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BUENOS AIRES Viernes 18 de marzo de 2011www.cronista.<strong>com</strong>EL CRONISTAC O M E R C I A LAño 102. Nº 31.273Una publicación de El <strong>Cronista</strong> Comercial S.A. Avenida Paseo Colón 740/46 C1063ACU Buenos Aires. Tel.: (5411) 4121-9300 Fax 4121-9305/07PAÍS ADOLESCENTEEl día en que Obamadejó de ser peronistaFERNANDO GONZALEZDirector Periodísticofgonzalez@cronista.<strong>com</strong>El tiempo, siempre cruel, el desgastepolítico y ese demonio virtualllamado WikiLeaks lo hicieronposible. Hoy Barack Obama, aquel presidentenegro que venía a inaugurar unanueva era de la humanidad; el que le ganóal aparato político con Facebook ycon Twitter; el que encantó a Hollywoody a los jóvenes estadounidenses, yano es lo que era. Que se lo digan sino aCristina Kirchner. La Presidenta lo veía<strong>com</strong>o la gran esperanza negra y hasta leatribuía algunas supuestas virtudes delperonismo. Así se le nota la admiraciónen la foto que a<strong>com</strong>paña esta crónica, el20 de abril de 2010, durante la la CumbreNuclear en Washington.■ La enojada soy yo. Pero todo concluyeal fin y la simpatía que Cristina sentíapor Obama está congelada hastaquién sabe cuándo. La Presidenta nopuede aceptar que no haya incluído a laArgentina en su gira por Brasil, Uruguayy Chile que <strong>com</strong>ienza hoy. No despuésde las ofensas de WikiLeaks, por cuyoscables secretos y descubiertos se enteróque otra de las personas que admiraba(la secretaria de Estado, Hillary Clinton),preguntaba por su salud mentaltras la publicación de un artículo de larevista Noticias que le atribuía una presuntabipolaridad. La propia Cristina lehizo saber a Obama su enojo a través deemisarios argentinos y estadounidenses.Así se lo confirmaron a El <strong>Cronista</strong>fuentes de la Casa Rosada y del Departamentode Estado de EE.UU., aunqueconsultar a todas las fuentes no estábien visto últimamente por quienesdesempeñan el doble rol de periodistasy militantes políticos. “La queestá enojada soy yo y no sólo el cancillerHector Timerman”, fue el mensajepresidencial que llegó clarito ala embajada de Palermo Chico.■ El factor electoral. La preguntaque más se siguen haciendo en laCasa Rosada cristina y sus colaboradoreses: ¿Porqué no vino? ¿Porquéfue a Brasil, a Uruguay y (sobre todo)a Chile y no vino a la Argentina?El gobierno de EE.UU. nunca lo diráen público así pero la respuesta esque Obama no quería quedar encerradoen la campaña electoral. Y temíaque su presencia en Buenos Airesfuera utilizada por el kirchnerismopara demostrar que la Argentinatambién tenía buenas relacionescon las grandes potencias planetariasy no sólo con Hugo Chávez y EvoMorales. Entonces de la admiracióny la simpatía pasamos al incidentedel avión estadounidense demoradoen Ezeiza con armas y sustanciasmedicinales de uso restringido. Envez de usar a Obama <strong>com</strong>o estandarteelectoral, Cristina optó por reavivarel sentimiento antinorteamericanode algunos sectores de lasociedad. Y el que critique será uncipayo, término popularizado por elgran Arturo Jauretche hace mediosiglo. De nada valió que Obamaofreciera una cita bilateral en lacumbre de presidentes que se haráel año próximo en Colombia. La magiase terminó y habrá que esperaral 2012 para <strong>com</strong>probar si el presidentedel “”Yes we can” puede acoplarseotra vez al movimiento deJuan Domingo Perón.

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