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Rozat, Indios imaginarios e indios reales (frag) - Histomesoamericana

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nos, si no recordamos lo que hemos dicho de las relacionesentre teología e historia.Retomaremos un instante el aspecto escatológico deJerusalén, pues hemos dicho que era fundamental. Lo quehay de extraordinario es la identidad total entre la destrucciónde la Jerusalén terrestre, la ruina del templo y el fin delmundo, el "fin de los tiempos", que Bossuet resumirá así:Es necesario que haya en esos dos acontecimientos, entre el últimodía de Jerusalén y el último del mundo, cosa que sea propia y cosaque sea común a una y otra... [Y agrega:] Aquello que es propio dela desolación de Jerusalén, es que será asediada por un ejército;que Ta abominación de la desolación estará en el lugar santo...esque... esa ciudad será reducida por un hambre prodigiosa, aquelloque hizo decir a N. S. J. C: "desgracia para aquellas que esténembarazadas, desgracia sobre aquellas que alimentan a sus hijos.Es que la cólera de Dios será terrible sobre ese pueblo particular,sobre el pueblo judío; de tal suerte que jamás la memoria de aquélhabrá tenido desastre parecido. Es que ese pueblo perecerá por laespada, será tenido en cautiverio por todas las naciones yJerusalén pisoteada por los gentiles. Por ello es que la ciudad y eltemplo serán destruidos, y no quedará piedra sobre piedra. Es queesa generación no pasará antes de que estas cosas estén completasy aquellos que viven ahora las verán". 8Tenochtitlan, otra JerusalénNos parece que este esquema de la destrucción se aplica perfectamentea la de Tenochtitlan-México. Basta reemplazarjudíos por <strong>indios</strong>, gentiles por cristianos, para que seestablezca el mismo esquema de la ruptura.8 Bossuet, "LXixéme jour", en Meditations sur l'Evangile.No es suficiente, sin embargo, notar las similitudes formalesen los hechos históricos, para poder afirmarlo. Es necesariodarse cuenta de que la caída de Tenochtitlan significa, de unamanera mística, el progreso de la enseñanza del Cristo, eldesarrollo de la religión cristiana entre los <strong>indios</strong>; una rupturatan fabulosa y tan importante para los <strong>indios</strong> desde la perpectivasimbólica como la caída de Jerusalén para los judíos.Las fuentes "indígenas" y españolas nos permiten ver cómoese esquema fue utilizado como ordenador discursivo para laredacción de los hechos "históricos" y militares que contienenlos relatos de la conquista.Para un espíritu contemporáneo, esta escritura podríaparecer fraudulenta, considerando nuestro deseo de objetividad,pero es necesario tener claro que la función de estos textosera la de inscribir a la reciente historia americana en elmito cristiano y que, además, la mayoría de ellos no estabadestinada a los <strong>indios</strong> sino a la inquietud de la concienciaoccidental, cuestionada por el descubrimiento de un cuartocontinente, refugio del demonio y de sus huestes. Sin olvidarque estos textos, mucho más que un reflejo accidental de unaconciencia occidental angustiada, constituyen los escritos militantes,las auténticas armas imperialistas de la imposición yde la justificación de la cristianización.Entonces, no hay duda de que estas "fuentes americanas"están enteramente inscritas en el nudo del mito occidental.Desolación de Tenochtitlan/JerusalénHay poco que agregar al cuadro dramático que nos ofrecenciertos relatos del fin de Tenochtitlan. La ciudad fue tomadabarrio por barrio, casa por casa, después de una resistenciaferoz; la ciudad fue devastada o casi totalmente devastada,"184

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