Número Especial Dedicado al XLIII Aniversario de la ... - UPCH

Página EstudiantilLA EXPERIENCIA INCA POR LA BARTONELLAÉramos tres estudiantes de medicina, en medio del Valle Sagrado de los Incas, concientos de encuestas bajo el brazo, nuestras mochilas y con muchas expectativas.Cynthia, David y yo llegamos al Cusco en nuestras últimas vacaciones de julio del 2004antes del externado, esperando poder realizar el trabajo de investigación que tanto noshabía quitado el sueño. El antecedente de un brote de Bartonelosis en el año 1998 noshacía preguntarnos qué tanto conocía la población de una nueva zona endémica acercade esta enfermedad.Gracias a las coordinaciones previas hechas con la DISA de Cusco, y con la Red Nortedel MINSA, tuvimos muy buena aceptación y receptividad en el Centro de Salud deOllantaytambo, en el Centro de Salud de Chilca y en las comunidades a entrevistar.El sol andino nos despertaba a las 5am, y el frío nos hacía extrañar la bolsa de dormircalientita mientras viajábamos en la única "combi" de las 6am que hacía la rutaOllantaytambo-Chilca entre bolsas de abono, sacos de papas y con algunos animales.Cada día caminábamos de casa en casa, guiados por el Presidente de una de lascomunidades o promotor de salud, encuestando a los pobladores de 10 diferentescomunidades de la zona. En cada comunidad encontrábamos más que respuestas anuestras encuestas. Descubrimos gente amable, acogedora con nosotros los"doctorcitos", y que a pesar de sus limitados recursos nos ofrecían una silla paradescansar, un plato de comida o algo de tomar.Cada día había que caminar algunos kilómetros, bajo un cielo perfectamente azul, entrecampos multicolores, riachuelos, vacas ¡y a veces acompañados por ladridos de bravosperros guardianes! Después de cada jornada agotadora, era fundamental llegarcaminando a la carretera lo más temprano posible, ya que a cierta hora sólodependíamos de la buena voluntad de los camioneros para regresar a Ollantaytambo,algunos kilómetros mas lejos. ¡Hemos viajado en volquetes, camiones cargadores deyeso, y hasta en la tolva de la camioneta del alcalde!En las dos semanas que estuvimos en el distrito de Ollantaytambo y sus comunidadesvecinas, no sólo pudimos conocer a sus pobladores, sino también a los sacrificadosservidores de salud de Ollantaytambo y Chilca. En donde con sólo 5 camas y un minilaboratorio para los exámenes auxiliares indispensables, hablar de una máquina derayos X es casi hablar de un sueño. Sin embargo, todos, los 3 médicos, enfermeras,obstetriz, laboratorista, farmacéutica, técnico, el guardián y el chofer de la ambulanciadaban el 100% de su esfuerzo para atender a sus pacientes con eficiencia, y calidez.En nuestra estadía en Ollantaytambo, conocimos de cerca la realidad en la que vive lamayoría de nuestro país: conocimos realmente al Perú. Vimos marchar en FiestasPatrias a niños que viajaban 6 horas desde comunidades exclusivamenteQuechuahablantes, sólo para ser parte del desfile escolar.Nos fuimos con más que algunas palabras aprendidas en Quechua, encuestas llenas ycansancio acumulado, regresamos con expectativas más que cumplidas, orgullosos deconocer un poquito más al Perú y a su gente y con ganas, más que nunca, de que nuestrotrabajo aporte aunque sea con un granito de arena al bienestar de esa población.No hubiéramos podido llevar acabo este proyecto sin nuestros asesores, la Dra. PalmiraVentosilla y el Dr. Ciro Maguiña, a quienes les agradecemos profundamente por susconsejos, sus conocimientos y su entusiasmo para con nuestro trabajo. Cuandoempezamos a armar el proyecto, nunca imaginamos ganar el Premio de Estímulo"Francisco Tejada Semiramis Reátegui" 2004 al Mejor Proyecto de Investigación de laFacultad de Medicina Alberto Hurtado. Es de esta manera que vimos reconocidonuestro esfuerzo y el de nuestros asesores, lo que nos motiva aún más a desarrollarnuestro potencial como jóvenes investigadores y futuros médicos de la Facultad deMedicina Alberto Hurtado.Rosa María Castillo SchilderAlumna del 5to año de MedicinaMiembro de SOCEMCH49