strong>de</strong> homogenizacióm cultural "nacional"y <strong>de</strong> ciudadanía. Ahora, los inmigrantesponen <strong>de</strong> manifiesto que "su diversidad", no esúnicamente "suya", sino que es compartidatambién por el conjunto <strong>de</strong> la ciudadanía, en lamedida que la <strong>de</strong>manda <strong>de</strong> servicios es ahoramatizadísimanente diversa, <strong>de</strong>l mismo modoque es diversa la economía post-fordiana. Perola cultura <strong>de</strong> la fase presente <strong>de</strong> la medicalizaciónse construyó en un escenario fordiano: reparación<strong>de</strong> mano <strong>de</strong> obra, lucha contra lamortalidad, etc… mientras ahora el conjunto<strong>de</strong> la población pa<strong>de</strong>ce menos enfermeda<strong>de</strong>sque malestares y esos son mucho más diversosque la diversida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> perfumes que pue<strong>de</strong>nencontrarse en las tiendas <strong>de</strong> cosméticos <strong>de</strong> loscentros comerciales… Ante estos malestares elpeligro está en pensar que los malestares <strong>de</strong> laciudadanía no son culturalmente diversos, opue<strong>de</strong>n reducirse todos o casi todos a "ansiedad"y "<strong>de</strong>presión" y tratarse <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>lmo<strong>de</strong>lo médico fordiano, mientras que son singulareslos <strong>de</strong> los inmigrantes, aun cuando elmayor interés sería verlos reducidos también a"ansiedad" y "<strong>de</strong>presión". Pero lo peor es nocompren<strong>de</strong>r que en ese mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> gestión <strong>de</strong>esos malestares estamos también co-produciendosaberes que conducen a que la <strong>de</strong>mandaen base a malestares crezca in<strong>de</strong>finida y exponencialmentesi nos limitamos a actuar sobre


16Josep M. Comelleslas consecuencias y no sobre las raíces.EL RETO DE FUTUROLa superación <strong>de</strong>l concepto <strong>de</strong> competenciacultural <strong>de</strong>be partir <strong>de</strong> la revisión <strong>de</strong> lasconcepciones taxonómicas <strong>de</strong> "cultura" - enla cual incluso los politólogos más abiertoscomo KYMLICKA (1996) se sienten máscómodos -, y el acercamiento a las concepcionesfluidas <strong>de</strong> la cultura en la línea <strong>de</strong> loseñalado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los colonial studies (APPA-DURAI, 2001; BAHBA, 2002) o <strong>de</strong> la literaturasobre el embodiment (CSORDAS,1994). Por eso más que pensar la acreditaciónen términos <strong>de</strong> asegurar el conocimiento <strong>de</strong>las taxonomías culturales, o <strong>de</strong> disponer <strong>de</strong>los recursos <strong>de</strong> traducción, por otra parte indispensables,el problema remite a cambiossustanciales en las abilities, a la <strong>de</strong> agency ya la <strong>de</strong> profesionalidad, necesarias para unaconcepción <strong>de</strong> cultura flexible y en constanteconstrucción y <strong>de</strong>construcción, capaz <strong>de</strong> respon<strong>de</strong>ra la variabilidad y la complejidad <strong>de</strong>las i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s en un universo esencialmentemestizo, 38 en don<strong>de</strong> la producción <strong>de</strong> etnoscapeses un fenómenos constante atrapado enhistoricida<strong>de</strong>s particulares, y por lo tanto sometidoa procesos transaccionales permanentesque a su vez constituyen formas <strong>de</strong> saber,saberes o formas <strong>de</strong> agency. En este ámbitose trata <strong>de</strong> plantear anthropological abilitiesen la práctica profesional para acabar ante lassituaciones <strong>de</strong> <strong>de</strong>sconcierto ante la diversidadcultural y mitigar las respuestas situadas en labanda discriminatoria <strong>de</strong>l espectro aludido.En una comunicación reciente <strong>de</strong>stinada auna reunión profesional <strong>de</strong> médicos <strong>de</strong> familia,Xavier ALLUÉ (<strong>2003</strong>) lo sintetiza:El médico <strong>de</strong>be tener una percepción <strong>de</strong> supropia cultura y su status y <strong>de</strong> las diferenciasen control y po<strong>de</strong>r existentes en la relaciónmédico /paciente, y un conocimiento básico<strong>de</strong> cómo la teoría y la práctica <strong>de</strong> la Medicinaestán condicionadas culturalmente, <strong>de</strong> laexistencia <strong>de</strong> fenómenos <strong>de</strong> exclusión (racismo),<strong>de</strong> las diferencias en las estructuras familiaresy los diferentes roles asumidos porlos miembros <strong>de</strong> las familias en las diferentesculturas, los factores sociopolíticos que repercutensobre la existencia <strong>de</strong> los pacientesy <strong>de</strong> los síndromes o enfermeda<strong>de</strong>s culturalmenteconstruidos ("culture-boundsyndroms"). A<strong>de</strong>más <strong>de</strong>be adquirir habilida<strong>de</strong>so <strong>de</strong>strezas que le permitan compren<strong>de</strong>rlos mo<strong>de</strong>los explicativos <strong>de</strong> la enfermedad <strong>de</strong>los pacientes, ser capaz <strong>de</strong> modificar sus instrumentos<strong>de</strong> interacción con el paciente enfunción <strong>de</strong> las diferencias culturales y procurarevitar prejuicios o conceptualizacionespreestablecidas. Entre sus cualida<strong>de</strong>s se<strong>de</strong>ben incluir la empatía, el respeto, la capacidad<strong>de</strong> inspirar confianza, la comprensión yestablecer lazos que faciliten la colaboración,que proporciones esperanza y ánimo y quepermitan al paciente asumir el control propio<strong>de</strong> su proceso ("empowering").De un médico y <strong>de</strong>stinado a médicos setrata <strong>de</strong> a partir <strong>de</strong>l fenómeno inmediato, latoma <strong>de</strong> conciencia <strong>de</strong> los médicos a partir<strong>de</strong> la novedad <strong>de</strong> la presencia <strong>de</strong> extranjerosen las consultas, <strong>de</strong>rivar esa toma <strong>de</strong> conciencia,inicialmente i<strong>de</strong>ntificatoria, hacia unmo<strong>de</strong>lo mucho más comprensivo <strong>de</strong>l contextocultural y <strong>de</strong> la diversidad <strong>de</strong> todos sus pacientes.Y aunque para muchos antropólogosesta propuesta estaría aún <strong>de</strong>masiado cerca<strong>de</strong> un concepto taxonómico <strong>de</strong> cultura, no<strong>de</strong>be olvidarse que resulta difícil, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> unpunto <strong>de</strong> vista pedagógico y en este momentohistórico, explicar a profesionales sanitarioscon una formación radicalmente neopositivistay taxonómica y en que solo algunoshan <strong>de</strong>sarrollado una conciencia <strong>de</strong> la diversidadcultural, asumir que las nuevas concepciones<strong>de</strong> lo cultural exigen imperativamente<strong>de</strong>construir sus propias i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s y en algunossentidos su propia racionalidad.jmce@tinet.org


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20Josep M. Comellesese objetivo. En un monográfico reciente (TRAYNOR, <strong>2003</strong>), <strong>de</strong> la revista Health, POPE (<strong>2003</strong>) la presenta como un nuevo movimientosocial y no únicamente clínico y analiza las "resistencias" <strong>de</strong> amplios sectores clínicos a su penetración. CROJE &FULLAN (<strong>2003</strong>) resaltan la utopía <strong>de</strong> la búsqueda <strong>de</strong> una nueva "racionalidad" en ese tipo <strong>de</strong> acercamientos.4Goffman no pudo conocerlas en los cincuenta, puesto que su diseño se <strong>de</strong>finió apenas hace una década. PALLARÈS (2002)hace una interesante revisión <strong>de</strong> sus fundamentos teóricos.5Hay en castellano algunas etnografías sobre Unida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> cuidados intensivos. Las referencias fundamentales son las <strong>de</strong>ALLUÉ (1996, 1997, 1999), y PALLARÉS (<strong>2003</strong>). Ver también POUCHELLE,1995; COMELLES, (2000) y la autobiografía <strong>de</strong>TELLECHEA IDIGORAS (1991).6Un reciente libro <strong>de</strong> BOIXAREU (<strong>2003</strong>) hace una interesante revisión <strong>de</strong> la literatura al respecto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la perspectiva <strong>de</strong> la antropologíafilosófica y la antropología social.7En PERDIGUERO & COMELLES (2000) se discute largamente la cuestión.8Para una discusión amplia <strong>de</strong> la cuestión ver COMELLES (1993,1998,2000).9La mejor aproximación a los inicios locales <strong>de</strong> la medicalización están en GARCÍA BALLESTER, MCVAUGH & RUBIO VELA(1989) y MCVAUGH (1993).10Una buena aproximación a la problemática <strong>de</strong> la legitimación política <strong>de</strong> la práctica médica está en el dossier <strong>de</strong> la revistaDynamis sobre el Protomedicato en España (LÓPEZ TERRADA, 1996) y MCVAUGHN (1993).11La mejor aproximación en castellano a esta problemática es el excelente dossier <strong>de</strong> Dynamis compilado por BALLESTER,LÓPEZ TERRADA & MARTÍNEZ VIDAL (2002) especialmente PERDIGUERO (2002). También ZARZOSO (2001).12Sobre el papel <strong>de</strong> los folkloristas médicos y la medicina popular ver COMELLES (1996), y la reciente aportación <strong>de</strong> BAL-LESTER & PERDIGUERO (<strong>2003</strong>) <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el caso <strong>de</strong>l médico Rubio i Gali.13Aunque el clásico <strong>de</strong> FOUCAULT (1978) suele ser la referencia, el problema fue estudiado largamente por Rosen <strong>de</strong>s<strong>de</strong> losaños cuarenta (ROSEN,1985). Ver también para Alemania VON BUELTZINGSLOEWEN (1997).14Y que se acuña en torno al <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo anátomo-clínico, el pastorianismo, las teorías <strong>de</strong>generacionistas y la clínicakraepeliniana en Psiquiatría, todos ellos a remolque <strong>de</strong>l experimentalismo.15Ver al respecto el esclarecedor libro <strong>de</strong> LARREA (1997) sobre el auge y la crisis <strong>de</strong> la teoría miasmatica, y COMELLES (2000),sobre la crisis <strong>de</strong> la etnografía a favor <strong>de</strong> la clínica.16Incluídas en él mo<strong>de</strong>los radicales como los fascistas o los comunistas.17Esto significó cambios en la gestión y en la administración <strong>de</strong> los hospitales (VOGEL, 1980), en las estrategias profesionales<strong>de</strong> los médicos, en el significado <strong>de</strong> las instituciones en la formación médica y en el proceso salud /enfermedad / atención, y enla creación <strong>de</strong> un mercado <strong>de</strong> salud específico muy distinto <strong>de</strong>l que caracterizara la práctica médica <strong>de</strong>s<strong>de</strong> antes <strong>de</strong> laIlustración. ver también el clásico <strong>de</strong> FREIDSON (1963).18Para una discusión sobre la diversidad <strong>de</strong> los procesos <strong>de</strong> medicalización y la especificidad <strong>de</strong> los dispositivos ver COMELLES(1991).19Para una discusión teórica ver COMELLES (1993). URIBE (1996) analizó magistralmente la producción cultural <strong>de</strong> subalternidad<strong>de</strong>s<strong>de</strong> un centro <strong>de</strong> atención primaria.20Aquí no está <strong>de</strong> más invocar los textos clásicos <strong>de</strong> FLECK (1986) y <strong>de</strong> LATOUR & WOOLGAR (1995) sobre la producción <strong>de</strong>lconocimiento experimental.21Sobre la i<strong>de</strong>ología <strong>de</strong> la salud pública en el mo<strong>de</strong>lo médico es indispensable el interesantísimo estudio <strong>de</strong> LUPTON (1995).


El regreso <strong>de</strong> lo cultural. Diversidad cultural y práctica médica en el S. XXI 2122El lector compren<strong>de</strong>rá que el caso <strong>de</strong> Japón, y en general la mayoría <strong>de</strong> los <strong>de</strong>l llamado Tercer Mundo son un universo queno me puedo ni <strong>de</strong> lejos plantear, pero que exigen estudios idiosincrásicos.23El propio FREIDSON (1978), aunque <strong>de</strong>stina un capítulo <strong>de</strong> su libro clásico a los mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> seguros social europeo no podíatener suficiente perspectiva, ya que cuando prepara su monografía a finales <strong>de</strong> los sesenta el Estado <strong>de</strong>l bienestar europeoestaba en plana construcción. Unicamente CASTEL (1981) apuntó algunas i<strong>de</strong>as clave sobre su evolución.24De Francia, Alemania y Gran Bretaña se ocuparon Castel, Foucault y Rosen en obras ya citadas, sobre los Estados Unidosver ROTHMAN (1971) y CASTEL, CASTEL & LOVELL (1980). Ver también el reciente ensayo <strong>de</strong> CASTEL (<strong>2003</strong>) sobre la inseguridadsocial…25Sobre los grupos <strong>de</strong> ayuda mutua y el <strong>de</strong>bate sobre esta cuestión es indispensable CANALS (2002), sobre la problemática<strong>de</strong> los colectivos diferentes ver sobre todo ALLUÉ (<strong>2003</strong>).26Esto lo apuntaba en algunos aspectos De Miguel (1985).27Ver ejemplos en el volumen colectivo <strong>de</strong> OTSUKA, SAKAI & KURIYAMA (1999).28Este problema fue <strong>de</strong>tectado en los sesenta y dio lugar a la literatura y los posicionamientos respecto a la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> participaciónciudadana en salud, cuyos límites ha examinado recientemente SERAPIONI (<strong>2003</strong>). La evolución <strong>de</strong> un mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> participaciónmás o menos colectivo, a nuevas formas <strong>de</strong> participación, mucho más cualitativa ha sido examinada por CANALS(2002).29La estrategia <strong>de</strong> los hospice como dispositivos <strong>de</strong> cuidados paliativos se plantea como una atención a término, siempre en unrelativamente corto plazo, pero no suce<strong>de</strong> los mismo cuando la experiencia <strong>de</strong>l dolor se prolonga años y años. ver al respectoALLUÉ (1999).30Para una crítica ver sobre todo ALLUÉ (<strong>2003</strong>) y CANALS (2002), <strong>de</strong>sd ela perspectiva <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> los usuarios.31Ver por ejemplo las formas <strong>de</strong> organización <strong>de</strong> las mujeres en América latina, por ejemplo en MÓDENA (1990), OSORIO(2001) y GONZÁLEZ CHÉVEZ (1998).32Ver CSORDAS (1994) y LOCK & SCHEPER-HUGHES (1998).33Ver a este respecto los dos rea<strong>de</strong>rs <strong>de</strong> VAN DONGEN & COMELLES (2001) y COMELLES & VAN DONGEN (2002), en elque hay bastantes aportaciones sobre casos europeos.34A veces parece a los profesionales <strong>de</strong> aquí que los inmigrantes no hayan visto antes un hospital en su vida, ignorando queun 60% <strong>de</strong> los que están ahora en Cataluña tienen o Bachillerato o grados superiores <strong>de</strong> educación. La diferencia es que aquíla asistencia es gratuita y en muchos <strong>de</strong> sus países no necesariamente.35Es lo que MENÉNDEZ (1991) llama transacciones, y que correspon<strong>de</strong> a los consensos <strong>de</strong> que hablara Gramsci.36Una comparación entre España y los Estados Unidos en torno a las problemáticas <strong>de</strong> la diversidad cultural está en GREEN-HOUSE (1998) y GREENWOOD & GREENHOUSE (1996).37Para el papel <strong>de</strong> lo cultural en la Constitución española <strong>de</strong> 1978 ver PRIETO DE PEDRO (1992).38La distinción entre i<strong>de</strong>ntidad y i<strong>de</strong>ntificación se la <strong>de</strong>bemos a Ignasi Terradas. La i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> mestizaje está presente en LA-PLANTINE (1999), LAPLANTINE & NOUSS (1997) y APPADURAI (2001).


Cuad. Psiquiatr. Comunitaria,<strong>Vol</strong>.3, N.º 1, pp. 22 - 39, <strong>2003</strong>El Género como categoría analítica.Revisiones y aplicaciones a la salud.Mari Luz EstebanMédica / profesora titular <strong>de</strong> Antropología Social.Universidad <strong>de</strong>l País Vasco-E.H.U. Ibatea.Donostia - San Sebastian.Este artículo ha sido publicado previamente en el libro "Perspectivas <strong>de</strong> género en salud. Fundamentoscientíficos y socioprofesionales <strong>de</strong> diferencias sexuales no previstas" (Minerva Ediciones, Madrid 2001).RESUMENEn este artículo se hace una revisión crítica <strong>de</strong>los conceptos <strong>de</strong> sexo y género y <strong>de</strong> la categoría'mujeres', poniendo el énfasis en su evolución<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la teoría y práctica feministas.Asimismo se aborda la aplicación <strong>de</strong> dichas categoríasy revisiones al campo <strong>de</strong> la salud, para loque se analizarán distintos aspectos relacionadoscon la misma. Uno <strong>de</strong> los argumentos centralesserá la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> la articulación <strong>de</strong>l sexo/génerocon otros factores <strong>de</strong> diferenciación y estratificaciónsocial, como son la clase social, la etnia, laedad o la orientación sexual. Articulación que nos<strong>de</strong>bería llevar a un replanteamiento <strong>de</strong> las investigacionesy reflexiones, así como <strong>de</strong> las priorida<strong>de</strong>sy formas <strong>de</strong> intervención. Asimismo, se planteacomo necesaria la revisión general <strong>de</strong>l trabajofeminista en el ámbito <strong>de</strong> la salud, i<strong>de</strong>ntificando yanalizando algunos problemas, algunos 'síndromes'que se pue<strong>de</strong>n observar en la actualidad yque, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> décadas <strong>de</strong> reflexión, <strong>de</strong>bate yconsecución <strong>de</strong> muchos logros, pue<strong>de</strong>n ser unobstáculo para la continuación <strong>de</strong> la tarea 1 .ABSTRACTThis article reviews the concepts of sex andgen<strong>de</strong>r and the category "women", pin-pointingtheir evolution within feminist theory and practice.It <strong>de</strong>als with the application of these categories tothe field of health , analysing different aspects.One of the main issues is support for the inclusionof sex/gen<strong>de</strong>r along with other factors of socialdistinction and stratification such as social class,ethnic origin, age or sexual orientation. Thisshould lead to a refocusing of previous i<strong>de</strong>as andresearch, as well as of priorities and interventionstrategies in the field. At the same time, the articlehighlights the need to overhaul feminist works inthe health field by i<strong>de</strong>ntifying and analysing severalpresent-day problems, or "syndromes", whichmay get in the way of progress after <strong>de</strong>ca<strong>de</strong>s ofdiscussion, thought and major achievements.Key Words: Gen<strong>de</strong>r; feminissm; social stratification;health issues.Palabras Clave: Género; feminismo; diferenciaciónsocial; areas sanitarias.El marco teórico <strong>de</strong>l que se parte es el <strong>de</strong> laantropología feminista, disciplina en la que hatrabajado la autora en la última década. 2 Lasherramientas metodológicas y conceptualesantropológicas, así como el tipo <strong>de</strong> análisisque se lleva a cabo y los datos obtenidos<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> esta especialidad, pue<strong>de</strong>n ser unabuena ayuda para la revisión que se propone,


El Género como categoría analítica. Revisiones y aplicaciones a la salud23por su centralidad en la comparación intercultural,su visión cualitativa y su interés por explicarpero sobre todo por compren<strong>de</strong>r los fenómenoshumanos 3 . De esta manera, pue<strong>de</strong>nsurgir claves y lecturas distintas <strong>de</strong> la realidad,al tiempo que se favorece una distancia crítica,una posición excéntrica 4 respecto a visionesmás internistas, sanitaristas, que suelenser las mayoritarias en el análisis <strong>de</strong> la salud.Todo ello <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que el diálogo y laparticipación conjunta <strong>de</strong> representantes <strong>de</strong>diferentes disciplinas, así como <strong>de</strong> profesionales,resto <strong>de</strong> feministas y población femeninaen general, es una condición necesaria parauna aproximación a la salud más compleja,global y comprometida.GÉNERO Y FEMINISMO'Hablar' <strong>de</strong> género es hablar <strong>de</strong> feminismoy <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el feminismo. 5 Esto significa doscosas: que se reconoce un espacio <strong>de</strong> pensamiento,saber y acción específico, aunque seaheterogéneo, no uniforme; y que se estableceuna genealogía. Un espacio que suele ser marginalo por lo menos periférico <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> laactividad social y científica general. En segundolugar, significa que se trabaja con unobjetivo implícito o explícito <strong>de</strong> transformación<strong>de</strong> la sociedad, <strong>de</strong> modificación <strong>de</strong> lascondiciones sociales que perpetúan la subordinación<strong>de</strong> las mujeres. Estas dos serían lasdiferencias principales con aquellas investigacionesrespecto al género llevadas a cabo porpersonas que no tienen una "sensibilidad feminista",sino una "curiosidad puramentecientífica" (Uriarte, 1997:21), y que algunasautoras reivindican como una condición necesariapara una normalización <strong>de</strong> los estudios<strong>de</strong> género. 6Otra característica que <strong>de</strong>fine al feminismoes la continua revisión <strong>de</strong> sus principios, unalabor incesante <strong>de</strong> 'hacer/<strong>de</strong>shacer/hacer', <strong>de</strong>construcción y <strong>de</strong>construcción (Esteban yDíez, 1999). El proceso seguido, por ejemplo,por el concepto <strong>de</strong> género, herramienta analíticacentral en la perspectiva feminista(Haraway, 1991), es un buen ejemplo <strong>de</strong> esto,ya que "la labor <strong>de</strong> construcción y <strong>de</strong> <strong>de</strong>construcciónen torno a este concepto <strong>de</strong> momentocontinúa" (Esteban y Díez, 1999:12). Estarevisión continua pue<strong>de</strong> ser interpretada comopositiva, en cuanto que supone la reflexión ycrítica acerca <strong>de</strong> los propios conceptos, teoríasy resultados <strong>de</strong> investigación, y la posibilidad<strong>de</strong> seguir aportando y argumentando.Pero es también un continuo mirar atrás, quees entendido por autoras como Rosi Braidotticomo un "volver a los orígenes", e i<strong>de</strong>ntificadocon una cierta inseguridad, una sensación<strong>de</strong> ilegitimidad por parte <strong>de</strong>l feminismo(1991:3).A mediados <strong>de</strong>l siglo XX, pioneras <strong>de</strong>l feminismoactual como Simone <strong>de</strong> Beauvoir oMargaret Mead llamaron la atención sobre laconstrucción sociocultural <strong>de</strong> las diferenciassexuales. De Beauvoir subrayó en su conocidaobra El segundo sexo (1970) que "la mujerno nace, sino que se hace" (1970), <strong>de</strong>stacandoel carácter no biológico <strong>de</strong> la condición social<strong>de</strong> las mujeres. En esta misma línea, Mead ensus investigaciones basadas en distintas culturas<strong>de</strong>stacó el hecho <strong>de</strong> que los roles y atributosrelacionados con las mujeres pue<strong>de</strong>nvariar <strong>de</strong> unas socieda<strong>de</strong>s a otras, y que lo queen un lugar se consi<strong>de</strong>ra femenino (como lacapacidad <strong>de</strong> cuidar, la ternura...) pue<strong>de</strong> estarasociado en otro a los hombres, o al contrario,o no darse una diferenciación tan radical entreunos y otras (1973;1994).En los años setenta, se separan los conceptos<strong>de</strong> sexo y género, en un intento <strong>de</strong> discernirentre lo que es biología y lo que es cultura,y se <strong>de</strong>nuncia la naturalización <strong>de</strong> lasmujeres como un mecanismo básico en susubordinación social. El término sexo podríaasí ser utilizado en a<strong>de</strong>lante para <strong>de</strong>signar lasdiferencias físicas, anatómicas y fisiológicas<strong>de</strong> hombres y mujeres, que se asocian a su ca-


24Mari Luz Estebanpacidad <strong>de</strong> procreación. Mientras que el concepto<strong>de</strong> género supondría un nivel <strong>de</strong> abstraccióndistinto, mediante el que nos referiríamostanto a las i<strong>de</strong>as y representacionescomo a las prácticas sociales <strong>de</strong> hombres ymujeres, que implican una diferenciación <strong>de</strong>espacios y funciones sociales y una jerarquizaciónen cuanto al acceso al po<strong>de</strong>r. 7Esta diferenciación <strong>de</strong> conceptos y la <strong>de</strong>nuncia<strong>de</strong> la presentación <strong>de</strong> la inferioridadfemenina como si fuera natural son aportacionesfundamentales <strong>de</strong> las feministas, mediantelas cuales se contribuye a <strong>de</strong>senmascarar latrampa <strong>de</strong> Occi<strong>de</strong>nte que, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una filosofía<strong>de</strong> reconocimiento <strong>de</strong> la libertad <strong>de</strong> los individuosy <strong>de</strong> sus potencialida<strong>de</strong>s y posibilida<strong>de</strong>s,con<strong>de</strong>na a ciertos grupos sociales (entre elloslas mujeres) a la marginación social, a partir<strong>de</strong> la asociación entre <strong>de</strong>sigualda<strong>de</strong>s socialesy características físicas o psicológicas. 8REVISIÓN DE LOS CONCEPTOSDE SEXO Y GÉNERODe todas formas, la separación entre sexo ygénero comporta también problemas. Uno <strong>de</strong>los principales es la i<strong>de</strong>a dominante <strong>de</strong> que elsexo (biología) es algo dado, estático, invariable,y <strong>de</strong> que el género (cultura) es lo que seconstruye, lo que se mol<strong>de</strong>a socialmente.Des<strong>de</strong> una i<strong>de</strong>a general <strong>de</strong> lo biológico comoesencial, inamovible, que está siendo revisadaen la actualidad <strong>de</strong>s<strong>de</strong> diversos ámbitos <strong>de</strong> pensamiento,que intentan hacer un acercamientomás dinámico a las relaciones entre lo biológico,lo psicológico, lo social y lo cultural. Eneste sentido, una aportación muy valiosa <strong>de</strong> laantropología feminista, tanto la social como lafísica, ha sido poner el acento en el carácter <strong>de</strong>construcción cultural e histórica <strong>de</strong> la noción<strong>de</strong> sexo dominante en nuestra sociedad. 9El sexo, tal y como lo enten<strong>de</strong>mos enOcci<strong>de</strong>nte y como lo aplicamos por ejemploen la actividad sanitaria, se <strong>de</strong>fine como unhecho biológico indiscutible, que tiene diferentesniveles <strong>de</strong> expresión (cromosómico, fisiológico,anatómico...) y a partir <strong>de</strong>l cual seclasifica a los seres humanos en dos grupos,hombres y mujeres. Sin embargo, al margen<strong>de</strong> la existencia <strong>de</strong> datos biológicos y anatómicosobjetivos, tenemos suficientes indiciosque nos hablan <strong>de</strong> un <strong>de</strong>sajuste entre las evi<strong>de</strong>nciascientíficas y el consenso social tanfuerte acerca <strong>de</strong> su importancia 10 . Es <strong>de</strong>cir,habría que verlo más bien como un constructoque hay que enmarcar en un contexto culturale histórico concreto: la sociedad occi<strong>de</strong>ntal apartir <strong>de</strong>l siglo XVIII (Laqueur, 1994).Tampoco se <strong>de</strong>fine <strong>de</strong> la misma manera enotras culturas, aunque en ellas se dé tambiénla subordinación <strong>de</strong> las mujeres. Me refiero aque las formas <strong>de</strong> explicar las diferencias corporalesentre hombres y mujeres, así como sucontribución a la procreación, son muy distintas.Los sexos no siempre son dos y en algunassocieda<strong>de</strong>s se permiten y/o legitiman ciertas"transgresiones" tanto <strong>de</strong>l sexo como <strong>de</strong>lgénero (Mathieu, 1991), que hacen que surjansujetos sociales que no son ni hombres ni mujeres,situaciones que pue<strong>de</strong>n prolongarsetoda o una parte <strong>de</strong> la vida 11 . En la misma sociedadocci<strong>de</strong>ntal, fenómenos como la transexualidad,los drag queens o el transgenerismo,más presentes y visibles estos dos últimos ensocieda<strong>de</strong>s como la norteamericana, ponen encuestión la lectura cultural dominante <strong>de</strong> lai<strong>de</strong>ntidad sexual y genérica como algo dicotomizadoy estable. 12En cuanto al género, un problema importantees que, a pesar <strong>de</strong> que se <strong>de</strong>fine comoalgo cultural, hemos hecho <strong>de</strong> él un conceptoahistórico y acrítico, configurador <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>stanto o más esencialistas que las producidaspor la biología (Haraway, 1991) 13 . Unconcepto <strong>de</strong> género que en general hacemosequivalente a ser hombre o ser mujer (<strong>de</strong>hecho hablamos muchas veces <strong>de</strong> géneromasculino y femenino), sin tener siempre en


El Género como categoría analítica. Revisiones y aplicaciones a la salud25cuenta que es un concepto relacional, que sonlas relaciones <strong>de</strong> género y sus cambios <strong>de</strong>ntro<strong>de</strong> diferentes contextos las que nos <strong>de</strong>ben preocupar,así como las diferencias en las realida<strong>de</strong>se intereses <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los colectivos masculinoso femeninos.En la antropología feminista actual, las relaciones<strong>de</strong> género se explican partiendo <strong>de</strong> lai<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que las socieda<strong>de</strong>s se estructurancomo sistemas <strong>de</strong> género, que son sistemas <strong>de</strong>po<strong>de</strong>r y estructuras complejas, con áreas fundamentales<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los mismos: las relaciones<strong>de</strong> po<strong>de</strong>r, las <strong>de</strong> producción y la configuración<strong>de</strong> las emociones (Connell, 1987;Saltzman, 1992) 14 . Así, el género es paraRobert Connell un proceso <strong>de</strong> configuración<strong>de</strong> prácticas sociales que involucra directamenteal cuerpo, aunque esta implicación <strong>de</strong>lcuerpo no quiere <strong>de</strong>cir que los hechos biológicos<strong>de</strong>terminen las experiencias sociales <strong>de</strong>hombres y mujeres 15 . Como puntualizaConnell, "el género existe precisamente en lamedida que la biología no <strong>de</strong>termina losocial" (1997:35). Por otra parte, la prácticasocial, aunque pue<strong>de</strong> comportar un alto grado<strong>de</strong> flexibilidad, creatividad, inventiva, no esautónoma, sino que "respon<strong>de</strong> a situacionesparticulares y se genera <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> estructuras<strong>de</strong>finidas <strong>de</strong> relaciones sociales" (Ibi<strong>de</strong>m).Esta aproximación teórica feminista "suponeun paso importante en el sentido <strong>de</strong> pasar ahablar <strong>de</strong> sistemas sociales dinámicos, situadosen tiempos y espacios concretos, don<strong>de</strong>las relaciones entre las personas y los sexoscambian en relación a variables materiales ysimbólicas" (Esteban y Díez, 1999:13).CONVERGENCIAS YDIVERGENCIAS EN LASITUACIÓN DE LAS MUJERESEn la revisión <strong>de</strong>l concepto <strong>de</strong> género hansido <strong>de</strong>terminantes las críticas <strong>de</strong> las mujeresno blancas y no occi<strong>de</strong>ntales. La pregunta'¿qué es una mujer?' o la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> una i<strong>de</strong>ntidadfemenina universal son bastante problemáticas,porque su respuesta suele implicar laexclusión <strong>de</strong> algunas y evita entrar en el tema<strong>de</strong> la división entre las mismas mujeres(Conboy, Medina y Stanbury, 1997). El uso<strong>de</strong> la categoría 'mujer' (o 'mujeres') ha dificultadoen gran medida percibir la construcción<strong>de</strong> otras diferencias, <strong>de</strong> clase, <strong>de</strong> etnia,<strong>de</strong> nacionalidad, <strong>de</strong> edad, <strong>de</strong> orientaciónsexual, entre otras, que son fundamentales enla realidad <strong>de</strong> las mujeres, y ha impedido verla articulación entre distintos factores <strong>de</strong> estratificaciónincluido el género. Una articulaciónque es estructural y que supone la simultaneidad<strong>de</strong> las formas <strong>de</strong> <strong>de</strong>sigualdad,que se refleja en las experiencias pero queestá sedimentada en las instituciones sociales.Pero, como apunta Moore, "la interacciónentre varias formas <strong>de</strong> diferencias siempre se<strong>de</strong>fine en un contexto histórico <strong>de</strong>terminado"(1991:227), por lo que habría que analizarcada contexto para no "dar por supuesto queconocemos la relevancia <strong>de</strong> un <strong>de</strong>terminadoconjunto <strong>de</strong> intersecciones entre clase, raza ygénero sin analizarlas previamente" (Ibi<strong>de</strong>m),buscando formas <strong>de</strong> teorizar estas interseccionesy articulaciones (Ibi<strong>de</strong>m).También hablar <strong>de</strong>l cuerpo femenino y <strong>de</strong>sus características como un universal, algoque hacemos continuamente en el ámbito <strong>de</strong>la salud, tiene sus problemas, puesto que cadacultura, cada sociedad produce distintasformas <strong>de</strong> corporeidad, <strong>de</strong> subjetividad y <strong>de</strong>lenguaje para referirse a las diversas manifestacionesy experiencias corporales (Conboy,Medina y Stanbury, 1997).Las convergencias y divergencias en la situación<strong>de</strong> las mujeres las podríamos resumirdiciendo que cuando se <strong>de</strong>niegan <strong>de</strong>rechos lacategoría mujer se aplica a todo lo que es femenino;sin embargo, cuando se trata <strong>de</strong> ofrecer“privilegios” 16 , hay unas prerrogativas socialesrelacionadas con la clase, la raza, laorientación heterosexual, que separan a las


26Mari Luz Estebanmujeres (Conboy, Medina y Stanbury, 1997).Esta diferenciación entre privilegios para unasy negación <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos para otras es a<strong>de</strong>cuadatambién para las elaboraciones teóricas y laintervención en el campo <strong>de</strong> la salud.Con todo esto no estoy planteando la imposibilidad<strong>de</strong> utilizar categorías como'género', 'hombres' o 'mujeres': es evi<strong>de</strong>nte queen nuestra sociedad continúa operando unadistinción social que se refleja en representaciones,símbolos, expectativas, asignación <strong>de</strong>esferas y funciones sociales. Se trataría másbien <strong>de</strong> introducir las reflexiones, interrogantesy cambios necesarios que nos permitanunos diagnósticos <strong>de</strong> la realidad menos linealesy simples. La doble pregunta que quedaríaen el aire y a la que habrá que seguir respondiendoes: (1) cómo las diferencias entre lasmujeres sirven para problematizar la categoríamujer; pero (2) cómo se pue<strong>de</strong> emplear estacategoría para unificar la acción política(Conboy, Medina y Stanbury, 1997).DUALIDAD DE LOS MODELOSDE GÉNERO: PERTENENCIA YDISIDENCIATener en cuenta la diversidad <strong>de</strong> las mujeres(o <strong>de</strong> los hombres) no es una mera cuestión<strong>de</strong> voluntad. Una limitación importante<strong>de</strong>l pensamiento occi<strong>de</strong>ntal <strong>de</strong>l siglo XX queha contribuido a la ocultación <strong>de</strong> esta diversidad,es la forma principal <strong>de</strong> explicar los fenómenosindividuales y sociales, don<strong>de</strong> haprimado la ten<strong>de</strong>ncia a analizar las experiencias<strong>de</strong> la gente como consecuencia directa <strong>de</strong>los discursos hegemónicos. En esta línea, porejemplo, para Michel Foucault la diferenciaentre "hombre" y "mujer" es el efecto <strong>de</strong> losdiscursos: "El cuerpo es aquello que es significadopor los discursos biológico, fisiológico,médico y <strong>de</strong>mográfico; es, pues, un concepto,el cual es el efecto <strong>de</strong>l saber/po<strong>de</strong>r"(citado en Turner, 1989:296). Des<strong>de</strong> esta perspectivaa<strong>de</strong>más, se ha ido favoreciendo unai<strong>de</strong>a <strong>de</strong> victimismo y pasividad respecto a lasmujeres y otros grupos subordinados, quesuelen ser vistos como receptores y reproductorespasivos <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>ologías dominantes.Esta orientación está siendo revisada y criticadapor distintos autores 17 que reivindicanla importancia <strong>de</strong> las prácticas y <strong>de</strong>fien<strong>de</strong>nque los mo<strong>de</strong>los sociales, incluidos los relativosal género, son concebidos como duales:<strong>de</strong> seguimiento, <strong>de</strong> pertenencia, pero también<strong>de</strong> enfrentamiento, <strong>de</strong> disi<strong>de</strong>ncia. Así, elcuerpo y la salud, por ejemplo, <strong>de</strong>berían servistos como lo inmediato, un terreno muy cercanodon<strong>de</strong> las verda<strong>de</strong>s y contradicciones socialestienen lugar, el lugar <strong>de</strong> la manipulación,<strong>de</strong>l sometimiento; pero también elespacio don<strong>de</strong> se da la resistencia personal ysocial, la creatividad, la contienda, la lucha.Las personas <strong>de</strong>berían ser observadas y analizadascomo sometidas a control por la sociedady las diferentes instituciones, pero gestionandosus propias vidas y contestandotambién estas formas <strong>de</strong> control. Un análisisconjunto <strong>de</strong> los discursos y prácticas a todoslos niveles permite una visión más global,más dinámica, más compleja, más difícil también,pero que posibilita una mejor comprensión<strong>de</strong> las vidas <strong>de</strong> hombres y mujeres, unoslecturas más ajustadas, y por lo tanto dirigirtambién mejor las intervenciones. 18En una línea similar, un mo<strong>de</strong>lo teóricoque se ha seguido en antropología para analizarla realidad y experiencia <strong>de</strong> grupos socialesen situación <strong>de</strong> marginación o subordinación,es el <strong>de</strong> hegemonía/subalternidad <strong>de</strong>Gramsci. Des<strong>de</strong> esta perspectiva, las personasque forman parte <strong>de</strong> los grupos subalternosson percibidas como actores sociales yagentes culturales <strong>de</strong> cambio, entendiéndoseque hay una interacción dinámica y constanteentre los sectores hegemónicos y subalternos<strong>de</strong> una sociedad, entre la cultura dominantey la/s dominada/s, produciéndoseconsecuentemente acomodaciones y transfor-


El Género como categoría analítica. Revisiones y aplicaciones a la salud27maciones a todos los niveles <strong>de</strong> la sociedad.Así, las diversas manifestaciones <strong>de</strong> las subculturas<strong>de</strong>ben ser estudiadas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> unavisión relacional y <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un contexto másgeneral, como prácticas <strong>de</strong> oposición, enfrentamientoy/o resistencia a las representacionesy prácticas hegemónicas. 19FEMINISMO Y BIOMEDICINALa crítica feminista en salud ha tenidocomo eje <strong>de</strong> trabajo prioritario el ámbitomédico-científico. Dos cuestiones centraleshan sido la <strong>de</strong>nuncia <strong>de</strong>l androcentrismo atodos los niveles (investigación, docencia yasistencia), así como la puesta en evi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>la medicalización <strong>de</strong> las mujeres, temas todosellos sobre los que hay bibliografía amplia .Pero en general, hay una ten<strong>de</strong>ncia a consi<strong>de</strong>rarestos aspectos como sesgos, <strong>de</strong>fectos <strong>de</strong> lamedicina occi<strong>de</strong>ntal, <strong>de</strong> tal manera que pareceque una mera explicitación <strong>de</strong> los mismos ysu posterior modificación podrían hacer revertirtotalmente la situación. Sin embargo, elproblema es más profundo y probablemente elconcepto <strong>de</strong> sesgo, entendido habitualmentecomo <strong>de</strong>sviación 21 , no nos ayu<strong>de</strong> <strong>de</strong>masiado acompren<strong>de</strong>r la trascen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>l mismo.No se trata <strong>de</strong> simples <strong>de</strong>sviaciones o imperfecciones<strong>de</strong>l sistema médico, sino que esuna cuestión estructural al propio sistema, quehay que recontextualizar y repensar en su totalidad.A este respecto pue<strong>de</strong> ser muy útil la críticacultural <strong>de</strong> la biomedicina que se hace actualmenteen antropología <strong>de</strong> la salud, don<strong>de</strong>se consi<strong>de</strong>ra que la hegemonía <strong>de</strong> la tambiénllamada medicina occi<strong>de</strong>ntal, científica o alopática22 , tiene menos que ver con progresostécnicos que con estrategias corporativas llevadasa cabo por los profesionales médicos enlos dos últimos siglos. En esta dinámica habríansido fundamentales los pactos que se hanido haciendo con las burocracias estatales, quehan tenido como fin la exclusión administrativay jurídica <strong>de</strong> cualquier otra alternativa, y larecuperación para el propio sistema <strong>de</strong> aspectossolventados previamente mediante el autocuidado(Comelles, 1993). 23Un elemento central <strong>de</strong> este proceso hasido la medicalización <strong>de</strong> la sociedad basándoseen la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> universalidad, que ha servidopara sustentar el propio mo<strong>de</strong>lo médico hegemónico(Ibi<strong>de</strong>m). Medicalización quesupone control social e i<strong>de</strong>ológico sobre lapoblación, a través fundamentalmente <strong>de</strong>: laestigmatización y regulación <strong>de</strong> ciertos comportamientosy la negatividad asociada a <strong>de</strong>terminadospa<strong>de</strong>cimientos; y la misma <strong>de</strong>finición<strong>de</strong> lo que es enfermedad y <strong>de</strong> lo que noes, <strong>de</strong> quiénes son asistibles y en qué condiciones.Control social que se canaliza fundamentalmentea través <strong>de</strong> las intervencionesasistenciales directas, curativas o educativas,y la influencia i<strong>de</strong>ológica en los medios <strong>de</strong> comunicacióny otros niveles <strong>de</strong> la sociedad. 24La legitimación central <strong>de</strong> esta hegemoníala constituyen las <strong>de</strong>nominadas 'presunciones<strong>de</strong> cientificidad' <strong>de</strong> la biomedicina, analizadasy criticadas por diversos autores (Martínez,1996). Angel Martínez cita las siguientes: la<strong>de</strong>finición <strong>de</strong> enfermedad como <strong>de</strong>sviación <strong>de</strong>una norma biológica; la doctrina <strong>de</strong> que existeuna etiología específica <strong>de</strong> las enfermeda<strong>de</strong>s(unicausalidad); la noción <strong>de</strong> que las enfermeda<strong>de</strong>sson universales; la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> neutralidad<strong>de</strong> la teoría y práctica biomédicas; la dicotomíamente/cuerpo; la autonomía <strong>de</strong> la biología<strong>de</strong> la conciencia humana; el atomismoanatómico; la in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> lo naturalfrente a lo social; el biologicismo; el mecanicismo;el mercantilismo; la a-socialidad; la a-historicidad; la eficacia pragmática (1996).La medicalización <strong>de</strong> las mujeres es unejemplo <strong>de</strong> cómo se ha ido <strong>de</strong>sarrollando esteproceso <strong>de</strong> medicalización tanto <strong>de</strong>ntro comofuera <strong>de</strong> Occi<strong>de</strong>nte, como una estrategia general<strong>de</strong> control, po<strong>de</strong>r y dominación. Una medicalizaciónllevada a cabo específicamente a


28Mari Luz Estebantravés <strong>de</strong>l control <strong>de</strong> procesos corporales y reproductivos.Pero no es un caso más: es unejemplo paradigmático y <strong>de</strong> gran relevancia,por las formas que adquiere, por las consecuenciasdirectas sobre la mitad <strong>de</strong> la población,y por los cambios que están ocurriendoen el ámbito científico, don<strong>de</strong> la perspectiva<strong>de</strong> género es una condición sine qua non paraenten<strong>de</strong>r el proceso en su globalidad. En estesentido, como consecuencia <strong>de</strong> las investigacionesen biotecnología humana (reproducciónasistida, clonación...), punta <strong>de</strong> lanza <strong>de</strong>la actividad científica actual, pue<strong>de</strong>n surgirnuevas situaciones <strong>de</strong> regulación social <strong>de</strong>distintos grupos, con implicaciones específicaspara las mujeres ya que, entre otras cosas,los óvulos son un material básico en dichasinvestigaciones. 25La plasmación y consecuencias <strong>de</strong> la medicalizaciónen lo que respecta a las mujeres hansido i<strong>de</strong>ntificadas y analizadas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> siemprepor el feminismo. Pero el hecho <strong>de</strong> que las críticasfeministas se hayan circunscrito en generalal colectivo femenino, a las mujeres comousuarias, ha provocado que muchas veces sehaya dificultado una dimensión relacional másamplia <strong>de</strong>l contexto y <strong>de</strong> la crítica, que ha influidonegativamente en las interpretacionesasí como en la búsqueda <strong>de</strong> las alternativas.Deberíamos, por tanto, estudiar conjuntamentecómo romper esa caracterización <strong>de</strong>l sistemacomo "sesgos androcéntricos", como <strong>de</strong>sviaciones,y no como problemas estructurales,producto <strong>de</strong> una cierta limitación conceptual y<strong>de</strong>l etnocentrismo en los planteamientos teóricos.Lo cual sólo pue<strong>de</strong> venir <strong>de</strong> la discusiónentre diferentes aproximaciones teóricas, externase internas a la red asistencial, <strong>de</strong> unavisión interdisciplinar.EL ÉNFASIS EN LADIFERENCIALIDAD SEXUALLa necesidad <strong>de</strong> tener en cuenta una visiónmás compleja <strong>de</strong>l género no es algo específico<strong>de</strong> la antropología. Hace ya tiempo que elfeminismo en su conjunto ha reconsi<strong>de</strong>radotodas estas cuestiones y tiene en cuenta la importancia<strong>de</strong> factores como la clase social, laetnia, la edad, la religión, la nacionalidad.Pero, es un planteamiento más teórico quepráctico ya que en general ha primado y primala i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> la diferencialidad entre hombres ymujeres, el verlos como colectivos homogéneosy perfectamente diferenciables. En estohan podido influir diferentes cuestiones,como: la situación social subordinada <strong>de</strong> lasmujeres a nivel general, la ausencia <strong>de</strong> datosempíricos que no supusieran lecturas reproductivistas<strong>de</strong> sus vidas, el sexo <strong>de</strong> las investigadoras,las visiones científicas estructuralistasy universalistas, dominantes en elmomento en que toma fuerza esta última ola<strong>de</strong> feminismo.El sector salud es el 'ejemplo por excelencia'<strong>de</strong> esta ten<strong>de</strong>ncia a separar radicalmente ahombres y mujeres, <strong>de</strong> tal manera que el 'feminismoen pro <strong>de</strong> la salud <strong>de</strong> las mujeres'está aquejado <strong>de</strong> una paradoja que se concretaríaen lo siguiente: el punto <strong>de</strong> partida siguesiendo la negativa a buscar explicaciones biológicas<strong>de</strong> las diferencias sociales entre hombresy mujeres, que nos han permitido <strong>de</strong>nunciarlos diferentes niveles <strong>de</strong> androcentrismocientífico; al mismo tiempo, se han ido haciendolecturas <strong>de</strong> la realidad distintas a lasllevadas a cabo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el ámbito médico-científico,e i<strong>de</strong>ntificado niveles <strong>de</strong> la salud don<strong>de</strong>la <strong>de</strong>sigualdad entre hombres y mujeres estáoculta o subsumida en un mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> lohumano representado en gran medida por lomasculino.Pero por otro lado, sigue siendo mayoritariauna conceptualización diferenciada, nosólo <strong>de</strong> las prácticas y experiencias <strong>de</strong> hombresy mujeres, sino <strong>de</strong>l mismo cuerpo <strong>de</strong>unos y otras, que ha redundado en una visiónbásicamente diferencialista 26 . Des<strong>de</strong> este esquemaconceptual, la consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> los


El Género como categoría analítica. Revisiones y aplicaciones a la salud29principales factores <strong>de</strong> estratificación(género, clase social, etnia...) se operacionalizaen la práctica <strong>de</strong> una manera consecutiva,secuencial, y no simultánea. Esta visión secuencializadora<strong>de</strong> la <strong>de</strong>sigualdad ha provocadoque en la mayoría <strong>de</strong> las ocasiones hagamosdiagnósticos <strong>de</strong> salud radicalmentedistintos para hombres y mujeres, con másdosis <strong>de</strong> efectismo y oportunismo que <strong>de</strong> utilida<strong>de</strong>n el momento en que estamos, y quecontribuyen también a una interiorización porparte <strong>de</strong> las mujeres <strong>de</strong> una supuesta radicaldiferenciación respecto a los hombres, que notiene en cuenta las experiencias cotidianas ydiversas.Hay datos objetivos que <strong>de</strong>muestran quehombres y mujeres presentan especificida<strong>de</strong>sen cuanto a distintos aspectos <strong>de</strong> la salud: esperanza<strong>de</strong> vida, hábitos <strong>de</strong> salud, modo enque se enferma y se muere, autopercepción <strong>de</strong>la propia salud, utilización <strong>de</strong> servicios sanitarios.27 Pero lo que quiero subrayar no es tantola ausencia <strong>de</strong> documentación al respecto,sino el <strong>de</strong>sajuste entre el consenso feminista ylas evi<strong>de</strong>ncias científicas, empíricas, porqueen general tenemos más hipótesis y preguntasque hechos <strong>de</strong>mostrados. 28 En este sentido, tenemosten<strong>de</strong>ncia a: no tener en la misma consi<strong>de</strong>raciónlas similitu<strong>de</strong>s entre hombres ymujeres, aunque algunas hayan sido explicitadaspor las mismas feministas 29 ; a recalcar enexceso las consecuencias negativas para lasmujeres <strong>de</strong> ciertos aspectos <strong>de</strong> la salud; y amantener la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que las mujeres somosvíctimas específicas en el ámbito <strong>de</strong> la salud,no haciendo tanto hincapié en las experienciasconcretas y en las diferencias existentes tambiénentre los hombres. 30Esta tradición feminista, que tiene a<strong>de</strong>másdosis importantes <strong>de</strong> interclasismo 31 , pue<strong>de</strong>ser un obstáculo analítico importante, peroa<strong>de</strong>más pue<strong>de</strong> llevarnos a situaciones paradójicasdon<strong>de</strong> reifiquemos o pongamos todoel énfasis en la situación <strong>de</strong> las mujeres, o <strong>de</strong>algunas mujeres, ocultando o haciendo invisibleslas condiciones igualmente <strong>de</strong>sfavorecidas<strong>de</strong> otros grupos sociales. Las lecturas eintervenciones feministas tendrían que articularseen la práctica con las que se están llevandoa cabo en otros sectores socio-sanitariosrespecto a otros grupos subalternos, enlas que también solemos participar aunque<strong>de</strong> un modo bastante compartimentalizado.No se pue<strong>de</strong> hablar <strong>de</strong> marginación, vulnerabilidado in<strong>de</strong>fensión <strong>de</strong> las mujeres en relaciónal tema que sea, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> quetodos los hombres tienen <strong>de</strong> partida una situación<strong>de</strong> salud mejor, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> unaestereotipación y positivización <strong>de</strong> lo masculinoque no tenga en cuenta a los hombres <strong>de</strong>carne y hueso.ALGUNOS FACTORES DEDESIGUALDAD: EDAD Y CLASESOCIALFijémonos ahora en algunos factores que<strong>de</strong>terminan diferencias entre las mujeres. Sitomamos en primer lugar la edad, ya nos estamosocupando específicamente <strong>de</strong> problemáticassociosanitarias como la relativa a las mujeres<strong>de</strong> edad avanzada, 32 o el embarazo enadolescentes, don<strong>de</strong> las afectadas pertenecenprincipalmente a clases bajas. Pero, así y todo,están prácticamente sin analizar otras eda<strong>de</strong>s,como la infancia, acerca <strong>de</strong> la cual en muchoscasos ni siquiera tenemos datos <strong>de</strong>sagregadospor sexos. 33 A<strong>de</strong>más, en cada grupo <strong>de</strong> edad sesuele per<strong>de</strong>r <strong>de</strong> vista la situación <strong>de</strong> los colectivosmasculinos, y sin embargo los datos relativosa varones nos revelan cuestiones quesería preciso estudiar y explicar mejor y quenos ayudarían a una comprensión global <strong>de</strong> lasalud y el género. Por ejemplo: mayor hospitalizacióny medicalización en niños que enniñas; mayor inci<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> acci<strong>de</strong>ntes (<strong>de</strong> tráficoy otros) y suicidios (primera causa <strong>de</strong>muerte) en jóvenes varones; mayor significación<strong>de</strong> problemas psicológicos en chicos jóvenes;menor esperanza <strong>de</strong> vida y sobremor-


30Mari Luz Estebantalidad masculina en todas las eda<strong>de</strong>s.La clase social es otro elemento que engeneral se suele tener en cuenta a posteriorio <strong>de</strong> manera separada, mientras que en losgrupos sociales más <strong>de</strong>primidos la articulación<strong>de</strong> las variables sexo/género, clase yetnia es fundamental para enten<strong>de</strong>r el proceso<strong>de</strong> exclusión: grupos marginales, adolescentes,mujeres pobres, población inmigranteextranjera. Otro tema don<strong>de</strong> lasdiferencias por clase social son tan importantescomo las <strong>de</strong> género es la autopercepción<strong>de</strong> la salud: las personas <strong>de</strong> clase bajacreen tener casi dos veces peor salud que las<strong>de</strong> clase alta. Por otra parte, algunos sectores<strong>de</strong> clase alta están sobremedicalizados en relacióna tratamientos <strong>de</strong> cirugía estética ymenopausia, por citar dos casos.A<strong>de</strong>más es fundamental encuadrar todoslos análisis, directa o indirectamente, en uncontexto más general, internacional, que nosayu<strong>de</strong> a romper el etnocentrismo que impregnala mayoría <strong>de</strong> ellos. Un marco globale intercultural es una referencia obligadapara analizar fenómenos como, por ejemplo,el sida, la maternidad, la imagen corporal,don<strong>de</strong> el entrecruzamiento <strong>de</strong> distintos factoreses ineludible.En cualquier caso, un problema añadidoes que aunque los estudios se centren básicamenteen las variables sexo/género, muchasveces se superponen y confun<strong>de</strong>n uno y otrocomo si se tratara <strong>de</strong> lo mismo; es <strong>de</strong>cir, enlos trabajos aparecen a veces i<strong>de</strong>ntificadoscomo relativos al género aspectos <strong>de</strong>rivados<strong>de</strong> una simple <strong>de</strong>sagregación <strong>de</strong> las muestraspor sexo (hombres y mujeres), datos quetambién son necesarios y que <strong>de</strong>ben aparecercomo diferencias sexuales, no genéricas.En general, sabemos '<strong>de</strong>masiado' <strong>de</strong> lasmujeres y mucho menos <strong>de</strong> los hombres yhacemos excesivo hincapié en los estándares<strong>de</strong> unos y otras. Esto pue<strong>de</strong> hacernos per<strong>de</strong>rla perspectiva relacional, el proceso <strong>de</strong> construccióny mantenimiento <strong>de</strong> las relaciones<strong>de</strong> género, y como consecuencia no buscadallegar incluso a hipertrofiar, y en <strong>de</strong>finitiva amantener situaciones <strong>de</strong> <strong>de</strong>sigualdad.No estoy hablando sólo <strong>de</strong> conocer mejorla realidad social o <strong>de</strong> partir <strong>de</strong> un planteamientomás globalizador <strong>de</strong> la marginación ola <strong>de</strong>sigualdad, sino también <strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r yactuar mejor sobre la salud <strong>de</strong> las mismasmujeres. En algunos casos, el estudio <strong>de</strong> larealidad y experiencia masculina pue<strong>de</strong>aportarnos claves y datos no tenidos encuenta hasta el momento, que nos ayu<strong>de</strong>n adirigir mejor nuestros enfoques y actuaciones.Me estoy a refiriendo, por citar un caso,a cuestiones como las ventajas que pue<strong>de</strong>proporcionar el abordaje <strong>de</strong> la experienciamasculina <strong>de</strong> fenómenos como la anorexia yla bulimia, mucho más minoritarios en loshombres, que por esa misma razón faciliteinformación no tenida en cuenta en los análisis<strong>de</strong> las mujeres (Esteban, 1998).NUEVAS FORMAS DEMEDICALIZACIÓN DE LASMUJERES: MENOPAUSIA Y'EDAD MADURA'Voy a analizar a continuación algunos aspectos<strong>de</strong> la salud <strong>de</strong> las mujeres que presentancaracterísticas nuevas y ofrecen la posibilidad<strong>de</strong> repensar problemáticas y <strong>de</strong>batesabordados anteriormente por el feminismo.Un primer aspecto sobre el que me interesallamar la atención es el tratamiento <strong>de</strong> la medicalización<strong>de</strong> las mujeres por parte <strong>de</strong> lassanitarias feministas, ya que éstas pue<strong>de</strong>nestar contribuyendo <strong>de</strong> manera involuntariaal surgimiento y mantenimiento <strong>de</strong> nuevasformas. En esto influye a<strong>de</strong>más que las feministasen general se han <strong>de</strong>jado <strong>de</strong> preocupar<strong>de</strong> las cuestiones <strong>de</strong> salud (salvo excepcioneso momentos puntuales) y lo han <strong>de</strong>jado exclusivamenteen manos <strong>de</strong> las 'expertas', lo


El Género como categoría analítica. Revisiones y aplicaciones a la salud31cual favorece esa mirada excesivamente especializada,internista, sanitarista, a la queme refería anteriormente, algo que no ocurreen otros temas, don<strong>de</strong> se da una mirada feministamás plural (por ejemplo, el campo<strong>de</strong>l trabajo o <strong>de</strong> la política).Un ejemplo sería cómo se plantea y abordael tema <strong>de</strong> la menopausia y lo que <strong>de</strong>nominaréla 'construcción <strong>de</strong> la edad media/madura'<strong>de</strong> las mujeres <strong>de</strong>s<strong>de</strong> sectores sanitarios progresistas/feministas.En un afán <strong>de</strong> contrarrestary neutralizar el impacto <strong>de</strong> los discursos eintervenciones que se generan <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la sanidad,muchos equipos <strong>de</strong> profesionales hanpuesto en marcha iniciativas educativas/asistencialesdirigidas sobre todo a ciertos grupos<strong>de</strong> mujeres (amas <strong>de</strong> casa...), con dosis importantes<strong>de</strong> regulación <strong>de</strong> la vida y sanitarización,al margen <strong>de</strong> los posibles beneficios.Sin entrar ahora en la revisión crítica <strong>de</strong>las <strong>de</strong>finiciones y planteamiento dominantesen Occi<strong>de</strong>nte acerca <strong>de</strong> la menopausia, paralo que pue<strong>de</strong>n consultarse fuentes diversas 34 ,sí querría <strong>de</strong>stacar que consi<strong>de</strong>ro que es untema que <strong>de</strong>bería tener toda la prioridad en laagenda sanitaria feminista. Por distintas razones:(1) por la i<strong>de</strong>ología <strong>de</strong> género quesubyace a los discursos hegemónicos al respecto;(2) por el impacto yatrogénico queestá teniendo y que pue<strong>de</strong> llegar a tener en lasalud <strong>de</strong> las mujeres; (3) por la ausencia <strong>de</strong>estudios que nos digan qué está pasando realmenteen la red sanitaria, pública o privada,cómo se están aplicando las i<strong>de</strong>as, los tratamientos;(4) por la medicalización que comporta,entendida ésta como supervisión e ingerenciadirecta sobre las vidas <strong>de</strong> lasmujeres <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lo asistencial; (5) por la falta<strong>de</strong> información, sobre todo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una visióncrítica, que tienen tanto los sanitarios comoel público en general; (6) pero también,porque el papel <strong>de</strong>l feminismo en este temaestá siendo excesivamente sanitarista e intervencionistasobre las mujeres, y no meparece que es esto lo que habría que hacer.La prioridad <strong>de</strong>bería ser el trabajo intrasanitario<strong>de</strong> formación y discusión con los profesionales,así como el extrasanitario <strong>de</strong> divulgación<strong>de</strong> información y <strong>de</strong> <strong>de</strong>bate,<strong>de</strong>finiendo en conjunto mejor los objetivos ylas priorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> actuación e incluyendo enel <strong>de</strong>bate al mayor número posible <strong>de</strong> mujeresy feministas, que no están participando.En relación directa con la menopausiaestá la construcción <strong>de</strong> una nueva edad, unnuevo ciclo vital para las mujeres: la edadmedia o madura, cuya <strong>de</strong>limitación más extendidaes aquella que pone el límite inferioren los 40 años y el superior en los 60. 35 Estanueva etapa se suele relacionar con aspectospsicosociales muy amplios y diferentes, ligadosmás o menos directamente con la salud.La edad media <strong>de</strong> las mujeres surge vinculada<strong>de</strong> manera muy estrecha con cambios socio<strong>de</strong>mográficosy <strong>de</strong> salud generales, comoel aumento en la esperanza <strong>de</strong> vida general yespecífico para las mujeres, pero no se<strong>de</strong>fine <strong>de</strong> la misma manera para hombres ymujeres ni tiene las mismas connotacionespara ellos 36 : en las mujeres se <strong>de</strong>staca sobretodo la dimensión <strong>de</strong> crisis y vulnerabilidadgeneralizable a todas y el riesgo <strong>de</strong> problemasfísicos y psicológicos, así como una lecturareproductivista <strong>de</strong> sus vidas, puesto quese liga siempre aunque sea <strong>de</strong> forma indirectaa la menopausia y al cese <strong>de</strong> las reglas, ypor tanto a la capacidad reproductora.Esta reconceptualización lleva implícitauna medicalización protagonizada tambiénpor las feministas, que se expresa medianteel diseño y puesta en marcha <strong>de</strong> programas<strong>de</strong> educación sanitaria y promoción <strong>de</strong> lasalud, que tienen aspectos positivos, perotambién negativos. 37 Entre estos últimos <strong>de</strong>stacaría:(1) la focalización excesiva en esaedad media, perdiendo <strong>de</strong> vista o relativizandootros momentos que también presentanriesgos, en general o por grupos; (2) una ex-


32Mari Luz Estebancesiva psicologización <strong>de</strong> las condiciones <strong>de</strong>salud <strong>de</strong> las mujeres frente a lecturas más sociales;(3) la inclusión y <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> contenidosrelacionados con múltiples aspectos <strong>de</strong>la vida y <strong>de</strong> la salud (autoestima, sexualidad,tiempo libre...), don<strong>de</strong> se suele hacer hincapiéen los conflictos familiares y el papel <strong>de</strong>las mujeres en los mismos, pero no siempreenfatizando suficientemente la necesidad <strong>de</strong>cuestionar este papel.Todo esto se une a<strong>de</strong>más a que las activida<strong>de</strong>sse dirigen casi específicamente a amas<strong>de</strong> casa, que son más asequibles que el restopor su mayor disponibilidad. En este sentido,es conveniente tener en cuenta que en algunosestudios se comprueba la existencia <strong>de</strong>diferencias <strong>de</strong> salud en mujeres amas <strong>de</strong> casay trabajadoras asalariadas: las primerassufren una peor situación, que parece tenerque ver con la realización por su parte <strong>de</strong>tareas 'no prestigiadas socialmente', aunquese <strong>de</strong>n también variaciones en cuanto a cómoellas se perciben y perciben su trabajo comoamas <strong>de</strong> casa. 38 Como <strong>de</strong>cíamos, este colectivosuele ser directa o indirectamente priorizadoen los programas dirigidos a mujeresmaduras. Pero, tal y como yo lo veo, actuar aeste nivel no <strong>de</strong>bería implicar tanto iniciativas<strong>de</strong> corte sanitarista, incidan en los aspectosque incidan, como programas sociales másgenerales que contemplen su integración enel trabajo asalariado (<strong>de</strong>seada a<strong>de</strong>más pormuchas), y su participación como iguales entodos los niveles <strong>de</strong> la sociedad.LAS MUJERES COMORESPONSABLES DE LOSCUIDADOSUn tema apuntado en el apartado anteriorque tiene en la actualidad una trascen<strong>de</strong>nciagran<strong>de</strong> para las mujeres es el papel que éstasejercen como cuidadoras "domésticas" <strong>de</strong> lasalud. Una responsabilización generizadaque afecta más a las mujeres adultas y que seapoya en una caracterización social diferente<strong>de</strong> los trabajos realizados por hombres y mujeres,y en una separación <strong>de</strong> lo racional, quequeda ligado a los hombres, y lo emocional,a las mujeres (Comas, 1993). Algo a<strong>de</strong>másque no parece que vaya a ce<strong>de</strong>r espontáneamente,teniendo en cuenta los cambios <strong>de</strong>mográficos,sociales y sanitarios <strong>de</strong> las últimasdécadas, entre los que <strong>de</strong>stacamos: la<strong>de</strong>saparición o crisis <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>l llamadoEstado <strong>de</strong> bienestar; el envejecimiento<strong>de</strong> la población y aumento <strong>de</strong> la esperanza <strong>de</strong>vida; el aumento en la aparición y duración<strong>de</strong> las llamadas enfermeda<strong>de</strong>s crónicas e incapacitantes;el llamado encarnizamiento terapéutico,referido a la prolongación a todacosta <strong>de</strong> la vida en enfermeda<strong>de</strong>s terminales;el acortamiento <strong>de</strong>l tiempo <strong>de</strong> hospitalizaciónen ciertas intervenciones.La i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong>l problema <strong>de</strong>s<strong>de</strong> distintosámbitos es clara, aunque los posicionamientosno son ni mucho menos los mismos. 39En general, salvo para el feminismo, no hayuna actitud clara <strong>de</strong> cuestionamiento <strong>de</strong> estaresponsabilización <strong>de</strong> las mujeres, aunque sehable <strong>de</strong> una necesidad <strong>de</strong> implicación mayor<strong>de</strong> los hombres y la sociedad en general, y seintenten poner en marcha alternativas diferentes:apoyo sanitario específico a las cuidadoras,medidas laborales o fiscales que les favorezcan,reconocimiento económico <strong>de</strong> sutrabajo, etc. 40 Pero es evi<strong>de</strong>nte que es un temainsuficientemente contemplado y <strong>de</strong>batido, alque es necesario dar prioridad <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> lasmedidas <strong>de</strong> acción positiva y programas <strong>de</strong> intervenciónfeministas.A nivel <strong>de</strong> planteamiento i<strong>de</strong>ológico-políticocreo que hay tres cuestiones clave 41 : (1)promover la discusión acerca <strong>de</strong> cómo conseguirla implicación <strong>de</strong> los hombres; (2) pensaren alternativas concretas <strong>de</strong> discriminaciónpositiva para las mujeres, que incluyan tambiénel proponerles la renuncia frente a lastareas concretas, como una forma <strong>de</strong> 'forzar' a


El Género como categoría analítica. Revisiones y aplicaciones a la salud33la corresponsabilización. Es casi seguro queésta sólo vendrá <strong>de</strong> la mano <strong>de</strong> una mayorconflictividad social al respecto que obligue ala búsqueda <strong>de</strong> soluciones privadas y públicas;(3) poner en práctica formas <strong>de</strong> apoyo aaquellas mujeres que, cada vez en mayor proporción,se van negando a cumplir calladamentecon lo que la sociedad les asigna. Espor todo ello que consi<strong>de</strong>ro que es otro temaque <strong>de</strong>bería tener toda la prioridad para el feminismo,analizándose cómo se pue<strong>de</strong> concretarla intervención en los diversos ámbitos(sanitario, educación, sindical, político...).Más vinculado con el trabajo asistencial,un aspecto importante sobre el que reflexionares el papel <strong>de</strong> las mujeres como acompañantesen las consultas y tratamientos y comoobjeto <strong>de</strong> las intervenciones asistenciales.Muchas veces la patología, aunque tenga implicacionespara toda la familia, está centradaen el padre <strong>de</strong> familia o en otro varón (ejemplo,alcoholismo) y, sin embargo, suele seruna mujer (esposa, madre, hija) la que acu<strong>de</strong>a las consultas, e incluso llega a ser tratada: esella la que es medicalizada. Algo que <strong>de</strong>beríamostener claro es que si el problema está enun hombre, hay que dirigirse a él e implicarlodirectamente en su situación. En materia <strong>de</strong>actuaciones sanitarias suele ser mucho másdifícil llegar al colectivo masculino que al femenino,por diferentes razones (laborales,falta <strong>de</strong> familiaridad <strong>de</strong> los hombres con lasalud...), pero hay que perseguir este objetivo,porque <strong>de</strong> lo contrario estamos influyendo negativamentesobre las mujeres, perpetuandolos roles que por otra parte consi<strong>de</strong>ramos quelas discriminan (Esteban, 1999).INTERVENCIÓN EN SALUD YDISEÑO DE LAS PRIORIDADESPara finalizar, una última reflexión acerca<strong>de</strong> cómo trabajar en favor <strong>de</strong> la salud <strong>de</strong> la poblaciónen general y <strong>de</strong> las mujeres en concreto,y hacia dón<strong>de</strong> dirigir las medidas y programas<strong>de</strong> intervención. En este sentido, algo<strong>de</strong>terminante que olvidamos siempre es queen la mejora general <strong>de</strong> la salud en nuestra sociedado en otras a lo largo <strong>de</strong> la historia, hantenido cierta importancia los <strong>de</strong>scubrimientosy avances médico-científicos, pero han sido<strong>de</strong>terminantes los cambios político-económicosreferidos a las formas <strong>de</strong> vida, trabajo, alimentación,infraestructura <strong>de</strong> las viviendas,higiene, etc. Es <strong>de</strong>cir, conclusiones que relativizanla influencia <strong>de</strong> lo sanitario.Sin embargo, cuando pensamos en la intervenciónrespecto a las mujeres nos centramoscasi exclusivamente en la red asistencialy ámbito médico-científico. Es por esto que,a medida que se van i<strong>de</strong>ntificado los distintosproblemas, se <strong>de</strong>bería ir <strong>de</strong>finiendo bien<strong>de</strong>s<strong>de</strong> qué sectores y niveles es prioritarioactuar (administraciones públicas, bienestarsocial, educación, trabajo, medios <strong>de</strong> comunicación,etc.) y/o, en todo caso, diseñar lasactuaciones <strong>de</strong> manera conjunta con otrossectores <strong>de</strong> la sociedad.De cara a la planificación <strong>de</strong> la intervención,sugiero tener en cuenta las siguientescuestiones: no centrarse exclusivamente en lasmujeres; priorizar el trabajo con sanitarios/asrespecto al dirigido a usuarias; cuandoveamos necesario dirigirnos a las mujeres,hacer una <strong>de</strong>finición mejor <strong>de</strong> los colectivossobre los que actuar y <strong>de</strong> los objetivos; reflexionarsobre cómo implicar a los hombres yensayar iniciativas concretas; pensar en el trabajoconjunto con otros sectores <strong>de</strong> la administracióno <strong>de</strong> la sociedad.En el tema <strong>de</strong> la salud, como en otros, noestoy <strong>de</strong> acuerdo en que sea mejor haceralgo que no hacer nada: hay que hacer bienlas cosas (<strong>de</strong>s<strong>de</strong> los análisis hasta la evaluacióncorrecta <strong>de</strong> las distintas activida<strong>de</strong>s) ytener claros los objetivos. A<strong>de</strong>más, estosobjetivos <strong>de</strong>ben ser siempre coherentes conlos planteamientos y reflexiones feministas


34Mari Luz Estebana nivel más general.BIBLIOGRAFIA Y NOTASAllué, Xavier. Urgencias. Abierto <strong>de</strong> 0 a 24 horas. Factores socioculturales en la oferta y la <strong>de</strong>manda <strong>de</strong> las urgencias pediátricas.Zaragoza: Mira Editores (Colección "Sociedad y Salud Hoy"); 1999.AMB-BEA-Asamblea <strong>de</strong> Mujeres <strong>de</strong> Bizkaia-Bizkaiko Emakume Asanblada. "La <strong>de</strong>dicación a los <strong>de</strong>más. El <strong>de</strong>recho a elegir,objetivo político prioritario". Jornadas Feministas. Juntas y a por todas. Madrid: Fe<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> Organizaciones Feministas <strong>de</strong>lEstado Español; 1994, pp. 29-36.Amorós, Celia (dir.). 10 palabras clave sobre Mujer. Pamplona: Verbo Divino; 1995.Bodoque, Yolanda. "El tiempo biológico y el tiempo social: aproximación antropológica al análisis <strong>de</strong>l ciclo <strong>de</strong> vida <strong>de</strong> las mujeres"(manuscrito); 1999.Benería, Lour<strong>de</strong>s. "¿Patriarcado o sistema económico? Una discusión sobre dualismos metodológicos", en Amorós et. al.Mujeres, ciencia y práctica política. Madrid: Universidad Complutense; 1987, pp. 34-54.Braidotti, Rosi. "Teorías <strong>de</strong> los estudios sobre la mujer". Historia y Fuente Oral 1991, pp. 3-17.Comas d'Argemir Dolors. "Sobre el apoyo y el cuidado. División <strong>de</strong>l trabajo, género y parentesco", en Roigé X. (coord.)Perspectivas en el estudio <strong>de</strong>l parentesco y la familia. VI Congreso <strong>de</strong> Antropología. Tenerife: <strong>Asociación</strong> Canaria <strong>de</strong>Antropología; 1993, pp. 65-82.Comelles, Josep Maria. "La utopía <strong>de</strong> la atención integral en salud. Autoatención, práctica médica y asistencia primaria".Revisiones en Salud Pública 1993, 3:169-192.Comelles, Josep Maria; Martínez, Angel. Enfermedad, cultura y sociedad. Madrid: Eu<strong>de</strong>ma Antropología; 199<strong>3.</strong>Conboy, Katie; Medina, Nadia; Stanbury, Sarah. "Introduction", en Conboy, K.; Medina, N.; Stanbury, S. (eds.) Writing on thebody. Female Embodiment and Feminist Theory. New York: Columbia University Press; 1997.Connell, Robert W. Gen<strong>de</strong>r and Power. Stanford: Stanford University Press, 1987.Connell, Robert W. "La organización social <strong>de</strong> la masculinidad", en Valdés, T.; Olavarría, J. (eds.) Masculinida<strong>de</strong>s. Po<strong>de</strong>r ycrisis. Chile: Isis Internacional; 1997, pp. 31-48.De Beauvoir, Simone. El segundo sexo. Buenos Aires: Siglo XXI; 1970 (1ª francés 1949).Del Valle, Teresa et. al. Mo<strong>de</strong>los emergentes en los sistemas y relaciones <strong>de</strong> género: nuevas socializaciones y políticas <strong>de</strong> implementación.Memoria <strong>de</strong>l proyecto I+D (MEC 115.230. IMO 1/96); 1999, (inédita).De Onís, Merce<strong>de</strong>s; Villar, José. La Mujer y la Salud en España. Informe básico. Serie Estudios 29. Madrid: Instituto <strong>de</strong> laMujer-Ministerio <strong>de</strong> Asuntos Sociales; 1992.Durán, María Angeles. Los costes invisibles <strong>de</strong> la enfermedad. Bilbao: Funcación BBV; 1999.Esteban, Mari Luz. "Relaciones entre feminismo y Sistema Médico-Científico", en Ortiz, T.; Becerra, G. (eds.). Mujeres <strong>de</strong>Ciencia. Mujer, Feminismo y Ciencias Naturales, Experimentales y Tecnológicas. Granada: Instituto <strong>de</strong> Estudios <strong>de</strong> la Mujer <strong>de</strong>la Universidad <strong>de</strong> Granada (Colección Feminae); 1996, pp. 143-184.Esteban, Mari Luz. "El cuidado <strong>de</strong> la imagen en los procesos vitales. Creatividad y miedo al <strong>de</strong>scontrol". Kobie. SerieAntropología Cultural 1997/98, VIII. Bilbao; Diputación Provincial <strong>de</strong> Bizkaia; pp. 27-54.Esteban, Mari Luz. "¿Y los hombres?". Inguruak-Revista Vasca <strong>de</strong> Sociología y Ciencia Política, Diciembre 1998, 22:15-29.


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El Género como categoría analítica. Revisiones y aplicaciones a la salud371Algunas <strong>de</strong> las i<strong>de</strong>as <strong>de</strong>sarrolladas en este artículo fueron presentadas por primera vez en la ponencia titulada "El análisis yla intervención en relación a la salud", presentada en el II Congreso Internacional sobre Género y Políticas <strong>de</strong> Acción Positiva,organizado por Emakun<strong>de</strong>-Instituto Vasco <strong>de</strong> la Mujer en Donostia, en junio <strong>de</strong> 1998. Véase Esteban (1999).2Una buena visión <strong>de</strong> conjunto <strong>de</strong> la antropología feminista traducida al castellano es la que ofrece Henrietta Moore (1991).3Una aproximación a las diferencias entre explicar y compren<strong>de</strong>r un fenómeno social, pue<strong>de</strong> encontrarse en Terradas (1991).La explicación, más presente en sociología e historia general, se concretaría en la búsqueda <strong>de</strong> las causas externas, el estudio<strong>de</strong> los hechos en base a criterios objetivos, generalizables; mientras que mediante la comprensión (antropología, historialocal...) se perseguirían los motivos, las intenciones, los contextos.4Tomo este concepto <strong>de</strong> 'posición excéntrica' <strong>de</strong> Oriol Romaní (1999, capítulo 6). Él lo reivindica como una condición para elantropólogo que se <strong>de</strong>dica al trabajo aplicado, que a<strong>de</strong>más pue<strong>de</strong> estar comprometido tanto con las instituciones como con losgrupos afectados que estudia (se refiere sobre todo al campo <strong>de</strong> las drogas). Una labor importante <strong>de</strong> la antropología en estetipo <strong>de</strong> estudios sería la <strong>de</strong> facilitar la "traducción cultural" entre los diferentes colectivos implicados.En este artículo <strong>de</strong>fiendo que esta posición excéntrica en relación a la salud y el género es muy conveniente, porque permitela traducción <strong>de</strong> visiones y diagnósticos diferentes entre sanitarias y usuarias.5En el libro dirigido por Celia Amorós, 10 palabras claves sobre Mujer (1995), se profundiza en distintos conceptos relacionadoscon el feminismo (patriarcardo, género, diferencia, igualdad...).6Véase por ejemplo Uriarte (1997).7Un ejemplo <strong>de</strong> <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> género pue<strong>de</strong> ser la formulada por Lour<strong>de</strong>s Benería que sirve, con ligeras modificaciones, paratodo tipo <strong>de</strong> socieda<strong>de</strong>s: "El conjunto <strong>de</strong> creencias, rasgos personales, actitu<strong>de</strong>s, sentimientos, valores, conductas y activida<strong>de</strong>sque diferencian a hombres y mujeres a través <strong>de</strong> un proceso <strong>de</strong> construcción social que tiene varias características. En primerlugar, es un proceso histórico que se <strong>de</strong>sarrolla a distintos niveles tales como el estado, el mercado <strong>de</strong> trabajo, las escuelas,los medios <strong>de</strong> comunicación, la ley, la familia y a través <strong>de</strong> las relaciones interpersonales. En segundo lugar, este procesosupone la jerarquización <strong>de</strong> estos rasgos y activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> tal modo que a los que se <strong>de</strong>finen como masculinos se les atribuyemayor valor" (1987:46; recogido en Maquieira, 1998).8Este proceso <strong>de</strong> naturalización aplicado a diferentes grupos sociales es analizado por la antropóloga Verena Stolcke en su artículo"¿Es el sexo para el género como la raza para la etnicidad?" (1992).9Algunas referencias <strong>de</strong> interés en este sentido son: Gómez; Perdomo (1993); Herdt (1996); Laqueur (1994); Nieto (1998); Ortiz(1993), Peyre; Wiels; Fonton (1991).10Entre otros: no i<strong>de</strong>ntificación todavía <strong>de</strong>l factor <strong>de</strong> diferenciación sexual en el proceso <strong>de</strong> gestación; número significativo <strong>de</strong>personas con fenotipos masculinos o femeninos bien <strong>de</strong>finidos que tienen intersexualidad cromosómica; gran variabilidad enlas cantida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> hormonas consi<strong>de</strong>radas como masculinas o femeninas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los colectivos <strong>de</strong> hombres y <strong>de</strong> mujeres.11Véase también Herd (1996).12Véase Nieto (1998).13Recogido en Esteban y Díez (1999:12).14Este mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> análisis <strong>de</strong> las relaciones <strong>de</strong> género ha sido utilizado con algunas modificaciones por un equipo dirigido porla antropóloga Teresa <strong>de</strong>l Valle, en el que se incluye la autora <strong>de</strong> este artículo, en la realización <strong>de</strong> una investigación I+D titulada"Mo<strong>de</strong>los emergentes en los sistemas y relaciones <strong>de</strong> género: nuevas socializaciones y políticas <strong>de</strong> implementación" (MEC115.230. IMO 1/96), que está actualmente en fase <strong>de</strong> publicación. Véase Del Valle et. al. (1999).15Según este autor, "en los procesos <strong>de</strong> género, la vida cotidiana está organizada en torno al escenario reproductivo, <strong>de</strong>finidopor las estructuras corporales y por los procesos <strong>de</strong> reproducción humana. Este escenario incluye el <strong>de</strong>spertar sexual y la re-


38Mari Luz Estebanlación sexual, el parto y el cuidado <strong>de</strong>l niño, las diferencias y similitu<strong>de</strong>s sexuales corporales" (1997:35)16Con el término "privilegios" me refiero, por ejemplo, a que algunas mujeres han podido acce<strong>de</strong>r en distintos momentos <strong>de</strong> lahistoria al mundo <strong>de</strong> la política, <strong>de</strong>l trabajo o <strong>de</strong> la cultura por su estatus social y familiar. Por otra parte, mujeres <strong>de</strong> clase mediao alta han podido 'disfrutar' <strong>de</strong> periodos <strong>de</strong> <strong>de</strong>scanso en ciertos momentos <strong>de</strong>l ciclo reproductivo (<strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l parto, o coincidiendocon la regla).17Como Pierre Bourdieu, Robert Connell, Anthony Gid<strong>de</strong>ns, Bryan Turner.18Margaret Lock recoge algunas investigaciones que abordan la expresión <strong>de</strong> la disi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>s<strong>de</strong> diferentes manifestaciones yrituales ligados al cuerpo (1993:140-141).Por mi parte, he analizado algunas experiencias relativas a la imagen corporal, un campo especialmente caracterizado por lalectura victimista <strong>de</strong> las conductas <strong>de</strong> las mujeres. Una aproximación más compleja a las prácticas <strong>de</strong> cuidado <strong>de</strong>l cuerpo permitecomprobar que las mujeres están influidas por los mo<strong>de</strong>los que les llegan por diversas vías (medios <strong>de</strong> comunicación,àmbito médico, mundo <strong>de</strong> la moda...), pero que dichas prácticas son parte <strong>de</strong> la gestión <strong>de</strong> sus proyectos, en los que muchasveces está presente el conflicto y la contradicción. Véanse Esteban (1997/98;2000).19En antropología <strong>de</strong> la salud, por ejemplo, bastantes autores se inspiran en sus estudios en reelaboraciones <strong>de</strong> esta teoría <strong>de</strong>Gramsci. También antropólogos feministas, como Connell (1997) o Dolores Juliano (1986;1992), se han basado en dicha teoríapara analizar la interacción entre distintos tipos <strong>de</strong> masculinida<strong>de</strong>s, el primero, o aspectos diferentes <strong>de</strong> las 'subculturas femeninas',la segunda.Una explicación acerca <strong>de</strong> esta teoría pue<strong>de</strong> encontrarse en el capítulo <strong>de</strong> marco teórico <strong>de</strong> la investigación dirigida por Teresa<strong>de</strong>l Valle (1999).20Una relación bibliográfica bastante extensa pue<strong>de</strong> encontrarse en VV.AA. (1992) y Esteban (1996).21En el Diccionario <strong>de</strong> uso <strong>de</strong>l español <strong>de</strong> María Moliner aparece la siguiente <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> sesgo: "Orientación o rumbo quetoma un asunto".22Véase "Glosario <strong>de</strong> términos" incluido en Comelles y Martínez (1993).23Otra aportación también importante <strong>de</strong> la antropología son las investigaciones sobre salud y género que se llevan a cabo<strong>de</strong>s<strong>de</strong> dicho ámbito, don<strong>de</strong> una autora <strong>de</strong> referencia obligada es Emily Martin; véanse por ejemplo (1987;1991).24Un análisis <strong>de</strong> este proceso <strong>de</strong> medicalización pue<strong>de</strong> encontrarse también en Foucault (1990).25Véanse Franklin (1997) y Stolcke (1998).26Un análisis <strong>de</strong> las lecturas generales y feministas acerca <strong>de</strong>l cuerpo y la salud <strong>de</strong> hombres y mujeres como radicalmente distintospue<strong>de</strong> encontrarse en Esteban (1996).27Una panorámica general <strong>de</strong> las diferencias <strong>de</strong> salud entre hombres y mujeres pue<strong>de</strong> encontrarse en Valls-Llobet (1997).Muchos <strong>de</strong> los materiales presentados en los diferentes simposios internacionales sobre "Mujer, salud y calidad <strong>de</strong> vida", organizadospor el CAPS-Centre d'Analisis i Programes Sanitaris <strong>de</strong> Barcelona, son también una referencia obligada.28Una revisión crítica <strong>de</strong> algunos resultados diferenciados para hombres y mujeres pue<strong>de</strong> obtenerse en Esteban (1999).29Un ejemplo ya paradigmático <strong>de</strong> estas similitu<strong>de</strong>s son los problemas cardiacos, don<strong>de</strong> un a priori generalizado entre los profesionalessanitarios acerca <strong>de</strong> que las mujeres no sufren <strong>de</strong> infartos en la misma proporción que los hombres, ha llevado alsistema asistencial a diagnosticar <strong>de</strong> diferente manera los mismos síntomas, y a establecer distintos protocolos <strong>de</strong> seguimientopara unos y otras, hecho <strong>de</strong>nunciado por las cardiólogas feministas norteamericanas (Valls , 1991; Esteban, 1996).30Estoy refiriéndome a una ten<strong>de</strong>ncia y una actitud generalizadas que nos afecta a todas, no a que no haya estudios que abor<strong>de</strong>nla variabilidad <strong>de</strong>l colectivo femenino. Existen trabajos, como la publicación La Mujer y la Salud en España. Informe básico


El Género como categoría analítica. Revisiones y aplicaciones a la salud39(4 volúmenes), coordinada por Merce<strong>de</strong>s <strong>de</strong> Onís y José Villar (1992), que analizan específicamente las diferencias por edad,clase social, formación educativa, etc.31Interclasismo en cuanto que se hacen universales aspectos <strong>de</strong> la salud <strong>de</strong> las mujeres que suelen pertenecer a un colectivoconcreto: las mujeres blancas occi<strong>de</strong>ntales <strong>de</strong> clase media.32Sobre algunos problemas específicos <strong>de</strong> las mujeres <strong>de</strong> mediana y avanzada edad, pue<strong>de</strong> consultarse el informe Mujeres enEuropa. Hacia una vejez saludable, publicado por el Instituto Europeo para la Salud <strong>de</strong> la Mujer en 1996.33Algunas referencias sobre las diferencias entre niños y niñas pue<strong>de</strong>n encontrarse en Allué (1999).34Para una crítica <strong>de</strong>l planteamiento hegemónico actual <strong>de</strong> la menopausia, véanse Esteban (1999) y Rueda (1993,1997).Asimismo, pue<strong>de</strong>n consultarse Van Hall, Ver<strong>de</strong>l y Van <strong>de</strong>r Vel<strong>de</strong>n (1992,1994).Por otra parte, una relación <strong>de</strong> aproximaciones a la menopausia <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la antropología y ciencias sociales, que no suelen sermuy mayoritarias y suelen proporcionar resultados muy interesantes, pue<strong>de</strong> obtenerse en Hunt (1996); véase también Lock(1982;1986).35Un acercamiento antropológico al tema <strong>de</strong> la re<strong>de</strong>finición <strong>de</strong> los ciclos <strong>de</strong> vida en relación a las mujeres pue<strong>de</strong> encontrarse enBodoque (1999).36Cuando se habla <strong>de</strong> madurez en los hombres se subrayan otras cuestiones, como atracción sexual o madurez profesional opolítica.37Aunque estoy insistiendo en la crítica <strong>de</strong> esta "medicalización" <strong>de</strong> la edad madura, subrayando los riesgos que le veo, consi<strong>de</strong>roque algunos materiales diseñados <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> programas <strong>de</strong> educación para la salud para mujeres adultas, tienen aspectosmuy positivos y sugerentes. En este sentido, una guía muy completa es la publicada en Navarra <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el Instituto <strong>de</strong> SaludPública. Véase Pérez Jarauta y Etxauri Ozkoi<strong>de</strong> (1996).38Véase, por ejemplo, el Informe sobre la Salud y la Mujer en la Comunidad <strong>de</strong> Madrid (1996).39Una <strong>de</strong>scripción y cuantificación muy completas <strong>de</strong> los cuidados 'invisibles' <strong>de</strong> la enfermedad pue<strong>de</strong> encontrarse en Durán(1999).40Un ejemplo <strong>de</strong> esto es la 'Ley para promover la conciliación <strong>de</strong> la vida familiar y laboral <strong>de</strong> las personas trabajadoras' <strong>de</strong>lPartido Popular. Des<strong>de</strong> la misma se preten<strong>de</strong>n regular cuestiones relativas a la maternidad, pero también respecto a la atención<strong>de</strong> enfermeda<strong>de</strong>s crónicas e incapacitantes.41Véase AMB-BEA (1994)


Cuad. Psiquiatr. Comunitaria,<strong>Vol</strong>.3, N.º 1, pp. 40 - 57, <strong>2003</strong>Antropo-lógicas <strong>de</strong> la MedicinaFamiliar y ComunitariaJosé Mª UribeArea <strong>de</strong> Antropología Social.Universidad Pública <strong>de</strong> NavarraRESUMENABSTRACTLa introducción <strong>de</strong> la asistencia primaria <strong>de</strong>salud supone un cambio antropológico en el antiguodiscurso médico-enfermo.La enfermedad es <strong>de</strong>finida en el nuevo enfoquecono la gestión <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminadas situaciones <strong>de</strong> normalidadcientífica (para el médico en la emfermedad-quejaaducida por el usuario) y <strong>de</strong> respuestapor parte <strong>de</strong> los usuarios (en la enfermedad diagnosticadapor el médico). Así lo que el centro <strong>de</strong>salud propone es una orientación en la "conducta<strong>de</strong> enfermedad" sobre la que se impone una conducta<strong>de</strong> curar o lo que es lo mismo "enfermeda<strong>de</strong>sque entien<strong>de</strong>, colectivas, científicas frente a enfermeda<strong>de</strong>sque atien<strong>de</strong>, individuales, subjetivas, funcionales.El médico <strong>de</strong> familia engloba así el discursomédico y el discurso <strong>de</strong>l enfermo en un concepto <strong>de</strong>salud global sustituyendo el mo<strong>de</strong>lo medicalista <strong>de</strong>enfermar por el mo<strong>de</strong>lo sanitario <strong>de</strong> salud, abandonandola dicotomía organismo natural frente a pensamientocultural.Palabras clave: Discurso médico-enfermo; patronesculturales; conductas <strong>de</strong> enfermedad, <strong>de</strong>curar; mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> salud.The introduction of primary health care involvesan anthropological change to the traditional doctorpatientdiscourse. Both systems embody specificcultural patterns. The GP unifies these patterns intoa single global health concept, thereby casting asi<strong>de</strong>the dichotomy of the natural organism versus culturalthought - the organism can be moul<strong>de</strong>d and alteredby society.Health Centres propose an orientation towards"illness conduct" to which "curing conduct" is appliedafter the doctor has <strong>de</strong>veloped a taxonomy or illnessrating. Thus the i<strong>de</strong>a of illness (much of which is dueto social influence) is envisaged differently by thehealth centre and by its patients. In other words,there are illnesses which are "ten<strong>de</strong>d" (individual,subjective and functional ones, for example) and illnesseswhich are "comprehen<strong>de</strong>d", such as collectiveand scientific ones.Illness, therefore, is simply the management ofspecific, scientifically normal situations or a logicalresponse on the part of patients (normal for the doctorwhen <strong>de</strong>aling with the illness put forward by the patientand normal for the patient when <strong>de</strong>aling with thedoctor's diagnosis). Such situations can be regar<strong>de</strong>das expressions of health, providing the right scientificbalance between the person, the group and the environment,all ma<strong>de</strong> to fit the patient.In this way the GP absorbs the substitution of thedoctor-treating-illness mo<strong>de</strong>l in favour of the healthmo<strong>de</strong>l.Key words: doctor-patient discourse; culturalpatterns; illness conduct; curing conduct , healthmo<strong>de</strong>l.


Antropo-lógicas <strong>de</strong> la Medicina Familiar y Comunitaria41Uno <strong>de</strong> los efectos <strong>de</strong> mayor visibilidad<strong>de</strong> la reforma sanitaria que se inicia a partir<strong>de</strong>l año 1986 en el Estado Español ha sido lafragmentación <strong>de</strong>l difuso marco ambulatorio<strong>de</strong> la asistencia sanitaria en una nítida división<strong>de</strong> la atención primaria en diferentestiempos y espacios <strong>de</strong> consulta.Frente al clásico "coloquio singular" entremédico y enfermo la Atención Primaria <strong>de</strong>Salud construye una "plural tipología" <strong>de</strong>consultas y, concomitantemente, hace emergerun abanico <strong>de</strong> "enfermos" anteriormenteno visibles.La consulta ambulatoria <strong>de</strong>ja su lugar acinco subtipos 1 : a) la consulta a <strong>de</strong>manda esaquélla que es espontáneamente solicitadapor el usuario; b) la consulta citada aparece<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el momento en que es el médico quiénpor alguna razón, estima necesario estableceruna cita posterior con el usuario; c) la consultaprogramada es propuesta por el médicoen base a la <strong>de</strong>tección, control y seguimiento<strong>de</strong> enfermeda<strong>de</strong>s crónicas <strong>de</strong> gran prevalenciae inci<strong>de</strong>ncia que conforman el Programa<strong>de</strong>l adulto -en el centro estudiado eran la hipertensiónarterial esencial, la diabetes no insulino<strong>de</strong>pendientey las enfermeda<strong>de</strong>s pulmonaresobstructivas crónicas-; d) el avisodomiciliario es la petición <strong>de</strong> consulta a domiciliopor parte <strong>de</strong>l usuario ante la indisposiciónpara acudir al Centro; e) las visitas aterminales son consultas provocadas pro problemas<strong>de</strong>rivados <strong>de</strong>l pa<strong>de</strong>cimiento en el domicilio<strong>de</strong> las últimas fases <strong>de</strong> un procesocancerosos. Enfermo a <strong>de</strong>manda, citado, programado,avisos y terminal a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> etiquetara los usuarios <strong>de</strong> las consultas seerigen como constructos <strong>de</strong> organización,diagnóstico y tratamiento tanto asistencialcomo docente, marcando estrategias y orientacionestécnicas y expresivas a seguir porusuarios y sanitarios. Suponen, en consecuencia,lógicas culturales para ambos: antropo-lógicasENFERMEDAD Y SALUD EN LAATENCIÓN PRIMARIA"La medicina tiene dos cosas ¿no?: queuna es lo objetivo y otra es lo subjetivo. ¿Quées lo objetivo? Lo objetivo es pues <strong>de</strong>mostrarque una persona tiene un colesterol alto. Osea, una analítica alterada o que tiene unaradiografía en la que aparece algo. Eso es loobjetivo, eso es lo técnico, lo científico. Loque no es objetivo, ni técnico, ni científico esel aspecto psicológico; como no es medible,ni Dios se mete a medirlo, ni a valorarlo. Y amí me parece que medir y valorar la felicidad<strong>de</strong> la gente, me parece que es, entra <strong>de</strong>ntro<strong>de</strong>l campo <strong>de</strong> la salud" (VIII) 2 .Teniendo en cuenta las líneas anteriores,vemos cómo cada tipo <strong>de</strong> consulta <strong>de</strong>l Centro<strong>de</strong> Salud se correspon<strong>de</strong> con un tipo <strong>de</strong> usuarioespecífico; estos usuarios son calificadospor los miembros <strong>de</strong>l Equipo <strong>de</strong> AtenciónPrimaria como "enfermos". Si se intenta perfilarcuáles son los rasgos i<strong>de</strong>ntificativos quepermiten <strong>de</strong>signar como "enfermos" a los individuosque se tratan en las distintas consultas,no parece haber un criterio uniforme yhomogéneo. En resumen, ¿qué es lo que haceque a todos se les consi<strong>de</strong>re enfermos?El discurso médico <strong>de</strong> Atención Primariase encuentra ante el discurso lego sobre la enfermedady aplica una traducción sobre las situaciones<strong>de</strong> los usuarios que hace que lo patológicopara el usuario -dolores, malestar,acci<strong>de</strong>ntes- se tome como normal para elmédico, y así se lo transmita. Mientras, -yesto es lo más <strong>de</strong>stacable- lo normal para elusuario -no presentación <strong>de</strong> síntomas, no existencia<strong>de</strong> incapacida<strong>de</strong>s- se vuelve patológico<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la constatación médica <strong>de</strong>l <strong>de</strong>senvolvimiento<strong>de</strong> una enfermedad a nivel bio-fisiológico.De esta forma, el médico convierte lo"autonormal" 3 <strong>de</strong>l discurso lego en "heteropatológico"y lo "autopatológico" <strong>de</strong>l lego en"heteronormal". O, teniendo en cuenta el


42José Mª Uribepunto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong>l profesional <strong>de</strong> la salud, loautonormal <strong>de</strong> la Atención Primaria resultaheteropatológico para el usuario y lo autopatológicoen el Equipo <strong>de</strong> AtenciónPrimaria heteronormal para el usuario.Este paso <strong>de</strong> lo normal a lo patológico,para el médico, sigue un proceso <strong>de</strong> conjunción<strong>de</strong> elementos informativos -síntomasvalidados, signos constatados, relato por elindividuo <strong>de</strong> otros episodios similares anteriores,antece<strong>de</strong>ntes familiares- que <strong>de</strong> ser uncaudal cuantitativamente más o menosamplio, se transforma en una variación cualitativa<strong>de</strong> normal a patológico al otorgar unnuevo significado a una <strong>de</strong>terminada conjunciónclínica. Así, por ejemplo, un usuario conquejas diversas sobre dolores o molestias endiferentes visitas, se torna en un hipertensoen el momento en que todo ello adquiere unsentido a partir <strong>de</strong> unas específicas cifras <strong>de</strong>tensión arterial recabadas y calibradas <strong>de</strong>s<strong>de</strong>el criterio médico. Por consiguiente, esa normalidad<strong>de</strong>l médico <strong>de</strong> familia, aunque enprincipio basada en argumentos estadísticos,su inci<strong>de</strong>ncia y prevalencia en el mediosocial se transforma en un normatividad <strong>de</strong>ldiscurso médico 4 , o sea en la capacidad <strong>de</strong>instaurar nuevas normalida<strong>de</strong>s. Si la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong>lo normativo, lo capaz <strong>de</strong> imponer normas,tiene su límite en las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la biologíacomo era en G. Canguilhem (1986), eneste caso, y por el escaso riesgo biológicoque las patologías <strong>de</strong> Atención Primaria suponen,la normatividad es una normatividadcultural: la capacidad <strong>de</strong> imponer nuevosmo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> normalidad culturalmente admisibles.5 Igual que no resulta impensable que aalguien se le califique <strong>de</strong> diabético al instaurarnuevos criterios diagnósticos para ello, síque resulta ina<strong>de</strong>cuado que a alguien, en estemedio sociocultural en que se inscribe elmédico <strong>de</strong> familia, se le responda a sus doloresgeneralizados con que alguien le ha"robado el alma". Ambas alternativas supondríantransformar lo autonormal <strong>de</strong>l profanoen heteropatológico, pero la segunda opciónno está contemplada en su medio cultural yresulta no sólo incomprensible respecto a susignificación científica sino también impensablepor contrariar los valores culturales dominantes.El resultado es la irrupción <strong>de</strong> unanueva normalidad, la mayoría <strong>de</strong> las <strong>de</strong>mandasque llegan al Centro, y sobre todouna nueva anormalidad, las enfermeda<strong>de</strong>sque no presentan dolencia, las enfermeda<strong>de</strong>s<strong>de</strong> los programas.Esta anormalidad instaurada por laAtención Primaria, este nuevo tipo <strong>de</strong> enfermedad,no pue<strong>de</strong> atribuirse a la manifestación<strong>de</strong> la yatrogenia médica en cuanto no esun efecto secundario <strong>de</strong> una actuación exclusivamentetécnica <strong>de</strong>l médico, aunquecabe catalogarla como yatrogenia cultural ysocial, 6 puesto que como categoría <strong>de</strong> enfermedad-la enfermedad <strong>de</strong> AtenciónPrimaria-, resulta <strong>de</strong> la aplicación <strong>de</strong> unmo<strong>de</strong>lo cultural <strong>de</strong> salud -el <strong>de</strong> la OMS- y <strong>de</strong>un mo<strong>de</strong>lo social <strong>de</strong> profesional <strong>de</strong> la medicina.El médico <strong>de</strong> familia refuerza la i<strong>de</strong>ologíamédica profesional <strong>de</strong> existencia <strong>de</strong>enfermeda<strong>de</strong>s sólo tratables por él, al encontrarenfermedad don<strong>de</strong> no existía en su traducciónsocial.Es un movimiento más en un proceso <strong>de</strong>medicalización <strong>de</strong> la sociedad que ha ido<strong>de</strong>splegándose a partir <strong>de</strong> la concesión <strong>de</strong>lmonopolio <strong>de</strong>l curar al profesional <strong>de</strong> la medicina;al igual que la locura, el embarazo olas relaciones sexuales han ido convirtiéndoseen problemas <strong>de</strong> sanidad (De Miguel,1979; Foucault, 1985b, 1987) 7 , otros hábitossociales van englobándose en las áreas <strong>de</strong>preeminencia médica. A la medicalizaciónmás clásica y manifiesta <strong>de</strong>l fármaco, "todose cura con fármacos", suce<strong>de</strong> una medicalizaciónmás sibilina y por ello más difícil <strong>de</strong>advertir y, en ese sentido, más impositiva. Escambiar el estatus <strong>de</strong> ciertas prácticas, quequedan <strong>de</strong>sgajadas <strong>de</strong> los mo<strong>de</strong>los culturales


Antropo-lógicas <strong>de</strong> la Medicina Familiar y Comunitaria43<strong>de</strong> don<strong>de</strong> surgen, para ser controladas y reguladaspor un grupo <strong>de</strong> expertos <strong>de</strong> acuerdoa unos criterios que se acreditan como científicos:la alimentación, el ocio y las tradicionespasan a ser reguladas ya no por elgrupo social sino por unos especialistas.Se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong> <strong>de</strong> todo esto que el sujeto incorporadoen estos programas <strong>de</strong>l Centro <strong>de</strong>Salud no es fácilmente categorizable comoenfermo, pero tampoco como sano. No estáconsi<strong>de</strong>rado como sano, pues tras un diagnósticomédico se le impone un tratamientoque <strong>de</strong>be seguir <strong>de</strong> por vida y en el que sehan limitado una serie <strong>de</strong> potencialida<strong>de</strong>stanto respecto a la toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiones comoal ejercicio <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminadas actuaciones. Noes consi<strong>de</strong>rado como enfermo, ya que en lamayoría <strong>de</strong> los casos sigue realizando lasmismas tareas que antes <strong>de</strong> su re<strong>de</strong>finiciónmédica, sin ninguno <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos o exencionespropias <strong>de</strong>l socialmente categorizadocomo enfermo. Lo que se le ha comunicadoes que su forma <strong>de</strong> vida es enfermante;aquellas situaciones, actuaciones, imágenes,modos, maneras, pautas <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisión y comportamientoque siente como suyas, que haido aprehendiendo y <strong>de</strong>cantando a través <strong>de</strong>su socialización y enculturación, resultanahora nocivas. Las maneras <strong>de</strong> comer ybeber, los usos que hace <strong>de</strong> su tiempo libre,la forma <strong>de</strong> relacionarse con sus pares, la relacióncon su cuerpo, e incluso las vías quediseña y utiliza para marcar <strong>de</strong>terminadas celebracionese hitos vitales le son <strong>de</strong>saconsejadas.En resumen, si vive como acostumbraagravará su enfermedad, si no quiere que talempeoramiento se produzca <strong>de</strong>be renunciar,en parte, al mundo que ha ido construyendo,personalizando y asumiendo.Las raíces <strong>de</strong> este enfoque sobre la saludy la enfermedad se encontrarán en la nuevamirada que aplica el médico <strong>de</strong> familia. Alproponer un concepto <strong>de</strong> salud global, holístico,se propone un modo <strong>de</strong> vida óptimo y<strong>de</strong>seable que conlleva re<strong>de</strong>finir en formaparticular cada uno <strong>de</strong> los <strong>de</strong>talles que coadyuvano provocan las "nuevas enfermeda<strong>de</strong>s<strong>de</strong>claradas por la ciencia" 8 . Y en ese <strong>de</strong>tallismo,toma un lugar principal la remo<strong>de</strong>lación,en segmentos aislados, <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo cultural,que hace inapropiada toda laglobalidad misma. En palabras <strong>de</strong> P. Bartoli,"justo en el momento en el que la medicinase ocupa <strong>de</strong> la salud es cuando esa mismapreten<strong>de</strong> ocuparse <strong>de</strong> todo; el esquema <strong>de</strong>razonamiento es muy sencillo y se podríaexpresar con la forma <strong>de</strong> un silogismo: lamedicina se ocupa <strong>de</strong> la salud, la salud <strong>de</strong>pen<strong>de</strong><strong>de</strong> todo un conjunto <strong>de</strong> factores socialesy culturales, la medicina se ocupa <strong>de</strong> esteconjunto" (Com. Pers.).Ahora bien, si <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la salud holística lasproducciones culturales "enferman", no esmenos cierto que la enfermedad alcanza suplena <strong>de</strong>finición sólo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la cultura. 9Glándulas y visceras, arterias, venas y capilares,secreciones <strong>de</strong>l organismo y sus mecanismos<strong>de</strong> regulación y control, no disponen<strong>de</strong> un funcionamiento autónomo, ajeno almedio cultural <strong>de</strong>l individuo. El organismono resultará amenazado por el medio creadopor el hombre, sino que ese medio le imponeuna nueva organización y regulación. "El hipertenso","el diabético" y "el bronquítico"asumen e introducen la enfermedad en suvida: la vida habrá provocado la enfermedad,pero ésta será <strong>de</strong> ahora en a<strong>de</strong>lante suforma <strong>de</strong> vida. El organismo, "aquello quees pero que no se ve, aquello que sólo escuando se ve" (Foucault, 1980), es recreadopor la cultura. Esta constatación frente a unasupuesta dicotomización exterior/interior,natural/so-cial, intenta recuperar el "cuerpo<strong>de</strong>sconocido" en la unidad global que es lapersona. Lo orgánico, en su estructura y sufuncionamiento, se contemplaba como unaimposición dada a la creatividad <strong>de</strong>l sujeto;el organismo se <strong>de</strong>bía tratar <strong>de</strong> mantener tansólo como armazón que posibilita el <strong>de</strong>s-


44José Mª Uribearrollo <strong>de</strong>l ser inteligente, <strong>de</strong>l logos, <strong>de</strong> larazón. Frente al énfasis en separarse <strong>de</strong> loscondicionamientos que este organismopodía imponer, ahora se <strong>de</strong>staca que esepropio organismo es mo<strong>de</strong>lado y alteradopor la vida social. Ahora se va a tener encuenta la inci<strong>de</strong>ncia que lo humano tiene enel cuerpo; lo humano no se limita al raciocinio,sino que incorpora las activida<strong>de</strong>s yfunciones orgánicas para plantear <strong>de</strong> unamanera más radical lo especificamente cultural<strong>de</strong>l todo que es la persona. Se abandona,por consiguiente, la dicotomía organismonatural versus pensamiento cultural: elorganismo se encultura.¿CENTRO DE SALUD OCENTRO DE ENFERMEDAD?Entonces, ¿qué lugar conce<strong>de</strong> el Centro <strong>de</strong>Salud a la enfermedad? Antes que nada señalaréque la dificultad en <strong>de</strong>finir la enfermedadno se elimina apelando al cómo <strong>de</strong> lapractica médica y pasando por alto el qué -elobjeto- <strong>de</strong> su actividad. Tampoco se solucionaesta dificultad <strong>de</strong> <strong>de</strong>finición en sus competenciasafirmando únicamente que elmédico <strong>de</strong> familia, y por extensión esta instituciónsanitaria, no se ocupa <strong>de</strong> enfermeda<strong>de</strong>ssino <strong>de</strong> "otra cosa" u otras "necesida<strong>de</strong>ssanitarias". Esto se <strong>de</strong>be a que el médico sesigue <strong>de</strong>finiendo por la curación <strong>de</strong> enfermeda<strong>de</strong>s.10 No pudiendo <strong>de</strong>scifrar el texto, habremos<strong>de</strong> tener en cuenta el contexto en quese inscribe para indirectamente acercarnosmás al primero; contexto, en este caso, sóloinstitucional y no global. 11Parece, por lo dicho en páginas prece<strong>de</strong>ntes,que el resultado <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> AtenciónPrimaria va a centrarse, a pesar <strong>de</strong>l discursomanifiesto sobre la salud, en un discursosobre enfermedad. La enfermedad es construidaconformándose con dos característicasbásicas: la enfermedad <strong>de</strong> Atención Primariano es igual a ninguna <strong>de</strong> la "otras" enfermeda<strong>de</strong>s(no es hospitalocéntrica, ni técnicamentehipersofisticada, y, según los médicos<strong>de</strong> familia, introduce a la persona en el proceso<strong>de</strong> atención), y a<strong>de</strong>más el efecto <strong>de</strong>l bricolage<strong>de</strong> Atención Primaria será una suerte<strong>de</strong> holografía <strong>de</strong> la enfermedad/salud que variarásegún el lugar que ocupemos para contemplarla.En función <strong>de</strong> quién sea el interlocutoral que explicarla, e incluso, y sobretodo, el usuario en el que <strong>de</strong>tectarla o <strong>de</strong>scartarla,el médico <strong>de</strong> familia enfatizará un criteriou otro, una gravedad u otra y una pertinenciau otra para su intervención o suapropiación como materia <strong>de</strong> AtenciónPrimaria <strong>de</strong> Salud.No obstante lo dicho, sin po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>finirqué es, sí po<strong>de</strong>mos observar el papel quejuega para el médico la enfermedad <strong>de</strong>lCentro <strong>de</strong> Salud. Lo que el Centro <strong>de</strong> Saluddiscute, construye y fomenta es, en principio,una orientación en la conducta <strong>de</strong> enfermar.Des<strong>de</strong> una base interpretativa <strong>de</strong> situaciones<strong>de</strong> salud/enfermedad, el médico jerarquizano constataciones empíricas y vivenciastransmitidas sino la a<strong>de</strong>cuación <strong>de</strong> su intervenciónsobre tales fenómenos. Esto suponeuna reor<strong>de</strong>nación y adjudicación <strong>de</strong> comportamientosy relevancias <strong>de</strong> elementos <strong>de</strong>pendiendo<strong>de</strong> la actuación médica. Digamos quees "la función" -el papel <strong>de</strong>l médico <strong>de</strong> familia-la que está haciendo "el órgano" -elobjeto <strong>de</strong> su trabajo. En consecuencia, laconducta <strong>de</strong> enfermar que se conformabacomo el elemento director <strong>de</strong> la críticamédica al usuario, no es más que la imposición<strong>de</strong> una "conducta <strong>de</strong>l curar". Así, y másallá <strong>de</strong> que el médico <strong>de</strong>sarrolle cierta taxonomíaclasificatoria <strong>de</strong> enfermeda<strong>de</strong>s, labase <strong>de</strong> tal organización <strong>de</strong> situaciones se encuentraen su manera <strong>de</strong> actuar, en sus estrategias<strong>de</strong> trabajo; <strong>de</strong> tal forma que habrá síntomasy/o signos que no le permitan<strong>de</strong>sarrollar sus habilida<strong>de</strong>s y que <strong>de</strong>je relegadosa la categoría <strong>de</strong> enfermeda<strong>de</strong>s banales u"otras cosas" ("funcionales", ciertos "cita-


46José Mª Uribepue<strong>de</strong> per<strong>de</strong>r unos días por una enfermedad"(III)Des<strong>de</strong> el reconocimiento <strong>de</strong> que es unavariación en el contexto social lo que elevaalgo a la categoría <strong>de</strong> merecedor <strong>de</strong> consultamédica -la distorsión que origina el enfermoen la dinámica <strong>de</strong>l grupo doméstico-, elmédico postula que también ha habido uncambio en el contexto <strong>de</strong> la organización <strong>de</strong>la asistencia -el mo<strong>de</strong>lo ambulatorio no vale-, que hace que lo primero ya no <strong>de</strong>be serobjeto <strong>de</strong> su trabajo. Se afirma la legitimidad<strong>de</strong> reconvenir a los sujetos sobre sus propiassensaciones o síntomas. Así pues el primerpaso, y <strong>de</strong> ahí el énfasis en la educación parala salud, es suscitar una conciencia <strong>de</strong> enfermedad.Ahora bien, <strong>de</strong> la enfermedad talcomo es <strong>de</strong>finida por la ciencia médica; y nitan siquiera por ésta en forma global sino porla concepciones médicas <strong>de</strong> AtenciónPrimaria <strong>de</strong> Salud."O sea, la enfermedad requiere la conciencia<strong>de</strong> enfermedad. Es <strong>de</strong>cir que la genteque aun estándolo no se sienta enferma es,en cierto modo, es sana" (VIII)Pero es que a<strong>de</strong>más, si se caracterizacomo algo negativo -rayano con la fácil voluntadvariable <strong>de</strong> las personas que ya no soncapaces <strong>de</strong> aguantar ciertas enfermeda<strong>de</strong>s- elque los usuarios hayan cambiado en su percepcióny catalogación <strong>de</strong> lo que es la enfermedad12 , también el médico está variando loshábitos <strong>de</strong> lo que es enfermar. Tomemoscomo ejemplo más representativo y recalcitrantepara los médicos muchos <strong>de</strong> los casos<strong>de</strong> "<strong>de</strong>manda". En concreto los usuarios calificados<strong>de</strong> "funcionales". Los médicoshablan <strong>de</strong> "funcionales" para referirse genéricamente,más allá <strong>de</strong> las caracterizacionesque se han enumerado, a personas que presentansolicitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> atención que para elmédico no están motivadas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la interrelación<strong>de</strong> signos y síntomas que él interpreta.A<strong>de</strong>más, el médico a través <strong>de</strong> la educaciónpara la salud trata <strong>de</strong> convencer al sujeto <strong>de</strong>que tampoco eso <strong>de</strong>be ser enfermedad paraél. Esto es, aquello que el usuario catalogacomo enfermedad, como alteración, no lo<strong>de</strong>be ser por más tiempo; o, lo que es lomismo, le advierte que "eso" no está previstopor la asistencia como materia médica."Quiero <strong>de</strong>cir, que al principio veníanporque tenían la nariz tapada, cuando se dancuenta que tener la nariz tapada aquí notiene ninguna solución, que les vas a explicarque si el catarro, viriasis, tal, tal, aguacon sal. Pues entonces quiero <strong>de</strong>cir que lagente sí se va acostumbrando, y va viendopara que tiene que venir, que igual no veníaantes, pues a una serie <strong>de</strong> controles queantes no se hacían, o, y que bueno, pues queno lo entien<strong>de</strong> muy bien y que lo va entendiendoy luego va viendo que cosas se tienenque tratar ellos" (III) 13Si por una parte el médico niega o invalidaciertas solicitu<strong>de</strong>s y <strong>de</strong>mandas <strong>de</strong>l usuario,a la vez y en un mismo movimiento <strong>de</strong>spliegaun esquema <strong>de</strong>seado y <strong>de</strong>seable paraambos <strong>de</strong> lo que <strong>de</strong>be constituirse como enfermedad.De forma más gráfica, siguiendola visión <strong>de</strong> dos médicos, se pue<strong>de</strong> contraponerla supuesta disparidad e ina<strong>de</strong>cuación <strong>de</strong>motivos <strong>de</strong> consulta <strong>de</strong> los usuarios, y la necesariaregulación <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la labormédica. El primer texto, haciendo un balancesobre las situaciones que encubre la consultaa <strong>de</strong>manda, <strong>de</strong>ja entrever la poca relevanciamédica <strong>de</strong> las solicitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> losusuarios. Por otra parte, el segundo testimoniacómo se enseña a los usuarios la existencia<strong>de</strong> unos supuestos básicos <strong>de</strong> organizacióny gestión <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los que actúa el Equipo<strong>de</strong> Atención Primaria."Pues <strong>de</strong> un promedio así diario <strong>de</strong> unos30 que pue<strong>de</strong> haber, <strong>de</strong> esos treinta que necesitentres el, al especialista, es pues menos


Antropo-lógicas <strong>de</strong> la Medicina Familiar y Comunitaria47<strong>de</strong>l, el 10%; vamos o por ahí o menos. Y elresto se pue<strong>de</strong>n solucionar aquí. Luego,<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> ese resto hay ¡uff!, digamos casi,casi la mitad <strong>de</strong> unas anginas, que tienenuna pulmonía o que tienen una cosa, unflemón. O sea, algo visible, que se coge. Yluego hay otro 50% que son personas quetienen otro, otros tipos <strong>de</strong> problemas, problemas<strong>de</strong> relación en general y que, y que enmascarancon problemas físicos o que vanunidos unos con los otros" (II)"(...) estos medios tenemos, esto vamos ahacer y esto es lo que tienes que hacer tú contu enfermedad, en caso <strong>de</strong> que te pase" (III)Si adoptamos esta línea <strong>de</strong> contraposición,peticionario <strong>de</strong> servicios/gestor <strong>de</strong> servicios,lego/profesional, usuario/médico,fuera/<strong>de</strong>ntro, po<strong>de</strong>mos oponer las enfermeda<strong>de</strong>spara los usuarios y las enfermeda<strong>de</strong>spara los médicos <strong>de</strong>l Centro <strong>de</strong> Salud. Así,retomando la caracterización <strong>de</strong> la consulta a<strong>de</strong>manda, consultas generadas <strong>de</strong>s<strong>de</strong> fuera <strong>de</strong>la institución, se esboza una jerarquización<strong>de</strong> <strong>de</strong>dicación e importancia <strong>de</strong> enfermeda<strong>de</strong>s.Indirectamente se está contrastando lasvivencias <strong>de</strong> enfermeda<strong>de</strong>s <strong>de</strong> los usuarioscon las interpretaciones científicas que <strong>de</strong>sarrollanlos médicos a través <strong>de</strong> las consultasprogramadas; aquéllas en las que ellos tienenque mostrar a la persona la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> existencia<strong>de</strong> enfermedad. Para los médicos es posibleal menos esa primera gran división en enfermeda<strong>de</strong>s.Pero a su vez, la distinción en sucausación -acci<strong>de</strong>nte y/o relaciones personalesfrente a constatación <strong>de</strong> un proceso morbosotipificado como "enfermedad"- se recubre<strong>de</strong> valoraciones culturales.En primer lugar, la enfermedad para elusuario. En <strong>de</strong>terminados casos ésta se contemplapor el médico como un recurso frenteal aislamiento (que le hagan caso, que lepresten atención). Y a<strong>de</strong>más, ante esa situaciónla enfermedad pue<strong>de</strong> convertirse y matizarseen y como otra expresión <strong>de</strong> uno;como una expresión a veces no <strong>de</strong>seada ocomo una expresión que mejora la autoimagen<strong>de</strong>l usuario. En cualquier caso, ambasson resultados <strong>de</strong> fracasos <strong>de</strong>l usuario, <strong>de</strong>l individuo:digamos que no sabe respon<strong>de</strong>r auna serie <strong>de</strong> circunstancias que le superan.Por otra parte, la enfermedad para el médico,en la que él se centra, la que incluso sólo él"ve", los enfermos crónicos, son producto <strong>de</strong>influencias sociales, <strong>de</strong> estilos <strong>de</strong> vida nocivos,<strong>de</strong> tradiciones (siempre la tradición parael médico está ligada a lo ilógico, a la no reflexión,a la costumbre como inercia en lasprácticas <strong>de</strong> salud). 14 Son, entonces, fruto <strong>de</strong>la enculturación en un grupo y en ese sentidorelativamente imputables al usuario,puesto que él ha estado <strong>de</strong> acuerdo no sabemossi culturalmente -si comparte sus porqués-,pero al menos sí socialmente -ha respetadolos cómos. Contempladas, por tanto,por los miembros <strong>de</strong>l Equipo <strong>de</strong> AtenciónPrimaria como enfermeda<strong>de</strong>s voluntariamenteasumidas, mientras las primeras eranvoluntariamente generadas. Las primeras sonun fracaso, las segundas un éxito. Al menosrespecto al consenso social. 15Teniendo en cuenta lo anterior, no extrañaráque para el médico se pueda distinguir,a través <strong>de</strong> su práctica, entre enfermeda<strong>de</strong>sque "atien<strong>de</strong>" y enfermeda<strong>de</strong>s que "entien<strong>de</strong>".Las primeras, las <strong>de</strong> <strong>de</strong>manda, básicamente,son producciones <strong>de</strong>l sujeto que elmédico trata <strong>de</strong> reconstruir para po<strong>de</strong>r compren<strong>de</strong>rlascientíficamente. Las segundas, lasenfermeda<strong>de</strong>s crónicas que él "<strong>de</strong>scubre",son resultado <strong>de</strong> procesos globales que cristalizanen individuos. La enfermedad sepue<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>r inscrita tanto individualcomo colectivamente; y el paso siguienteserá reconocerla, tratando primero <strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrirqué es individual -casi sinónimo <strong>de</strong> noenfermedad, esto es, <strong>de</strong> "otra cosa"- o si esun resultado colectivo -enfermedad tratableespecífica <strong>de</strong> la Atención Primaria. En uno u


48José Mª Uribeotro caso, el médico ha <strong>de</strong> colocarse comofigura que recree la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong>l individuo.En el primero, para convencerle <strong>de</strong> que eserol ya no es válido; lo presentado, o sólo ello,no es materia médica, pue<strong>de</strong> que lo fuera conotros médicos, en otro tiempo, pero ya no.En el segundo, para darle las líneas maestras<strong>de</strong> su nuevo papel <strong>de</strong> enfermo, que no es unmero adjetivo neutralizador <strong>de</strong> obligacionessino que le impone realizar una serie <strong>de</strong> cuidadosy controles. 16¿Por qué hablar <strong>de</strong> reconstruir i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s?Básicamente, porque la teoría que <strong>de</strong>scansatras la visión <strong>de</strong>l médico sobre la problemática<strong>de</strong>l enfermo <strong>de</strong> Atención Primariaes que la enfermedad es una pérdida <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidadcultural. En un caso, esa pérdida haprovocado la vivencia <strong>de</strong> enfermedad <strong>de</strong>lusuario. En otro, el diagnóstico médico pi<strong>de</strong>al sujeto una nueva i<strong>de</strong>ntidad. Dicho <strong>de</strong> otramanera, la enfermedad va siempre unida auna i<strong>de</strong>ntidad cultural que en un momento<strong>de</strong>terminado ya no vale para las exigencias<strong>de</strong> la vida cotidiana."Cuanto menos cultura propia, más enfermala gente" (II).Ahora bien, ¿<strong>de</strong> qué cultura se está hablando?El referente directo, dado que elCentro estudiado se sitúa en una poblacióncon rasgos netamente urbanos, es la culturarural 17 tanto en sus dimensiones <strong>de</strong>mográficascomo en sus características económicoproductivas; o al menos una <strong>de</strong>terminadai<strong>de</strong>alización <strong>de</strong> la cultura rural. La antítesisque se plantea en relación a esa pérdida o carencia<strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidad cultural se podría con<strong>de</strong>nsar<strong>de</strong> la siguiente manera: en el mediorural la enfermedad se acepta como una situaciónnatural, frente al medio urbano en elque la enfermedad no es algo normal."Yo me imagino que la gente viene también,vienen más al médico, o vienen porcosas que, que no tendría por qué venir másque antes quizá o que la gente aguanta, toleramucho menos. Yo creo que ahí inci<strong>de</strong>nmuchas cosas, tolera peor la enfermedad, engeneral, la sociedad actual que hace 20 años,por ejemplo. La sociedad industrial, la <strong>de</strong> lasciuda<strong>de</strong>s tolera menos en general la enfermedadque, yo creo, que los rurales. El mediourbano tolera peor en general la enfermedad.Me imagino que será por cuestión <strong>de</strong> stress,<strong>de</strong> vida mucho más agitada y con menos valoreso menos conexiones con el ambiente,con una situación menos estable en casa, tequiero <strong>de</strong>cir. La gente <strong>de</strong> los pueblos esmucho más, yo no creo que sólo, que sea sufrida,sino que entien<strong>de</strong> la enfermedad comouna situación mucho más natural que la <strong>de</strong>aquí. La urbana, es que hay cantidad <strong>de</strong> genteque la enfermedad es para ellos algo absolutamenteanormal. No entien<strong>de</strong>n la enfermedadcomo una situación <strong>de</strong> salud, es <strong>de</strong>cir,bueno, simplemente es una situación normal:en tu vida hay períodos <strong>de</strong> salud, o <strong>de</strong> mássalud que otra ¿no? Y cuando tienes menossalud estás un poco enfermito. Y la gente esono lo tolera. Y no tolera el estar mal" (V)Analizando en <strong>de</strong>talle lo que implica estadicotomía <strong>de</strong>l lugar <strong>de</strong> la enfermedad en losámbitos rural-urbano, se pue<strong>de</strong>n apreciarciertos presupuestos velados. Las afirmacionesmédicas son latentemente cuestionadaspor sus ejemplos aclaratorios. Lo rural siempretien<strong>de</strong> a teñirse <strong>de</strong> "natural". 18 Se sigueque esta naturaleza se opone a la artificialidad,asumiéndose a su vez que la enfermedadcomo no esperado ni <strong>de</strong>seable no es parte <strong>de</strong>uno sino algo añadido. Por otro lado, lourbano representa las manipulaciones o imposiciones<strong>de</strong> algo ajeno, artificial y que resultapor <strong>de</strong>finición dañino. Al medio rural,a<strong>de</strong>más, se le asigna primero la imposibilidad,aunque fuera <strong>de</strong>seada, <strong>de</strong> una coberturamédica cercana y competente. Imposibilidadque obliga a conformarse con sufrir y calibrar<strong>de</strong> forma minuciosa qué es enfermedad


Antropo-lógicas <strong>de</strong> la Medicina Familiar y Comunitaria49y qué es lo que supone, por todos los inconvenientes<strong>de</strong> movilización y gasto que van aimplicar acercarse a la atención médica.Junto a esta visión podríamos oponer la <strong>de</strong>lmedio urbano, en la que parte <strong>de</strong> su caracterizaciónpasa por el acceso y utilización <strong>de</strong>los recursos sanitarios, que obliga a no admitiro no asumir ninguna clase <strong>de</strong> malestarsin solicitud <strong>de</strong> ayuda al entramado institucional.A su vez, ese medio urbano generamás enfermeda<strong>de</strong>s como respuesta a la existencia<strong>de</strong> "menos valores y conexiones conel ambiente" (XI). 19"Porque en esta sociedad, hace unos añosla gente era mucho más dura y aguantabaciertas cosas y no se angustiaba, pues probablementese angustie por otros motivosdistintos a la enfermedad, ¿no? Vivimos enuna sociedad mucho más stressante y muchomás aislada. La gente no entien<strong>de</strong> la enfermedadcomo una situación normal en lavida, por ejemplo, que todos en un momento<strong>de</strong>terminao vamos a estar enfermos. Haymucha gente, la gente en general, hay muchagente que eso no lo entien<strong>de</strong>. Que para ellosel conocimiento <strong>de</strong> su cuerpo es estandosanos, son la gente sana, y no pue<strong>de</strong> estarmás que sana. La enfermedad es una cosaque <strong>de</strong>be ser inmediatamente solventada, noson capaces <strong>de</strong> tolerar la enfermedadaunque sea nimia y tonta" (V)"La sociedad no genera felicidad sino todolo contrario. Lo que está generando es que,que la competencia, el compre muchas cosasy eso. Y como eso no pue<strong>de</strong>s conseguir, entoncesestá generando <strong>de</strong>sastres en todas lasesquinas. Todo el mundo está a disgusto" (II)Des<strong>de</strong> estos argumentos, la conclusión <strong>de</strong>lmédico podría apuntar a que el proceso <strong>de</strong>evolución <strong>de</strong> la enfermedad no es más queuna situación <strong>de</strong> salud; <strong>de</strong> salud mental, entanto mecanismo <strong>de</strong> <strong>de</strong>fensa psicológico. Sinembargo, no es éste el planteamiento sino elcontrario. Aprovechando la ten<strong>de</strong>ncia generalizaday copresente con el mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong>Atención Primaria a vincular médico con enfermedad,o su necesidad si se quiere, elmedico <strong>de</strong> familia introduce otra categoría <strong>de</strong>enfermedad que ha construido <strong>de</strong>s<strong>de</strong> y parasu entorno <strong>de</strong> trabajo.Cabe <strong>de</strong>stacarse que para los médicosestas enfermeda<strong>de</strong>s tratadas en AtenciónPrimaria y surgidas <strong>de</strong>l "modo <strong>de</strong> vida" sonuna respuesta <strong>de</strong>l "<strong>de</strong>sviado". Esta <strong>de</strong>sviaciónse contempla tanto para la persona nocompetitiva, como para el individuo quepier<strong>de</strong> su i<strong>de</strong>ntidad, o para aquél que se percataque cada vez más <strong>de</strong>tenta valores menoscompartidos. Se iguala, a cierto nivel, "falta<strong>de</strong> cultura" con falta <strong>de</strong> conocimientos académicos;conocimientos que <strong>de</strong>berían permitiruna mejor adaptación al medio y a los valoresdominantes. Pero, la mayorinformación sobre la enfermedad genera"más miedo a la enfermedad" y aumenta "lasensibilidad al dolor, tiene menos resistenciaa cualquier eventualidad". Se trasluce la i<strong>de</strong>a<strong>de</strong> que la asociación con referentes médicos<strong>de</strong> "algo", lo transforma en enfermedad y,por tanto, fuerza la entrada <strong>de</strong> la figura <strong>de</strong>lprofesional médico, ya que es éste el que entien<strong>de</strong><strong>de</strong> enfermeda<strong>de</strong>s."Ahora la mentalidad es como muy <strong>de</strong>cuidar todos el cuerpo y cosas <strong>de</strong> esas y entoncesel que entien<strong>de</strong> <strong>de</strong> esas cosas <strong>de</strong>lcuerpo es el médico y entonces cualquierchorradita, más allá, no es capaz nadie <strong>de</strong>curarse así mismo, ni <strong>de</strong> cuidarse"(II)Así, para justificar su intervención, se publicitansituaciones <strong>de</strong>l ámbito doméstico (elcatarrillo, la mala gana, etc.) 20 . Esta ingerencia<strong>de</strong> los parámetros médicos se inserta enun conjunto en el que ámbito doméstico ypúblico no presentan la supuesta continuidado cohesión <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo que se presupone parael mundo rural.


50José Mª UribeHemos visto que no es posible <strong>de</strong>finir nítidamentela enfermedad, y al rastrear, noobstante, cuál es el lugar o papel <strong>de</strong> ella encontramosque la llamada enfermedad no esmás que la gestión <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminadas situaciones<strong>de</strong> normalidad científica, o <strong>de</strong> respuestalógica por parte <strong>de</strong> los usuarios -normalidadpara el médico en la enfermedad aducida porel usuario y normalidad para el usuario en laenfermedad diagnosticada por el médico- entendidascomo manifestaciones <strong>de</strong> salud.EL RIESGO DE LA SALUDHay, por tanto, y constantemente, comoreferente un marco <strong>de</strong> lo que <strong>de</strong>be ser lasalud. Para el Equipo <strong>de</strong> Atención Primariaesto se traduce cotidianamente en fijar cotas<strong>de</strong> salud a alcanzar en programas <strong>de</strong> intervención.Si la salud, su gestión, es el referente apartir <strong>de</strong>l cual se orientan las activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>lEquipo <strong>de</strong> Atención Primaria, hay que intentar<strong>de</strong>scifrar qué es, cómo se <strong>de</strong>fine la salu<strong>de</strong>n el llamado "Centro <strong>de</strong> Salud". El problema<strong>de</strong> <strong>de</strong>finición que existía con la enfermedadse repite al referirse a la salud. No hayuna <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> salud, sino en todo caso característicasque se le imputan a la salud. Y<strong>de</strong> hecho, tampoco se habla <strong>de</strong> una salud sino<strong>de</strong> una serie <strong>de</strong> salu<strong>de</strong>s 12 -si es que vale la expresión-,<strong>de</strong>lineadas como distintos niveles<strong>de</strong> salud.Empezando por el final, acabamos <strong>de</strong> vercómo buscando una <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> enfermedadhemos terminado constatando que éstase compren<strong>de</strong> en términos <strong>de</strong> salud. 22 La enfermedadque se trata en Atención Primariano será más que una situación <strong>de</strong> salud, yasea ésta <strong>de</strong> normalidad médica actual aunqueapelada por el usuario, o <strong>de</strong> riesgo <strong>de</strong> enfermedadpara el médico y normalidad para elusuario. Tal y como se apuntaba en otro lugar<strong>de</strong> este capítulo, la Atención Primaria másque enfermeda<strong>de</strong>s, gestiona períodos <strong>de</strong>salud, o <strong>de</strong> "más o menos salud que otros".Parece lógico que si la inclasificabilidad oambigüedad para tipificar la enfermedad enAtención Primaria es una constante, tambiénesa condición equívoca se trasla<strong>de</strong> a una posible<strong>de</strong>finición <strong>de</strong> salud.Po<strong>de</strong>mos empezar a pensar que la salud esbásicamente un equilibrio, más o menos estable,si bien caracterizado por su relatividad."El hombre tiene un equilibrio con la naturaleza,<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista orgánico,psicológico, social, afectivo, lo que quieras.Eh, cuando el equilibrio es perfecto pues sesupone que estas sano, cuando algo falla enesa especie <strong>de</strong> feedback o <strong>de</strong> vaivén pues seestá (...); la enfermedad como en sí no existe,se está menos sano" (V)Ese equilibrio remite en todo caso a la relación<strong>de</strong>l individuo con la naturaleza.Teniendo en cuenta el contexto en que estamos,la naturaleza -siempre como algo exterior,aunque no necesariamente antagónico ala persona 23 - se encultura. No en vano, noexiste para el hombre más que cultura, y setraduce en casa, trabajo, ciudad, polución,obligaciones sociales, recursos económicos,etc. De mantener ese equilibrio, que suponemos<strong>de</strong>be ser captado e interiorizado por elindividuo al menos como objetivo <strong>de</strong> la promoción,prevención y educación en salud, seocupa el medico <strong>de</strong> familia. Y ahí entra la relativida<strong>de</strong>n la noción <strong>de</strong> equilibrio o ajuste<strong>de</strong>l usuario frente a la <strong>de</strong>l médico.Ahora bien, su gestión <strong>de</strong> la salud paraconseguir esa estabilidad relativa, presuponefijar el equilibrio a<strong>de</strong>cuado científicamente -ciertos niveles <strong>de</strong> tensión arterial, enseñanza<strong>de</strong>l manejo <strong>de</strong> los problemas afectivos, banalización<strong>de</strong> los acci<strong>de</strong>ntes anatómicos y <strong>de</strong>los procesos fisiológicos autolimitadosentrepersona, grupo y medio, y hacer que el


Antropo-lógicas <strong>de</strong> la Medicina Familiar y Comunitaria51usuario se apropie tal equilibrio. Pero a suvez, el médico <strong>de</strong> familia no pue<strong>de</strong> presentarsecomo gestor <strong>de</strong> enfermedad. Y estoporque socialmente y como imagen generalizadala enfermedad está en la retirada <strong>de</strong> lasactivida<strong>de</strong>s, en el cese <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sempeño <strong>de</strong>roles sociales, en el hospital. En consecuencia,el médico <strong>de</strong> familia ha <strong>de</strong> presentarsecomo un gestor <strong>de</strong> salud.Una conversación concreta con un médicorevela nítidamente la estanqueidad que aveces se quiere preten<strong>de</strong>r: se pasa por <strong>de</strong>slindarla enfermedad <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo hospitalario -"el cáncer"- <strong>de</strong> la gestión <strong>de</strong> salud <strong>de</strong>lmédico <strong>de</strong> familia. Su función será minimizary/o evitar aquellas alteraciones quesurjan como secundarias a la evolución <strong>de</strong>lcáncer. Así, este "terminal" podrá morirse"en perfecto estado <strong>de</strong> salud", <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto<strong>de</strong> vista <strong>de</strong> la salud que compete al Equipo <strong>de</strong>Atención Primaria.Esta salud que gestiona el médico <strong>de</strong> familiano <strong>de</strong>be, por otra parte, confundirsecon la salud programática <strong>de</strong> los políticos, nitampoco con la salud <strong>de</strong> los técnicos. Deeste modo, el <strong>de</strong>terminante fundamental <strong>de</strong>la salud, <strong>de</strong> la regulación <strong>de</strong> los niveles <strong>de</strong>salud en el día-a-día, es el carácter <strong>de</strong> asistencia"en la calle". 24 Frente a la salud <strong>de</strong>estos bricoleurs o <strong>de</strong> estos "operativos", enexpresión suya, se enfrenta la salud <strong>de</strong> técnicosy políticos.La salud <strong>de</strong>l político, siendo positiva encuanto a su discurso programático -afirmandoque la salud <strong>de</strong>be ser un recurso intentavanamente darle un contenido específico-,carece <strong>de</strong> realismo al no entrar en contactocon la asistencia cotidiana. La salud o elmo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> salud <strong>de</strong> los técnicos, surge o serige por esquemas científicos <strong>de</strong>rivados <strong>de</strong>su práctica <strong>de</strong> "laboratorio". Los técnicos-administrativos,que regulan, priorizan yprevén necesida<strong>de</strong>s, <strong>de</strong>ben basarse en supuestos-estadísticas, presupuestos económicos,estimaciones <strong>de</strong> variaciones en índices<strong>de</strong> prevalencia e inci<strong>de</strong>ncia, análisis prospectivos<strong>de</strong> morbilidad, etc.- que no pue<strong>de</strong>n incluirlas variaciones microsociales e inclusoindividuales <strong>de</strong> las prácticas reales. Los técnicos-especialistashospitalarios reducen -para el médico <strong>de</strong> familia- la labor asistenciala niveles <strong>de</strong> patología y <strong>de</strong> afectación <strong>de</strong> losindividuos que no son los <strong>de</strong> la AtenciónPrimaria -mayor gravedad, necesidad <strong>de</strong> unacompleja tecnología y, en bastantes ocasiones,escasamente significativos en la población-y a<strong>de</strong>más provocan un efecto "inverna<strong>de</strong>ro"sobre sus enfermos -el ingreso- que nopue<strong>de</strong> ser guía para las consultas abiertas <strong>de</strong>lCentro <strong>de</strong> Salud.Diferenciando y reivindicando el mo<strong>de</strong>lo<strong>de</strong> salud <strong>de</strong> Atención Primaria como "distinto",se está reforzando la i<strong>de</strong>ntidad propia <strong>de</strong>lprotagonista principal <strong>de</strong> esta salud: elmédico <strong>de</strong> familia. Enlazando con el entramadojurídico que lo respalda, su salud esuna salud como recurso; un recurso, enúltima instancia, utilizado o infrautilizadopor el usuario. El médico <strong>de</strong> familia no sehace responsable <strong>de</strong> la salud sino <strong>de</strong> su gestión.Su objetivo es generar las condiciones oevitar los impedimentos para que un nivel ocota <strong>de</strong> salud -con la relatividad que hemosencontrado en su <strong>de</strong>finición, aunque no en sumejora- se mantenga: "la salud no es unacosa médica" (VII). Su papel es <strong>de</strong> regulación<strong>de</strong> elementos ya dados y que el médicointenta enfatizar o eliminar. Existe unmo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> vida saludable dictado <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lasinstancias político-sanitarias (mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong>equilibrio global), y que se encarga regular yreconducir al médico. Este médico, en tantoque formado en el mundo <strong>de</strong> la cienciafísico-orgánica, hace <strong>de</strong> regulador <strong>de</strong> esa parcelabiológica como prerrequisito para elequilibrio <strong>de</strong>seado. La supervisión <strong>de</strong>lmédico <strong>de</strong> familia se convierte necesariamenteen una especialización: la interven-


52José Mª Uribeción sobre componentes orgánicos que imposibilitano evitan la gestión <strong>de</strong> esa condicióngeneral física, proclamada como necesariapara la meta <strong>de</strong> la salud. Pero, puestoque el cuidado <strong>de</strong>l organismo no está aislado<strong>de</strong> su entorno, el médico es arropado con trabajadoresque <strong>de</strong>ben facilitar la mediaciónentre organismo y exigencias e imposiciones<strong>de</strong> la cultura sobre él. Se preten<strong>de</strong> salvar lacontradicción reducción/ampliación <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>spertinentes al médico <strong>de</strong> familia colocandoelementos mediadores que, parafraseandoun símil <strong>de</strong>l aprendizaje <strong>de</strong> unidioma, corrijan lo ya dicho -prevención-,enseñen a pronunciar lo conocido -promoción-,e instruyan en nuevos términos -laeducación para la salud.Si el intercambio con lo interior -el organismo-es tomado en consi<strong>de</strong>ración, tambiénlo es el intercambio con el exterior -elentorno. En su empeño por "<strong>de</strong>smedicalizar"la salud, el médico <strong>de</strong> familia y comunidadapela a que ésta <strong>de</strong>be estar en la escuelay en los medios <strong>de</strong> comunicacióncomo contexto que eduque en salud. El contexto<strong>de</strong>be favorecer y reforzar en lo posiblesus actuaciones. Y vista la necesidad <strong>de</strong>actuar en esos medios, ya que estos no compartenel nuevo discurso <strong>de</strong> la salud <strong>de</strong>Atención Primaria, interviene indirectamente.Aquí, el papel <strong>de</strong>l resto <strong>de</strong>l Equipo<strong>de</strong> Atención Primaria va a traducirse, principalmente,en la sub<strong>de</strong>legación <strong>de</strong> la formacióne información -paralelismo con escuelay medios <strong>de</strong> comunicación-, elrecuerdo y el control que se efectúa en lalabor <strong>de</strong> la enfermera.El médico <strong>de</strong> familia, como figura laboralque surge en un marco sanitarista que preten<strong>de</strong>una vivencia <strong>de</strong> la salud como equilibrioholístico bio-psico-social, consigue ampliarla esfera <strong>de</strong> actuación medicalista alganar el área <strong>de</strong> la supervisión <strong>de</strong> relacionesentre el contexto extra-institucional <strong>de</strong> lasprácticas y representaciones sobre salud-enfermedad,y el contexto institucional <strong>de</strong> provisióny reparación <strong>de</strong> la salud/enfermedad.Por ello, introduce una nueva dimensiónglobal <strong>de</strong> la salud, en la que ésta se convierteen un "constante riesgo a enfermar"(VIII). Se produce una "ampliación <strong>de</strong> loscuidados <strong>de</strong> salud" (nuevos programas,mayor atención a nuevas patologías) que implicano tanto una intervención sobre loexistente como una gestión <strong>de</strong> lo "porvenir", interpretado como generador <strong>de</strong>"riesgos <strong>de</strong> enfermar", señalando y omitiendoo <strong>de</strong>bilitando aquello que pue<strong>de</strong> ser vistocomo enfermante.El médico <strong>de</strong> familia amortigua la substitución<strong>de</strong> un mo<strong>de</strong>lo medicalista <strong>de</strong> enfermeda<strong>de</strong>xistente por un mo<strong>de</strong>lo sanitarista<strong>de</strong> salud pretendido. Siendo producto y productor<strong>de</strong> discursos y prácticas sobre salud yenfermedad, medicaliza ya cualquier ámbito<strong>de</strong> actividad cultural y social, y <strong>de</strong>smedicaliza-y <strong>de</strong>sautoriza- los discursos <strong>de</strong> enfermedadque mantienen la autonomía <strong>de</strong> criteriosformados por los usuarios y cuyo eje es lapropia vivencia -las banalida<strong>de</strong>s y los achaquescotidianos <strong>de</strong>ben ser asumidos comonormalidad.Esta situación liminal entre dos mo<strong>de</strong>loscarga al médico <strong>de</strong> familia <strong>de</strong> unas disposicionesy recursos renovadores que le colocanmás allá <strong>de</strong> la inmediatez supuesta <strong>de</strong>lmundo lego y más acá <strong>de</strong>l distanciamiento <strong>de</strong>la ingeniería técnico-médica <strong>de</strong>l hospital. Elque esa situación <strong>de</strong> la Atención Primaria seapunto <strong>de</strong> llegada o sea sólo un tránsito momentáneoa otra conformación -más sanitaristao más medicalista- es algo que <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>rá<strong>de</strong> los resultados <strong>de</strong> su incardinación enlos dos ámbitos <strong>de</strong> su práctica médica: losusuarios y las instituciones.jmuribe@unavarra.es


Antropo-lógicas <strong>de</strong> la Medicina Familiar y Comunitaria53BIBLIOGRAFIA Y NOTASAckerknecht, E. H.,1985, Medicina y antropología social, Madrid, Akal, (1942).Bartoli, P., "Educación y Salud", (Comunicación personal).Bensaïd, N., 1986, La luz médica. Las ilusiones <strong>de</strong> la prevención, Barcelona, Her<strong>de</strong>r, (1981).Canguilhem, G., 1986, Lo normal y lo patológico, México, Siglo XXI, (1966).Chrisman, N. J. y Maretzki, T. W. 1982, Clinically Applied Anthropology: Anthropologists in Health Science Settings, Dordrecht,Rei<strong>de</strong>l Pub. Company.Costa, M.; Benito, A.; González, J. L. y López, E., 1989, "Educación sanitaria <strong>de</strong> pacientes: El autocuidado", Jano, 856:74-80.De Miguel, J. M., 1979, El mito <strong>de</strong> la inmaculada concepción, Barcelona, Anagrama.De Miguel, J. M. y Rodríguez, J. A., 1990, Salud y po<strong>de</strong>r, Madrid, CIS.Dossey, L., 1986, Tiempo, espacio y medicina, Barcelona, Kairós, (1982).Foucault, M., 1980, El nacimiento <strong>de</strong> la clínica. Una arqueología <strong>de</strong> la mirada médica, México, Siglo XXI, (1963).Foucault, M., 1985a, Saber y verdad, Madrid, La Piqueta.Foucault, M., 1985b, Historia <strong>de</strong> la locura en la época clásica, Madrid, FCE, (1961).Foucault, M., 1987, Historia <strong>de</strong> la sexualidad, Madrid, Siglo XXI, (1976).Foucault, M., 1990, La vida <strong>de</strong> los hombres infames, Madrid, La Piqueta.Herzlich, C., 1979, Health and illness. A social psychological analysis, New York, Aca<strong>de</strong>mic Press, (1973).Menén<strong>de</strong>z, E. L., 1978, "El mo<strong>de</strong>lo médico y la salud <strong>de</strong> los trabajadores" (11-53). En Basaglia, F. et al., 1978 La salud <strong>de</strong> lostrabajadores, México, Nueva Imagen.Menén<strong>de</strong>z, E. L., 1982, "Automedicación, reproducción social y terapéutica y medios <strong>de</strong> comunicación masiva" (4-53). EnMenén<strong>de</strong>z, E. L. (ed.), Medios <strong>de</strong> comunicación masiva, reproducción familiar y formas <strong>de</strong> medicina popular, México, Cua<strong>de</strong>rnos<strong>de</strong> Casa ChataMenén<strong>de</strong>z, E. L., 1984, "Estructura y relaciones <strong>de</strong> clase y la función <strong>de</strong> los mo<strong>de</strong>los médicos", Nueva Antropología, 23:71-102.Illich, I., 1978, Némesis médica, México, Joaquín Mortiz, (1976).Merton, R; Rea<strong>de</strong>r, G. y Kendall, P. L. (eds.), 1957, The stu<strong>de</strong>nt physician, Cambridge, Harvard U. PressMori, M., 1986, "La contribución <strong>de</strong> la educación sanitaria a la reforma <strong>de</strong> los servicios sanitarios", Curso sobre "Metodología<strong>de</strong> la Educación Sanitaria", Barcelona, CAPS.Ortiz De Montellano, B., 1986, "Reductioinist or holistic medicine: it's role in Latin America". En Vargas, L. A. y Treviño, C. V.(eds.), Estudios <strong>de</strong> antropología médica, México, U.N.A.M.Rose, G., 1985, "Individuos enfermos y poblaciones enfermas", International Journal of Epi<strong>de</strong>miology, 14:32-38.Seppilli, A.; Modolo, M. A. y Mori, A. F., 1983, Educazione Sanitaria, Roma, Il pensero scientifico.Turner, S. B., 1987, Medical power and social knowledge, London, Sage.Seguín, C. A., 1982, La enfermedad, el enfermo y el médico, Madrid, Pirámi<strong>de</strong>.Uribe, J. M., 1996, Educar y Curar. El diálogo cultural en Atención Primaria. Madrid.Mº <strong>de</strong> Cultura.Vargas, L. A. y Treviño, C.V. (eds.), 1986, Estudios <strong>de</strong> antropología médica, México, U.N.A.M.


54José Mª Uribe1Las i<strong>de</strong>as aquí expuestas pertenecen a una investigación <strong>de</strong> los años 90; la discusión sobre el tipo <strong>de</strong> consultas respon<strong>de</strong> alas que existían en el Centro <strong>de</strong> Salud don<strong>de</strong> se llevó a cabo el trabajo <strong>de</strong> campo. Ver. Uribe 1996. No obstante los contenidos-el abanico <strong>de</strong> propuestas <strong>de</strong> consulta así como los protocolos <strong>de</strong> actuación priorizados o no- lo mas relevante resulta, <strong>de</strong>s<strong>de</strong>mi punto <strong>de</strong> vista, el paso <strong>de</strong> lo uno a lo múltiple; esto es, la labor <strong>de</strong> recategorización y visibilización laboral que se da a diferentessituaciones <strong>de</strong>l encuentro usuario profesional.2Los números romanos i<strong>de</strong>ntifican a distintos componentes <strong>de</strong>l equipo <strong>de</strong> atención primaria entrevistados. El entrecomilladoindica que el texto es transcripción literal <strong>de</strong> sus manifestaciones.3E. H. Ackerknecht (1985:62 y ss.) distingue entre los conceptos <strong>de</strong> autonormal y autopatológico y heteronormal y heteropatológico.Por autonormal y autopatológico se refiere a la consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> normalidad o anormalidad que una comunidadimpone sobre sus miembros, mientras heteronormal y heteropatológico remiten a la opinión que sobre esa misma situaciónmantienen los miembros <strong>de</strong> una comunidad distinta a la observada. Aunque el planteamiento <strong>de</strong> Ackerknecht está enfocado alas valoraciones que los occi<strong>de</strong>ntales realizan en culturas ajenas, en este caso las comunida<strong>de</strong>s que se enfrentan serían elmundo lego y la comunidad científica, a través <strong>de</strong> sus respectivas "imágenes" <strong>de</strong> salud y enfermedad.4Lo normativo supone la existencia <strong>de</strong> un juicio, en este caso <strong>de</strong>l médico, que califique un hecho en relación a una norma.5Abundando en esta normativización que ejerce el médico, por una parte, pue<strong>de</strong> ser vista como el auténtico núcleo <strong>de</strong> la enfermeda<strong>de</strong>n tanto que ella sólo representa un juicio profesional, el juicio <strong>de</strong> que <strong>de</strong>terminada norma moral o cultural ha sidoviolada (De Miguel y Rodríguez, 1990:9). Por otra parte, pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>notar que los criterios médicos <strong>de</strong> normalidad, más allá <strong>de</strong> suapoyo científico, se distinguen por su carácter i<strong>de</strong>ológico y contingente como reflejo <strong>de</strong> ese "normatizar <strong>de</strong>l profesional"(Menén<strong>de</strong>z, 1984: 85).6I. Illich (1978), en su clasificación <strong>de</strong> las distintas manifestaciones <strong>de</strong> la yatrogénesis generada por la práctica médica enumeravarios niveles: clínica, social y cultural. Es la yatrogénesis social, aquélla que surge directamente <strong>de</strong> la manera institucional<strong>de</strong> estructurar los cuidados <strong>de</strong> salud, la que la Atención Primaria en tanto nuevo discurso sobre la salud va a provocar, en ciertamedida. "Cuando el daño médico a la salud individual se produce por un modo sociopolítico <strong>de</strong> transmisión, hablaré <strong>de</strong> yatrogénesissocial, término que <strong>de</strong>signa todas las lesiones a la salud que se <strong>de</strong>ben precisamente a esas transformaciones socioeconómicasque han sido hechas atrayentes, posibles o necesarias por la forma institucional que ha adquirido la asistencia a lasalud. La yatrogénesis social está presente cuando el cuidado <strong>de</strong> la salud se convierte en un item estandarizado, en un artículo<strong>de</strong> consumo, cuando todo sufrimiento se hospitaliza y los hogares se vuelven inhóspitos para el nacimiento, la enfermedady la muerte; cuando el lenguaje en el que la gente podía dar expresión a sus cuerpos se convierte en galimatías burocráticos;o cuando sufrir, dolerse y sanar fuera <strong>de</strong>l papel <strong>de</strong>l paciente se etiquetan como una forma <strong>de</strong> <strong>de</strong>sviación" (1978:57).7Para M. Foucault (1985a), la salud como hecho cultural se percibe si tenemos en cuenta que aparece siempre ligada a unestado <strong>de</strong> conciencia individual y colectiva. Ésta acaba <strong>de</strong>finiendo para cada época "un perfil normal <strong>de</strong> salud". Ese movimiento<strong>de</strong> extensión <strong>de</strong> lo que abarca la salud tiene su contrapartida en la introducción bajo la etiqueta <strong>de</strong> patológico <strong>de</strong> mayornúmero <strong>de</strong> fenómenos, con la sensación <strong>de</strong> que ese proceso es normal. Foucault indica incluso que en la consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> lossistemas <strong>de</strong> salud quizá haya que plantearse que lo que <strong>de</strong>finan como anormal son "las enfermeda<strong>de</strong>s cubiertas normalmentepor la sociedad" (1985a:226). O como diría E. Menén<strong>de</strong>z, acerca <strong>de</strong> este proceso creciente y continuo, se ha llegado a un puntoen que "lo normal es estar tomando medicamentos" (1978:45).8La medicina holística se afirma como objetivo a alcanzar tanto en nuestro contexto post-industrial como en contextos menos<strong>de</strong>sarrollados económicamente. No obstante, el porqué <strong>de</strong> su conveniencia y sus contenidos concretos varían substancialmente<strong>de</strong> uno a otro. Por tanto, será necesario plantearse críticamente si la Atención Primaria que se <strong>de</strong>manda para la EuropaOcci<strong>de</strong>ntal es la misma Atención Primaria que también se exige para, por ejemplo, América Latina. Para las socieda<strong>de</strong>s no europeas,en general y en concreto el caso sudamericano ver Vargas y Treviño (1986) y, muy especialmente Ortiz <strong>de</strong> Montellano(1986).9M. Foucault señala la necesidad <strong>de</strong> reparar en la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> "biohistoria" refiriéndose a que "la historia <strong>de</strong>l hombre no continúa


Antropo-lógicas <strong>de</strong> la Medicina Familiar y Comunitaria55simplemente la <strong>de</strong> la vida, ni la reproduce sino que la reanuda hasta cierto punto y pue<strong>de</strong> ejercer varios efectos totalmente fundamentalessobre sus procesos" (1990:105). Incluso ciñéndonos al mundo orgánico, un clínico como L. Dossey (1986:120-133)advierte una constante indudable para el mundo físico y químico y que, sin embargo, se obvia con <strong>de</strong>masiada frecuencia en lapráctica médica: La "biodanza". Por biodanza se apunta a que "los átomos <strong>de</strong> nuestro cuerpo necesitan estar en contacto, comunicacióne intercambio constante con el mundo que está, más allá <strong>de</strong> la propia piel a fin <strong>de</strong> mantenernos en la condición <strong>de</strong>seres vivos. Confinar a los propios átomos <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las fronteras <strong>de</strong>l propio cuerpo físico sería violar una condición <strong>de</strong> la vidamisma: la necesidad <strong>de</strong> contacto con el mundo exterior; y confinarnos a nosotros mismos a una posición <strong>de</strong> aislamiento frentea los <strong>de</strong>más sería exponernos a la enfermedad y a la muerte. A todos los niveles <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el atómico hasta el personal, la conexiónes una exigencia <strong>de</strong> la vida" (1986:126).10Invirtiendo el aserto <strong>de</strong> J. M. De Miguel y J. A. Rodríguez, "si se <strong>de</strong>nomina a algo como enfermedad es que pue<strong>de</strong> ser curado"(1990:10), se pue<strong>de</strong> sugerir que si algo se plantea como curable es que es relativo a enfermedad.11No se tiene en cuenta el abanico completo <strong>de</strong>l llamado help seeking process <strong>de</strong> N. J. Chrisman y T. W. Maretzki (1982). Elhelp seeking process o proceso <strong>de</strong> búsqueda <strong>de</strong> ayuda o intinerario terapéutico <strong>de</strong>be enten<strong>de</strong>rse como el conjunto <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as,imágenes y prácticas legas y profesionalizadas que se <strong>de</strong>spliegan ante lo calificado como enfermedad. Aquí sólo consi<strong>de</strong>roaquella parte <strong>de</strong> ese proceso que tiene que ver con el recurso a las diferentes alternativas institucionales.12Casi se plantea una nueva percepción <strong>de</strong> la enfermedad, en tanto que al usuario sólo se le <strong>de</strong>ja el mundo <strong>de</strong> la sintomatologíacomo propio sin que éste <strong>de</strong>ba erigirse en objeto prioritario <strong>de</strong> la interpretación e intervención <strong>de</strong>l curador.13En la práctica médica científica se han mostrado dos mo<strong>de</strong>los <strong>de</strong> manejo o gestión <strong>de</strong> la enfermedad: el mo<strong>de</strong>lo clínico (cuyoobjetivo estaría en acabar con los síntomas que se <strong>de</strong>scubren unidos a la enfermedad) y el mo<strong>de</strong>lo bacteriano (en el que, <strong>de</strong>saparecidoslos síntomas, todavía hay que continuar con las medidas terapéuticas para acabar con la enfermedad) (Costa etal.,1989:75-80). A estos dos mo<strong>de</strong>los, yo uniría el que ha fomentado el Centro <strong>de</strong> Salud como mo<strong>de</strong>lo vírico <strong>de</strong> enfermedad, enel que reconocidos los síntomas no se pue<strong>de</strong> eliminar la causa al no ser posible actuar sobre el virus. Ante la autonomía <strong>de</strong>acción <strong>de</strong>l virus, el médico <strong>de</strong> familia <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> sólo mantenerse como observador <strong>de</strong>l propio curso <strong>de</strong> la enfermedad, esperandoque transcurra por los cauces habituales y termine en un plazo <strong>de</strong>terminado. En todo caso, se intenta aliviar dolores y molestiasque en ese proceso se generen.14Sobre el tratamiento homogéneo y <strong>de</strong>valuado <strong>de</strong> las "medicinas tradicionales", ver Seppilli (1983). Su breve ensayo en tornoa la "medicina tradicional" o "medicina popular" y la diversidad que ambas "etiquetas" escon<strong>de</strong>n, eludiendo sus niveles <strong>de</strong> especificidad,autonomía y dinamicidad, pone <strong>de</strong> manifiesto la simplificación que tanto la ciencia médica como ciertos investigadoressociales ejercen sobre lo que no compren<strong>de</strong>n.15En lo que atañe a la tipificación ya clásica <strong>de</strong> C. Herzlich (1979) sobre imágenes <strong>de</strong> la enfermedad construidas por los usuarios,los médicos <strong>de</strong>l Centro sólo asumen las que tienen que ver con la enfermedad como liberación, o con la enfermedad comoocupación; siendo este último, el mo<strong>de</strong>lo que ellos preconizan. Respecto a la enfermedad como forma <strong>de</strong> liberación, hay antece<strong>de</strong>ntesya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> R. Merton et al. (1957) en los que se plantea la enfermedad, en su caso concreto la drogadicción, como unaforma <strong>de</strong> adaptación "<strong>de</strong>sviada" pero permanente a la estructura social (cit.por Turner, 1987:41). Y sin embargo, no aparece laenfermedad auto<strong>de</strong>structiva. Parece lógico que, estando en el nivel primario <strong>de</strong> atención <strong>de</strong>l sistema, no puedan aparecer casos<strong>de</strong> usuarios que hagan <strong>de</strong> ella una auténtica vía auto<strong>de</strong>structiva, pues éstos se dirigirían, vía urgencias o por su complejidad,a otros servicios <strong>de</strong> salud. Pero a la par, el llamado enfermo <strong>de</strong> Atención Primaria <strong>de</strong>be estar mínimamente sano como parapo<strong>de</strong>r compatibilizar su enfermedad -vivida o <strong>de</strong>finida en o para él- con la vida cotidiana.16El mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> práctica <strong>de</strong>l médico <strong>de</strong>l Equipo <strong>de</strong> Atención Primaria se ubica en un punto equidistante, y por ello <strong>de</strong>cididamenteambiguo, entre dos mo<strong>de</strong>los representativos <strong>de</strong> la importancia que se ha dado a las relaciones medicina-fenómenos socioculturales:el mo<strong>de</strong>lo histórico y el mo<strong>de</strong>lo filosófico. El primero, caracterizado por la obra <strong>de</strong> autores <strong>de</strong> influencia marxista (especialmenteGramsciana), enfatiza la trascen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> las condiciones histórico-económicas para explicar el papel <strong>de</strong> lasdistintas prácticas <strong>de</strong> salud/enfermedad. El segundo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> movimientos filosóficos filo-cristianos (encabezados en el EstadoEspañol por la obra <strong>de</strong> P. Laín Entralgo), trata <strong>de</strong> incidir en la relevancia <strong>de</strong> recuperar el "amor al hombre" (una filantropía "cristianizada")como eje rector para la comprensión <strong>de</strong> la relación y práctica entre enfermo y médico. Ver, prototípicamente para elprimero, Mori (1986) y, para el segundo, Seguín (1982).17C.Herzlich (1979) argumenta que el mundo rural se hace equivalente para muchos usuarios a vida sana, siempre <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la


56José Mª Uribeperspectiva <strong>de</strong>l que vive en la ciudad. Y, en oposición, encuentra en el modo <strong>de</strong> vida urbano una toxicidad que pue<strong>de</strong> llevar ala enfermedad. La característica básica <strong>de</strong> este modo <strong>de</strong> vida sería su artificialidad respecto a la salud <strong>de</strong>l hombre: "el modo <strong>de</strong>vida indica el marco espacio-temporal <strong>de</strong>l individuo, el espacio en el cual vive y sus rasgos característicos (<strong>de</strong>nsidad <strong>de</strong> población,atmósfera), el ritmo <strong>de</strong> vida (horarios, formas <strong>de</strong> estimulación) y también los reflejos <strong>de</strong> estos en las formas cotidianas <strong>de</strong>conducta (alimentación activida<strong>de</strong>s, sueño y relajación). Es por consiguiente, en gran medida, algo externo a la persona, peroa la vez posee un significado común para todos sobre la conducta <strong>de</strong> cada uno" (1979:28). También para los usuarios <strong>de</strong>l Centro<strong>de</strong> Salud parece mantenerse esta imagen <strong>de</strong> lo rural. Es sintomático que cuando se va <strong>de</strong> "vacaciones al pueblo" se cesa enel seguimiento <strong>de</strong> tratamientos, asociando el "pueblo" a las vacaciones <strong>de</strong> lo cotidiano y, por tanto, también vacaciones para"los dolores, las molestias y los cuidados <strong>de</strong>l médico".18El médico, i<strong>de</strong>alizando "lo natural" y "lo rural" en una mixtura nostálgico-folklórica, manifiesta los componentes legos que seinterrelacionan en su propia práctica <strong>de</strong> consulta.19Tomemos un ejemplo que pasa por ser estereotípico. En el Centro <strong>de</strong> Salud hay un tipo <strong>de</strong> enfermo al que se califica <strong>de</strong> "gallegotres cruces". En esta expresión se entremezclan dos campos bien distintos. Por una parte, la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> un tipo <strong>de</strong> personalidad,la <strong>de</strong>l gallego, pero a<strong>de</strong>más la <strong>de</strong>l gallego que ha emigrado, y que va a hacer alar<strong>de</strong> <strong>de</strong> su consabida "morriña" -siempre <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el tópico caricaturesco, que <strong>de</strong> hecho es el que funciona en la categorización-. De otro lado, la calificación <strong>de</strong>"tres cruces" tiene su remota raíz en la prueba <strong>de</strong> la tuberculina en la que el número <strong>de</strong> "cruces" indica la mayor gravedad <strong>de</strong>lestadio <strong>de</strong> evolución <strong>de</strong> tuberculosis en el que se halla el enfermo. En conclusión, un gallego tres cruces es un enfermo, omejor un aspirante a enfermo, que se queja mucho (hasta "tres cruces" en una imaginaria escala <strong>de</strong> gravedad en función <strong>de</strong>las cruces otorgadas), pero que a<strong>de</strong>más lo hace <strong>de</strong> una forma "distinta", por eso lo <strong>de</strong> gallego. Y, por último, que el tipo <strong>de</strong>quejas son mal comprendidas por el médico puesto que les falta la lógica científica <strong>de</strong> la conexión que las haría discutiblespero al menos suficientemente coherentes científicamente como para reparar en ellas: "doctor, que tengo la espalda que seme sale y a<strong>de</strong>más, estoy toda caída". Junto a ello, se une el estereotipo <strong>de</strong> que la emigración se ha caracterizado por ser <strong>de</strong>origen rural y precisamente empleada en centros industriales. En conjunto, toda un serie <strong>de</strong> oposiciones se con<strong>de</strong>nsan en el"gallego tres cruces" y le convierten en representante <strong>de</strong> un grupo <strong>de</strong> personas que no pue<strong>de</strong>n respon<strong>de</strong>r a la competitividad<strong>de</strong>l medio en que se encuentran.20E. Menén<strong>de</strong>z (1982), <strong>de</strong>staca que los mecanismos microsociales son básicos para estructurar las pautas y condiciones <strong>de</strong> lasprácticas médicas. N. Bensaïd <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un planteamiento que hace a las enfermeda<strong>de</strong>s productos <strong>de</strong> la relación con el mundo,caracteriza la situación actual centrada en la medicina preventiva como una inversión <strong>de</strong> los criterios médicos anteriores. Así,"antes lo infectocontagioso mataba ahora es lo hereditario-cultural" (1986:59). Otra manifestación <strong>de</strong> esta paradoja <strong>de</strong>l diseñopreventivo sería la constatación <strong>de</strong> que "ofrece mucho beneficio a la población y poco a cada individuo" (Rose, 1985:1-7).21Al igual que no es posible hablar <strong>de</strong> la enfermedad, sino que sus distintas manifestaciones obligan a hablar <strong>de</strong> "enfermeda<strong>de</strong>s",también respecto a la salud J. P. Valabrega ha reparado en la necesidad <strong>de</strong> utilizar el término "salu<strong>de</strong>s" (healths) (cit.en Herzlich, 1979:82). La misma C. Herzlich, en este libro, nos presenta tres maneras <strong>de</strong> abordar la salud como construcción<strong>de</strong> los usuarios. Primero, la salud en el vacío, en la que la salud no se <strong>de</strong>fine hasta el momento <strong>de</strong> su pérdida; a esta <strong>de</strong>finiciónnegativa <strong>de</strong> salud correspon<strong>de</strong>ría el tipo <strong>de</strong> práctica ambulatoria previa al discurso <strong>de</strong> Atención Primaria. Segundo, la saludcomo recurso, en la que la salud se contempla como un capital acumulado con el que afrontar las enfermeda<strong>de</strong>s que uno vasufriendo; podría relacionarse con el mo<strong>de</strong>lo hospitalario <strong>de</strong> intervención sobre la salud. Por último, la salud como equilibrio, enla que sería una experiencia interior <strong>de</strong>l sujeto; ésta que parece ser la que fomentaría la Atención Primaria, se recubre <strong>de</strong> unaespecial característica ya que ese mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> equilibrio <strong>de</strong>be ser marcado ahora por el médico <strong>de</strong> familia y el discurso <strong>de</strong> laAtención Primaria <strong>de</strong> Salud.22Aunque en la construcción <strong>de</strong> los servicios institucionales <strong>de</strong> cuidados sobre la salud, éstos se vinculaban necesariamentecon las diferentes manifestaciones <strong>de</strong> enfermedad, sin embargo el propio funcionamiento <strong>de</strong> esos centros sanitarios provocaun giro en la prestación <strong>de</strong> los servicios. De esta forma, ahora es la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> salud que se propone lo que nos permite <strong>de</strong>sentrañarel sentido <strong>de</strong> ciertos tipos <strong>de</strong> enfermeda<strong>de</strong>s y las prácticas que alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> ellas se <strong>de</strong>spliegan.23Los médicos oponen lo exterior a la persona -la naturaleza- como ajeno, pero indirectamente a través <strong>de</strong> sus diagnósticos ycriterios <strong>de</strong> relación con esa naturaleza, hacen también ajeno al individuo lo más interior, el organismo. La persona se relacionacon un mundo ajeno/externo, lo que le "ro<strong>de</strong>a", y se relaciona con otro mundo ajeno/interno, lo que le "ocupa", el funcionamiento<strong>de</strong> su organismo. Respecto a ambos, <strong>de</strong>be mantener una interrelación <strong>de</strong>finida por el médico, con la primera por el se-


Antropo-lógicas <strong>de</strong> la Medicina Familiar y Comunitaria57gundo, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el segundo hacia la primera. Lo que coma le sentará mal, y lo que <strong>de</strong>be comer cambiará su contacto con la naturaleza,o con los amigos, etc.24Ya hemos visto la gran diferencia que se hace al distinguir el trabajo hospitalario <strong>de</strong>l trabajo en la "calle". En concreto, respecto<strong>de</strong> la especificidad <strong>de</strong> la práctica médica que el Centro <strong>de</strong> Salud <strong>de</strong>be <strong>de</strong> trasladar al médico interno resi<strong>de</strong>nte que llegacon una formación hospitalaria.


Cuad. Psiquiatr. Comunitaria,<strong>Vol</strong>.3, N.º 1, pp. 58 - 70, <strong>2003</strong>Ulisses, Greta y otras vidasTiempo, espacio y confinamiento en un hospitalpsiquiátrico <strong>de</strong>l sur <strong>de</strong> Brasil 1Leticia M. FerreiraPsiquiatraCentro <strong>de</strong> Día Pi i Molist-Hospital <strong>de</strong> la Santa Creu i Sant PauBarcelona.Angel Martínez HernáezAntropólogoProfesor <strong>de</strong>l Departamento <strong>de</strong> Antropología social.Universidad Rovira i Virgili.Reus (Tarragona).RESUMENEn este artículo se intenta estudiar como lavida <strong>de</strong> los internos <strong>de</strong> un manicomio pue<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rsecomo un campo más <strong>de</strong> las relacionessociosomáticas que une a sujetos concretos con<strong>de</strong>terminadas formas <strong>de</strong> organización social.Actitu<strong>de</strong>s, comportamientos y otras formas corporales<strong>de</strong> estar y actuar, constituyen fenómenosque no solo respon<strong>de</strong>n a principios psicobiológicosy fisiopatológicos, sino también a formasadaptativas a un entorno. En este artículo se optapor una aproximación que, sin obviar la evi<strong>de</strong>nciapsicológica y biológica <strong>de</strong>l sufrimiento, puedaaportar una línea interpretativa <strong>de</strong> los vínculosentre mundo social y experiencia subjetiva.El material sobre el que se reflexiona proviene<strong>de</strong> una investigación etnográfica en un hospital psiquiátrico<strong>de</strong>l sur <strong>de</strong> Brasil, el Hospital Psiquiatrico<strong>de</strong> São Pedro,que actualmente comienza a externalizara los pacientes. Se observaron y analizaronlas vivencias cotidianas, las percepciones espaciotemporales,las posturas corporales y la revitalización<strong>de</strong> las memorias subjetivas <strong>de</strong> los internos.Palabras clave: Relaciones sociosomáticas;organización social; mundo social; experienciasubjetiva.ABSTRACTThis article aims to show how the lives ofpeople in an asylum should be regar<strong>de</strong>d as justanother field in the social-somatic relationshipsthat bind a group of subjects to particularmo<strong>de</strong>ls of social organization. Attitu<strong>de</strong>s, behaviour,and other physical manifestations of beingand acting, are phenomena that spring not onlyfrom psychobiological or physio-pathologicalprinciples but also from patterns of adaptationto an environment. This article attempts to approachthese patterns while bearing in mindpsychological and biological factors involved insuffering. It may provi<strong>de</strong> an interpretation of thelink between social environment and subjectiveexperience.The data used in the article comes from ethnographicresearch carried out at the "HospitalPsiquiatrico <strong>de</strong> Sao Pedro", an institution in thesouth of Brazil which is currently beginning toexternalise its patients. Everyday experiences,time/space perceptions, body posture and subjectivememory stimulation of the internees wereobserved and analysed.Key words: Social-somatic relationships;social enviroment; subjective experience


Ulisses, Greta y otras vidas 59INTRODUCCIÓNEn Fenomenología <strong>de</strong> la percepción(1999) Merleau-Ponty afirma que la esencia<strong>de</strong> la vida humana se establece en la relaciónexistencial entre el cuerpo y el espacio, asícomo en la diversidad <strong>de</strong> experiencias que segeneran en esta intersección. Para este autor,el cuerpo no es sólo una realidad física concierto grado <strong>de</strong> autonomía o una suma <strong>de</strong> suspartes, sino una corporalidad que habita unmundo social con <strong>de</strong>terminadas coor<strong>de</strong>nadasespacio-temporales. De esta forma, la corporalidadpue<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rse como un territorioy a la vez como una forma <strong>de</strong> experienciaque integra el mundo físico <strong>de</strong>l cuerpo tantocomo el espacio <strong>de</strong> la acción social.Esta alusión filosófica a la relación entreel sujeto y su mundo social encierra en símisma la perspectiva teórica <strong>de</strong> este artículo.Más que subrayar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> una aproximacióngeneral la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> que el cuerpo está en la sociedadcomo la sociedad está en el cuerpo enforma <strong>de</strong> hábitos, formas <strong>de</strong> hacer, rutinas ytipos <strong>de</strong> vivencia, nuestro interés aquí es mostrarcómo la experiencia corporal pue<strong>de</strong> absorberuna <strong>de</strong>terminada lógica <strong>de</strong> confinamientocomo la <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>locustodial-manicomial clásico. Nuestra i<strong>de</strong>a esque este mo<strong>de</strong>lo asilar supone una forma <strong>de</strong>experiencia en los internos que <strong>de</strong>termina suconcepción <strong>de</strong>l tiempo y <strong>de</strong>l espacio. En suimaginario, el tiempo es reconvertido en unaespecie <strong>de</strong> secuencia redundante que, a la vezque soslaya el mundo social que existe traslos muros, genera una sensación <strong>de</strong> atemporalidad.El espacio, por su parte, favorece unestado <strong>de</strong> liminalidad, ya que en el territorio<strong>de</strong>l manicomio las i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s sociales previashan sido difuminadas. Ambas coor<strong>de</strong>nadasmuestran su materialización en los cuerposerrantes y apáticos <strong>de</strong> los internos.Pensar la apatía y la errancia <strong>de</strong> los pacientescomo resultado <strong>de</strong> un or<strong>de</strong>n institucionalque establece con sus formas <strong>de</strong> organizacióny sus rutinas una forma <strong>de</strong> estar, <strong>de</strong>hacer, no presupone la negación <strong>de</strong> otrascausas <strong>de</strong> estos estados, como la importancia<strong>de</strong> la patología <strong>de</strong> base, la cronicidad o losefectos <strong>de</strong> los fármacos antipsicóticos; factorestodos ellos que no <strong>de</strong>bemos olvidar quetambién encierran una dimensión social. 2Más bien, supone completar un cuadro quesuele ser pintado sin los motivos sociales, sinla impronta, por ejemplo, que los años <strong>de</strong>confinamiento <strong>de</strong>jan en los pacientes, comosi los sujetos fuesen in<strong>de</strong>pendientes <strong>de</strong>l espacioque habitan y éste último, a su vez, unarealidad anecdótica.El objetivo <strong>de</strong> este artículo es reflexionarsobre cómo una lógica institucional pue<strong>de</strong>ser interiorizada por los pacientes y expresadamediante estados corporales y comportamientos.En esta medida, po<strong>de</strong>mos hablar,parafraseando a Kleinman y Kleinman(2000), <strong>de</strong> una sociosomática <strong>de</strong>l sufrimiento3 por la cual un mundo externo organiza laexperiencia subjetiva <strong>de</strong> una forma que atraviesalas fronteras entre lo social, lo médicoy lo político y que la organización burocrática<strong>de</strong>l saber en comportamientos estancos(psiquiatría, psicología, ciencias sociales)tien<strong>de</strong> a obscurecer.El material a partir <strong>de</strong>l cual se <strong>de</strong>sarrollaesta reflexión proviene <strong>de</strong> una investigaciónetnográfica en un hospital psiquiátrico <strong>de</strong>lSur <strong>de</strong> Brasil: el Hospital Psiquiátrico SãoPedro, que actualmente comienza a <strong>de</strong>sarrollarla externalización <strong>de</strong> los pacientes.CONTEXTO Y APROXIMACIÓNEl Hospital Psiquiátrico São Pedro (ena<strong>de</strong>lante HPSP) es una institución <strong>de</strong> PortoAlegre (Rio Gran<strong>de</strong> do Sul-Brasil) creada afinales <strong>de</strong>l siglo XIX a imagen y semejanza<strong>de</strong> los manicomios europeos. Se trata <strong>de</strong> unconjunto arquitectónico <strong>de</strong> estilo neoclásico


60Leticia M. Ferreira y Angel Martínez Hernáezconformado por seis pabellones <strong>de</strong> dosplantas que se conectan entre sí por corredoresque <strong>de</strong>limitan cinco patios internos.Su construcción fue iniciada en 1879 y en1884 recibió los primeros 41 pacientes proce<strong>de</strong>ntes<strong>de</strong>l Hospital Santa Casa <strong>de</strong>Misericórdia y <strong>de</strong>l presidio <strong>de</strong> la mismaciudad. El objetivo fue que los enfermos estuviesenatendidos con las técnicas terapéuticasmás mo<strong>de</strong>rnas <strong>de</strong>l momento como labañoterapia y la laborterapia. Las autorida<strong>de</strong>slocales <strong>de</strong> la época <strong>de</strong>finieron el hospitalcomo amplio, sólidamente construido yventilado, y fue presentado ante la sociedadbrasileña como muestra <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad<strong>de</strong> la ciudad.La ubicación inicial <strong>de</strong>l HPSP en el extrarradio<strong>de</strong> la ciudad ha <strong>de</strong>jado paso con eltiempo a una centralidad geográfica en laconformación <strong>de</strong>l actual Porto Alegre. Dela misma forma, y a lo largo <strong>de</strong> su historia,el hospital ha mostrado importantes variacionesen el número <strong>de</strong> internamientos,pues a los momentos <strong>de</strong> máxima ocupación,en torno a 5000 pacientes, <strong>de</strong>be oponersela situación actual: 600 pacientes <strong>de</strong>los cuales 144 se encuentran en proceso <strong>de</strong>externalización.La primera <strong>de</strong>shospitalización se originaa finales <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> los setenta cuandose produce una reducción <strong>de</strong> 5000 a 3000internos. Los pacientes externalizados sonenviados a sus domicilios <strong>de</strong> proce<strong>de</strong>ncia.Algunos <strong>de</strong> ellos son rechazados por sus familiasy se ven abocados a la mendicidad;otros se ven integrados en las unida<strong>de</strong>s domésticas<strong>de</strong> sus parientes que asumen <strong>de</strong>forma abrupta una función asistencial.Posteriormente, la reducción <strong>de</strong>l número <strong>de</strong>ingresos, la alta mortalidad por motivos diversos(edad, falta <strong>de</strong> asistencia, condiciones<strong>de</strong> vida, etc.) y la continuidad <strong>de</strong> la externaciónlimitan el número <strong>de</strong> internos alos 600 actuales.En una evaluación reciente (Fleck,Wagner y Wagner, 2002; Dias et al. e.p.)que se ha llevado a cabo sobre estos pacientesse observan algunos datos socio<strong>de</strong>mográficossignificativos como el leve predominio<strong>de</strong> mujeres (54,3%), una edad media<strong>de</strong> 54,7 años, una media <strong>de</strong> internamiento<strong>de</strong> 26,2 años (con un mínimo <strong>de</strong> 2,4 mesesy un máximo <strong>de</strong> 67,3 años), así como unafalta generalizada <strong>de</strong> vínculos con sus familiares(80,7%). El 81% <strong>de</strong> estos internosno han tenido acceso (o un acceso limitado)al sistema educativo, con lo cual no es <strong>de</strong>extrañar que el analfabetismo sea <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n<strong>de</strong> un 70% al que hay que añadir un 12% <strong>de</strong>analfabetos funcionales. En términos <strong>de</strong>renta, el 48,5% no recibe ninguna pensión yel resto cobra importes tan magros que nopermiten su propia subsistencia. Adicionalmente,y en cuanto al diagnóstico, se percibeun polarización en dos gran<strong>de</strong>s grupos:aproximadamente un 50% está afectadopor un trastorno psicótico, mientras que loscasos <strong>de</strong> retraso mental conforman casi elotro 50%.A diferencia <strong>de</strong> la década <strong>de</strong> los ochenta,cuando los internos eran agrupados según suproce<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> las diferentes regiones <strong>de</strong>lestado y/o pertenencia a una <strong>de</strong>terminadaclase social, la organización actual <strong>de</strong>l HPSPimplica una división por género, cronicidad ypatología diagnóstica <strong>de</strong> los pacientes.Asimismo, en los últimos años, y como consecuencia<strong>de</strong> los procesos <strong>de</strong> presión políticaejercidos por el Forum Gaúcho <strong>de</strong> Saú<strong>de</strong>Mental que culminaron en la promulgación<strong>de</strong> la Ley <strong>de</strong> Reforma Psiquiátrica <strong>de</strong> ámbitoestatal, se han producido cambios en la funcióny estructura <strong>de</strong>l hospital. Hoy en día, eldispositivo se ha transformado en un complejoasistencial que incluye diferentes serviciosy talleres como la asamblea <strong>de</strong> pacientes,el taller <strong>de</strong> creatividad, el taller <strong>de</strong>habilida<strong>de</strong>s sociales o las iniciativas laboralesque, en un formato cooperativo, <strong>de</strong>sarro-


Ulisses, Greta y otras vidas 61llan activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> reciclaje <strong>de</strong> papel, peluqueríao lavado <strong>de</strong> coches.La transformación más importante <strong>de</strong>lHPSP está todavía en curso <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>la mano <strong>de</strong>l Proyecto São Pedro Cidadão;una iniciativa <strong>de</strong> varios movimientos sociales,civiles y profesionales que fue asumidopor el Gobierno <strong>de</strong>l Estado <strong>de</strong> Rio Gran<strong>de</strong> doSul en 1999 como objetivo prioritario y queactualmente incluye a instituciones <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisiónpolítica en salud, vivienda, participaciónsocial, bienestar social, trabajo, educación ycultura, entre otros. El citado proyecto proponela supresión <strong>de</strong>l HPSP como manicomioa partir <strong>de</strong> objetivos específicos como lacreación <strong>de</strong> mejores condiciones <strong>de</strong> vida paralas pacientes a través <strong>de</strong> la construcción <strong>de</strong>viviendas en el barrio, la adaptación <strong>de</strong> unaparte <strong>de</strong>l hospital a la atención <strong>de</strong> los internosancianos y con retraso mental, el accesoal trabajo y a la renta <strong>de</strong> los futuros pacientes<strong>de</strong>sinstitucionalizados, la garantía legal <strong>de</strong>sus <strong>de</strong>rechos, el acceso a la educación, la formación<strong>de</strong> los trabajadores en salud mental yla reconversión <strong>de</strong>l conjunto histórico <strong>de</strong>lHPSP en diferentes equipamientos <strong>de</strong>portivosy lúdicos para el vecindario (Fleck,Wagner y Wagner, 2002; Dias et al. e.p.).Los datos etnográficos <strong>de</strong> este artículoforman parte <strong>de</strong> un proceso <strong>de</strong> investigaciónmás general y previo a la <strong>de</strong>sinstitucionalización<strong>de</strong> un total <strong>de</strong> 144 que, ya al día <strong>de</strong> hoy,empiezan a habitar algunas <strong>de</strong> las 36 casasque fueron construidas <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un conjuntoresi<strong>de</strong>ncial más amplio que incorpora a loshabitantes <strong>de</strong> las favelas <strong>de</strong> la zona.Precisamente, el objetivo <strong>de</strong> la investigaciónfue establecer una relación dialógica con losinternos con el fin <strong>de</strong> que pudiesen recuperary resignificar contenidos <strong>de</strong> sus memoriasbiográficas y su pasada relación con el "exterior"<strong>de</strong> la institución a partir <strong>de</strong> grupos <strong>de</strong>discusión realizados tanto en el interior <strong>de</strong>lHPSP como fuera <strong>de</strong> él. En este último caso,se trataba <strong>de</strong> grupos informales, creados <strong>de</strong>manera natural y espontánea por los propiospacientes, que escogían a sus compañeros <strong>de</strong>viaje para un regreso a los espacios <strong>de</strong> laciudad que formaron parte <strong>de</strong> su infancia yadolescencia y que, sin embargo, en algunoscasos hacía más <strong>de</strong> 30 años que habían <strong>de</strong>saparecido<strong>de</strong> su vida cotidiana por motivo <strong>de</strong>su confinamiento.Los participantes <strong>de</strong> estos encuentrosfueron internos <strong>de</strong>l HPSP que formaronparte <strong>de</strong> los grupos por voluntad propia duranteel año 200<strong>1.</strong> La razón <strong>de</strong> no incluirningún criterio <strong>de</strong> selección estuvo relacionadacon la necesidad <strong>de</strong> crear una cultura <strong>de</strong>espacio abierto, diferenciada <strong>de</strong> la lógica institucionalpor el libre establecimiento <strong>de</strong> relaciones<strong>de</strong> sociabilidad por parte <strong>de</strong> los actores.En este marco se observaron yanalizaron las vivencias cotidianas, las percepcionesespacio-temporales, las posturascorporales y la revitalización <strong>de</strong> las memoriassubjetivas <strong>de</strong> los internos. El proceso etnográficofue documentado mediante la elaboración<strong>de</strong> diarios <strong>de</strong> campo y el registrofotográfico.TIEMPO, ESPACIO Y CONFINA-MIENTOLos actores que formaron parte <strong>de</strong> esta experienciahabían iniciado su institucionalizaciónen su mayor parte hace veinte o treintaaños. El itinerario prototípico implicó su llegadaal servicio <strong>de</strong> admisión en don<strong>de</strong>, a semejanza<strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong>scrito en la noción <strong>de</strong>carrera moral <strong>de</strong> Goffman (1988), los profesionales,en tanto que representantes <strong>de</strong> lossaberes expertos en salud mental, tradujeronlas experiencias <strong>de</strong> los afectados en términos<strong>de</strong> un lenguaje nosotáxico. Este lenguajecon<strong>de</strong>nsó ya en estos primeros momentos lasbases <strong>de</strong> una lógica institucionalizadora,pues la aproximación inicial es la que <strong>de</strong>terminael itinerario <strong>de</strong>l futuro paciente <strong>de</strong>ntro


62Leticia M. Ferreira y Angel Martínez Hernáez<strong>de</strong>l sistema asistencial en forma <strong>de</strong> expectativasterapéuticas y estrategias <strong>de</strong> controlsocial que se asocian en el caso aquí planteado(como en muchos otros) con el confinamientoy la pérdida <strong>de</strong> la ciudadanía, la privacidady la i<strong>de</strong>ntidad social previa <strong>de</strong> estosactores.Tras el ingreso, y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> una estanciacorta en la unidad <strong>de</strong> agudos, estos pacientesse vieron abocados a habitar alguno <strong>de</strong> losdormitorios <strong>de</strong> los pabellones <strong>de</strong> crónicos <strong>de</strong>lHPSP, caracterizados todos ellos por ser espaciosobscuros, fríos y húmedos. Con losaños, sus cuerpos y sus ropas se fueron adaptandoa este territorio <strong>de</strong> reclusión en don<strong>de</strong>cualquier actividad está reglada: comer,dormir, recibir la medicación, la hora <strong>de</strong>lpaseo. Su tiempo se vio marcado por estassecuencias circulares cotidianas que <strong>de</strong>janespacio sólo a algunos momentos <strong>de</strong> innovación:un nuevo pantalón o chaqueta regalo <strong>de</strong>la beneficencia, <strong>de</strong> sus familiares (si loshabía) o producto <strong>de</strong> su propia renta que sustituíalas antiguas ropas, en muchos casos <strong>de</strong>fecadasy orinadas, una pepsi-cola comoregalo <strong>de</strong> algún profesional, familiar o visitante,la fiesta <strong>de</strong> Navidad, etc.Con el paso <strong>de</strong>l tiempo, la mayoría <strong>de</strong> losinternos constituyeron su mundo enteramentea partir <strong>de</strong> las experiencias <strong>de</strong>l hospital y<strong>de</strong> la memoria <strong>de</strong>l pasado. A pesar <strong>de</strong> la recientepolítica <strong>de</strong> puertas abiertas, pocos selanzaron a la aventura <strong>de</strong> traspasar el umbral<strong>de</strong>l manicomio. Los comportamientos másfrecuentes fueron <strong>de</strong>ambular sin rumbo fijodurante las horas <strong>de</strong> paseo y/o permanecer enel umbral <strong>de</strong> la institución, como en el caso<strong>de</strong> Ulisses, un antiguo camionero que <strong>de</strong>s<strong>de</strong>la puerta pedía una pepsi-cola a los transeuntes<strong>de</strong> la calle adyacente o a los diversos sujetosque entraban o salían <strong>de</strong>l HPSP. A pesar<strong>de</strong> que sólo con gran dificultad y en pocoscasos traspasaban el umbral <strong>de</strong>l hospital,entre los afectados era habitual que verbalizasensu <strong>de</strong>seo <strong>de</strong> salir <strong>de</strong> la institución ymuchas veces imaginaban que sus familiaresvenían a recogerlos; familiares que en la mayoría<strong>de</strong> los casos habían <strong>de</strong>sistido <strong>de</strong> visitarlosy que constituían ya sólo personajes ymundos imaginarios. El caso <strong>de</strong> Greta es significativoen este sentido.Con una historia <strong>de</strong> internamiento <strong>de</strong> más<strong>de</strong> veinticinco años, Greta pasea por el HPSPsiempre muy maquillada, como una actrizantigua <strong>de</strong> cine mudo. Dedica su tiempo a lapoesía y al dibujo, hasta el punto <strong>de</strong> haberpublicado durante su permanencia en la instituciónun libro <strong>de</strong> poemas. Sus dibujos, <strong>de</strong>extraordinaria calidad, rememoran imágenes<strong>de</strong> su juventud: siempre rostros <strong>de</strong> mujeresjóvenes con gran<strong>de</strong>s ojos, pendientes y peinadossofisticados que, curiosamente, notienen nombres propios. Sólo dibuja los rostros,nunca los cuerpos. Greta no habla con elresto <strong>de</strong> los pacientes. Según sus palabras,son pobres personas sin sentido <strong>de</strong>l tiempo,pues la mayoría no tienen reloj. Ella, encambio, afirma que es <strong>de</strong> clase alta y se haconvertido en un personaje asiduo <strong>de</strong> la sala<strong>de</strong> admisiones, <strong>de</strong>l edificio <strong>de</strong> la administración<strong>de</strong>l hospital en don<strong>de</strong> entabla conversacióncon los diferentes profesionales, asícomo <strong>de</strong> las oficinas <strong>de</strong> la dirección pordon<strong>de</strong> <strong>de</strong>ambula con toda naturalidad. Consu léxico anticuado y siempre formal afirmaque su marido vendrá a buscarla; situaciónésta que nunca se producirá, pues su esposofalleció hace ya unos cuantos años. Lo curioso<strong>de</strong>l asunto es que ella tiene conciencia <strong>de</strong>este suceso. Sin embargo, la necesidad <strong>de</strong>pensar en una vida imaginaria fuera <strong>de</strong>l hospitalla orienta a habitar ese territorio liminal<strong>de</strong> la sala <strong>de</strong> admisiones. Cada día es vividopor Greta como un momento preliminar <strong>de</strong>su salida <strong>de</strong> la institución, como un estado <strong>de</strong>transición a una nueva vida fuera <strong>de</strong> los confines<strong>de</strong>l manicomio.Tanto en la escena <strong>de</strong> Ulisses pidiendo una


Ulisses, Greta y otras vidas 63pepsi-cola en la puerta <strong>de</strong> la institución comoen la posición liminal <strong>de</strong> Greta, siempre enun perenne estado <strong>de</strong> transito hacia un nuevoestatus social, se observa una forma tantofísica como simbólica <strong>de</strong> habitar los espaciosliminales por parte <strong>de</strong> las personas afectadaspor un trastorno mental grave. Piénsese quela reclusión <strong>de</strong> los enfermos mentales en loslímites, en los lugares <strong>de</strong> paso, en las plazasy mercados, en esos territorios que Augé(1993) ha <strong>de</strong>finido como no-lugares, constituyeuna escena recurrente en diferentes contextoshistóricos y culturales. Imágenescomo la stultifera navis o nave <strong>de</strong> los locos,con su capacidad evocativa <strong>de</strong>l movimiento yla incertidumbre, la práctica medieval y <strong>de</strong>lpre-renacimiento <strong>de</strong> confinar a los locos enlas puertas <strong>de</strong> las ciuda<strong>de</strong>s o el fenómenomás contemporáneo <strong>de</strong> migración constante<strong>de</strong> los afectados hacia los espacios <strong>de</strong> tránsitoy anonimato como las estaciones <strong>de</strong> autobuseso el centro <strong>de</strong> las ciuda<strong>de</strong>s son ejemplosque hacen que nos interroguemos sobrecuál es la lógica que permite esta asociaciónentre locura, movimiento y espacio.Planteado con otras palabras ¿son los afectadoslos que por razón <strong>de</strong> su patología se venimpelidos a habitar estos lugares (<strong>de</strong>bido,por ejemplo, a su retraimiento social) o es lalógica social la que los confina en estos territoriosliminales que suponen un estar-sinestar,un perenne tránsito?En el universo imaginario <strong>de</strong> las culturaseuropeas hallamos posibles respuestas enuno y otro sentido. Un ejemplo paradigmático<strong>de</strong> la errancia como atributo consustanciala la locura es El Quijote, endon<strong>de</strong> el insensato se ve abocado a un movimientocontinuo, pues aquello que trata<strong>de</strong> alcanzar es tan cercano y a la vez tanlejano como la propia fantasía. En el otrolado <strong>de</strong>l espectro, el <strong>de</strong> la producción social<strong>de</strong>l movimiento y <strong>de</strong>l no-lugar, contamoscon diversos motivos, como la ya citadastultifera navis, la aplicación <strong>de</strong>l mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong>exclusión <strong>de</strong> la lepra a los enfermos mentalesdurante la Edad Media o su reclusión enlos lugares <strong>de</strong> paso.A pesar <strong>de</strong> que Foucault en La historia <strong>de</strong>la locura (1985) afirma <strong>de</strong> forma vehementeque el encierro supuso una ruptura con losmo<strong>de</strong>los anteriores <strong>de</strong> control <strong>de</strong> la estulticia,como la nave <strong>de</strong> los locos o el confinamientoen las zonas <strong>de</strong> paso, lo cierto es que el manicomioguarda una relación <strong>de</strong> continuidadcon sus antecesores. Es sabido que el asiloinstaura un sistema se<strong>de</strong>ntario <strong>de</strong> reclusión y,en esta medida, parece distanciarse <strong>de</strong> lasotras lógicas <strong>de</strong> control <strong>de</strong> la enfermedadmental. Ahora bien, el manicomio tambiénpue<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rse como una especie <strong>de</strong> stultiferanavis anclada en los confines <strong>de</strong> laciudad, como un espacio asocial e incluso encierta medida presocial, ya que sus objetivossiempre oscilaron (a veces <strong>de</strong> forma contradictoria)entre el confinamiento y la resocialización.El manicomio es un territorio en símismo liminal que, a<strong>de</strong>más, no resuelve elproblema <strong>de</strong> la errancia <strong>de</strong> los internos. Quienhaya estado alguna vez en un manicomiohabrá observado la evi<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> este fenómeno.Los reclusos <strong>de</strong>ambulan por la instituciónsin rumbo fijo, suben y bajan las mismas escalerasveinte o treinta veces al día, van <strong>de</strong> lahabitación al comedor, y <strong>de</strong>l comedor a lasala, y <strong>de</strong> la sala al patio, y <strong>de</strong>l patio al comedor,y <strong>de</strong>l comedor a la habitación. Cuandopasean por el patio caminan <strong>de</strong> un muro a otro<strong>de</strong>l recinto, cinco veces, diez veces, veinteveces. Si no pue<strong>de</strong>n moverse físicamentesuplen esta falta evadiéndose psicológicamente.Más allá <strong>de</strong> las posibles razones psicobiológicas<strong>de</strong> estos comportamientos <strong>de</strong>errancia y fuga, es como si su movimientofísico y su evasión mental representasen labúsqueda <strong>de</strong> un espacio social que les ha sidonegado mediante la reclusión y el estigma.Quizá por ello Greta fantasea con una situación<strong>de</strong> alta que no es otra cosa que la recuperación<strong>de</strong> su i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> esposa y <strong>de</strong> sujeto


64Leticia M. Ferreira y Angel Martínez Hernáezsocial. Quizá por ello Ulisses dibuja con suspaseos los confines <strong>de</strong> la institución y <strong>de</strong>s<strong>de</strong>el umbral solicita una intervención <strong>de</strong>l exterior,un regalo, una dádiva.En estas coor<strong>de</strong>nadas espaciales en las queel lugar se ha convertido en un territorio <strong>de</strong> alterida<strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s sociales perdidas, la i<strong>de</strong>a<strong>de</strong> temporalidad se transforma. El pasadoasume una dimensión presentista, aunquemodificado y <strong>de</strong>formado. La memoria generaimaginarios que evocan realida<strong>de</strong>s socialesque han <strong>de</strong>saparecido tras la institucionalización,como el trabajo, la familia, la dignidad,la condición <strong>de</strong> ciudadanos, <strong>de</strong> esposas o maridos,<strong>de</strong> padres, <strong>de</strong> sujetos sociales. Esta es lasituación <strong>de</strong> Ulisses, que reactualiza cada díaacontecimientos <strong>de</strong> su biografía y su antiguacondición <strong>de</strong> camionero.Tras un acci<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> tránsito con sucamión en el que perdió a su esposa e hijos yal que pudo sobrevivir, Ulisses sufrió unbrote psicótico y fue ingresado en el HPSP.De esto hace ya quince años. El cuadro <strong>de</strong>lirante<strong>de</strong> su ingreso no parece haberse mitigadodurante el tiempo <strong>de</strong> reclusión. El recuerdo<strong>de</strong> su experiencia dramática, su i<strong>de</strong>ación<strong>de</strong>lirante y la existencia <strong>de</strong> una tiempo circularen la institución que lo acoge parecen retroalimentarseentre sí, <strong>de</strong> tal forma que elpasado y el presente se confun<strong>de</strong>n en su imaginación.Ulisses se ha construido un"camión" con un somier, un colchón y unascuerdas que acarrea por el patio principal <strong>de</strong>lmanicomio invitando sólo a los más allegados,ya sean pacientes o profesionales, amontar en él. Él "conduce" el camión cadadía, con lluvia o con sol. Con las cuerdasatadas a su pecho o a sus hombros remolcacon fuerza su "camión" representando tantola carga <strong>de</strong> su pasado como una reiteración(quien sabe si como forma simbólica <strong>de</strong> evitación)<strong>de</strong> lo acontecido.La reactualización <strong>de</strong> un pasado en el presente<strong>de</strong>ja su huella también en el relato <strong>de</strong>otros internos, para los cuales el mundo externoque <strong>de</strong>jaron fuera en el momento <strong>de</strong>lingreso continúa existiendo tal como fue,como si los años no hubiesen pasado y susfamiliares no hubiesen fallecido. El mundoen el que necesitan creer continúa presenteen su imaginación, quizá para ayudar a crearla fantasía <strong>de</strong> un retorno posible. De estaforma, João <strong>de</strong> 61 años y con cuarenta años<strong>de</strong> internamiento afirma "O trator está lá, senão está lá é porque alguém tirou" (El tractorestá allí. Si no está es que alguien se lollevó). La insistencia <strong>de</strong> João en que su tractorestá allí, en la casa <strong>de</strong> su pueblo, el tractorcon el que labraba la tierra junto a sushermanos y padres ya fallecidos, encierra esafantasía <strong>de</strong> un espacio externo inmutable yatemporal. La única explicación <strong>de</strong> que eltractor ya no esté allí <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> cuarentaaños, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> que todos sus familiares yahayan muerto, <strong>de</strong> que la casa ya no sea sucasa, es que alguien lo robó o se lo llevó. Eltractor <strong>de</strong>be estar allí porque el tiempo no hapasado. La atemporalidad <strong>de</strong> la experiencia<strong>de</strong>l manicomio, con sus rutinas y secuenciascirculares, se ha extrapolado a un pasado vivenciadoque se convierte en inmutable.Quizá por ello Gilberto, al salir <strong>de</strong> paseo conel grupo a un conocido parque <strong>de</strong> la ciudad,muestra extrañeza y perplejidad ante lastransformaciones <strong>de</strong> este espacio público:"Acho que mudaram alguma coisa lá.. Tinhabicho e também barco na água (...) da outravez, quando sai com meu irmão" (Creo quecambiaron algo aquí. Tenía animales y tambiénun barco en el agua...la otra vez, cuandosalí con mi hermano). La visita al parque <strong>de</strong>la que habla Gilberto se realizó hace más <strong>de</strong>veinte años, pero su sensación <strong>de</strong> extrañeza yla forma en que se expresa hace pensar a susinterlocutores que fue la semana pasada.Afirmaciones parecidas a la <strong>de</strong> João yGilberto se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>n <strong>de</strong> otros actores quehablan <strong>de</strong> su casa, <strong>de</strong> su familias o <strong>de</strong> sus


Ulisses, Greta y otras vidas 65amista<strong>de</strong>s como si continuasen existiendo.Así, un interno pue<strong>de</strong> afirmar que conoce a"todo el mundo" en su ciudad, aunque hagamás <strong>de</strong> veinticinco años que no la visita, oque sus padres siguen estando allí, en elpueblo o en la casa, a pesar <strong>de</strong> que ya han fallecido.También pue<strong>de</strong> referirse al hogar quehabitó en la infancia como su actual viviendao hablar <strong>de</strong> ella en tiempo pasado, pero <strong>de</strong>forma tan i<strong>de</strong>alizada como evocativa <strong>de</strong> unaépoca feliz con su familia. Esta última es lasituación <strong>de</strong> Vinícius que recuerda su hogarcomo una casa popular y con gente entusiasmadapor vivir en ella o <strong>de</strong> Moraes queafirma que tenía un "millón <strong>de</strong> hermanos" ensu antigua resi<strong>de</strong>ncia.La recurrencia <strong>de</strong> fantasías presentistas yla i<strong>de</strong>alización <strong>de</strong>l pasado difícilmentepue<strong>de</strong>n justificarse por la hipótesis <strong>de</strong> uncuadro <strong>de</strong>lirante común que esté relacionadoexclusivamente con la estructura <strong>de</strong> la personalidado el trastorno mental <strong>de</strong> base <strong>de</strong> losinternos. Más bien, parece que estamos anteun imaginario atemporal que respon<strong>de</strong> a unasituación <strong>de</strong> confinamiento que impone unalógica <strong>de</strong> secuencias circulares y <strong>de</strong> espaciosliminales. Si Freud (1981:1361) en algúnmomento habló <strong>de</strong> la "novela familiar <strong>de</strong>lneurótico" (Familienroman) para <strong>de</strong>finiraquellas fantasías como creerse hijo <strong>de</strong> otrospadres o pensar que se ha sido adoptado yque permiten un extrañamiento <strong>de</strong> los progenitores,en este caso estamos ante una especie<strong>de</strong> "novela atemporal <strong>de</strong>l interno" 6 endon<strong>de</strong> el motivo o contenido no es lo quepodría ser o haber sido (Familienroman),sino lo que fue y ya no pue<strong>de</strong> ser. Esta experienciaimaginativa guarda cierta similitudcon las fantasías <strong>de</strong> los emigrantes sobre supueblo o su país <strong>de</strong> resi<strong>de</strong>ncia original. Dehecho, muchos <strong>de</strong> los internos son tambiénemigrantes forzados <strong>de</strong>l campo a la ciudad,pues durante muchos años el HPSP fue eldispositivo que centralizó la asistencia entodo el estado <strong>de</strong> Rio Gran<strong>de</strong> do Sul. Ahorabien, en este caso, es principalmente elmundo cultural <strong>de</strong>l manicomio el que muestrasu impronta exacerbando las posibilida<strong>de</strong>sperformativas e imaginarias <strong>de</strong> untiempo inmutable. Una escena pue<strong>de</strong> serilustrativa en este sentido, como la <strong>de</strong> ARcuando al ver su rostro en una foto reciente lalanza al suelo con energía, tan asustado comoasombrado, y exclama "olha o meu cabelo,tá cinza" (Mira mi pelo, está gris).El tiempo circular y el espacio liminal <strong>de</strong>lmanicomio adquieren una materialización ocorporalización en un estado <strong>de</strong> apatía casiomnipresente entre los internos; apatía quepue<strong>de</strong> co-existir con esa actividad sin rumboque hemos apuntado más arriba, como es elmovimiento constante entre los muros <strong>de</strong>lhospital que tan bien representaba Ulissesconduciendo su "camión". Esta apatía tambiénafecta a los profesionales, que se venabsorbidos por la lógica institucional y poruna función <strong>de</strong> reproducción <strong>de</strong> un mo<strong>de</strong>locustodial que ya ha <strong>de</strong>mostrado ser inoperantepara la curación o la mejoría <strong>de</strong> las personascon trastorno mental grave.Evi<strong>de</strong>ntemente, la apatía <strong>de</strong> los pacienteses producto <strong>de</strong> diferentes factores como elpropio aplanamiento afectivo vinculado conlos procesos <strong>de</strong> cronicidad <strong>de</strong> la psicosis olos efectos <strong>de</strong> la medicación antipsicótica.Sin embargo, el contexto social <strong>de</strong> los dispositivoscustodiales también pue<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rsecomo un factor <strong>de</strong> base <strong>de</strong> esta sensación casigeneralizada, ya sea produciéndola o, simplemente,amplificándola. Y es que la organizaciónsocial <strong>de</strong> los manicomios no <strong>de</strong>jaespacio a la innovación. Como en toda institucióntotal las normas escritas o simplementeconocidas estipulan a qué hora <strong>de</strong>ben <strong>de</strong>spertarse,tomar el <strong>de</strong>sayuno, comer, ingerir lamedicación o irse a dormir. Tras los años,estas rutinas adquieren un carácter <strong>de</strong> redundanciay circularidad que dificultan la adaptacióna situaciones nuevas y la toma <strong>de</strong> <strong>de</strong>-


66Leticia M. Ferreira y Angel Martínez Hernáezcisión <strong>de</strong> los actores. Como ya indicaron losanálisis clásicos <strong>de</strong> las manicomios(Caudill, 1966; Goffman, 1988), es frecuenteque la posición <strong>de</strong> pasividad <strong>de</strong> lospacientes se interprete por parte <strong>de</strong> los profesionalescomo una consecuencia <strong>de</strong> sucuadro patológico y no tanto como el resultadoadaptativo a la posición que la organizaciónsocial les <strong>de</strong>stina en el contexto <strong>de</strong>una institución y cuyos papeles o roles secaracterizan precisamente por la subalternidady la obediencia.En los grupos <strong>de</strong> discusión que se realizaron,los internos <strong>de</strong>l HPSP mostraron unaclara actitud <strong>de</strong> apatía. En la mayoría <strong>de</strong> loscasos, este estado <strong>de</strong> aplanamiento y pasividadaparecía vinculado con una posiciónsocial <strong>de</strong> "colonización"; entendiendo estetérmino en su significado goffmaniano <strong>de</strong>adaptación caracterizada por una total aceptación<strong>de</strong> la condición institucional que conllevala asunción <strong>de</strong> un papel <strong>de</strong> "interno perfecto".El seguimiento <strong>de</strong> las normas apenasse cuestionaba. Incluso aquellos que mostrabanuna actitud más renuente hacia la institucióny también más innovadora podían expresaren algunos momentos una ciertai<strong>de</strong>alización <strong>de</strong>l asilo y una convergencia consus conjuntos normativos. Este es el caso <strong>de</strong>Dre, un interno joven sin diagnóstico <strong>de</strong> psicosisa quien le gustaba componer piezas <strong>de</strong>rap que cantaba y grababa en su magnetófonoportátil. Dre fue ingresado en el HPSP pormotivos más sociales (orfandad y pobreza)que clínicos (agresividad) y actualmente esuno <strong>de</strong> los lí<strong>de</strong>res informales en el proceso<strong>de</strong> <strong>de</strong>sinstitucionalización. Antes <strong>de</strong> su salida<strong>de</strong>l HPSP, cuando Dre se refería al manicomio,sobre todo si se trataba <strong>de</strong> estableceruna comparación con otros dispositivos nocustodiales, su afirmación era "Já aqui é oparaíso" (Esto es el paraíso). Probablemente,en este juicio está presente la trayectoria vital<strong>de</strong> Dre, su condición <strong>de</strong> huérfano, <strong>de</strong> menino<strong>de</strong> rua, durante su infancia y adolescencia.No es ningún misterio que en algunas ciuda<strong>de</strong>s<strong>de</strong> Brasil ser negro, pobre, huérfano yvivir en la calle conforman el perfil <strong>de</strong> losniños o adolescentes que mueren prematuramente.Sin embargo, su juicio era tambiéncompartido por otros internos, como Tom,que comentaba "Aqui é o É<strong>de</strong>n!" (Esto es elEdén) y "Gosto <strong>de</strong> morar no hospital" (Megusta vivir en el hospital).Es curioso que la i<strong>de</strong>alización <strong>de</strong>l pasadopudiese co-habitar en el imaginario <strong>de</strong> losinternos con una exaltación <strong>de</strong> la institución.Sin embargo, las razones <strong>de</strong> la ambivalenciapue<strong>de</strong>n enten<strong>de</strong>rse <strong>de</strong> forma más precisacuando tenemos en cuenta que la posibilidad<strong>de</strong> una externalización, conocida <strong>de</strong> antemanopor los internos, generaba en ellos incertidumbre.El proceso <strong>de</strong> adaptación a la vida<strong>de</strong>l manicomio había supuesto un esfuerzopor su parte, pero también una serie <strong>de</strong> ventajas,pues tras los muros se sentían protegidos;tenían un lugar para dormir y un plato<strong>de</strong> comida. Como es lógico, ante el horizonte<strong>de</strong> la <strong>de</strong>shospitalización ellos expresabansus inquietu<strong>de</strong>s. Algunos no se sentían confuerzas para llevar a cabo una nueva adaptacióna la vida <strong>de</strong>l exterior. Otros asociaban lareclusión con el cobro <strong>de</strong> la pensión y, portanto, veían peligrar sus pocos recursos <strong>de</strong>subsistencia.Algunos <strong>de</strong> estos problemas se han superadoen la actualidad. Dre, por ejemplo, esahora uno <strong>de</strong> los miembros más activos en elproceso <strong>de</strong> externalización y participa comorepresentante <strong>de</strong> los antiguos internos en lasreuniones con los miembros <strong>de</strong> la asociación<strong>de</strong> vecinos. Tom, por su parte, ha pasado ahabitar una <strong>de</strong> las nuevas casas construidasbajo el proyecto Morada Sao Pedro y pareceestar contento <strong>de</strong> la relación con sus compañeros<strong>de</strong> casa (antiguos internos) y con losvecinos (antiguos favelados).Los efectos <strong>de</strong> la colonización en el


Ulisses, Greta y otras vidas 67cuerpo y el comportamiento <strong>de</strong> los internoseran visibles en un estado corporal <strong>de</strong>apatía y su consiguiente actitud <strong>de</strong> pasividad.Así, era frecuente que en los gruposapareciesen afirmaciones sobre preferenciasy gustos <strong>de</strong>l tipo: "Nem sei do que eugosto" (Ni sé qué es lo que me gusta),"Gosto <strong>de</strong> fumar" (Me gusta furmar), "Nãosei" (No sé) y "Nada" (Nada). Otros indicabanalgunas preferencias: "Não sei.... estudar,apren<strong>de</strong>r, saber ler" (No sé...estudiar,apren<strong>de</strong>r, saber leer), "Gosto <strong>de</strong> rezaro terço" (Me gusta rezar el rosario), "Gosto<strong>de</strong> fazer o nome", (Me gusta escribir minombre), "Gosto <strong>de</strong> <strong>de</strong>senho" (Me gusta dibujar).Como es <strong>de</strong> esperar, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> másveinte años <strong>de</strong> institucionalización tanto lasrespuestas como las conductas <strong>de</strong> los internossuelen estar conformadas por un seguimientoautomático y acrítico <strong>de</strong> las normaso, simplemente, por la pasividad. Por estarazón, cuando se proponen iniciativas<strong>de</strong>s<strong>de</strong> la propia institución para transformarun dispositivo asilar en otro externalizado ypara las cuales se requiere la participación<strong>de</strong> los propios internos, éstos muestrancierto escepticismo e incredulidad, cuandono miedo o incertidumbre ante los nuevoshorizontes. Esta es la respuesta <strong>de</strong> Tom,que cuando se le pregunta si le gustaríavivir en una casa y no en el manicomio respon<strong>de</strong>"É... mas é só imaginação" (Sí...peroes sólo una ilusión).La apatía es un estado que estaba fuertementeasociado con la pérdida <strong>de</strong> su i<strong>de</strong>ntidadsocial previa. En realidad, más que <strong>de</strong>pérdida <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong>beríamos hablar <strong>de</strong> laconsecución <strong>de</strong> una nueva i<strong>de</strong>ntidad: la <strong>de</strong>interno. No obstante, esta nueva atribuciónestá marcada por la alteridad y la diferencia.Des<strong>de</strong> una perspectiva <strong>de</strong> estructura social,su anclaje es ahora marginal, ya que ocupanel territorio <strong>de</strong> aquellos que no son recuperablespara la acción social colectiva. Ellosestán representando una anomalía que la sociedadha expulsado a sus márgenes y cuyamáxima expresión es la propia instituciónque los alberga y que establece con ellos unmonólogo circular y sin escapatoria, puesdigan lo que digan y hagan lo que hagan losinternos los argumentos podrán disponersesiempre en su contra. Si niegan la etiquetanosológica que le ha sido asignada o establecenuna crítica sobre la lógica institucional,estas actitu<strong>de</strong>s podrán interpretarsecomo consecuencia <strong>de</strong> su enfermedad. Sison activos pero contravienen las normas <strong>de</strong>lsistema custodial podrán recibir un "castigo",como una mayor contención química omecánica. La salida más obvia parece eneste punto la asunción <strong>de</strong> las normas <strong>de</strong> unaforma casi automática y la actitud <strong>de</strong> pasividad.Es por ello que no <strong>de</strong>be extrañarnos quela apatía constituya una característica tanomnipresente, pues la pasividad forma parte<strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong>l interno, es un atributoasociado a su estatus.La pasividad pue<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rse como unacorporalización <strong>de</strong> la propia lógica asilar. Elcuerpo apático <strong>de</strong>l interno pue<strong>de</strong> interpretarsecomo una expresión <strong>de</strong> una instituciónque no aporta ninguna expectativa nueva yque basa su razón <strong>de</strong> ser en el seguimientoestricto <strong>de</strong> las normas. De la misma forma,el movimiento sin rumbo pue<strong>de</strong> leerse comola búsqueda <strong>de</strong> una i<strong>de</strong>ntidad social nueva ola recuperación <strong>de</strong> la ya existente. Entre elcuerpo <strong>de</strong>l interno y la institución como realidadcon sus propias lógicas espacio-temporalesno se establece una separaciónabrupta o una fragmentación sin continuidad,sino un flujo que enlaza el mundo socialy la experiencia y que permite que tanto elsujeto habite un lugar como el lugar habite<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> él.REFLEXIONES FINALESEn este artículo hemos intentado expresarque la vida <strong>de</strong> los internos <strong>de</strong> un mani-


68Leticia M. Ferreira y Angel Martínez Hernáezcomio pue<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rse como un campomás <strong>de</strong> las relaciones sociosomáticas queunen a sujetos concretos con <strong>de</strong>terminadasformas <strong>de</strong> organización social. Actitu<strong>de</strong>s,comportamientos y otras formas corporales<strong>de</strong> estar y actuar constituyen fenómenosque no sólo respon<strong>de</strong>n a principiospsicobiológicos y fisiopatológicos, sinotambién a formas adaptativas a un entorno.Abordar a estos sujetos como islas psicopatológicasque se autoexplican en símismas, ya sea en su realidad psicodinámicao en su vertiente neuroquímica, estan limitado como pensar que la organizaciónsocial <strong>de</strong>termina toda condición <strong>de</strong>realidad o que la enfermedad es unasimple categoría nosológica. Nuestra elecciónen este caso ha sido optar por unaaproximación que, sin obviar la evi<strong>de</strong>nciapsicológica y biológica <strong>de</strong>l sufrimiento,pueda aportar una línea interpretativa <strong>de</strong>los vínculos entre mundo social y experienciasubjetiva.El enfoque relacional característico <strong>de</strong>la etnografía permite mostrar en situacionescomo las aquí <strong>de</strong>scritas las imbricacionesentre las culturas asistenciales, loscomportamientos <strong>de</strong> los actores sociales ysus mundos <strong>de</strong> experiencias. A diferencia<strong>de</strong> algunos enfoques clínicos, en este casola recuperación <strong>de</strong> los testimonios, <strong>de</strong> lasexpresiones y <strong>de</strong> los estados corporales seconvierten en objetivos en sí mismos, puesse entien<strong>de</strong> que con<strong>de</strong>nsan vivencias queremiten a un contexto <strong>de</strong> producción, influenciay, en algunos casos, <strong>de</strong> <strong>de</strong>terminación.El proceso etnográfico pue<strong>de</strong> versecomo una doble relación intersubjetiva:entre sujeto y realidad social y entre sujetoe investigador. Este texto pue<strong>de</strong> enten<strong>de</strong>rsecomo el resultado <strong>de</strong> esta doble intersubjetividad.Nuestros informantes nos enseñan que elmanicomio habita en su cuerpo como elloshabitan en el manicomio. Es por ello quepensamos que cualquier proceso <strong>de</strong> externalización<strong>de</strong>be contar no sólo con la modificación<strong>de</strong> los dispositivos, sino tambiéncon la transformación <strong>de</strong> la cultura asistencialpre-existente, tanto en su modalidad <strong>de</strong>conjuntos <strong>de</strong> significados como <strong>de</strong> prácticas.Esta cultura asistencial permea loscuerpos <strong>de</strong> los internos y se fija en la forma<strong>de</strong> una i<strong>de</strong>ntidad que se superpone sobresus i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s previas, que son evocadasaún por ellos en sus recuerdos, en la i<strong>de</strong>alización<strong>de</strong> sus antiguos hogares, en la rememoración<strong>de</strong> sus oficios (el camión, el tractor)y sus vidas como sujetos socialesactivos. En este sentido, el proceso <strong>de</strong> externalizaciónpue<strong>de</strong> y <strong>de</strong>be contar con esacapacidad <strong>de</strong> rememoración como un instrumentopara reubicar a los actores en unnuevo contexto en el que puedan resignificarsu pasado y adaptarlo a un presente.Queda, no obstante, mucho trabajo porhacer, pues como ha indicado Pelbart(1989) con agu<strong>de</strong>za, po<strong>de</strong>mos hablar <strong>de</strong> un"manicomio mental" que persiste en la discriminacióny el estigma. Des<strong>de</strong> nuestropunto <strong>de</strong> vista, ese manicomio -que seadicho es más cultural que mental- se expresatambién en los efectos que la exclusiónproduce en la conformación imaginaria <strong>de</strong>lespacio y el tiempo. Un espacio que con<strong>de</strong>naa habitar el territorio <strong>de</strong> lo liminal y elno-lugar y un tiempo cuya circularidad expresalos obstáculos para construir unfuturo <strong>de</strong> auténtica reinserción.AGRADECIMIENTOSEste artículo no hubiese podido realizarsesin los internos <strong>de</strong>l HPSP que compartieronsus vivencias con nosotros. A ellos va <strong>de</strong>dicadoeste artículo. También queremos agra<strong>de</strong>cer,por or<strong>de</strong>n alfabético, a Miriam Alves,Régis A. Campos Cruz, Sandra Fagun<strong>de</strong>s,Simone Frichembru<strong>de</strong>r, Milene Martins yThomas J. Silva el intercambio <strong>de</strong> experien-


Ulisses, Greta y otras vidas 69BIBLIOGRAFIA Y NOTASAugé, M. (1993). Los no-lugares espacios <strong>de</strong> anonimato. Una antropología <strong>de</strong> la sobremo<strong>de</strong>rnidad. Barcelona, Gedisa.Caudill, W. (1966). El hospital psiquiátrico como comunidad terapéutica. Buenos Aires, Escuela.Csordas, T. (Ed.). (1994). Embodiment and Experience. Cambridge (MA), Harvard University Press.Dias, M. T.; Reverbel, CM.; Cruz, RA.; Frichembru<strong>de</strong>r, S.; Ramminger, T y Wagner, L. ( e.p.) Seguimento e avaliaçao da reformapsiquiátrica no Hospital Psiquiátrico São Pedro. Porto Alegre, Secretaria da Saú<strong>de</strong>-Estado do Rio Gran<strong>de</strong> do Sul.Ferreira, LM; Martins MC; y Alves, MC. (e.p.) Espaços insanos. En Ferreira, W; Silva, T y Martínez Hernáez, A. (Eds.) (e.p.)Reabilitaçao psicossocial: Os sentidos antropológicos da autonomia. Florianópolis, Universida<strong>de</strong> Fe<strong>de</strong>ral <strong>de</strong> Santa Catarina.Ferreira, W.; Silva, T y Martíne Hernáez, A. (e.p.) Reabilitaçao psicossocial: Os sentidos antropológicos da autonomia.Florianópolis, Universida<strong>de</strong> Fe<strong>de</strong>ral <strong>de</strong> Santa Catarina.Fleck, MPA; Wagner ,LC y Wagner, M. (2002). Relatório final da pesquisa seguimento e avaliaçao da reforma psiquiátrica noHospital Psiquiátrico São Pedro. Porto Alegre, Secretaria Estadual da Saú<strong>de</strong>.Foucault, M. (1985). La historia <strong>de</strong> la locura. México, FCE (2 volúmenes).Freud, S. (1981). "La novela familiar <strong>de</strong>l neurótico". En Obras Completas (O.C.). Cuarta edición en tres tomos. Madrid,Biblioteca Nueva, pp. 1361-3, Tomo II.Geertz, C. (1989). La interpretación <strong>de</strong> las culturas. Barcelona, Gedisa.Good, B. (<strong>2003</strong>). Medicina, racionalidad y experiencia. Barcelona, Edicions Bellaterra.Goffman, E. (1988). Internados. Buenos Aires, Amorrortu Editores.Kleinman, A. (1980). Patients and Healers in the Context of Culture. Berkeley, University of California Press.Kleinman, A. (1995). Writing at the Margin: Discourse between Anthropology and Medicine. Berkeley, University of CaliforniaPress.Kleinman, A.; Das, V. y Lock, M. (1996). Introduction to Daedalus issue on "Social Suffering". 12(51): XI-XX.Kleinman, A. y Kleinman, J. (2000). "Lo moral, lo político y lo médico. Una visión socio-somática <strong>de</strong>l sufrimiento". En EmilioGonzález y Joseph M. Comelles (Comps.) Psiquiatría transcultural. Madrid, <strong>Asociación</strong> <strong>Española</strong> <strong>de</strong> <strong>Neuropsiquiatría</strong>, pp. 13-35.Martínez Hernáez, A. (1998). ¿Has visto cómo llora un cerezo? Pasos hacia una antropología <strong>de</strong> la esquizofrenia. Barcelona,Publicacions <strong>de</strong> la Universitat <strong>de</strong> Barcelona.Martínez Hernáez , A. (2000). What's behind the Symptom? On Psychiatric Observation and Anthropological Un<strong>de</strong>rstanding.Ámsterdam & Langhorne, Harwood Aca<strong>de</strong>mic Publishers.Merleau-Ponty, M. (1999). Fenomenologia da percepção. São Paulo, Martins Fontes.Pelbart, P. (1989). Manicômio mental, a outra face da clausura. São Paulo, Hucited.1Este texto forma parte <strong>de</strong> una investigación realizada durante los años 2001 y 2002 en el Hospital Psiquiátrico São Pedro <strong>de</strong>Porto Alegre (Brasil). El marco general <strong>de</strong> la investigación fue el Subproyecto Morada São Pedro, incluido a su vez en el proyectoSão Pedro Cidadão y orientado a la externalización <strong>de</strong> los pacientes <strong>de</strong>l manicomio, así como al diseño <strong>de</strong> estrategias <strong>de</strong> re-


70Leticia M. Ferreira y Angel Martínez Hernáezhabilitación psicosocial para estos usuarios. En otras publicaciones se ha dado cuenta <strong>de</strong> forma más extensa <strong>de</strong> esta experiencia.Véase Ferreira L., Martins y Alves (en prensa), así como otros trabajos incluidos en la compilación Ferreira W.; Silva yMartínez Hernáez (e.p.).2A menudo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las ciencias "psi" y <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la medicina se tien<strong>de</strong> a compren<strong>de</strong>r la enfermedad y la actividad clínica como realida<strong>de</strong>sasociales, como si la cultura, la vida social y la economía-política no tuviesen ninguna relación con estos fenómenos.Esta "ilusión" epistemológica está reñida con las propias evi<strong>de</strong>ncias, como que el principal factor causante <strong>de</strong> la morbimortalida<strong>de</strong>n el mundo actual es la pobreza o que las categorías nosológicas, como toda actividad científica, son productos culturalesque permiten tanto la conformación <strong>de</strong> la realidad como su modificación. Sobre este punto véase Geertz (1989) para una perspectivageneral. Un enfoque específico para el ámbito <strong>de</strong> la enfermedad y la atención médica pue<strong>de</strong> encontrarse en Kleinman(1980), Martínez Hernáez (2000) y Good (<strong>2003</strong>).3Sobre la sociosomática <strong>de</strong>l sufrimiento y el sufrimiento social véanse los trabajos <strong>de</strong> Kleinman (1995) y Kleinman, Das y Lock(1996). Sobre la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> corpolización o embodiment véase, entre otros muchos, la compilación <strong>de</strong> Csordas (1994).4Una reflexión parecida pue<strong>de</strong> encontrase en un texto anterior <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los autores (Martínez Hernáez 1998) en don<strong>de</strong> sepone en evi<strong>de</strong>ncia un fenómeno semejante <strong>de</strong>nominado "novela relacional <strong>de</strong>l esquizofrénico" consistente en imaginar un mayornúmero <strong>de</strong> relaciones sociales que las existentes.


Cuad. Psiquiatr. Comunitaria,<strong>Vol</strong>.3, N.º 1, pp. 71 - 81, <strong>2003</strong>Grupos <strong>de</strong> ayuda mutua y asociaciones<strong>de</strong> personas afectadas: reciprocida<strong>de</strong>s,i<strong>de</strong>ntida<strong>de</strong>s y <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>nciasJosep Canals SalaAntropólogo.Facultad <strong>de</strong> Pedagogía, E. <strong>de</strong> Trabajo Social.Universidad <strong>de</strong> Barcelona.RESUMENEste artículo analiza los dispositivos asistencialesbasados en la ayuda mutua y en la asociaciónvoluntaria <strong>de</strong> personas afectadas por problemas<strong>de</strong> salud, i<strong>de</strong>ntificando el papel que<strong>de</strong>sempeñan en el actual contexto sociopolítico.Los grupos <strong>de</strong> ayuda mutua y las asociaciones<strong>de</strong> salud son formas asociativas que se sitúanentre la autoatención doméstica y los dispositivossanitarios institucionalizados. Intentan proporcionaralternativas en <strong>de</strong>terminadas problemáticas alas carencias <strong>de</strong> los servicios públicos y a las insuficienciasque manifiesta la autoatención domésticaen el actual contexto social.En el sector constituido por esos grupos y asociacionespresenta importantes confusiones entre diferentesformas organizativas. En el texto se planteadistinguir a las formas asociativas y las funciones querealizan a partir <strong>de</strong> aplicar los conceptos <strong>de</strong> reciprocidady redistribución propuestos por la antropologíaeconómica. La ayuda mutua se toma como factordiacrítico y se <strong>de</strong>fine como una forma <strong>de</strong> reciprocidadhorizontal y simétrica entre personas que compartenla historia <strong>de</strong>l mismo problema y que hace posible re<strong>de</strong>finirautónomamente la situación vivida. Encambio, la mayoría <strong>de</strong> asociaciones <strong>de</strong> salud sesitúan en el ámbito <strong>de</strong> la redistribución, reproduciendolas <strong>de</strong>finiciones y las prácticas <strong>de</strong> intervención <strong>de</strong>los mo<strong>de</strong>los institucionales hegemónicos.Palabras clave: ayuda mutua, asociaciones,reciprocidad, redistribución.ABSTRACTThis article analyzes the resorts of assistancebased on mutual help and the voluntary associationof people affected by health problemsi<strong>de</strong>ntifying what role they play in the currentsocial and political context.Mutual help groups and health associationsare associative figures which are placed betweendomestic self-assistance and institutionalizedhealth dispositives. They try to supply alternativeissues in some problems to publicservices lacks and to insufficiencies of domesticself-assistance in the current social context.The field of mutual help groups and health associationsdisplays important confusions betweendifferent organizative patterns. In this text theauthor tries to discriminate these differentshapes and the functions they perform, applyingconceptual tools on reciprocity and redistributionproposed by economical anthropology. Mutualhelp is taken as the diacritic factor and it is <strong>de</strong>finedas a form of horizontal and symmetrical reciprocitybetween persons which are sharing ahistory of the same problem and that allowsthem to re<strong>de</strong>fine autonomously the situationthey are living. In the other si<strong>de</strong>, the majority ofhealth associations are placed in the field of redistribution,tending to reproduce <strong>de</strong>finitions andpractices of hegemonical institutional mo<strong>de</strong>ls.Key words: mutual help, associations, reciprocity,redistribution.


72Josep Canals SalaINTRODUCCIÓN:IDEALIZACIONES Y CRÍTICASLas asociaciones <strong>de</strong> salud (AS) y losgrupos <strong>de</strong> ayuda mutua (GAM) son entida<strong>de</strong>sformadas por personas afectadas porproblemas <strong>de</strong> salud y/o por familiares <strong>de</strong>estas. Constituyen un sector que ha conseguidouna presencia importante en los últimosaños, <strong>de</strong> tal manera que en estos momentosya no es posible <strong>de</strong>scribir elsistema sanitario sin hacer alguna referenciaal ámbito asociativo. Esta evi<strong>de</strong>ncia esobjeto <strong>de</strong> valoraciones diversas. Entre estastien<strong>de</strong>n a imponerse las opiniones favorables,que muchas veces rayan en la pura ysimple i<strong>de</strong>alización, en coherencia con laelevada estima social que se dispensa a lasONG, al voluntariado y al asociacionismoen general. Esta consi<strong>de</strong>ración social secontrapone a la <strong>de</strong>sconfianza y a la lejaníacon que se tien<strong>de</strong> a percibir todo aquelloque es i<strong>de</strong>ntificado con la esfera <strong>de</strong> lo políticoy con el mundo institucional. La exaltación<strong>de</strong> la sociedad civil es el a<strong>de</strong>rezoi<strong>de</strong>ológico siempre presente en los discursos<strong>de</strong> legitimación <strong>de</strong> las entida<strong>de</strong>s no gubernamentales.Unos discursos que, poruna parte, invocan la mayor eficiencia yagilidad <strong>de</strong> tales entida<strong>de</strong>s y, por otra, presentana las asociaciones y ONG como una"reserva moral" que nos redimiría <strong>de</strong>l individualismoposesivo y competitivo consustanciala nuestro mo<strong>de</strong>lo económico.Ante el discurso apuntado encontramosreticencias y <strong>de</strong>scalificaciones <strong>de</strong> distintosigno: <strong>de</strong>s<strong>de</strong> las críticas <strong>de</strong> carácter políticoque ven en la potenciación <strong>de</strong> las asociacionesy ONG una forma <strong>de</strong> <strong>de</strong>sistimiento<strong>de</strong> sus responsabilida<strong>de</strong>s por parte <strong>de</strong>lEstado, hasta la <strong>de</strong>sconfianza que, en elcampo que aquí interesa, manifiestan algunosprofesionales ante las organizacionesautónomas <strong>de</strong> pacientes y familiares, quepue<strong>de</strong>n ser vistas como grupos <strong>de</strong> riesgo insuficientementecontrolados. Curiosamente,entre los <strong>de</strong>fensores <strong>de</strong> las AS y los GAM,aparecen corrientes contradictorias entre síque coinci<strong>de</strong>n, invirtiéndolas, con laslíneas críticas apuntadas. Para muchos políticosy gestores, esas entida<strong>de</strong>s resultaninteresantes por su economía <strong>de</strong> gestión,basada en su menor burocracia y en unosbajos costes laborales, y por su eficacia,que se atribuye a la introducción <strong>de</strong> la competenciay a su mayor implicación subjetiva.En cambio, para muchas personas afectadasy familiares, y para ciertos sectoresexternos <strong>de</strong> simpatizantes, las AS y especialmentelos GAM, serían alternativas potencialesa la medicalización imperante yun camino hacia la autogestión en salud.En todo caso, ambas posiciones, aparentementeirreconciliables, coinci<strong>de</strong>n en elmismo objetivo <strong>de</strong> crear y <strong>de</strong>sarrollarGAM y AS.Como acostumbra a suce<strong>de</strong>r, la realida<strong>de</strong>s bastante más compleja <strong>de</strong> lo que suelenexpresar las opiniones más difundidas.Aquí trataré sobre la frecuente confusiónentre los GAM y otras formas grupales yasociativas. Utilizaré algunos conceptos <strong>de</strong>la antropología social que permiten construir,en este caso, instrumentos <strong>de</strong> interpretaciónútiles y relativamente sencillos.En este sentido, mi enfoque es complementariorespecto a las aportaciones que, sobreel mismo ámbito, se han hecho <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lapsicología social y comunitaria o <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lasociología.. 1EL PAPEL DE LOS GAM Y LAS ASLos GAM y las AS son formas asociativasque se sitúan en una posición intermediaentre la autoatención doméstica y losdispositivos sanitarios institucionalizados.Sobre todo los primeros, <strong>de</strong>sarrollanformas horizontales <strong>de</strong> ayuda recíproca,creando un espacio <strong>de</strong> autocuidado y <strong>de</strong> au-


Grupos <strong>de</strong> ayuda mutua y asociaciones <strong>de</strong> personas afectadas 73toatención externo a los grupos primariosque siempre han <strong>de</strong>sempeñado estas funciones.En este sentido, son alternativas características<strong>de</strong> las socieda<strong>de</strong>s urbano-industriales,puesto que se constituyen apartir <strong>de</strong> la libre asociación <strong>de</strong> sus miembrosy no <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> estructuras comunitariastradicionales y basadas en algunaforma <strong>de</strong> estatus adscrito.La existencia <strong>de</strong> GAM y AS obe<strong>de</strong>ce amúltiples causas y las diferentes entida<strong>de</strong>spue<strong>de</strong>n darse a sí mismas objetivos muydistintos. Sin embargo, si hubiera que <strong>de</strong>finiruna finalidad que las englobara prácticamentea todas, ésta sería la <strong>de</strong> buscarsoluciones a problemáticas mal atendidasa consecuencia <strong>de</strong> las carencias <strong>de</strong> los serviciospúblicos y <strong>de</strong> las insuficiencias <strong>de</strong>la autoatención doméstica. En consecuencia,los GAM y las AS tienen al mismotiempo funciones asistenciales y reivindicativas.En muchos casos, conseguir la visibilidadsocial <strong>de</strong> una problemática marginadaes la principal razón <strong>de</strong> ser <strong>de</strong> talesorganizaciones y la que más <strong>de</strong>termina sutrayectoria.En la fundación y <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> losGAM y las AS inci<strong>de</strong>n sobre todo las siguientescausas:<strong>1.</strong> Las limitaciones <strong>de</strong> la medicina hegemónica..2 Es significativo que las primerasorganizaciones basadas en GAM hayansido Alcohólicos Anónimos y Recovery.Ésta ultima, creada en los años 30 y en losEstados Unidos al igual que AlcohólicosAnónimos, agrupa a enfermos mentales yfue fundada por pacientes que habíansalido <strong>de</strong>l hospital. Obsérvese que se trata<strong>de</strong> problemáticas ante las cuales el fracasomédico era y sigue siendo muy elevado.Actualmente, el crecimiento <strong>de</strong> la prevalencia<strong>de</strong> las enfermeda<strong>de</strong>s crónicas, en lasque una medicina que se había concebidocomo curativa encuentra sus límites, estáen el origen <strong>de</strong> la gran mayoría <strong>de</strong> losGAM y AS existentes. También es muysignificativo que el sector que más creceahora en nuestro país sea el constituido alre<strong>de</strong>dor<strong>de</strong> los síndromes <strong>de</strong> baja inci<strong>de</strong>ncia,don<strong>de</strong> la falta <strong>de</strong> recursos terapéuticosse une a la invisibilidad social.2. Las ya mencionadas carencias <strong>de</strong> lasanidad pública y <strong>de</strong>l sistema <strong>de</strong> bienestarsocial. En este sentido, no es casual que losprimeros GAM aparecieran en los EstadosUnidos y que en este país existan más organizaciones<strong>de</strong> ese tipo que en ningún otrolugar, tanto en términos absolutos como relativos.La falta <strong>de</strong> un sistema público universalizado<strong>de</strong> salud y bienestar socialcomparable a los europeos es ahí una variable<strong>de</strong>cisiva. Esto <strong>de</strong>be relacionarse conla implantación creciente <strong>de</strong> las AS y GAMen Europa a partir <strong>de</strong> los años setenta, precisamentecuando el Estado <strong>de</strong>l Bienestarestá siendo reformulado y la extensión <strong>de</strong>las prestaciones públicas se ve limitada,traspasándose cada vez mayores responsabilida<strong>de</strong>sal llamado Tercer Sector.<strong>3.</strong> El <strong>de</strong>bilitamiento <strong>de</strong> las estructurascuidadoras tradicionales afectadas por lastransformaciones ocurridas en las relacionesfamiliares y vecinales, estas últimas injustamentepoco consi<strong>de</strong>radas en la mayoría<strong>de</strong> análisis, que se han centradoexclusivamente en la familia.Con un alcance cuantitativo menor, peronada <strong>de</strong>spreciable, hay que añadir la necesidad<strong>de</strong> reconstruir la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong>terioradapor el estigma asociado a la enfermedady la consiguiente recuperación <strong>de</strong> autoestima.También <strong>de</strong>be mencionarse la frecuentenecesidad <strong>de</strong> incorporar nuevos conocimientosy habilida<strong>de</strong>s que no estándisponibles en la tradición cuidadora <strong>de</strong>lgrupo familiar y su red social.


74Josep Canals SalaLos GAM, como consecuencia <strong>de</strong> susmismas dimensiones, necesariamente reducidas,no pue<strong>de</strong>n hacer frente a las múltiplesnecesida<strong>de</strong>s que el colectivo al quepertenecen tiene planteadas. Un GAM permite<strong>de</strong>sarrollar el apoyo mutuo en elplano emocional, re<strong>de</strong>finir la situaciónvivida y a veces la propia i<strong>de</strong>ntidad, o elintercambio <strong>de</strong> ayuda entre sus miembros,que incluye la transmisión y construcción<strong>de</strong> nuevos saberes y habilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> tipopráctico. Pero más allá <strong>de</strong> estas funcionesfundamentales, en la mayoría <strong>de</strong> problemáticasel grupo ha <strong>de</strong> abordar una serie<strong>de</strong> necesida<strong>de</strong>s que requieren una organizaciónmás compleja y que <strong>de</strong>sbordan lasposibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> una pequeña estructurahorizontal. Como ejemplos más comunes<strong>de</strong> tales necesida<strong>de</strong>s se pue<strong>de</strong>n citar la sensibilizaciónpública, la reivindicación <strong>de</strong>servicios a<strong>de</strong>cuados y <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos socialesespecíficos, la lucha contra la discriminación,la puesta en marcha <strong>de</strong> servicios yactivida<strong>de</strong>s que compensen las carenciasexistentes y, evi<strong>de</strong>ntemente, la busca <strong>de</strong>fondos y <strong>de</strong> subvenciones imprescindiblespara conseguir tales objetivos y para hacerposible el funcionamiento <strong>de</strong> la organización.Esta transición <strong>de</strong>s<strong>de</strong> un GAM originalhacia una asociación mucho más complejaha sido <strong>de</strong>scrita como el mo<strong>de</strong>lo máshabitual en los países con mayor tradiciónen este campo. 3 En cambio, en el Estadoespañol ha sido más frecuente la creacióndirecta <strong>de</strong> AS formalizadas, que pue<strong>de</strong>n ono acoger a GAM en su interior. Es más,en algunos casos en que se ha seguido elmo<strong>de</strong>lo clásico, los GAM originales se hanperdido por el camino y con ellos todo unmundo <strong>de</strong> actitu<strong>de</strong>s y prácticas vinculadasa la ayuda mutua.UN PANORAMA CONFUSOCuando nos acercamos a la realidad <strong>de</strong>los GAM y AS en nuestro país, pero no exclusivamenteen él, <strong>de</strong>scubrimos un confusopanorama en el que muchas veces elnombre no hace a la cosa y en el que pue<strong>de</strong>resultar difícil saber qué y a quién representacada asociación y, todavía más importante,qué pue<strong>de</strong> encontrar en ella lapersona interesada. Las confusiones afectan,principalmente, a la idiosincrasia <strong>de</strong>los GAM y a las formas <strong>de</strong> ayuda vehiculizadaspor las AS.Un GAM sólo pue<strong>de</strong> ser consi<strong>de</strong>radocomo tal si funciona sin profesionales. Sinembargo, más <strong>de</strong> la mitad <strong>de</strong> los GAMque se presentan con esta etiqueta son, enrealidad, grupos terapéuticos o grupos <strong>de</strong>apoyo que cuentan con la presencia <strong>de</strong>algún profesional no afectado. Puedobasar esta afirmación en la investigaciónempírica llevada a cabo sobre el terrenoen Cataluña y en informaciones secundariassobre el resto <strong>de</strong>l Estado que confirmaneste hecho. 4 Paralelamente, las AS sepresentan a veces utilizando términos quecontribuyen a la confusión. Hay asociacionesque se <strong>de</strong>nominan a partir <strong>de</strong> una<strong>de</strong>terminada categoría <strong>de</strong> personas afectadaspero que están formadas exclusivamentepor familiares (que pue<strong>de</strong>n consi<strong>de</strong>rarsecoafectados) y por profesionales.En algunos casos, los profesionales sonlos fundadores y/o dirigentes. En elcampo psiquiátrico se pue<strong>de</strong> encontrar inclusoalguna entidad constituida por médicosque cuenta con el respaldo explícito<strong>de</strong> un laboratorio farmacéutico. El casomás frecuente, a pesar <strong>de</strong> todo, es el <strong>de</strong> lasAS formadas por personas afectadas y familiares,seguido <strong>de</strong> las que agrupan básicamentea familiares, las más habitualesen el mundo <strong>de</strong> la salud mental. Pero aunen estos casos, las <strong>de</strong>scripciones que laspropias AS hacen <strong>de</strong> sus finalida<strong>de</strong>s y activida<strong>de</strong>sabren serios interrogantes, sobretodo acerca <strong>de</strong> las formas <strong>de</strong> circulación<strong>de</strong> la ayuda que promueven.


Grupos <strong>de</strong> ayuda mutua y asociaciones <strong>de</strong> personas afectadas 75Llaman la atención, especialmente, losusos equívocos <strong>de</strong> los términos ayudamutua y autoayuda, que en muchos casosfuncionan como sinónimos y así dicen percibirlosbuena parte <strong>de</strong> los miembros <strong>de</strong> ASe incluso algunos lí<strong>de</strong>res asociativos. En elárea anglosajona aparecen también lasmismas ambigüeda<strong>de</strong>s entre los usos <strong>de</strong>mutual-aid y self-help. El primer término<strong>de</strong>fine más a<strong>de</strong>cuadamente el tipo <strong>de</strong> ayudaque se produce en los GAM, pero el segundogoza <strong>de</strong> mayor popularidad y es utilizadocon mucha mayor frecuencia. Esto es reconocidotambién por autores anglosajonespartidarios <strong>de</strong> diferenciar ambos términos. 5El carácter reflexivo <strong>de</strong> self en inglés, queno siempre es fácil traducir, expresa mejorlas acciones <strong>de</strong>l individuo sobre sí mismo.En este sentido, la traducción al castellanocomo autoayuda es perfectamente válida yes el significado que se recoge en la muypopularizada literatura <strong>de</strong>nominada <strong>de</strong> autoayuda.El <strong>de</strong>bate sobre el significado <strong>de</strong> las <strong>de</strong>finicionesy el uso <strong>de</strong> las palabras pue<strong>de</strong>conducir fácilmente a discusiones bizantinasy a callejones sin salida. Lo que importaes la utilización que se hace en la prácticaen cada caso. 6 Así, en nuestro país,cuando se habla <strong>de</strong> grupos o asociaciones<strong>de</strong> autoayuda, se acostumbra a nombrar alas AS que asumen los criterios y actuaciones<strong>de</strong> la medicina oficial y que habitualmentecuentan con la presencia <strong>de</strong> profesionalesen su estructura. 7 Estos últimostienen vinculaciones con las asociacionesque van <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la prestación voluntaria -quepue<strong>de</strong> unir el interés curricular al altruismo-hasta el trabajo asalariado -con <strong>de</strong>dicacionesvariadas- que es la modalidadcada vez más frecuente. Paradójicamente,un término como autoayuda, que sugiereun grado muy elevado <strong>de</strong> autonomía, esutilizado para presentar formas asistencialesque conllevan una consi<strong>de</strong>rable heteronomía.Esta paradoja es una muestra más<strong>de</strong> la ambivalencia con que se maneja ennuestro entorno la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> autonomía, invocadacomo un valor fundamental por diferentesprofesiones, pero constantementepuesta en cuestión por la <strong>de</strong>sconfianza quegenera en muchos profesionales todo loque los pacientes o usuarios puedan hacerfuera <strong>de</strong> su control. Al fin y al cabo, el concepto<strong>de</strong> autonomía que se maneja en losámbitos asistenciales ha sido importadopor los discursos profesionales <strong>de</strong>s<strong>de</strong> otrouniverso moral, caracterizado por la concepciónprotestante <strong>de</strong> la responsabilidadindividual, que choca con las tradiciones <strong>de</strong><strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong>sarrolladas en el árealatino-católica. Como en el caso <strong>de</strong> selfhelpy su traducción autoayuda, se hacepatente la <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia que pa<strong>de</strong>cemos respectoa lo que se publica en lengua inglesay respecto a la hegemonía <strong>de</strong> la producciónanglosajona.AYUDA MUTUA, IGUALDAD YRECIPROCIDADEn el confuso panorama que he apuntadoes necesario distinguir entre distintas relacionesgeneradoras <strong>de</strong> ayuda. La ayudamutua aparece ahí como la noción quepue<strong>de</strong> actuar como el factor diacríticocapaz <strong>de</strong> diferenciar relaciones y formas <strong>de</strong>ayuda que no conviene confundir. Lanoción <strong>de</strong> ayuda mutua, como tantas otras,tien<strong>de</strong> a ser utilizada como un sobrentendidoque rara vez es sometido a escrutiniocrítico. Se trata <strong>de</strong> una locución incorporadaal habla cotidiana, pero no <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> sersignificativo que su reconocimiento en elléxico culto <strong>de</strong> la mo<strong>de</strong>rnidad provenga <strong>de</strong>un teórico anarquista como Kropotkin. 8Fieles a esta consagración, las connotaciones<strong>de</strong> igualdad y ausencia <strong>de</strong> jerarquía <strong>de</strong>la ayuda mutua acompañan siempre a <strong>de</strong>notacionesque sólo adquieren un sentidoclaro cuando se contextualizan en una si-


76Josep Canals Salatuación concreta. Siendo una noción genéricaque pue<strong>de</strong> tener un valor universal, laayuda mutua adquiere todo su sentido solamentecomo hecho local y particular.Pue<strong>de</strong>n encontrarse innumerables <strong>de</strong>finiciones<strong>de</strong> la ayuda mutua en forma <strong>de</strong> variacionessobre un mismo tema y casi siempreaplicadas a una <strong>de</strong>terminada finalidad.Por su utilidad he escogido a la siguiente:"La ayuda mutua ocurre únicamentecuando la persona que ayuda y la querecibe esa ayuda comparten una historia<strong>de</strong>l mismo problema." 9Obsérvese que no se trata, en realidad,<strong>de</strong> una <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> qué es la ayuda mutuasino que nos dice cuándo se produce ésta.De la citada propuesta <strong>de</strong> Silverman se <strong>de</strong>spren<strong>de</strong>nalgunas cuestiones cruciales. Enprimer lugar, el carácter <strong>de</strong> relación entreiguales que implica el mismo concepto <strong>de</strong>ayuda mutua. En segundo lugar, el hecho<strong>de</strong> que la igualdad entre los participantes sebase en la vivencia compartida <strong>de</strong> un mismoproblema. Dicho <strong>de</strong> otro modo, la igualdadno viene dada, en principio, por factores sociológicossino por compartir ese mismoproblema. Evi<strong>de</strong>ntemente, una <strong>de</strong>sigualdadmanifiesta en el plano socioeconómico y/ocultural conlleva formas muy distintas <strong>de</strong>sufrir, experimentar, vivir y expresar, porejemplo, una misma enfermedad, <strong>de</strong> talmodo que lo que aparece como problemasería caracterizado <strong>de</strong> maneras tan distintasque <strong>de</strong>jaría <strong>de</strong> ser el mismo problema. La enfermedadpue<strong>de</strong> ser la misma pero la situaciónno lo es. El problema es ahí una categoríaeminentemente situacional. Qué es ono es problema ha <strong>de</strong> ser <strong>de</strong>finido por lasmismas personas afectadas. 10En tercer lugar, la propuesta citada aña<strong>de</strong>un matiz importante cuando en vez <strong>de</strong>hablar <strong>de</strong> "compartir un mismo problema"precisa que se trata <strong>de</strong> compartir "una historia<strong>de</strong> un mismo problema". Una historiaque no es reducible a la anamnesis, sino queabarca a las vivencias, experiencias y circunstanciasasociadas al problema, incluidala experiencia <strong>de</strong> relación con los profesionalesy los servicios. Esta última, por cierto,es un tema <strong>de</strong> <strong>de</strong>bate recurrente en losGAM. En conjunto, en la cuasi-<strong>de</strong>finición<strong>de</strong> Silverman se apuntan aquellos elementosque hacen <strong>de</strong>cir tantas veces a los actoresque "sólo lo sabe quien lo ha pasado".En casi todos los intentos <strong>de</strong> <strong>de</strong>finir a laayuda mutua, sean o no aplicados al caso<strong>de</strong> los GAM, aparece alguna referencia a lareciprocidad como un tipo <strong>de</strong> relación <strong>de</strong>intercambio necesaria para que existaayuda mutua. La reciprocidad, sin embargo,presenta diferentes formas que nosiempre respon<strong>de</strong>n a los requisitos <strong>de</strong> laayuda mutua señalados anteriormente. Lareciprocidad pue<strong>de</strong> darse entre <strong>de</strong>siguales yalimentar relaciones <strong>de</strong> <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia. Es loque suce<strong>de</strong> cuando la parte más débil solamentepue<strong>de</strong> correspon<strong>de</strong>r a sus benefactoresmás po<strong>de</strong>rosos con la lealtad y la sumisión.Por tanto, como dice Menén<strong>de</strong>z. 2"(...)la reciprocidad sólo implica ayudamutua cuando opera entre iguales o por lomenos entre equivalentes. Por lo tanto, reciprocidady ayuda mutua establecen unnivel horizontal <strong>de</strong> relaciones que no estáimplicado en la reciprocidad por sí sola."Esta puntualización viene a reforzar<strong>de</strong>s<strong>de</strong> otros conceptos la propuesta <strong>de</strong>Silverman, señalando el tipo <strong>de</strong> reciprocidadhorizontal y simétrica capaz <strong>de</strong> generarayuda mutua. Pero la horizontalidad aludidano <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser un tipo i<strong>de</strong>al que nuncallega a cumplirse <strong>de</strong>l todo, entre otras cosasporque no existen dos personas exactamenteiguales, <strong>de</strong> modo que la categoría <strong>de</strong>equivalentes introducida en la última cita


Grupos <strong>de</strong> ayuda mutua y asociaciones <strong>de</strong> personas afectadas 77tiene la ventaja <strong>de</strong> respon<strong>de</strong>r mejor a losimperativos situacionales y es la que propongoadoptar.RECIPROCIDAD, IDENTIDAD YREDEFINICIÓN DE LA SITUACIÓNLa reciprocidad estricta se constituyesobre el ciclo dar-recibir-<strong>de</strong>volver <strong>de</strong>finidopor Marcel Mauss. 11 Implica una forma <strong>de</strong>intercambio en la cual la creación y fortalecimiento<strong>de</strong> vínculos sociales prevalecesobre el mero interés material. O, mejordicho, como ya señaló el mismo Mauss,pone en cuestión la dicotomía moral entrela generosidad y el interés. En todo caso, lareciprocidad tien<strong>de</strong> a encuadrarse en unmarco <strong>de</strong> obligaciones morales basadas enel tipo <strong>de</strong> relación existente (parentesco,vecindad, amistad, etc.), siendo la reciprocidadhorizontal productora <strong>de</strong> ayudamutua la que más está sometida a esos imperativos.De este modo, en la percepciónsocial la ayuda mutua se sitúa en el poloopuesto al intercambio mercantil, asimilándosea veces erróneamente al altruismoque, en sentido estricto, implicaría un donsin <strong>de</strong>volución. Quedaría por ver si el altruismono remite muchas veces a la creenciaen una reciprocidad genérica entre laspersonas que mitigaría los efectos <strong>de</strong>l <strong>de</strong>samparo.Esto cuando no forma parte <strong>de</strong> lasobligaciones <strong>de</strong>finidas por una cosmovisiónreligiosa, que implican la obligación<strong>de</strong> <strong>de</strong>volver los bienes recibidos <strong>de</strong> Dios asus criaturas más <strong>de</strong>svalidas ante la imposibilidad<strong>de</strong> hacerlo directamente con la divinidad.La lógica <strong>de</strong>l sacrificio respon<strong>de</strong> aese esquema <strong>de</strong> reciprocidad y explica porqué, en la concepción cristiana, el don altruistay el sacrificio son dos nociones tanpróximas. 11En una relación <strong>de</strong> ayuda mutua, la equivalenciay horizontalidad señaladas anteriormentenecesitan ser complementadascon la confianza e i<strong>de</strong>ntificación suficienteentre las personas participantes. Sinestos últimos requisitos es difícil mantenerrelaciones <strong>de</strong> reciprocidad prolongadas enel tiempo, que conllevan la posibilidad <strong>de</strong>aplazar in<strong>de</strong>finidamente la obligación <strong>de</strong><strong>de</strong>volver. 12 De todos modos, no se <strong>de</strong>beni<strong>de</strong>alizar esas condiciones, puesto que enlas relaciones familiares la confianza y lai<strong>de</strong>ntificación se traducen muchas veces enpura y simple obligación <strong>de</strong>rivada <strong>de</strong> la posiciónadscrita en el grupo <strong>de</strong> parentesco.En el marco familiar, la obligación <strong>de</strong>ayudar es previa a la aparición <strong>de</strong> la necesidady se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que todos nacemosya con <strong>de</strong>udas pendientes. Esto marca unadiferencia importante con el caso <strong>de</strong> losGAM, en los cuales las obligaciones <strong>de</strong>dar-recibir-<strong>de</strong>volver se adquieren a partir<strong>de</strong> la asociación voluntaria una vez ha surgidola necesidad. Pero también en estecaso <strong>de</strong>be existir una i<strong>de</strong>ntificación y confianzalo bastante fuertes con el grupo parapo<strong>de</strong>r crear y mantener las relaciones <strong>de</strong> reciprocidadgeneradoras <strong>de</strong> ayuda mutua.Hay que subrayar que la mencionada asociaciónvoluntaria implica una <strong>de</strong>cisiónlibre <strong>de</strong> los individuos que condiciona laposibilidad <strong>de</strong> integrarse en un GAM. 13 Laadhesión a un GAM se pue<strong>de</strong> sugerir perojamás pue<strong>de</strong> prescribirse y esto conllevaque los GAM nunca pue<strong>de</strong>n sustituir aotros dispositivos asistenciales.En un GAM la equivalencia y la confianzase construyen sobre la i<strong>de</strong>ntificaciónbasada en la historia compartida <strong>de</strong>un mismo problema. A partir <strong>de</strong> aquí elgrupo <strong>de</strong>fine su propia i<strong>de</strong>ntidad, resignificael problema compartido y hace posiblela reconstrucción <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong>teriorada<strong>de</strong> sus miembros, e inclusoreformularla sobre otros parámetros. Estoúltimo supone cuestionar los criterios imperantes<strong>de</strong> <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> la normalidad,que han <strong>de</strong>mostrado su capacidad <strong>de</strong> es-


78Josep Canals Salatigmatización y su papel como instrumentos<strong>de</strong> exclusión social. 14Los GAM generan sus particulares narrativas,<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las cuales los componentes<strong>de</strong>l grupo sitúan e interpretan suspropios procesos <strong>de</strong> cambio y <strong>de</strong> adaptación,aspectos estos que representan algomás que una búsqueda <strong>de</strong> tratamiento. 5 Eneste plano, los GAM son entes productores<strong>de</strong> i<strong>de</strong>ología. 15 El componente i<strong>de</strong>ológicopue<strong>de</strong> ser muy variado: <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la concepción<strong>de</strong>l renacer que encontramos enAlcohólicos Anónimos y otros grupos quehan adoptado su programa, que <strong>de</strong>riva <strong>de</strong>las versiones conversionistas <strong>de</strong> la constelaciónprotestante, hasta posicionamientos<strong>de</strong> afirmación i<strong>de</strong>ntitaria radical que cuestionancualquier ingerencia medicalizada,pasando por formas <strong>de</strong> empowerment <strong>de</strong>scubiertasen el proceso <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ntificaciónmutua, resignificación <strong>de</strong> la enfermedad ybúsqueda <strong>de</strong> una nueva posición en elmundo. Es en este contexto don<strong>de</strong> hay queinsertar la adquisición y <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>nuevos saberes y habilida<strong>de</strong>s que, procedan<strong>de</strong> la medicina hegemónica, <strong>de</strong> diversasmedicinas alternativas, sean sincretismos<strong>de</strong> unas y otras o simplemente productos<strong>de</strong>l intercambio <strong>de</strong> experiencias, se dotan<strong>de</strong> significados que sólo respon<strong>de</strong>n a laparticular visión <strong>de</strong> su mundo que el grupoconstruye. Des<strong>de</strong> el pensamiento positivista<strong>de</strong> muchos sectores médicos, todo estopue<strong>de</strong> ser consi<strong>de</strong>rado como inútiles metafísicasque interfieren en la correcta aplicación<strong>de</strong> sus prescripciones. Contra esta interpretaciónse levantan tres argumentosbastante contun<strong>de</strong>ntes: en primer lugar, elimportante componente <strong>de</strong> fracaso médicovivido que subyace a la existencia <strong>de</strong> lamayoría <strong>de</strong> GAM; en segundo lugar, laconstante contrastación empírica que sepractica en los grupos -y entre grupos- apropósito <strong>de</strong> qué prácticas son útiles ycuales no, empezando por muchas medicaciones("¿por qué no se lo toman ellos yverán qué pasa?"); finalmente, la constataciónreconocida <strong>de</strong> los efectos beneficiosospara la salud en los miembros <strong>de</strong> GAM encomparación con la población afectada porlas mismas patologías que no participa enellos. 16REDISTRIBUCIÓN YDEPENDENCIASUna vez caracterizada la ayuda mutuasabemos mejor qué no lo es. En este puntoya po<strong>de</strong>mos comparar a los GAM genuinoscon las formas <strong>de</strong> ayuda que ofrecen las ASdon<strong>de</strong> no se practica la ayuda mutua, quees el tipo más frecuente en nuestro país. Sihasta aquí el concepto clave ha sido el <strong>de</strong>reciprocidad, ahora se trata <strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarlos factores asociados a la redistribución.Si la reciprocidad implica un intercambiodirecto entre las personas implicadas,en la redistribución hay alguien -individuo,grupo, organización o institución- que recaptay concentra <strong>de</strong>terminados recursospara proce<strong>de</strong>r a su distribución a partir <strong>de</strong>unos criterios preestablecidos. 12 En abstracto,la redistribución podría ser entendidacomo una versión ampliada y más organizada<strong>de</strong> la reciprocidad. Sin embargo, presentacaracterísticas que la hacen muy diferente.Para empezar, en la redistribuciónsubyace alguna forma <strong>de</strong> contrato, que esuna regulación <strong>de</strong>l intercambio que establecefinalida<strong>de</strong>s y límites concretos, y quese consi<strong>de</strong>ra como algo opuesto a la reciprocida<strong>de</strong>stricta. 17 Más allá <strong>de</strong> esta distinciónteórica, la redistribución está muy relacionadacon la constitución, legitimacióny mantenimiento <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r. 18 En nuestrocontexto histórico ten<strong>de</strong>mos a valorar positivamentelos efectos <strong>de</strong> la redistribución,puesto que todos los sistemas <strong>de</strong> proteccióny bienestar social están construidos a partir<strong>de</strong> ella. Esto es muy cierto y supone unas


Grupos <strong>de</strong> ayuda mutua y asociaciones <strong>de</strong> personas afectadas 79conquistas sociales que <strong>de</strong>ben ser irrenunciables.Sin embargo, no po<strong>de</strong>mos pasarpor alto que incluso los mo<strong>de</strong>los más justos<strong>de</strong> Estado <strong>de</strong>l Bienestar son una forma <strong>de</strong>legitimación <strong>de</strong>l Estado a secas. Como lofue el pan y circo romano -o la figura carismática<strong>de</strong>l big man melanesio en unasociedad sin Estado-, por citar sólo algúnejemplo emblemático <strong>de</strong> redistribuciónasociada al mantenimiento o a la mismaformación <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r. 19Las AS se inscriben <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> los sistemas<strong>de</strong> redistribución <strong>de</strong>l Estado a través<strong>de</strong> las subvenciones públicas, que son suprincipal fuente <strong>de</strong> financiación. Otros proveedoresimportantes <strong>de</strong> fondos, como lasfundaciones, son también mecanismos <strong>de</strong>redistribución. Añadamos que las cuotas <strong>de</strong>los asociados y las donaciones cubren escasamenteuna cuarta parte <strong>de</strong> los ingresos.20 En este contexto, las AS, como elconjunto <strong>de</strong>l <strong>de</strong>nominado Tercer Sector,están muy condicionadas por el marco redistributivo<strong>de</strong>l que forman parte. Es obvioque estos condicionantes funcionan en <strong>de</strong>trimento<strong>de</strong> la acción reivindicativa, que esuna <strong>de</strong> las principales razones <strong>de</strong> ser <strong>de</strong> lasAS. No es pru<strong>de</strong>nte mor<strong>de</strong>r la mano que teda <strong>de</strong> comer, sobre todo en tiempos <strong>de</strong> <strong>de</strong>smovilizaciónsocial.Existe también una correlación directaentre la <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> las subvenciones yla adopción por las asociaciones <strong>de</strong> los criterios,concepciones y prácticas <strong>de</strong> losgrupos profesionales reconocidos por elmismo Estado redistribuidor. En efecto, lassubvenciones se consiguen a través <strong>de</strong> proyectosque cuanto más se aproximen a laortodoxia hegemónica más posibilida<strong>de</strong>stienen <strong>de</strong> ser aceptados y financiados. Yuna <strong>de</strong> las garantías <strong>de</strong> que los proyectosserán aplicados <strong>de</strong> acuerdo a esa ortodoxiaes la presencia <strong>de</strong> profesionales en las propiasAS. De esta forma, las AS son cadavez más prolongaciones <strong>de</strong>l complejo asistencialpúblico, que progresivamente<strong>de</strong>lega más responsabilida<strong>de</strong>s a entida<strong>de</strong>sprivadas o no gubernamentales. La retóricaque <strong>de</strong>fien<strong>de</strong> esta ten<strong>de</strong>ncia en nombre <strong>de</strong>la supuesta autonomía <strong>de</strong> la sociedad civilacostumbra a pasar <strong>de</strong> puntillas sobre las<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncias apuntadas, <strong>de</strong>l mismo modoque parece ignorar el déficit <strong>de</strong> equidadque supone ir a rastras <strong>de</strong> iniciativas particulares-por muy "políticamente correctas"que sean-, que no llegan a muchos sectoressociales y que cubren muy irregularmenteel territorio. Hoy por hoy, el mundo <strong>de</strong> lasAS es un mundo <strong>de</strong> clases medias concentradoen áreas urbanas.En el interior <strong>de</strong> las AS, la inserción enlos mecanismos <strong>de</strong> redistribución facilita laformación <strong>de</strong> estructuras especializadas <strong>de</strong>gestión que tien<strong>de</strong>n a jerarquizar la organización<strong>de</strong> las entida<strong>de</strong>s, introduciendo ensu seno las relaciones <strong>de</strong> <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia queconlleva la redistribución. Puesto que estose produce en una dinámica que tambiénpotencia el trabajo estable <strong>de</strong> profesionalesen las AS, el proceso conduce a la reproducción<strong>de</strong> los mo<strong>de</strong>los existentes en lasinstituciones. En estas condiciones, no esraro que <strong>de</strong>saparezcan GAM o que seformen grupos que no lo son, utilicen o noesta <strong>de</strong>nominación. Cuando existen verda<strong>de</strong>rosGAM en asociaciones don<strong>de</strong> predominanlas relaciones <strong>de</strong> redistribución y losparadigmas profesionales, acostumbran atener un lugar marginal y subordinado ensus respectivas AS, ocupando una posiciónsimilar a la que se atribuye a la ayudamutua en el conjunto <strong>de</strong> nuestra sociedad,dominada por los intercambios mercantiles.Quizás las AS que siguen ese mo<strong>de</strong>loganen en eficacia técnica, pero anulan una<strong>de</strong> las posibilida<strong>de</strong>s más interesantes <strong>de</strong> laayuda mutua: aquella re<strong>de</strong>finición autónoma<strong>de</strong>l problema vivido, que posibilita lareconstrucción <strong>de</strong> la i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong>teriorada


80Josep Canals Salay la oportunidad <strong>de</strong> resituarse en unmundo que ha sido alterado drásticamentepor la enfermedad, el acci<strong>de</strong>nte o la perdida,vividas en carne propia o en la <strong>de</strong> alguiencercano. Y esto es algo que los protagonistasmanifiestan que solamente lohan conseguido en la relación entre equivalentes,entre quienes "lo saben porquelo han pasado".A pesar <strong>de</strong> todo, limitarnos a las escasasposibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> acción social <strong>de</strong> losGAM no sería una buena opción. En estesentido es necesario señalar que existenAS que incluso <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong> subvenciones,teniendo profesionales asalariadosy supliendo al sector público en la prestación<strong>de</strong> algunos servicios, mantienen loque he llamado "hábitos <strong>de</strong> ayuda mutua".Con esta expresión me refiero al predominio<strong>de</strong> las relaciones <strong>de</strong> reciprocidad en elinterior <strong>de</strong> la asociación aunque ésta sehalle inserta en las estructuras <strong>de</strong> redistribución.El otro rasgo que caracteriza atales AS consiste en lo que se podríallamar una epistemología práctica quetiene como referente axial al hecho <strong>de</strong>compartir una historia <strong>de</strong> un mismo problema.En otras palabras, los mencionados"hábitos <strong>de</strong> ayuda mutua" implican que la<strong>de</strong>finición <strong>de</strong> las necesida<strong>de</strong>s y la capacidad<strong>de</strong> <strong>de</strong>cisión son competencia <strong>de</strong> laspersonas afectadas y que los profesionalesno pue<strong>de</strong>n suplantarlas en este papel, cosaque exige a estos últimos una revisión <strong>de</strong>los roles aprendidos en su socializacióncorporativa.Como resumen final pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse quela i<strong>de</strong>ntificación <strong>de</strong> las formas <strong>de</strong> reciprocidad,<strong>de</strong>l predominio <strong>de</strong> la ayuda mutua o<strong>de</strong> la redistribución, junto con el grado <strong>de</strong>autonomía con que las personas afectadasse re<strong>de</strong>finen a sí mismas, priorizan sus necesida<strong>de</strong>sy toman sus <strong>de</strong>cisiones, constituyenlos parámetros que permiten tipificardiferentes mo<strong>de</strong>los asociativos en elcampo <strong>de</strong> la salud y clarificar la realidad<strong>de</strong> un mundo que aparece cargado <strong>de</strong> confusiones,ambivalencias y ambigüeda<strong>de</strong>s.C. Còrsega 40908037 Barcelona.jcanals@ub.eduBIBLIOGRAFIA Y NOTAS1Gracia, E. (1997), El apoyo social en la intervención comunitaria. Barcelona, Paidós.2Menén<strong>de</strong>z, E. L. (1984), "El mo<strong>de</strong>lo médico hegemónico: transacciones y alternativas hacia una fundamentación teórica <strong>de</strong>lmo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> autoatención en salud". En: Arxiu d'Etnografia <strong>de</strong> Catalunya, 3: 83-119.3Riessman, F. (1995), Re<strong>de</strong>fining Self-Help. Police and Practice. San Francisco, Jossey-Bass Publishers.4Canals, J. (2002), El regreso <strong>de</strong> la reciprocidad. Grupos <strong>de</strong> ayuda mutua y asociaciones <strong>de</strong> personas afectadas en la crisis<strong>de</strong>l Estado <strong>de</strong>l Bienestar. Tesis doctoral. Tarragona, Universitat Rovira i Virgili.5Rappaport, J. (1993), "Narrative studies, personal stories and i<strong>de</strong>ntity transformation in the context of mutual help". En: TheJournal of Applied Behavioral Science, 29 (2): 237-254.6Menén<strong>de</strong>z, E. L. (2000), "Factores culturales: <strong>de</strong> las <strong>de</strong>finiciones a los usos específicos". En: Perdiguero, E. y Comelles, J. M.(eds.), Medicina y cultura. Estudios entre la antropología y la medicina. Barcelona, Edicions Bellaterra (p. 163-188).7Con<strong>de</strong>, F. (1996), "Las mujeres y el movimiento <strong>de</strong> ayuda mutua". En: Boletín <strong>de</strong> Ayuda Mutua y Salud, Consejería <strong>de</strong> Sanidady Servicios Sociales <strong>de</strong> la Comunidad <strong>de</strong> Madrid, 3: 34-5<strong>3.</strong>


Grupos <strong>de</strong> ayuda mutua y asociaciones <strong>de</strong> personas afectadas818Kropotkin, P. (1902), Mutual Aid: A Factor in Evolution. Londres, Heinemann.9Silverman, P. R. (1980), Mutual Help Groups: Organization and Development. Londres, Sage.10Richardson, A, Goodman, M. (1983), Self-help and social care: mutual aid organizations in practice. Londres, Policy StudiesInstitute.11Mauss, M. [1950] (1979), Sociología y antropología. Madrid, Tecnos.12Sahlins, M. (1983), Economía <strong>de</strong> la Edad <strong>de</strong> Piedra. Madrid, Akal.13Roca, F, Villalbí, J. R. (1993), Manual para el funcionamiento <strong>de</strong> grupos <strong>de</strong> ayuda mutua. Pamplona, Departamento <strong>de</strong> Salud<strong>de</strong>l Gobierno <strong>de</strong> Navarra.14Danovitch, S. (1995), "I<strong>de</strong>ntidad colectiva y po<strong>de</strong>r: el movimiento <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos para las personas con discapacida<strong>de</strong>s". En:Historia y Fuente Oral, 13: 73-95.15Antze, G. W. (1976), "The role of i<strong>de</strong>ologies in peer psychotherapy organizations: Some theoretical consi<strong>de</strong>rations and threecase studies". En: The Journal of Applied Behavioral Science, 12: 323-346.16Roca, F, Llauger, M. A. (1994), "Grupos <strong>de</strong> ayuda mutua: una realidad a tener en cuenta en Atención Primaria". En: FormaciónMédica Continuada en Atención Primaria, 1 (4): 214-224.17Terradas, I. (2001), "Is reciprocity an enlightening concept to address contemporary issues?" En: Éndoxa, Series Filosóficas,15: 33-4<strong>1.</strong>18Martínez-Veiga, U. (1990), Antropología Económica. Conceptos, teorías y <strong>de</strong>bates. Barcelona, Icaria.19Go<strong>de</strong>lier, M. (1989), Lo i<strong>de</strong>al y lo material. Pensamiento, economías, socieda<strong>de</strong>s. Madrid, Taurus.20Empleo y trabajo voluntario en las ONG <strong>de</strong> acción social. Madrid, Fundación Tomillo/Ministerio <strong>de</strong> Trabajo y AsuntosSociales, 2000.


Cuad. Psiquiatr. Comunitaria,<strong>Vol</strong>.3, N.º 1, pp. 84 - 90, <strong>2003</strong>Los Programas <strong>de</strong> la <strong>Asociación</strong>Comisión Católica <strong>de</strong> Migraciones(ACCEM) en AsturiasACCEM<strong>Asociación</strong> Comisión Católica <strong>de</strong> Migraciones.RESUMENACCEM es una ONG que <strong>de</strong>sarrolla accionesen el campo <strong>de</strong> la migración. En Asturiastiene unos dispositivos: Centro <strong>de</strong> Acogida aRefugiados, Centro <strong>de</strong> Acogida Temporal aInmigrantes y 7 pisos; que con sus oficinas<strong>de</strong>sarrollan servicios con el objetivo <strong>de</strong> favorecerla inserción <strong>de</strong>l inmigrante. Especifica el artículolos servicios y objetivos específicos planteadosen éstas activida<strong>de</strong>s y hace unresumen <strong>de</strong> las dificulta<strong>de</strong>s para la consecución<strong>de</strong> ésta. Finalmente se <strong>de</strong>scribe el observatoriopermanente <strong>de</strong> la Inmigración comodispositivo permanente <strong>de</strong> observación cooperativay evaluación participativa.Palabras clave: ACCEM; migración; integraciónsocial; observatorio permanente.ABSTRACTACCEM is an NGO which works in the migrationfield. In Asturias it has several centres:a refugee centre, a short-stay centre for immigrantsand 7 flats. The aim of ACCEM is to provi<strong>de</strong>services which allow immigrants tobecome integrated. This article <strong>de</strong>tails theseservices and the objectives behind them aswell as summarising the difficulties involved inreaching them. Finally, it <strong>de</strong>scribes permanentimmigration observation as a permanent<strong>de</strong>vice for cooperation and participatory assessment.Key words: ACCEM; migration, social integration;permanent observatory.PRESENTACIÓNLa ACCEM es una Organización NoGubernamental (ONG), sin ánimo <strong>de</strong> lucro<strong>de</strong> ámbito estatal que <strong>de</strong>sarrolla sus activida<strong>de</strong>sen el campo <strong>de</strong> la Migración.La finalidad <strong>de</strong> esta entidad es procurar alusuario una atención integral que posibilite acorto plazo su inserción efectiva en la sociedad<strong>de</strong> acogida.A lo largo <strong>de</strong>l territorio nacional sevienen implantando distintos programas <strong>de</strong>intervención encaminadas a la inserciónsocial y laboral <strong>de</strong>l colectivo <strong>de</strong> inmigrantesen coordinación la iniciativa pública. Dentro<strong>de</strong> este marco <strong>de</strong> colaboración se han establecidodistintos convenios con las distintasadministraciones públicas.En Asturias trabaja <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1992 en el <strong>de</strong>sarrollo<strong>de</strong> programas y proyectos para la insercióne intervención social, laboral y formativacon el colectivo <strong>de</strong> migrantes (asilados,refugiados, solicitantes <strong>de</strong> asilo, migrantes yminorías étnicas) suscrito con el IMSERSO -Ministerio <strong>de</strong> Trabajo y Asuntos Sociales.


Los Programas <strong>de</strong> la <strong>Asociación</strong> Comisión Católica <strong>de</strong> Migraciones (ACCEM) en Asturias 83Las principales activida<strong>de</strong>s y serviciosque <strong>de</strong>sarrolla en el Principado <strong>de</strong> Asturiasson:• Información y Orientación -social,laboral y jurídica-• Formación en el idioma• Formación socio-educativa para lainserción• Programa <strong>de</strong> acompañamiento a lainserción laboral• Promoción y formación <strong>de</strong>l voluntariado• Acompañamiento a la mediaciónintercultural• Sensibilización• Centro <strong>de</strong> Acogida a Refugiados -CAR-• Centro <strong>de</strong> Acogida Temporal aInmigrantes -CATI-• Observatorio Permanente <strong>de</strong> laInmigración <strong>de</strong> AsturiasEn Gijón, El Centro <strong>de</strong> Acogida aRefugiados -CAR-, cuenta con un equipamiento<strong>de</strong> cuatro pisos <strong>de</strong> acogida (23 plazasen total) en las que se cubren sus necesida<strong>de</strong>sbásicas: alojamiento, manutención coberturamédico-farmacéutica, apoyo social,formación y asistencia jurídica, entre otrasDes<strong>de</strong> el año 2000 en la ciudad <strong>de</strong>Oviedo, la <strong>Asociación</strong> ha abierto una oficinay Centro <strong>de</strong> Acogida Temporal aInmigrantes -CATI- , don<strong>de</strong> también soncubiertas las necesida<strong>de</strong>s básicas.Este dispositivo <strong>de</strong> acogida que ofrececon carácter temporal, atención a personasinmigrantes -alojamiento, manutención, formaciónen el idioma, asesoramiento jurídico,inserción social-laboral - es financiadomediante un convenio con la Consejera <strong>de</strong>Asuntos Sociales <strong>de</strong>l Gobierno <strong>de</strong>lPrincipado <strong>de</strong> Asturias.En Asturias disponemos 7 pisos, concretamenteen Gijón <strong>de</strong> 6 pisos con una capacidad<strong>de</strong> 33 plazas y un piso en Oviedocon una capacidad <strong>de</strong> 7 plazasSon establecimientos <strong>de</strong> carácter social,<strong>de</strong>stinados a prestar alojamiento, manutencióny asistencia psicológica con caráctertemporal a aquellas personas que siendo solicitantes<strong>de</strong> asilo, <strong>de</strong>splazados, refugiados einmigrantes, tienen una mayor vulnerabilidadpersonal y social respecto a resto <strong>de</strong>personas que integran el colectivo.Los principios que se rige la acción son:Libertad, autonomía, Solidaridad, RespetoLos usuarios que acce<strong>de</strong>n a los Centros<strong>de</strong> acogida carecen <strong>de</strong> recursos económicospara cubrir las necesida<strong>de</strong>s básicas <strong>de</strong> subsistencia.Las propuestas <strong>de</strong> solicitud <strong>de</strong> ingresose gestionan a través <strong>de</strong> la se<strong>de</strong> central<strong>de</strong> ACCEM <strong>de</strong>rivadas a través <strong>de</strong> otras entida<strong>de</strong>s,<strong>de</strong>l IMSERSO y en coordinación conla OAR.SERVICIOS Y OBJETIVOSEl objetivo general es: Facilitar el itinerario<strong>de</strong> inserción en la sociedad <strong>de</strong> acogida alas personas, que proce<strong>de</strong>n <strong>de</strong> otro entornosocial, cultural y laboral, y <strong>de</strong> los inmigrantesque carezcan <strong>de</strong> medios económicospara aten<strong>de</strong>r sus necesida<strong>de</strong>s y las <strong>de</strong> sus familias.Mediante las prestaciones <strong>de</strong> los siguientesservicios:• Alojamiento y Manutención, para el solicitantey su familia. La modalidad <strong>de</strong>alojamiento para facilitar la inserción ynormalización.


84<strong>Asociación</strong> Comisión Católica <strong>de</strong> Migraciones• Atención Social, se realiza una labor <strong>de</strong>información y asesoramiento sobre la resolución<strong>de</strong> problemas, trámites y recursosdisponibles para su condición <strong>de</strong> solicitante<strong>de</strong> Asilo y/o refugio.• Atención Psicológica, diagnostico, valoracióny orientación <strong>de</strong> cada caso, asícomo la aplicación <strong>de</strong> las medidas terapéuticasoportunas.• Información y Asesoramiento: asesoramientolegal e información sobre cualquieraspecto relacionado con la tramitación<strong>de</strong> expedientes.Apoyo en trámites y gestiones <strong>de</strong> documentaciónpara su regularización.Información, orientación y <strong>de</strong>rivación• Formación Socio-Educativas, <strong>de</strong>sarrollo<strong>de</strong> programas, talleres formativos quedoten al colectivo <strong>de</strong> inmigrantes <strong>de</strong> lashabilida<strong>de</strong>s sociales y <strong>de</strong> la autonomíanecesaria para hacer frente a su proceso<strong>de</strong> inserción en las área <strong>de</strong> vivienda, educación,empleo, salud y participación enla comunica.• Formación en el Idioma, acceso a lasclases <strong>de</strong> español, impartidas por dispositivospúblicos. Acompañamiento sociolingüisticoindividualizado.Aprendizaje <strong>de</strong>l español y <strong>de</strong> habilida<strong>de</strong>ssociales que faciliten la integración socialen la sociedad española.• Activida<strong>de</strong>s Formativas, escolarización<strong>de</strong> usuarios en edad escolar, aprendizaje<strong>de</strong>l español y <strong>de</strong> habilida<strong>de</strong>s sociales quefaciliten la integración social en socieda<strong>de</strong>spañola. Formación social, cultural y laboralen colaboración con instituciones <strong>de</strong>la comunidad, para facilitar su capacitacióny acercamiento al mercado <strong>de</strong> trabajo.•Acompañamiento a la Inserción Laboral,formación en estrategias, habilites parala búsqueda <strong>de</strong> empleo así como en lasnuevas tecnologías <strong>de</strong> la comunicacióne información; y capacitación profesionalnecesaria, el conocimiento prácticoy <strong>de</strong>senvolvimiento <strong>de</strong> sus competenciasprofesionales <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la empresasque les permita su acceso al mercado <strong>de</strong>trabajo y/o el mantenimiento <strong>de</strong>lmismo.•Activida<strong>de</strong>s Ocupacionales y Recreativas,fomento <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> ocio y tiempolibre.Como objetivos específicos:• Conocer el idioma castellano• Conocer la realidad socio-política y cultural<strong>de</strong> Asturias y <strong>de</strong> España.• Desarrollar actitu<strong>de</strong>s cooperativas y solidariasen su convivencia diaria en elCentro (en su relación interpersonal y <strong>de</strong>grupo en situación multicultural).• Adquirir las habilida<strong>de</strong>s y recursos personalesnecesarios que les permita afrontarsu proceso <strong>de</strong> adaptación e integracióna la sociedad española, en un contexto <strong>de</strong>sociedad multicultural (<strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong>re<strong>de</strong>s formales e informales <strong>de</strong> apoyosocial, pertenencia a grupos, conocimiento<strong>de</strong> recursos institucionales).Adquirir la formación y capacitación profesionalnecesaria que les permita acercarseen un futuro al mercado <strong>de</strong> trabajo.Los usuarios acogidos en estos programasconviven e pisos normalizados compartiendoespacios comunes. Estos pisos reúnen lascondiciones optimas <strong>de</strong> habitabilidad,siendo los propios usuarios los que asumenla manutención mediante la asignación económicaque reciben mensualmente.


Los Programas <strong>de</strong> la <strong>Asociación</strong> Comisión Católica <strong>de</strong> Migraciones (ACCEM) en Asturias85Dentro <strong>de</strong>l proceso <strong>de</strong> inserción la formaciónconstituye un instrumento primordial.Des<strong>de</strong> los centro se establecen diversasactivida<strong>de</strong>s formativas y a la vez participany asisten a los servicios normalizados <strong>de</strong>lmunicipio o barrio.Como es la escolarización, formación enel idioma, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los Centros se facilita elacceso a cursos <strong>de</strong> castellano. La finalida<strong>de</strong>s conocer el idioma y el entorno para po<strong>de</strong>r<strong>de</strong>senvolverse en la sociedad <strong>de</strong> acogida.DIFICULTADES PARA LAINSERCIÓNEl colectivo <strong>de</strong> refugiados, asilados y <strong>de</strong>splazadascomparte con el <strong>de</strong> inmigrantesuna situación vital <strong>de</strong> dispersión personal:<strong>de</strong>sintegración cultural, familiar, social, laboral,religiosa… provocada por la <strong>de</strong>saparición<strong>de</strong>l marco social y cultural <strong>de</strong> referenciaque servia como aporte <strong>de</strong> sentidototalizante <strong>de</strong> su existencia.La mayoría presenta síntoma <strong>de</strong>presivos y<strong>de</strong> ansiedad junto con síntomas psicosomáticos.Muchas veces las personas asocian susalud mental con algún problema físico(dolor <strong>de</strong> cabeza, <strong>de</strong> estomago incluso <strong>de</strong>corazón). Todo esto se asocia a las dificulta<strong>de</strong>s<strong>de</strong> conseguir papeles, miedo a ser agredido,expulsados, problemas laborales, falta<strong>de</strong> apoyo psicosocial. Y sobre todo la ausencia<strong>de</strong> su familia.Estas personas tienen que enfrentarse anuevas situaciones en una ruptura al menostemporal <strong>de</strong> su antes y su ahora. La mayoría<strong>de</strong> las veces la solución no esta en manos <strong>de</strong>lmedico sino <strong>de</strong> la reagrupación familiar.Casos individuales hay muchos, personasque llegan al paraíso europeo y sus proyectosy expectativas se van truncadas, dificulta<strong>de</strong>spara regularizarse, conseguir trabajo,vivienda digna, responsabilidad <strong>de</strong> sacar a<strong>de</strong>lante su familia en le país <strong>de</strong> origen, el reconocerel fracaso <strong>de</strong> su proyecto migratorio.Finalmente termina con serios problemaso trastornos mentales.La difícil situación a la que se enfrentan,el no po<strong>de</strong>r elaborar un proyecto futuro por<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r se la inseguridad <strong>de</strong> su futura situaciónadministrativa o legal.Los usuarios <strong>de</strong>l C.A.R se encuentran conuna serie <strong>de</strong> elementos y dificulta<strong>de</strong>s que radicalizanaún más su situación y dificultansu proceso <strong>de</strong> inserción:a) La salida <strong>de</strong> sus países ha estado ocasionadapor una presión aún más fuerte quela precaria situación económica que servía<strong>de</strong> <strong>de</strong>nominador común para casi la totalidad<strong>de</strong> los inmigrantes, la presión ha sido normalmenteviolenta, con riesgos para susvidas, una salida radicalmente forzada porlas circunstancias socio-políticas <strong>de</strong> sus respectivospaíses.b) El solicitante <strong>de</strong> asilo se encuentra conlas dificulta<strong>de</strong>s propias <strong>de</strong> su bagaje históricoy personal, fruto en su mayor parte <strong>de</strong> suproce<strong>de</strong>ncia, <strong>de</strong> una cultura a caballo entrela cultura occi<strong>de</strong>ntal y las culturas tradicionales.Dificultad en po<strong>de</strong>r encontrar un espacioen el realizar sus aptitu<strong>de</strong>s y capacida<strong>de</strong>s, enun contexto distinto al que ellos proce<strong>de</strong>n dificultad<strong>de</strong> relación y comunicación conotras personas motivados no tanto por el <strong>de</strong>sconocimiento<strong>de</strong>l idioma, sino por la complejidad<strong>de</strong>l acercamiento y comprensiónentre las diferencias culturales - cultura <strong>de</strong>origen y cultura <strong>de</strong> la sociedad <strong>de</strong> acogida -Por otro lado el enfrentamiento con unanueva realidad - " la sociedad <strong>de</strong> acogida" -


86<strong>Asociación</strong> Comisión Católica <strong>de</strong> Migracionesgenera una situación <strong>de</strong> "choque cultural" y<strong>de</strong> conflicto personal, que en muchos casos,paraliza a la persona y merma en granmedida sus capacida<strong>de</strong>s y potencialida<strong>de</strong>s,viéndose obligados a sufrir procesos <strong>de</strong>aculturación <strong>de</strong> asimilación como alternativaa su proceso <strong>de</strong> inserción en la sociedad<strong>de</strong> acogida.c) Otras <strong>de</strong> las dificulta<strong>de</strong>s con las que seencuentran los resi<strong>de</strong>ntes, es el carácter restrictivo<strong>de</strong> los criterios para la concesión <strong>de</strong>l<strong>de</strong>recho <strong>de</strong> asilo político en el país, exigiéndoserequisitos que normalmente no pue<strong>de</strong>reunir una persona que huye o abandona supaís por razones políticas, raciales, i<strong>de</strong>ológicas,religiosas, etc. (pasaportes, certificadoso carnets <strong>de</strong> pertenencia a organizacionespolíticas, sindicales…)Como consecuencia <strong>de</strong> este hecho la mayoría<strong>de</strong> los solicitantes <strong>de</strong> asilo <strong>de</strong>ben regularizarsu situación legal <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l marco <strong>de</strong>la ley <strong>de</strong> extranjería, viéndose en ocasionesabocados a la discrecionalidad y arbitrarieda<strong>de</strong>n la concesión <strong>de</strong> las exenciones <strong>de</strong>visado o <strong>de</strong> permisos <strong>de</strong> trabajo y <strong>de</strong> resi<strong>de</strong>ncia.Aún en el supuesto <strong>de</strong> aquellos solicitantesque son propuestos por la ComisiónInterministerial <strong>de</strong> Asilo y Refugio para permanenciaen el país - Art. 17.2 <strong>de</strong> la Ley9/1994 - <strong>de</strong>ben <strong>de</strong> regularizarse también viaLey <strong>de</strong> Extranjería por medio <strong>de</strong> un Permiso<strong>de</strong> Resi<strong>de</strong>ncia por CircunstanciasExcepcionales, enfrentándose a un proceso<strong>de</strong> gestión burocrática y <strong>de</strong> requisitos que enocasiones no pue<strong>de</strong>n cumplir (renovación<strong>de</strong>l pasaporte, certificados <strong>de</strong> antece<strong>de</strong>ntespenales…) que prolonga aún más la lentaagonía para su regularización en el país yque genera en ellos un constante estigma <strong>de</strong>"ilegalidad".d) La lentitud en el trámite <strong>de</strong> convalidacióny homologación <strong>de</strong> los estudios <strong>de</strong> lossolicitantes, proceso que suele durar entreuno y dos años, lo que hace prácticamenteinaccesible la posibilidad <strong>de</strong> convalidar/homologarlas titulaciones <strong>de</strong> sus respectivoslugares <strong>de</strong> origen y plantea un déficit no realen su formación que les impi<strong>de</strong> abrir otraspuertas fuera <strong>de</strong>l mercado laboral al queestán sujetos (servicios y agricultura) por loscondicionantes <strong>de</strong> la situación económicaactual.e) En cuanto al acceso a la formación ytras la resolución conjunta <strong>de</strong> lasDirecciones Generales <strong>de</strong>l INEM y <strong>de</strong>Trabajo y Migraciones, los solicitantes <strong>de</strong>asilo en esta comunidad autónoma no encuentrandificulta<strong>de</strong>s para inscribirse como<strong>de</strong>mandante <strong>de</strong> empleo en el INEM, hechoque facilita su acceso a los dispositivos <strong>de</strong>formación programados por esta institución,o en colaboración con otras instituciones/entida<strong>de</strong>s(sindicatos, centros <strong>de</strong>formación…) si bien en las dificulta<strong>de</strong>sque se encuentran son <strong>de</strong>bidas al escasotiempo <strong>de</strong>l que se dispone para trabajar enla formación y la orientación laboral, motivadaspor la limitación <strong>de</strong> su tiempo <strong>de</strong> estanciaen el C.A.R.d) Respecto al acceso a la vivienda unavez finalizada su estancia en el C.A.R lasprincipales dificulta<strong>de</strong>s provienen por parte<strong>de</strong> los arrendadores, ya que en la mayoría<strong>de</strong> las ocasiones manifiestan prejuicios yrecelos hacia los solicitantes <strong>de</strong> asilo, motivadosbien por la <strong>de</strong>sconfianza para hacerfrente al pago <strong>de</strong> alquiler, falta <strong>de</strong> aval -FIADOR, NOMINA-, por su situaciónlegal en el país, y por condicionamientos<strong>de</strong> tipo racial y cultural - africanos, árabes,latino americanos.f) Finalmente resaltar respecto a la dinámica<strong>de</strong> convivencia que se da entre los resi<strong>de</strong>ntes<strong>de</strong>l C.A.R el gran esfuerzo <strong>de</strong>


Los Programas <strong>de</strong> la <strong>Asociación</strong> Comisión Católica <strong>de</strong> Migraciones (ACCEM) en Asturias87adaptación que ha <strong>de</strong> realizar ante su nuevarealidad, el hecho <strong>de</strong> ser un colectivo heterogéneoformada por personas <strong>de</strong> diferenteedad, sexo, idioma, nivel cultura, lugar <strong>de</strong>proce<strong>de</strong>ncia, unida a la incertidumbre <strong>de</strong>su situación, plantea una serie <strong>de</strong> dificulta<strong>de</strong>sno exentas <strong>de</strong> tensiones y confrontaciones(la adaptación a un nuevo espacio -pisos <strong>de</strong> acogida -, la convivencia con otrasculturas - dificultad en la comunicación -,la concepción <strong>de</strong>l tiempo, <strong>de</strong> la salud, la interiorización<strong>de</strong> nuevas normas sociales yculturales, la comprensión <strong>de</strong>l sistemalegal…)EL OBSERVATORIO PERMA-NENTE DE LA INMIGRACIÓNSe enmarca <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un proyecto promovidopor ACCEM y financiado por laConsejería <strong>de</strong> Vivienda y BienestarSocial <strong>de</strong>l Gobierno <strong>de</strong>l Principado <strong>de</strong>Asturias.En el año 2001 se constituye el grupoODINA formado por diferentes entida<strong>de</strong>s einstituciones, sindicatos y administraciónpublica, que intervienen <strong>de</strong> forma directay/o transversal en las problemáticas <strong>de</strong>l colectivoinmigración; en aspectos relacionadoscon la integración y promoción social <strong>de</strong>este colectivo en Asturias (salud, educación,empleo, vivienda, formación, etc.)Es un instrumento <strong>de</strong> EvaluaciónParticipativa y Observación Cooperativa quepersigue los siguientes Objetivos.• Analizar y evaluar <strong>de</strong> manera dinámicael contexto socio-económico en el queviven l@s inmigrantes en Asturias.• Establecer procesos <strong>de</strong> coordinación entrelos diferentes actores locales que operan enel territorio para posibilitar un análisis yuna acción conjunta que abor<strong>de</strong> las problemáticas<strong>de</strong>l colectivo y <strong>de</strong> la zona.• Ofrecer a los actores implicados herramientaspara el diseño consensuado <strong>de</strong> indicadores<strong>de</strong> la situación socio-económica<strong>de</strong>l colectivo y <strong>de</strong>l territorio.• Informaciones para la elaboración <strong>de</strong> hipótesisque permitan analizar <strong>de</strong> maneramás concreta y actualizada las problemáticas<strong>de</strong>l colectivo.Los Principios que rigen este proyecto.• Participación ciudadana• Aproximación global <strong>de</strong>l territorio• Partenariado <strong>de</strong> los actores locales• Tecnologías <strong>de</strong> la sociedad <strong>de</strong> lainformación• Accesibilidad <strong>de</strong> la información• Calidad <strong>de</strong> la informaciónUno <strong>de</strong> las principales objetivos que persigueODINA es el <strong>de</strong> analizar y evaluar <strong>de</strong>manera dinámica el contexto socioeconómicoen el que viven los/las inmigrantes enAsturias.Este grupo es el encargado <strong>de</strong> poner enmarcha y <strong>de</strong>sarrollar el ObservatorioPermanente, metodología, diagnostico terrritorial,indicadores territoriales, repertorio<strong>de</strong> actores y acciones.Inicialmente esta formado 13 Ong's, 2 sindicatos,la Administración, -Viceconsejería<strong>de</strong> Educación, 12 centros educativos, Centro<strong>de</strong> Salud: El Coto, El Parque, Natahoyo, LaCalzada 2, Contrueces, Laviada y PumarinLos resultados <strong>de</strong>l balance final2001/2002 son datos recogidos por las enti-


88<strong>Asociación</strong> Comisión Católica <strong>de</strong> Migracionesda<strong>de</strong>s que forman el Grupo ODINA, en elmarco <strong>de</strong> un diagnostico.Se han recogido 2.998 datosEn el ámbito geográfico <strong>de</strong> las estructuras:Gijón, Oviedo, Avilés y Langreo.Con respecto a las acciones <strong>de</strong> insercióndiagnosticas se fundamentan en:Asesoramiento y acompañamiento en lasituación administrativaAsesoramiento y acompañamiento para laformación y el empleoAyudas para el acceso a la vivienda o alojamientoalternativo y acceso y acompañamientoa los servicio sanitarios.SEDE COMUNIDAD AUTONÓMICADEL PRINCIPADO DE ASTURIASC/ El Llano 27, Bajo-posterior, Esq. DeLeón XII, 33209 GijónTlf. 985 16 56 77Fax: 985 99 07 53E-mail: gijon@accem.esSEDE OVIEDOC/ Monte Cerrau 5, 33006 OviedoTlf/Fax: 985 23 28 62E-mail: oviedo@accem.esLas acciones <strong>de</strong> inserción realizadas secentraron fundamentalmente en.Asesoramiento y acompañamiento para laresolución <strong>de</strong> la situación administrativaAyudas, servicios y prestaciones socialesAsesoramiento y acompañamiento para laformación y el empleoAcceso y acompañamiento a los serviciossanitariosAyudas, prestaciones y servicioseducativosAyudas, servicios y prestaciones para elacceso a la vivienda.


RESEÑASPERSPECTIVAS DE GÉNERO EN SALUD.FUNDAMENTOS CIENTÍFICOS Y SOCIOPROFESIONALES DEDIFERENCIAS SEXUALES NO PREVISTAS.C. Miqueo, C. Tomás, C. Tejero, M.J. Barral, T. Fernán<strong>de</strong>z y T. Yago (eds.)Minerva Ediciones. Madrid 2001Esta obra es una introducción a los campos <strong>de</strong> estudio médico y <strong>de</strong> acción política sanitariaque resultan relevantes <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el punto <strong>de</strong> vista <strong>de</strong> las políticas <strong>de</strong> igualdad <strong>de</strong> hombresy mujeres. Indaga en las interrelaciones, <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n sociosimbólico, entre las diferenciasbiológicas sexuales que afectan a la salud y las atribuciones culturales a lo masculinoy femenino que las <strong>de</strong>terminan O modulan. Y ello en los tres ámbitos <strong>de</strong> la medicina o <strong>de</strong>la salud: el profesional, el científico y el metodológico o epistémico.Las diez autoras <strong>de</strong>l libro trabajan en campos profesionales distintos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> laAntropología Médica hasta la Endocrinología o Salud Pública, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la AtenciónPrimaria a la investigación básica en neurociencias. Pertenecientes a la "Red Estatal <strong>de</strong>médicas y profesionales sanitarias", todas ellas participan <strong>de</strong> la convicción, compartidacon otras feministas, <strong>de</strong> estar creando con sus estudios y en sus particulares ámbitos <strong>de</strong>trabajo un espacio simbólico, y a veces material, a la medida <strong>de</strong> las necesida<strong>de</strong>s y sueños<strong>de</strong> las mujeres.Este libro ha sido preparado por el Grupo <strong>de</strong> Salud <strong>de</strong>l Seminario Interdisciplinar <strong>de</strong>Estudios <strong>de</strong> la Mujer <strong>de</strong> la Universidad <strong>de</strong> ZaragozaI. El sistema sexo-género en salud: <strong>1.</strong> El género como categoría analítica.Revisiones y aplicaciones a la salud; Mari Luz Esteban. 2. El género, organizador<strong>de</strong> profesiones sanitarias; Teresa Ortiz Gómez. <strong>3.</strong> Estrategias <strong>de</strong> promoción <strong>de</strong> lasalud; Lucía Mazarrasa Alvear.II. Deconstrucción <strong>de</strong> los sesgos <strong>de</strong> género: 4. Semiología <strong>de</strong>l androcentrismo.Teorías sobre reproducción <strong>de</strong> Andrés Piquer y Francois Broussais; ConsueloMiqueo. 5. Genes, género y cultura; M.ª José Barra! Moran. 6. Igualdad <strong>de</strong> oportunida<strong>de</strong>sen los servicios sanitarios: sesgo <strong>de</strong> género como <strong>de</strong>terminante <strong>de</strong> la estructura<strong>de</strong> salud <strong>de</strong> la Comunidad; Mª Teresa Ruiz Cantero. 7. El estado <strong>de</strong> la investigaciónen salud y género; Carme Valls Llobet.III. Análisis <strong>de</strong> género en la práctica médica: 8. El género y los esquemas <strong>de</strong> referenciaen salud mental; Ana Távora. 9. Salud reproductiva y salud integral <strong>de</strong> las mujeres.Reflexiones <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la práctica en Asistencia Primaria; Merce Fuentes i Pujol.10. Trayectoria profesional e i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong> género. Reflexiones personales; M.ª JesúsMurria.José Filgueira Lois


Cua<strong>de</strong>rnos <strong>de</strong> Psiquiatría ComunitariaSUMARIO<strong>Vol</strong>. 2 - Núm. 2 - 2002Presentación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .83Bases documentales en la Historia <strong>de</strong> la Psiquiatría<strong>Española</strong>.Fernando Dual<strong>de</strong> Beltrán, Antonio Rey González y Enrique LlordáMoscardó. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .84Estrategias profesionales y retóricas <strong>de</strong> legitimación <strong>de</strong> la medicinamental española <strong>de</strong>l siglo XIX.Rafael Huertas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .92Sobre la introducción <strong>de</strong>l hipnotismo en España: La recepción<strong>de</strong> los planteamientos <strong>de</strong> las escuelasfrancesas.José Diéguez Gómez y Antonio Diéguez Gómez. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .107La introducción <strong>de</strong> la psicología en España en el primer tercio<strong>de</strong>l siglo XX a través <strong>de</strong> Lafora y su grupo.Begoña Olabarría. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .124Las tres primeras décadas <strong>de</strong> la Casa <strong>de</strong> Dementes <strong>de</strong> SantaIsabel <strong>de</strong> Leganés: Un frustrado proyecto <strong>de</strong>Manicomio-Mo<strong>de</strong>lo.Olga Villasante. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .139Congresos. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .163Revistas. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .164Normas <strong>de</strong> Publicación. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .166


Norte <strong>de</strong> Salud MentalSUMARIO<strong>Vol</strong>umen V nº 18 (Octubre <strong>2003</strong>)PRESENTACIÓNInformación sobre la Atención <strong>de</strong> la enfermedad mental. Iñaki Markez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7ORIGINALES Y REVISIONESLa salud mental en el siglo XXI. Fabricio <strong>de</strong> Potestad y Ana Isabel Zuazu . . . . . . . . . . . . . . . . . 9El programa sociosanitario <strong>de</strong> atención a personas cuidadoras <strong>de</strong>enfermos <strong>de</strong>pendientes. Florencio Moneo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 19PARA LA REFLEXIÓNNo es loco el que quiere, sino el que pue<strong>de</strong>. Luis-Salvador López Herrero . . . . . . . . . . . . . . . . 30Acoso moral: contextos, diferencias, consecuencias y medidas. Marie-France Hirigoyen . . . . . 39En qué creen los niños <strong>de</strong>l siglo XXI. Julio González <strong>de</strong>l Campo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 48INFORMEProyecto Atlas. OMS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52FORMACION CONTINUADA / CASO CLINICODepresión postpsicótica. Biotza Goienetxea e Izaskun Elortegi . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 58HISTORIALa Gaceta Médica <strong>de</strong> Bilbao celebra su <strong>Vol</strong>umen 100. Oscar Martínez Azumendi . . . . . . . . . . 66Un caso <strong>de</strong> epilepsia <strong>de</strong> origen sifilítico (año 1895). Agustin Mª <strong>de</strong> Obieta . . . . . . . . . . . . . . . . 68ACTUALIZACIONESPrograma <strong>de</strong> Autoformación <strong>de</strong> Psicoterapia <strong>de</strong> Respuestas Traumáticas . . . . . . . . . . . . . . . . . 71Conferencia sobre Políticas <strong>de</strong> Drogas. Visiones y Actores <strong>de</strong>l Debate . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 72Taller sobre "Tratamiento ambulatorio en supuestos <strong>de</strong> enfermedad mental grave" . . . . . . . . . 74PÁGINAS DE LAS ASOCIACIONESJornada Atlas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 76AGENDAPróximas citas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 77


NORMAS DE PUBLICACIÓNCua<strong>de</strong>rnos <strong>de</strong> Psiquiatría Comunitaria aborda con carácter monográfico diversostemas <strong>de</strong> psiquiatría y <strong>de</strong> disciplinas afines que sean relevantes, con la colaboración <strong>de</strong>reconocidos profesionales en dichas materias.REQUISITOS DE LOS MANUSCRITOSLos manuscritos constarán <strong>de</strong> las siguientes partes, cada una <strong>de</strong> las cuales se iniciaráen una página in<strong>de</strong>pendiente:<strong>1.</strong> Primera página, que incluirá, por or<strong>de</strong>n, los siguientes datos: título <strong>de</strong>l artículo(en español e inglés); nombre y apellido(s) <strong>de</strong> los autores. indicando el título profesional,centro <strong>de</strong> trabajo; dirección para correspon<strong>de</strong>ncia, teléfono, fax y cualquier otra indicaciónadicional que se estime necesaria.2. Resumen, <strong>de</strong> extensión no inferior a 150 palabras ni superior a 250. En los trabajosoriginales se recomienda presentarlo en forma estructurada (introducción, métodos,resultados y conclusiones). Irá seguido <strong>de</strong> 3 a 10 palabras clave seleccionadas preferentementeentre las que figuran en el Medical Subject Headings <strong>de</strong>l Ín<strong>de</strong>x Medicus. Tantoel resumen como las palabras clave se presentarán en castellano e inglés.<strong>3.</strong> Texto, que en los trabajos <strong>de</strong> investigación conviene que vaya dividido claramenteen apartados según el siguiente esquema:<strong>3.</strong><strong>1.</strong> Introducción: explicación breve cuyo objetivo es proporcionar al lector lainformación imprescindible para compren<strong>de</strong>r el texto que sigue.<strong>3.</strong>2. Sujetos (pacientes, material) y métodos: se especificará el(los) lugar(es)don<strong>de</strong> se ha realizado el estudio, las características <strong>de</strong>l diseño (duración, criterios<strong>de</strong> inclusión y exclusión, etc.), las pruebas utilizadas (con una explicación que permitasu replicación) y los métodos estadísticos empleados, <strong>de</strong>scritos con <strong>de</strong>talle.<strong>3.</strong><strong>3.</strong> Resultados: <strong>de</strong>scripción <strong>de</strong> las observaciones efectuadas, complementadapor tablas o figuras en número no superior a seis en los originales y a dos en las comunicacionesbreves.<strong>3.</strong>4. Discusión: exposición <strong>de</strong> la opinión <strong>de</strong> los autores sobre el tema <strong>de</strong>sarrollado,<strong>de</strong>stacando la vali<strong>de</strong>z <strong>de</strong> los resultados, su relación con publicaciones similares,su aplicación práctica y las posibles indicaciones para futuras investigaciones.4. Agra<strong>de</strong>cimientos: en los casos en que se estime necesario se citarán las personas oentida<strong>de</strong>s que hayan colaborado en la realización <strong>de</strong>l trabajo.


5. Referencias bibliográficas:(normas Vancouver) se or<strong>de</strong>narán y numerarán <strong>de</strong>forma correlativa según su primera aparición en el texto, <strong>de</strong>biendo aparecer el número<strong>de</strong> la cita entre paréntesis o en carácter volado. No se aceptarán como referencias las observacionesno publicadas aunque se pue<strong>de</strong>n incluir en el texto señalando que se trata <strong>de</strong>una «comunicación personal». Los artículos aceptados para publicación podrán citarsecolocando la expresión «(en prensa)» tras el nombre <strong>de</strong> la publicación. En caso <strong>de</strong> servarios autores, se indicarán todos ellos hasta un número <strong>de</strong> seis y si se supera estenúmero se añadirá et al., poniendo el(los) apellido(s) seguido <strong>de</strong> la(s) inicial(es) sin otrosigno <strong>de</strong> puntuación que una coma separando cada autor y un punto al final, antes <strong>de</strong>pasar al título.6. Tablas y figuras: se presentarán en hojas aparte, numeradas consecutivamentesegún su or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> referencia en el texto en cifras arábigas (tabla x; figura x), con eltítulo y una explicación al pie <strong>de</strong> cualquier abreviatura que se utilice. Se incluirá unasola tabla o figura por hoja.PROCESO DE EDICIÓNEl autor remitirá una copia <strong>de</strong> la versión <strong>de</strong>finitiva en disquete <strong>de</strong> 3,5” (versión compatibleIBM o Macintosh) acompañado <strong>de</strong> una copia en papel mecanografiada a doble espacioen hojas DIN A4 (210 x 297mm) numeradas correlativamente. Los manuscritos seremitirán a Cua<strong>de</strong>rnos <strong>de</strong> Psiquiatría Comunitaria (Edificio Teatinos, Carretera <strong>de</strong> Rubíns/n, Oviedo 33011). El Comité <strong>de</strong> Redacción se reserva el <strong>de</strong>recho <strong>de</strong> realizar las modificaciones<strong>de</strong> estilo que estime pertinentes en los trabajos aceptados para publicación.Para una información más <strong>de</strong>tallada, consulten «Requisitos <strong>de</strong> uniformidad para manuscritospresentados para publicación en revistas bio-médicas». Arch Neurobiol (Madr)1998; 61 (3): 239-56 y Medicina Clínica. Manual <strong>de</strong> estilo. Barcelona: Doyma; 199<strong>3.</strong>


ASOCIACIÓN ASTURIANA DE NEUROPSIQUIATRÍA YSALUD MENTALProfesionales <strong>de</strong> Salud Mental(Miembro <strong>de</strong> la <strong>Asociación</strong> <strong>Española</strong> <strong>de</strong> <strong>Neuropsiquiatría</strong>)La <strong>Asociación</strong> Asturiana <strong>de</strong> <strong>Neuropsiquiatría</strong> y Salud Mental fue fundada en 1987 y está formadapor Profesionales <strong>de</strong> Salud Mental que trabajan en la Comunidad Autónoma <strong>de</strong>l Principado<strong>de</strong> Asturias. La <strong>Asociación</strong> forma parte <strong>de</strong> la <strong>Asociación</strong> <strong>Española</strong> <strong>de</strong> <strong>Neuropsiquiatría</strong>. Entre susactivida<strong>de</strong>s <strong>de</strong>stacan:Desarrollo <strong>de</strong> activida<strong>de</strong>s docentes a través <strong>de</strong> La Escuela <strong>de</strong> Salud Mental <strong>de</strong> la A.E.N.(Delegación <strong>de</strong> Asturias). Anualmente se celebra un “Curso <strong>de</strong> Psiquiatría y Salud Mental”con una duración <strong>de</strong> 30 horas.Publicación <strong>de</strong> un Boletín Informativo <strong>de</strong> carácter trimestral que se distribuye gratuitamentea los miembros <strong>de</strong> la <strong>Asociación</strong> Asturiana.Publicación <strong>de</strong> la revista monográfica “Cua<strong>de</strong>rnos <strong>de</strong> Psiquiatría Comunitaria” <strong>de</strong> periodicidadsemestral que se distribuye gratuitamente a los miembros <strong>de</strong> la <strong>Asociación</strong> Asturiana.Programa <strong>de</strong> formación continuada a través <strong>de</strong> la convocatoria <strong>de</strong> Bolsas <strong>de</strong> Viaje “CarmenFernán<strong>de</strong>z Rojero” para estancias <strong>de</strong> formación en Servicios <strong>de</strong> Salud Mental nacionales yextranjeros.Actos con motivo <strong>de</strong>l “Día Mundial <strong>de</strong> la Salud Mental” que se celebra el 10 <strong>de</strong> octubre <strong>de</strong>cada año.Foros, Debates y Conferencias sobre temas <strong>de</strong> actualidad profesional ycientífica.<strong>Asociación</strong> Asturiana <strong>de</strong> <strong>Neuropsiquiatría</strong> y Salud MentalCarretera <strong>de</strong> Rubín, S/N (Centro <strong>de</strong> Salud Mental <strong>de</strong> Teatinos)33011 Oviedoaenasturias@hotmail.comwww.telecable.es/personales/aenasturiaswww.pulso.com/aen.htm

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