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Rozat, Indios imaginarios e indios reales (frag) - Histomesoamericana

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T — >/< ',' n este libro que en 1992 se hizo acreedor alJ¿ ' Premio Clavijero INAH-Conaculta, Guy<strong>Rozat</strong> Dupeyron aborda con estilo polémico untema de suyo controversia!: el de los relatos sobrela conquista de México y la construcciónsimbólica subyacente, que nos lleva a preguntascomo: ¿quiénes son realmente los "'informantes",en particular en el caso de los textos recogidospor Sahagún?. ¿a quiénes se dirigían talesrelatos?, ¿qué pretendían explicar (o justificar)?Con el análisis de los relatos sobre lasdestrucciones de Jerusalén, Roma y Tenochtitlan,el autor revela la presencia de un discursolegitimador de la violencia occidental que no sóloha subsistido a las necesidades de la legitimaciónteológica del siglo XVI, sino que además persisteen el discurso histórico contemporáneo, sin quesea advertido con facilidad, incluso por autoresque se plantean el problema de estos relatos desdela perspectiva indígena.<strong>Indios</strong> <strong>imaginarios</strong> e <strong>indios</strong> <strong>reales</strong>en los relatos de la conquista de MéxicoGuy <strong>Rozat</strong> Dupeyron es doctor en Sociología porla Universidad de París X (Nanterre). Desde 1976es investigador del Instituto Nacional deAntropología e Historia. De 1976 a 1988 fueprofesor de la Escuela Nacional de Antropologíae Historia, donde impartió numerosos cursos enlas diferentes licenciaturas y donde creó lalicenciatura en Historia.Ha publicado múltiples artículos en revistasespecializadas. Otro de sus títulos es América,infierno del demonio (UIA, 1996), acerca de lacrónica de Andrés Pérez de Ribas, evangelizadorde los yaquis. En 2001, la misma UIA y elConacuita publicaron su libro Historia indígena ycultura nacional. Los orígenes de la nación.Desde 1989 vive en Xalapa, Ver., dondeestá adscrito al Centro INAH-Veracruz y dondecolabora como maestro en la Facultad de Historiade la Universidad Veracruzana.•'•.••"',"/ í|FH 44864Guy <strong>Rozat</strong> DupeyronHf Ol TO HI* IBibliotecaUniversidad Veracruzana


BibliotecaINDIOS IMAGINARIOS E INDIOS REALESEN LOS RELATOS DE LA CONQUISTA DE MÉXICO


Guy <strong>Rozat</strong> DupeyronUNIVERSIDAD VERACRUZANAVictor A. ArredondoRectorRaúl Arias LovilloSecretario AcadémicoJesús Garcia LópezSecretario de Administración y FinanzasJosé Luis Rivas VélezDirector General EditorialINDIOS IMAGINARIOS E INDIOSREALES EN LOS RELATOSDE LA CONQUISTA DE MÉXICOBibliotecaUniversidad VeracruzanaInstituto Nacional de Antropología e HistoriaBenemérita Universidad Autónoma de PueblaMéxico, 2002


yU-t'i y/Diseño de portada: Lucía Gómez BenetFotografía de portada: Agarrando chapulinesAbraham xa Mauricio SalazarCLASIF. C¿?JOlA OQUIS. Fft WféfFECHA: ¿?.~ /4:.***3PROCED.^f! lé^J&t^hLF1219.3.H56R69<strong>Rozat</strong> Dupeyron, Guy<strong>Indios</strong> <strong>imaginarios</strong> e <strong>indios</strong> <strong>reales</strong> en los relatos de la conquistade México / Guy <strong>Rozat</strong> Dupeyron. - la. ed. ~ Xalapa, Ver., México:Universidad Veracruzana, 2002.m337 p.; 22 cm. - (Biblioteca)Incluye notas bibliográficas.ISBN: 968-834-594-41. <strong>Indios</strong> de México • Historiografía. 2. <strong>Indios</strong> de México -Primeros contactos con europeos. 3. México - Historia • Conquista,1519-1540.4. México • Historiografía. I. Universidad Veracruzana. II.t.DBUV 2002/15 C.D.D.: 972.02Primera edición, septiembre de 2002© Universidad VeracruzanaDirección EditorialApartado postal 97Xalapa, Ver. 91000, MéxicoISBN: 968-834-594-4Impreso en MéxicoPrinted in MexicoBIBLIOTECAMfAEl GARCÍA GRMAMIINSTITUTO DEIHVKTIIMNMIt HimMCMCONTENIDOIntroducción o premisas para un lejano viaje 13Encuentros americanos e historias 14¿Fuentes americanas? 15Ciencia y verdad de la historiografía americana 17Neocolonialismo o liberación 21<strong>Indios</strong> en la historia 23<strong>Indios</strong>, indígenas, indigenistas 24Objeto del presente libro 26Antropologías: de la teología a una ciencia del hombre 29Primera vueltaLos signos y los presagios: escatologia e historia 35Presencia del signo 35Función del signo 41Primeras conclusiones 49¿Signos?, ¿cuáles signos? 51Los signos, ¿cuáles son? 51El intertexto occidental y el eurocentrismo 62Segunda vueltaSignos, presagios y profecías 69Religión y manipulación 71Religión, prodigio y manipulación 77El Haruspicium responso de Cicerón 80Sagrado y profano. El terror sagrado 85Un ejemplo de manipulación medianteel discurso histórico 89fH


y/El caballo contra Israel 309Los caballos de fuego 313Conclusiones 316Perros <strong>reales</strong> y perros míticos 317Perros <strong>imaginarios</strong> 322El perro en la Biblia 323A manera de conclusión 333Desde hace trescientos o cuatrocientos años que loshabitantes de Europa han inundado las otraspartes del mundo, publicando sin cesar nuevasrecopilaciones de viajes y relaciones; sin embargo,estoy convencido de que no conocemos de lahumanidad más que a los europeos...Los individuos pueden ir y venir, pero la filosofíano viaja, parecería que la de cada pueblo es pocoútil para entender a la de los demás. La causa deesto es clara, por lo menos en lo que repecta a lospaíses lejanos: en efecto, no existen más que cuatrotipos de hombres que hacen viajes de largo alcance:los marineros y los comerciantes, los soldados y losmisioneros; no debemos esperar que los de las tresprimeras clases nos proporcionen buenas observacionesy, en cuanto a los de la cuarta, demasiadoocupados por la vocación sublime que los llamó aesas tierras, cuando no sean víctimas de prejuiciospropios a su estado como los otros hombres,podemos pensar que no se dedicarían muy fácilmentea investigaciones que podrían parecer comode mera curiosidad, y que, por lo tanto, los distraeríande las tareas más importantes a las cualesestaban destinados.JEAN JACQUES ROUSSEAU, Oeuvres Politiques(Galimard, La Pléyade, París, 1964, t. III, p. 212.)


Sexta vuelta¡JERUSALÉN! ¡JERUSALÉN!Cómo se llegó pues a Jerusalén. articulación, necesariay fundamental del discurso del mitoescatológico cristiano, y por qué Tenochtitlan—Jerusalén americana— tenía que ser destruida.Y los signos de la destrucción mexica, que serántambién los de su posible salvación.Retomando la idea de que el Antiguo Testamento es la prefiguraciónde toda historia cristiana, podemos entender porqué, en la escenificación discursiva de la escatología cristiana,la destrucción física de Jerusalén por el ejército de Titotoma una relevancia sorprendente, en lo fundamental porqueestos acontecimientos cierran de manera irremediable el finde una gran etapa de la Revelación.Para el mito cristiano, el relato de la destrucción física eranecesario porque se pasaba así de la Jerusalén judía, la delAntiguo Testamento, a la nueva Jerusalén, que constituye ala Iglesia cristiana, en espera del regreso del Mesías para larealización plena la de la Jerusalén celeste.No es pues asombroso constatar el lugar absolutamentecentral que la figura de Jerusalén tomó en toda la culturamedieval.Ya hemos dicho, por ejemplo, que Jerusalén se encontrabaen el centro de la representación simbólica del espaciomedieval, como lo testimonian los "mapas" de la época. Estaprimacía es esencial en todas las construcciones simbólicas de177


esta cultura teológica. De nuevo, Henri de Lubac será quiennos confirme el lugar de la figura de Jerusalén:El símbolo privilegiado entre todos es el de Jerusalén. En él tenemosmucho más que un ejemplo, pues sólo en el nombre está resumidatoda la historia del pueblo de Israel y está contenida toda la esenciadel Antiguo Testamento; y, en consecuencia, toda la Iglesia de Cristoy toda el alma cristiana, toda la ciudad de Dios y todo el misterio, lomismo de la 'Virgo singularis", de tal manera que la explicación deJerusalén encierra como in nuce la explicación total de la Escritura yla exposición total del Misterio cristiano. Por todo eso podemos entenderperfectamente por qué la tradición cristiana, invitada por laEscritura misma, recibió tan pronto esta figura de Jerusalén...Jerusalén ha recibido a menudo una triple interpretaciónalegórica: ya sea el alma establecida en la virtud, la iglesia gloriosasin tacha ni mancha o el pueblo celeste del Dios vivo. Estas diversasacepciones se encuentran, en efecto, en Orígenes, con un sentimientode continuidad de la una en la otra y una predominanciafrecuente de la Jerusalén escatológica... Se habló también de laamplitud de la visión angustiniana, tal como se desarrolló en LaCiudad de Dios: es la alegoría de Jerusalén que constituye su base:Illa Jerusalem ad Cujus pacem currimus... Los cuatro sentidos dela ciudad son ya tópicos en Cassien. Se les encuentra en Beda,Raban Maur, Sedulio Scotto, Gilberto de Nogent, Honorio y en ungran número de autores. El Speculum Eclesiae los utiliza, así comola Miscelánea, Juan Beleth, Esteban Langton, etcétera.Desde entonces, Jerusalén será el ejemplo típico, ilustrando elmétodo del cuádruple sentido; Todo el Libro IV del De claustroanimae de Hugo de Fouilloy es un tratado de 43 capítulos de lacuádruple Jerusalén: 5 capítulos para la historia, 14 para la místicay la moral más o menos entremezcladas, 24 sólo para la anagogía:es una larga descripción de la Ciudad Celeste donde sonabordados todos los problemas concernientes a los fines últimos.El nombre de Jerusalén, en efecto, se aplica por excelencia a laJerusalén anagógica. 11 H. de Lubac, op. ciL, pp. 645 y 646.Constatamos, pues, la importancia de la Jerusalén simbólica,pero sabemos también que para que se cumplieran en su totalidadlas profecías del Antiguo Testamento, era necesario que laorgullosa Jerusalén histórica, la ciudad del pueblo judío, fueradestruida, para que sobre este evento histórico pudiera anclarsey desarrollarse el mito cristiano de la nueva Jerusalén.Un acto de destrucción imprescindible, incluso en contra dela voluntad del conquistador romano, agente divino a travésde quien se cumplen las profecías. Pero sobre todo debía serdemolido el templo, construcción eminentemente simbólicacon el fin de que se completaran las profecías del Cristomismo: "En verdad les digo, no quedará piedra sobre piedra"(Marcos XIII: 2). En efecto, la tradición nos informa que Titoprohibió expresamente que se tocara al templo: "pero un soldado,animado por un instinto celeste, le prendió fuego y nose le pudo apagar..."Esta es ya más que la simple destrucción de un edificio porel fuego. Se trataba no sólo de un lugar consagrado; para losjudíos era la auténtica morada de Yahvé, el lugar donde secomunicaba con su pueblo. Entonces "fue necesario" que todoquedara arrasado, como habían anunciado los profetas, y elfuego no pudo ser apagado, a pesar de los esfuerzos, porque eltemplo, símbolo de la alianza del pueblo elegido por Yahvé,había ya cumplido su cometido y su destrucción tenía que testimoniarla nueva alianza. La ciudad de Jerusalén, por el sitio ylos combates con el conquistador romano, quedó "reducida a uncuadro" y, al fin, el templo mismo quedó convertido en ruinas,símbolo definitivo del fin de la Jerusalén histórica.Irremediable, esta destrucción se efectúa por la voluntad deDios poco tiempo después de la pasión y muerte de Cristo,cuando los judíos "en su orgullo" quisieron reedificar el temploy restaurar el símbolo de su alianza con Dios como pueblo178179


elegido, la tradición cristiana nos reporta que "el fuego de Dios"consumió los materiales y a los obreros que ahí trabajaban.Para el mito cristiano, en este aniquilamiento de laJerusalén judía, más que la destrucción física de una ciudadpoderosa, rica y opulenta, está la voluntad de Dios de marcarcon una señal históricamente visible, para convencer a lossimples y a los escépticos de que un tiempo está definitivamenteconsumido. El templo será destruido y no podrá jamásser reconstruido, pues:El templo ha cumplido, por así decir —dirá Bossuet— todo paralo cual estaba destinado. Cristo había indicado, según los oráculosde Ágeo y de Malaquías, que se acabaría el templo, pues estiempo. Por muy santo que sea, por numerosas que sean lasmaravillas ahí ocurridas y por el sacrificio que Abraham quisohacer de su hijo Isaac, es necesario que éste ceda a los templos,donde se ofrecerá según el mismo Malaquías, un más excelsosacrificio desde el nacimiento del Sol hasta la noche... 2Con la adopción del relato de la destrucción de Jerusalén, porla tradición cristiana, se manifiesta el cierre de una etapa dela revelación divina, el fin del pueblo judío como puebloelegido. El relato mosaico representaba, más que una leymoral dada por Dios a su pueblo, un conjunto de vaticinios,cuyo objetivo era prefigurar al Nuevo Testamento.Esta inserción cristiana del relato de la profecía mosaicadesposee al pueblo hebreo de la palabra sagrada; representauna advertencia para ellos sobre lo que va a ocurrir,preparando así la justificación de todos los desarrollos míticose inquisitoriales posteriores.Mediante las profecías y figuras del Antiguo Testamento, Diospreparó a la humanidad para la venida de su hijo y la realizaciónde sus propósitos redentores. Con los patriarcas y los profetas,con la Ley, con los ritos de la religión mosaica, Dios familiarizabaa su pueblo con las grandes verdades, pues la humanidad, en suinfancia, no podía aún recibir la completa Revelación. Gracias aesta pedagogía divina, el pueblo judío pudo ya recibir las grandeslíneas de la Revelación y, en un conmovedor resumen, Irenée (unode quienes han formulado con más claridad los grandes principiosde la lectura del Antiguo Testamento) nos descubre todo el sentidodel Antiguo Testamento: a ese pueblo, pronto a regresar a losídolos, Dios lo formaba a través de numerosos llamados, lopreparaba para la perseverancia y el servicio de Dios; lo llamabaa las cosas primeras por las cosas segundas, es decir a la verdadpor las figuras, por las cosas temporales a las cosas eternas, porlas cosas de la carne a las del espíritu, por las cosas de la tierra aaquellas del cielo... 3Esta gran paciencia de Dios hacia su muy amado pueblo, estapedagogía divina que guiaba al pueblo elegido, se expresabaen la primera Jerusalén "histórica" y "geográfica". Pero estamisma ciudad santa deja entrever ya los signos del futuroapenas disimulados bajo la letra del libro sagrado. Es lo queexplica Hilario de Poitiers en el siglo IV:Hay varias maneras de interpretar la Escritura... Toda la obracontenida en los Santos Libros anuncia con sus palabras, revelapor los hechos, establece por los ejemplos, la venida de N. S. J. C.quien, enviado por su padre, se hizo hombre y nació de una virgenpor la acción del Espíritu Santo... es Él quien, por las prefiguracionesverdaderas y manifiestas, engendra y lava, santifica, escogey rescata la Iglesia en los patriarcas. Por el sueño de Adán, por el1802 Bossuet, "Lxvméme jour", en Meditations sur l'Evangile.3 J. P. Brisson, Introduction Au Traite de Mystéres de Hilaire de Poitiers(siécle IV), Ed. du Cerf, París, p. 43.181


diluvio de Noé, por la bendición de Melquisedec, por la justificaciónde Abraham... Durante todo el recorrido de los tiempos, en unapalabra, el conjunto de las profecías, manifestaciones del desarrollodel plan secreto de Dios, nos fueron dadas con benevolencia, por elconocimiento de su encarnación por venir.Y puesto que nosotros deseamos mostrar en este pequeñotratado que en cada personaje, en cada época, en cada hecho, elconjunto de profecías proyecta como un espejo la imagen de suadvenimiento, de su predicación, de su pasión, de su resurreccióny de nuestra comunidad en la Iglesia..." 1El mismo Hilario termina su tratado concluyendo:Él convino, pues, que esas realidades figuradas por todos losacontecimientos, conocidos y cumplidos en Él sólo hayan sido conservadasen la memoria de los escritos y los libros sellados, paraque la posteridad, instruida por los acontecimientos anteriores, contempleel presente en el pasado y venere todavía ahora el pasadoen el presente... 5La destrucción de Jerusalén está de forma directa ligada aladvenimiento del Mesías. Más exactamente, al tercer advenimiento,que tiene lugar en su encarnación en el seno de laVirgen y marca el fin de la ley mosaica. Es pues, más que "elfin de una ciudad", más que "la destrucción de un templo",incluso más que el nacimiento de una nueva religión, el puntode partida de una nueva etapa de la historia humana. Unesquema que un autor anónimo del siglo XI o XII ha resumidoasí, glosando el texto de Hilario:El Hijo del Hombre vino, en efecto, buscando lo que estaba perdido:Él vino antes que la Ley pues hizo conocer por la razón natural loque cada uno debió sufrir o hacer; Él vino bajo la Ley, pues por losejemplos de los patriarcas y la voz de los profetas confirmó a ladescendencia de Abraham los decretos de la Ley. Vino una terceravez después de la Ley por la Gracia, para la vocación de los gentiles,para que, del Oriente al Occidente, los niños aprendieran a"alabar el nombre del Señor", esos niños que hasta el fin del mundono cesarán de exhortar al culto de su majestad... 6Es esta misma división simbólica de los tiempos, la que nosreporta ese anónimo conocido bajo la firma dequien nos explica en el prólogo de su obra:Quodvultusdeus,Hay tres tiempos del comienzo al fin del mundo en los diferentespueblos: antes de la ley, con la ley, y bajo la manifestación de unagracia que por signos escondidos siempre ha estado presente.Esta división tripartita es la siguiente: la primera creación delprimer hombre hasta Moisés, es el tiempo de antes de la Ley; deMoisés, a quien le fue dada la Ley en el Monte Sinaí, hasta eladvenimiento del Salvador N. S. J. C, es el tiempo de la sumisióna la ley; después que Él se manifestó en la carne, que fue crucificado,que subió a los cielos, hasta ahora y el fin del mundo, con elbreve episodio del reino del Anticristo, es el tiempo de la graciaque se cumple. 7Es interesante notar aquí que el esquema general tripartitode la historia sagrada es aplicable no sólo a las tradicioneshebraicas, sino también a los "diferentes pueblos". La escriturade la historia de cualquier país lejano será, pues,sometida a divisiones simbólicas de este tipo, cualquiera quesea la región o la época estudiada; lo que no debe sorprender-1824 Hilaire de Poitiers: "Traite de Mysteres", op. cit., u, i, p. 73.5 Ibid., p. 163.6 Ibid., apéndice, p. 165.7 Quodvultusdeus, Livre des promesses el des predictions de Dieu, Ed duCerf, París, p. 159.183


nos, si no recordamos lo que hemos dicho de las relacionesentre teología e historia.Retomaremos un instante el aspecto escatológico deJerusalén, pues hemos dicho que era fundamental. Lo quehay de extraordinario es la identidad total entre la destrucciónde la Jerusalén terrestre, la ruina del templo y el fin delmundo, el "fin de los tiempos", que Bossuet resumirá así:Es necesario que haya en esos dos acontecimientos, entre el últimodía de Jerusalén y el último del mundo, cosa que sea propia y cosaque sea común a una y otra... [Y agrega:] Aquello que es propio dela desolación de Jerusalén, es que será asediada por un ejército;que Ta abominación de la desolación estará en el lugar santo...esque... esa ciudad será reducida por un hambre prodigiosa, aquelloque hizo decir a N. S. J. C: "desgracia para aquellas que esténembarazadas, desgracia sobre aquellas que alimentan a sus hijos.Es que la cólera de Dios será terrible sobre ese pueblo particular,sobre el pueblo judío; de tal suerte que jamás la memoria de aquélhabrá tenido desastre parecido. Es que ese pueblo perecerá por laespada, será tenido en cautiverio por todas las naciones yJerusalén pisoteada por los gentiles. Por ello es que la ciudad y eltemplo serán destruidos, y no quedará piedra sobre piedra. Es queesa generación no pasará antes de que estas cosas estén completasy aquellos que viven ahora las verán". 8Tenochtitlan, otra JerusalénNos parece que este esquema de la destrucción se aplica perfectamentea la de Tenochtitlan-México. Basta reemplazarjudíos por <strong>indios</strong>, gentiles por cristianos, para que seestablezca el mismo esquema de la ruptura.8 Bossuet, "LXixéme jour", en Meditations sur l'Evangile.No es suficiente, sin embargo, notar las similitudes formalesen los hechos históricos, para poder afirmarlo. Es necesariodarse cuenta de que la caída de Tenochtitlan significa, de unamanera mística, el progreso de la enseñanza del Cristo, eldesarrollo de la religión cristiana entre los <strong>indios</strong>; una rupturatan fabulosa y tan importante para los <strong>indios</strong> desde la perpectivasimbólica como la caída de Jerusalén para los judíos.Las fuentes "indígenas" y españolas nos permiten ver cómoese esquema fue utilizado como ordenador discursivo para laredacción de los hechos "históricos" y militares que contienenlos relatos de la conquista.Para un espíritu contemporáneo, esta escritura podríaparecer fraudulenta, considerando nuestro deseo de objetividad,pero es necesario tener claro que la función de estos textosera la de inscribir a la reciente historia americana en elmito cristiano y que, además, la mayoría de ellos no estabadestinada a los <strong>indios</strong> sino a la inquietud de la concienciaoccidental, cuestionada por el descubrimiento de un cuartocontinente, refugio del demonio y de sus huestes. Sin olvidarque estos textos, mucho más que un reflejo accidental de unaconciencia occidental angustiada, constituyen los escritos militantes,las auténticas armas imperialistas de la imposición yde la justificación de la cristianización.Entonces, no hay duda de que estas "fuentes americanas"están enteramente inscritas en el nudo del mito occidental.Desolación de Tenochtitlan/JerusalénHay poco que agregar al cuadro dramático que nos ofrecenciertos relatos del fin de Tenochtitlan. La ciudad fue tomadabarrio por barrio, casa por casa, después de una resistenciaferoz; la ciudad fue devastada o casi totalmente devastada,"184


"reducida a polvo", diría el profeta. Para comprender la desolaciónde Tenochtitlan, esta "ciudad maravillosa", "digna deAmadís", basta recordar, entre otros, el testimonio de BernalDíaz del Castillo:Es verdad y lo juro que toda la laguna y chozas y barbacanasestaban llenas de cuerpos y de cabezas de hombres muertos... esprodigiosa la multitud de guerreros de esta ciudad que fallecieron...todo estaba repleto de cadáveres y apestaba fuerte, nohabiendo hombre que pudiera resistir... 9No hay duda de que se cumplió la profecía: "no quedarápiedra sobre piedra". Y esta otra: "esta generación no pasará",que significa dos cosas: que perecerá, pero también que estageneración verá entrar la nueva fe en Las Indias, a pesar desu rechazo y de la resistencia demoniaca que se expresa traseste rechazo.La palabra indígena tiene que resistirse a la cristianizaciónpara que el relato "indígena" esté de acuerdo con laviolencia desatada después. Tendremos así, en estos textos,una negativa amable pero firme, descrita en largos discursosevidentemente reconstruidos más tarde en su totalidad. Estanegativa es una parte obligada del relato, porque tambiénpermite exculpar a los españoles de toda mancha moral yresponzabilizar a los <strong>indios</strong> del enfrentamiento. La naturalezahistórica de estos diálogos ha sido puesta en duda, demanera parcial, por algunos autores, porque es evidente quelos <strong>indios</strong> no entendieron, ni por un instante, la extravaganciade la proposición española, que los conminaba a entre-9 Bernal Díaz del Castillo, op. cit., tomo II, p. 254, versión francesa de J.M. De Heredia Lemerle, 4 vols, París, 1878.186garse sin más a unos bárbaros venidos de quién sabe dónde,sólo porque éstos así lo querían (de la misma manera en quelos españoles tampoco pudieron entender ni la mínima explicaciónindígena). A pesar de esta imposibilidad comunicativafundamental, los textos están llenos de largos discursos sobreel rechazo indígena a la nueva religión, así como de "pruebas"de la aceptación de sometimiento del tlahtoani mexica (veremosen el capítulo siguiente la naturaleza de estos discursosde Motecuhzoma).El papel de esos seudodiscursos era justificar, una vez realizada,la^ d e s t r u c c i ó n a hierro y fuego causada por losespañoles en el Anáhuac. La revuelta militar y política en lacapital mexica, primero contra Alvarado, tras de la masacreen el gran templo, y luego contra Cortés, constituye sólo laperipecia histórica aparente, porque la verdadera legitimaciónde la destrucción se inscribe en el ámbito de la negativareligiosa, manifiesta con claridad cuando los <strong>indios</strong> sesublevaron contra su emperador legítimo.No hay duda de que el "estilo literario" de esos famosos testimonios"indígenas", como lo han constatado diferentesautores, se sitúa claramente en unas formas discursivas quepodríamos llamar "estilo bíblico", y es probable que un estudioestilístico, sintáctico, incluso lexicográfico, debería mostrarcómo estos textos no son más que paráfrasis de los relatossagrados de los invasores. Tomando por ejemplo sólo undetalle en apariencia marginal, como esos 240 000 muertos, o sea12 x 20 000, significativo, no de un poco más de 200 000cadáveres de guerreros mexicas muertos en verdad en labatalla (pueden ser menos, pueden ser más), sino de que estacifra se inscribe, como el resto del relato, en el símbolo, en esecaso en el simbolismo que se encuentra desarrollado sobre lascifras, en la tradición hebraica o en la Cabala, en la cual187


240 000 quiere decir innumerable, como las legiones de demonioso los cadáveres de los enemigos de Yahvé, después deuna gran victoria del pueblo elegido.Que tropecemos a cada instante en los textos del siglo XVIcon esos "estilos bíblicos" no puede ser tan asombroso, si seconsidera que los <strong>indios</strong> aculturados, es decir, hispanizadosy cristianizados, lo fueron sobre todo a través de los librossantos.Pero lo que hemos querido mostrar aquí es que se trata deuna cosa más fundamental que la adopción de un estilo o deuna paráfrasis bíblica. Se trata de la constitución de un discursoque rinde cuentas en lo fundamental del despliegue delmito cristiano y que se presenta como un ensayo deEscrituras americanas.Una nueva etapa de la revelación divinaen "Las Indias*'En los dos casos, Jerusalén y México, la toma y la destrucciónmarcan un progreso en las etapas de la revelación divina. Esdecir, debieron manifestar la voluntad de Dios, el Único, queabatió a los ídolos, que rebasó la antigua ley para establecerpor fin la nueva, la única, la Ley.Nos falta regresar una vez más sobre una concepción de lahistoria en la cual todo el devenir humano está suspendidodel esquema de la Revelación.¿Debe insistirse en que el libro fundamental es la Biblia yen que los tiempos históricos y sus cambios de ritmo tienencomo punto de referencia los acontecimientos reportados porella?, ¿en que todo buen libro de historia comienza con elGénesis y la creación del hombre por Dios y tiende a terminarcon la descripción del fin de los tiempos?188Recordando lo que hemos dicho en el capítulo precedentesobre las posibles lecturas que recomienda y practica el lectormedieval, podemos retomar a Henri de Lubac y escribir que:La preocupación por estudiar los testimonios dejados por la culturaindígena como documento histórico, que les enseñaría algosobre el pasado de los pueblos "indígenas", les es totalmenteextraña. De una manera general, podemos decir que les faltabainterés por el pasado como tal y, más aún, por el indígena, entanto que representa simbólicamente un tiempo muerto y condenadoy que no puede ni debe vivirse de nuevo... 10Para estos sabios de principios del siglo XVI, el fundamento desu acción, de su práctica intelectual como "historiadores", noera testimoniar un pasado rico, sino construir un discursoque fuese capaz de formar, de instruir, de rendir cuenta de lapreparación evangélica sobre esta tierra de los "<strong>indios</strong>". Peroesta construcción legitima, a fin de cuentas, todo lo que ocurriósobre esta tierra y al nuevo poder y a la nueva religión,pues en la visión teológica es Dios quien permitió la victoriade los españoles ya que el triunfo de éstos es su triunfo.Legitimación histórica y construcción de una nueva moralsocial corren parejas, y no sabremos de la época precolombina—la histórica— más que ciertos elementos atomizados, queestán en el texto, un poco por casualidad o porque entran en elcuadro de esta construcción imaginaria para darle un efecto derealidad. Debido a esta finalidad y también al poco cuidado conque estos autores se dedicaron a la descripción de esassociedades, de las que son los últimos testigos ciegos, nosquedará siempre la duda sobre si lo indígena que nos muestran10 Henri de Lubac, op. cit., p. 168.189


pertenece a un "indio histórico" o es sólo la figura retórica delindio, sujeto pasivo de una discursividad ajena, que lo trasciendey lo manipula, según sus necesidades. De estas prácticasnacen las que se han considerado a veces como confusiones:el empleo de palabras como "dioses", "emperador", "imperio","rey", "nobles", "señores", "esclavos"... No se trata, en ningúnmodo, de confusiones. El objetivo de la relación es adaptar anuevos mundos un antiguo discurso político religioso y norendir cuentas del orden precolombino.Hemos dicho también que Jerusalén era un símbolo escatológicoy es evidente que sucede lo mismo en la "Jerusalénindígena". Importancia simbólica respecto al mito occidentalde la integración del nuevo continente a la historia generaldel devenir humano en la época. En esta historia marcadapor el fin de los tiempos, la confusión simbólica cuidadosamenteelaborada mezcla el fin de la poderosa Tenochtitlan yel fin de un mundo; es la misma confusión simbólica querodea la Jerusalén judía.Estamos convencidos de que es en ese conjunto simbólicodonde debemos colocar a los testimonios "<strong>indios</strong>" y españoles delos primeros momentos de la conquista americana para poderestudiarlos sin enormes contrasentidos. Así, por ejemplo,adquieren nuevo interés ciertos testimonios "indígenas" deSahagún, así como libros en los que se incluyen el ChilamBalam o el Popol Vuh... Y aparece desde este momento la posibilidadde intentar distinguir mejor, en tales testimonios, lo quepueden tener de genuinamente indígena y lo que se ha tomadoprestado de la tradición simbólica y religiosa, sobre todo através de ese discurso sobre la crisis y la ruptura escatológica.Un ejemplo: el "Damasceno", palabra que introduce uncapítulo del Chilam Balam, ¿es una interjección no significativa,un fósil histórico azaroso dejado por cualquier párrocoespañol, un obispo, un soldado, un inquisidor, un encomenderoo algo que recuerda a Juan Damasceno, autor, entreotros, de un Apocalipsis, que atraviesa todo el pensamientomedieval hasta nosotros?Y ese mismo nombre de Balam, ese nombre que los indígenasdaban a sus sacerdotes, a los brujos, ¿es otra prefiguraciónprofética o tiene relación con el personaje del AntiguoTestamento, el sacerdote moabita que se encuentra en elL¿6ro de los Números? Ese sacerdote de los ídolos se llamóBalam. Por cierto, Las Casas ha escrito que ese término esindio: "Aquellos que eran brujos o brujas eran quemados y sellamaban en su lengua Balam, que significa "tigre", pues eldemonio se encarnó en ellos..."Si esta cita es exacta y si nos libramos a una rápida exegesis,podemos darnos cuenta de inmediato de un cierto númerode dificultades que incluso llegaron a hacernos dudar de esetestimonio del santo varón. En primera instancia, ¿qué puedeser un "demonio" para un precolombino?Si la figura demoniaca es una "realidad" para el Occidentecristiano, ¿lo es también para un indígena precolombino? Sien lo personal hemos sido tentados a veces a dudar de la "realidad"de los "dioses precolombinos", ¿cómo no dudar del"demonio", de sus manifestaciones o de sus sacerdotes?De la misma manera, ¿por qué siempre quemar un brujo?Más allá de una respuesta fácil que afirmaría que se trata dela probable manifestación de la obsesión profesional de undominicano español del siglo XVI, el brujo o las personas quese ha convenido en llamar así (y esto puede ser una de lasraras cosas positivas que la antropología nos ha enseñado), apesar de su ocasional y aparente oposición marginal en lassociedades tradicionales, desempeñan un papel fundamentalpara su superviviencia.190191


Quedaría por preguntarnos en nombre de qué ortodoxia loquemarían y por qué lo llamarían "tigre", para descalificarlocon un epíteto de crueldad, de animalidad, cuando sabemos,por otro lado, que en el conjunto de Mesoamérica existía ungran número de cofradías, a menudo guerreras o sacerdotalesestablecidas bajo el símbolo —muy honorable— y la proteccióndel tigre/jaguar, como los caballeros-jaguares mexicas.Para concluir esa minirreñexión exegética, podríamosagregar que, a pesar de las contradicciones evidentes contenidasen esta pequeña frase de Las Casas, aun cuando elmismo fonema Balara sirviera para designar a un sacerdoteindígena, el hecho de encontrarlo constituye, para el métodoexegético, ya una prueba simbólica por analogía, de la muyambigua naturaleza de estos especialistas, pues hemosmostrado ya el papel fundamental de este modo deconocimiento, no sólo en un discurso antiguo como aquel deSéneca, sino también en la simbología medieval.Pero, ¿quién es el Balam bíblico, sino un sacerdote de losídolos, que ejerce su arte mágico en favor de los enemigos delos israelitas? Así, cuando es encargado por su rey de maldeciral pueblo que se aproxima a conquistar el país de Moab,donde él es sacerdote, no cumplirá con su tarea, no podráhacerlo; la voluntad de Yahvé es más poderosa que los ídolos,pues las profecías deben cumplirse: los moabitas serán aplastadosy el país de Moab pasará a ser una provincia de Israel.Balam no conoce el verdadero nombre de Yahvé, pero su celohacia sus dioses es sincero y su corazón, justo; es por eso queDios le hablará, le dirá: "Tú no irás con ellos [los moabitas] yno maldecirás al pueblo [judío] pues es bendito..." llLa respuesta que dará entonces Balam al rey Balak, de losmoabitas, su legítimo soberano, no carece de interés, si seconsidera con cuidado la analogía entre el pueblo judío,vencedor de los amorreos, fuente de su nueva alianza conYahvé penetrando en la tierra prometida, y los españoles,nuevo pueblo elegido, que conquista el Nuevo Mundo y combatepor la gloria del Dios único, en una, también, "nuevatierra prometida".Ese discurso de Balam a Balak parece aplicarse bien, enparticular a la situación de la conquista:Entonces comienza su discurso sentencioso y dijo [Balam]: "eldios fuerte no es hombre para mentir, ni hijo del hombre paraarrepentirse. Ha dicho, ¿y no lo hará? ¿Él ha hablado y no ratificarásu palabra? El no ha visto iniquidad en Jacob", él no ha vistoperversidad en Israel; el Eterno, su dios, está con él, y con él seoye un canto real de triunfo...Pues no hay encantamiento posible contra Jacob y los adivinos¡ no pueden nada contra Israel!...Pues ese pueblo se despertará como un viejo león y se elevarácomo un león que tiene toda su fuerza; no se acostará sin habercomido la presa y bebido la sangre de los heridos de muerte... 12La destrucción de Jerusalén:modelo histórico y simbólicoLa importancia simbólica e histórica de la caída de Jerusalény su significación escatológica ha protegido de la destruccióny del olvido a los antiguos testimonios escritos de estos acontecimientos.Pero también ha dado lugar a un enorme conjuntode textos que tienen, a su vez, como punto central este19211 Números xxii: 12.12 Números XXIII: 19.193


acontecimiento histórico y simbólico. Las fuentes históricaslatinas fueron utilizadas y comentadas con amplitud perotambién un testimonio "judío" como el de Josefo, 13 cuyosmúltiples escritos han circulado abundantemente dentro dela Iglesia Católica primitiva. Tal es el caso, por ejemplo, deLas antigüedades judías, La guerra de los judíos, o el Contra-Apion. Fueron hechas numerosas copias de sus obras, sobretodo de aquellas que concernían de manera directa a la formaciónde la nueva simbología cristiana. Así, la primera traducciónal latín, después de una buena cantidad de copias engriego, fue hecha por Ambrosio.El testimonio de Josefo es capital para la construcción delmito cristiano, no sólo porque afirma en su texto que participóél mismo, en tanto actor, en los acontecimientos quemarcan la caída y destrucción de Jerusalen, sino porque laletra de su testimonio es investida muy pronto de una pro-13 En este trabajo, como en toda la Edad Media, domina la figura misteriosay compleja de ese autor, judío helenizado, ciudadano romano. La ediciónque hemos utilizado: Histoire antique des juifs, la guerre des juifs contreles romains, ed. Lidis, París, 1968-1973, es una adaptación moderna de latraducción de Arnaud d'Andilly; sabemos que esta versión es considerada porciertos especialistas como una "bella infiel"; por eso hemos verificado lospasajes que utilizamos en otras versiones como la de F. Bourgoing, publicadaen Lyon por la Casa Temporal en 1558. También utilizamos: FlaviusJosephe, La prise de Jerusalem... ed. du Rocher, Monaco, 1966 y la traducciónde la misma obra hecha bajo la dirección de Salomón Reinach.Y para permitir al lector darse cuenta de la importancia secular de la obrade Josefo, recordaremos con Benoit Lacroix: La historia en la Edad Media,Vrin, 1971. Lo llamaban Maximum Historiographus. Rehabilitado por lospadres latinos, San Jerónimo en particular, se encuentra a la cabeza de lalista de los historiadores cristianos a leer, lista preparada por Cassiodore parala edificación de los monjes de Vivarium... Nótese que Josefo es aún uno delos primeros historiadores que se deben leer según Mabillon en su Traite desétudes monastiques (París 2a. parte, cap. 8, 1681, p. 229).194funda reinterpretación simbólica. Reinterpretación que, dehecho, salva ciertamente su obra del olvido, porque, dice Th.Rheinach:Pas obras de Josefo] Poco leídas por los paganos, desdeñadas porlos judíos (se le encontró demasiado "colaborador" de losromanos), han sido recogidas con cuidado por la Iglesia Cristiana;ya Eusebio copió largos extractos y Jerónimo llamó a Josefo "elTito Livio griego. 14Esos textos van a ser revestidos desde muy temprano con elsello del exempla, de sentido alegórico y simbólico, que funcionacomo demostración del devenir humano y del plan deDios para la destrucción de la Jerusalen terrestre, prefiguraciónde la Jerusalen prometida.Pero nuestro interés en la lectura simbólica de la caída y elfin de Jerusalen aumentó considerablemente cuando descubrimosque el evento había sido precedido por una serie depresagios y profecías que reporta el erudito Josefo.Tuvimos la idea de comparar las dos series de acontecimientos"fuera" de lo normal, poniendo en correspondenciasimbólica la caída y la destrucción de las dos ciudades(Tenochtitlan y Jerusalen). El resultado de esta comparaciónfue para nosotros toda una revelación.Los presagios de la destruccióny superación de JerusalenEn La guerra de los judíos contra los romanos, Josefo consagratodo un capítulo (el XXXI) del libro VI, a informarnos de14 Th. Rheinach.195


los "signos y predicciones de las desgracias acaecidas a losjudíos", que no creyeron en ellos. De hecho, se percibe conmucha facilidad en la primera lectura de la serie de presagiosque él enumera que, si no la letra, por lo menos el modelogeneral simbólico que lo estructura, da cuenta de un sistemaidéntico al que precedería a la caída de México-Tenochtitlan.He aquí el texto de Josefo:Reportaré aquí algunos de esos presagios y de esas predicciones:—Un cometa que tenía la figura de una espada apareció sobreJerusalén.—Para la fiesta de Pascua se vio en la novena hora de la noche,durante inedia hora, alrededor del altar y del templo^una luz tanintensa que creyeron había amanecido...—Durante la misma fiesta, una vaca que conducían para sersacrificada, dio a luz a un borrego en el templo...-La puerta que miraba al Oriente, que era de bronce y pesabatanto que veinte hombres apenas la podían abrir, cerrada congrandes cerraduras, barras de fierro y cerrojos, se abrió por símisma...—Se percibió en el aire, en toda esa región, carros llenos depersonas armadas que atravesaron las nubes y se distribuyeronalrededor de la ciudad como para atacarla...—El día de la fiesta de Pentecostés, los sacrificadores oyeronruidos, siendo de noche, en el templo interior dedicado a celebrarel servicio divino, y después, una voz que repetía muchas veces:"Salgan de aquí"...-Un último presagio, mitad profecía, reporta la historia de unhombre que gritaba en los caminos: "Maldición sobre mí,maldición sobre Jerusalén, maldición sobre el templo" que ni lospeores tratos ni presiones pudieron hacer callar... 15Renán: Una lectura histórica de esos presagiosUna vez resumido el texto de esos presagios, examinemosahora una de las tantas 'lecturas" que se ha hecho de éste.Una de las más célebres, y puede ser que una de las más significativas,es la de E. Renán, realizada en el siglo antepasado enEl Anticristo. Después de haber leído a Josefo y a diferentesautores latinos, está convencido de que, en esa época:Los espíritus estaban bajo el influjo de una suerte de alucinaciónpermanente; los ruidos espantosos se oían por todas partes. Norevelaba sino presagios: el color apocalíptico de la imaginaciónjudía teñía todo con una aureola de sangre. Cometas, espadas en elcielo, batallas en las nubes, luces espontáneas brillando al fondodel santuario, víctimas engendrando al momento del sacrificio, productoscontranatura, he aquí lo que se narraba ya con terror... 16Antes de ir más lejos, detengámonos y veamos lo que hay denuevo en esta lectura respecto al texto de Josefo, sobre todo laintroducción de un conjunto de reacciones psicológicas y de efectogrupal, que podemos poner en relación con lo que hemos dichosobre las manifestaciones religiosas vistas a través del prisma deuna cierta antropología vehiculada por el discurso histórico.De nuevo, como en el caso de los textos de la tradiciónlatina leídos por la historia antigua, asistimos a una violentamanipulación de los textos. El relato de los presagios esseguido por la indicación de cómo fueron recibidos. Y en esto,el texto de Josefo es muy claro: "cuando el templo aparecióiluminado, los ignorantes lo atribuyeron a un buen augurio" y"sólo aquellos sabios, aquellos que estaban instruidos en las196Flavio Josefo, La guerra de los judíos..., op. cit., cap. XXI, libro VI.16 E. Renán, op. cit.197


cosas santas, lo consideraron como un presagio de lo quesucedió después..." 1 7 De todas maneras, estamos lejos delterror, y menos aún del apocalipsis.Podríamos traer a cuento las tradiciones judías, de acuerdocon las cuales este pueblo esperaba, después de siglos de profecías,la venida del Mesías, quien, bajo la forma de un reypoderoso, nuevo Alejandro, sometería toda la Tierra. Estatradición y esta espera eran bien conocidas en la época quenos ocupa; tanto, que lo encontramos en los testimonios denumerosos autores latinos. Se verá a Vespacio buscandosaber su destino en el Monte Carmelo; a los emperadoresromanos ofrecer sacrificios en el templo de Jerusalén, asícomo la existencia de los falsos Nerones que periódicamentenacieron y alborotaron esas regiones del Medio Oriente.Renán continúa su texto reportando diversos presagios y secree con derecho a concluir: "todo eso no fue entendido en realidadsino después, pero la turbación profunda de las almasera el mejor signo de que se preparaba algo extraordinario..."1 8Ya conocemos bien este tipo de conclusiones "históricas". Estasdeducciones son muy parecidas a lo que escribe N. Watchel:Se manifestaron presagios espantosos, las profecías anunciaron elfin de los tiempos... Es notable que para los <strong>indios</strong> el encuentro sehaya efectuado en una atmósfera de magia y prodigios. Puede serque los presagios hayan sido inventados después, pero testimonianel esfuerzo de los vencidos para interpretar lo ocurrido. 1917 ídem.18 ídem.1N. Watchel en la introducción a La visión de los vencidos editada porGallimard en París, en 1971.198De hecho, el discurso de Josefo, aunque se sitúa después de ladestrucción y la toma de Jerusalén, como todo relatohistórico, no es un discurso del posapocalipsis triste y deprimente.Al contrario, da la impresión de un discurso orgulloso,"nacionalista" e incluso "imperialista".No se encuentran, en absoluto, en este autor las referenciasintroducidas por Renán en cuanto a la inquietud y a laangustia:Pero ese pueblo maldito es aún más digno de lástima ya que,dando crédito a esos impostores que abusaron del nombre de Diosy para engañarlo, cerraron los ojos y se taparon las orejas para nover y no oír los signos ciertos y las advertencias por las que Diosles hubo hecho predecir su ruina... 20Así pues, el pueblo no comprendió las advertencias de Dios y,en cambio, engañado por los "impostores", hizo una lecturatotalmente errónea. Pero Josefo nos explicará, después dehaber escrito los presagios, por qué ha sido posible el engaño,y por lo cual la mayor parte de los judíos presentes en aquellaépoca en Jerusalén cayó en él:... se verá que los hombres perecen siempre por sus errores,puesto que no hay medios de los que Dios no se sirva para salvarlesy para hacerles conocer, por diversos signos, lo que debenhacer.... Así, después de la toma de la torre Antonia, redujeron eltemplo a un cuadro, aunque no podían ignorar que estaba escritoen los libros santos que la ciudad y el templo serían destruidoscuando esto ocurriera...... Pero lo que les llevó sobre todo a comprometerse en estahorrorosa guerra fue la ambigüedad de otro pasaje de la misma20E. llenan, op. cit.199


imm*Escritura que decía que se vería, en ese tiempo, que un hombrede su comarca comandaría a toda la Tierra.Ellos lo interpretaron a su favor y muchos, entre los máshábiles, fueron engañados... y no conocieron su error sino hastaque fueron convencidos por la ruina total... 21Pero, al igual que el discurso sobre los presagios enJerusalén, vano porque los hombres son sordos y ciegos a lasadvertencias de Dios, quien no cesa de informarles, tambiénel discurso sobre Tenochtitlan será inútil, una advertenciapara nada, puesto que los "<strong>indios</strong>" no reconocerán al dios quellegará y lo combatirán en sus portadores: los españoles.De todas formas, el esquema que hemos recordado funcionaen tanto fue necesaria la destrucción de Tenochtitlancomo la de Jerusalén, signo visible, tangible, de una renovación;como clausura y apertura, cambio cualitivo en eldevenir humano.Hemos insistido en que este discurso del miedo, del terror,no es en estos textos el indicio de un deterioro psicológico delas poblaciones; al contrario, ese temor es una espera ansiosade la realización de una esperanza, de una terrible novedad;y, en ese sentido, el temor es precisamente "el temor de Dios",que es una virtud en la tradición cristiana, que debe poseer eljusto para tener oportunidad de salvación, puesto que le permiteestar vigilante en espera de Dios y su voluntad. Nopuede entonces tratarse de reacciones de terror psicológico,paralizante, que desoriente e impida toda reacción adaptada,como lo escribió ayer Renán y lo repite todavía hoy la historiacontemporánea con Bloch y Wachtel.2 1 E. Renán, op. cit.Los presagios: correspondencias y similitudesPara ilustrar nuestro propósito, nos parece interesante poneren paralelo tres series de presagios que encontramos hastaahora en nuestra demostración: los que se "produjeron" antesde la venida de los españoles, los que precedieron a ladestrucción de Jerusalén y los que se encuentran en los textosde la tradición romana.Correspondencias y similitudes entre los presagiosde Tenochtitlan, Jerusalén y RomaTenochtitlan"Diez años antes que losespañoles viniesen a estatierra, hubo una señal...apareció una columna defuego muy flamígera,muy encendida... dichaseñal duró un año..."(Muñoz Camargo)Tenochtitlan"El templo del demoniose abrasó y quemó... sinque persona alguna lepegase fuego. Fue tangrande este incendio ytan repentino, quesalían por las puertas dedicho templo llamaradasde fuego que parecíallegaban al cielo... ycuando se acercaban aechar el agua, entonces seencendía más..." (MuñozCamargo)ler. pjesagioJerusalénRoma"Un cometa que tenia la Jamás los cometasforma de una espada flamígeros "anunciaronapareció sobre Jeru- tan frecuentemente lasalen, durante un año cólera de los dioses..."entero..." (Josefo)2o. presagioJerusalén"Tito había prohibidodestruir el Templo, peroun soldado inspirado porDios, le prendió fuego,con el fin de que secumpliese la profecíade la destrucción delTemplo..."(Virgilio)"La cola de un astrotemible, el cometa querueda sobre la tierra,contra los reinos..."(Lucano, La Pharsale)Roma"El fuego tomó el altarde Vesta, la ñama queseñala el fin de las hermandadeslatinas separtieron en dos, y sucima se levantó al doble..."(Lucano)200201


Tenochtitlan"Un rayo cayó en untemplo idolátrico quetenía la techumbrepajiza... cayó del cielosin trueno ni relámpagoalguno sobredicho templo... se quemóy abrasó todo".(Muñoz Camargo)Tenochtitlan"Siendo de día y habiendoSol, salieroncometas del cielo, porel aire, y de tres en trespor la parte de Occidenteque corríanhasta Oriente con todafuerza y violencia..."(Muñoz Camargo)Tenochtitlan"Se alteró la laguna mexicanasin viento alguno, lacual hervía y rehervía yespumaba en tanta maneraque se levantaba y alzabaa gran altura, de talsuerte que el agua llegabaabañara más de la mitadde las casas de México, ymuchas de ellas se cayerony hundieron; y las cubrió ydel todo se anegaron."(Muñoz Camargo)3er. presagioJerusalén"La puerta del Temploque miraba al Oriente,que era de bronce y pesabatanto que veintehombres apenas lapodían mover, y cerradacon cerrojos, seabrió por sí misma..."(Josefo)4o. presagioJerusalén"Se vio en la 9na. horade la noche duranteuna media hora alrededordel altar y del templouna tan grande luzque se creyó era de día."(Josefo)5o. presagioRoma"El rayo silenciosoextendió su fuego enlas regiones árticas golpeandola cumbre glacial..."(Lucano)"El templo de la esperanzahabía sido golpeadopor el rayo."(Tito, Livio xxi, 62)"Jamás el rayo cayótan frecuentemente enun tiempo de calma."(Virgilio)Roma"Los relámpagos repetíanchispas en unaserenidad asombrosa yel fuego en el airetomaba formas diversas:tanto característicasalargadas como unalámpara con la luz dispersabrillando en elcielo". (Lucano)Roma"Una gran parte de latierra será invadida porlas aguas, cuando llegueel día marcado por losdestinos para el diluviouniversal... cuando lacatástrofe sea inminentey la renovación delgénero humano estédecidida... las masasacuosas serán puestasen movimiento por eldestino...se elevarán losTenochtitlan"Muchas veces y muchasnoches se oía una voz demujer que a grandesvoces lloraba y decía,anegándose con muchollanto y grandes sollozosy suspiros: ¡oh hijosmíos! del todo nos vamosya a perder... y otrasveces decía: ¡oh hijosmíos!, ¿a dónde os podréllevar y esconder?..."(Muñoz Camargo)6o. presagioJerusalén"Los sacrificadoresestaban en el templocelebrando el serviciodivino cuando oyeronun ruido y enseguidadespués una voz querepetía muchas veces"salgamos de aquí...""Ananus que era un simplecampesino... no cesabade repetir... 'Maldiciónsobre Jerusalén,maldición sobre Jerusalén,maldición sobrela ciudad, maldiciónsobre el Templo, maldiciónsobre el pueblo..."*(Josefo)mares... la altura a laque se elevaron esprodigiosa, pasaron lascimas..." (Séneca)"El río creció sin medida,rompió el puenteSublicus y, detenido porla masa de escombros,franqueó sus riberas einundó no sólo laspartes bajas de la ciudad,sino que muchosinfelices fueron sorprendidosen loscaminos, más aún, ensus tiendas o en suscamas... En las casasdonde permaneció elagua fueron minadoslos fundamentos y sederrumbaron cuando elrío se retiró..." (Tácito,Anales: i, 86)Roma"Fue establecido queun buey de C. Domiciohabía dicho Ttoma cuídate...*""El silencio de los bosquessagrados fueinterrumpido por vocesespantosas".(Virgilio, Geórgicas, v.464)202203r 2f'.T• •'•'í¿':>.» l r : !


-&f&4-¿ •7o. presagioJerusalén y la historia del mundoTenochtitlan"... Motecuhzoma... viogran número de gentes,que venían marchandoen escuadrones conmucho orden, muyaderezados y en pie deguerra y entablandounos contra otros escaramuzas,en figura devenados y otros animales..."(Muñoz Camargo)Tenochtitlan"Muchas veces se aparecíany veían dos hombresunidos en un cuerpo... yotras veían cuerpos, condos cabezas procedentesde un solo cuerpo."(Muñoz Camargo)"...todas estas señalesy otras que a los naturalesles pronosticabansu fin y acabamiento,porque decían quehabía de venir el fin yque todo el mundo sehabía de acabar y consumir,y que habían deser creadas otras nuevasgentes y venir otrosnuevos habitantes almundo..."Jerusalén"Antes de la salida delSol aparecieron en losaires, en toda la región,carros llenos de gentearmada atravesandolas nubes se repartieronalrededor de lasciudades como paraencerralos..." (Josefo)8o. presagioJerusalén"Una vaca que erametida al Templo paraser sacrificada dio a luzun borrego en mediodel templo..." (Josefo)"Pero ese pueblo maldito...cerró los ojos yse tapó las orejas parano ver y no oír los signosciertos y las advertenciaspor las queDios le había hechopredecir su ruina..."(Josefo)Roma"Las trompetas sonaron,los clamores en losaires como los queacompañan las peleasfueron puestos por lasombría noche en elsilencio de los vientos".(Lucano)"La Germania oyó portodos lados batallonesarmados que entrechocaban..."(Virgilio)Roma"Muchos animales engendraronmonstruos".(Tácito. Historias U, 86)"Se vio a una yegua pariruna liebre". (ValereMáxime 1-6-1)"Cuando termina unageneración y se levantaotra, el cielo y la tierralo señalaban con movimientosextraordinarios...cuando nazcansobre la tierra unaespecie de hombres quetengan nuevas costumbres,otras maneras devivir diferentes deaquellos que les precedierony por loscuales los dioses tenganmás o menos cuidado".(Plutarco)Si el lector nos ha seguido hasta aquí, estará de acuerdo en laimportancia, para la religión cristiana, del conjunto simbólicoligado a la figura histórica de Jerusalén.Si, en la actualidad, el público cultivado y la mayoría de losuniversitarios tiene apenas una muy vaga idea sobre esteperiodo, se debe, en general, a que durante siglos latraslación de la filiación divina en el discurso cristiano dominanteparecía no presentar problemas: el cristianismo era elheredero natural de su antecedente hebraico, en un medio decultura grecolatina; así, la cultura cristiana occidental podíareclamarse hija tanto de Roma como de Jerusalén. Por desgracia,este esquema simplista, eficaz para la teología, paralizóen parte la investigación histórica sobre el periodo, perosobre todo hizo que este espacio quedara casi en blanco parala cultura occidental, impidiendo ir más allá de los esquemasteológicos. Todavía hoy, medimos mal el origen y la naturalezade lo que llamamos "la inñuencia de la culturahebraica". Sin ser especialista del periodo, es muy difícil apreciary entender las múltiples dinámicas culturales, económicasy políticas que están en el origen de lo que se llamó mástarde cristianismo y que durante siglos probablemente seríamás justo llamar cristianismos.A menudo se habla de "helenización del Oriente", sóloporque los occidentales han anexado como suya una ciertaconcepción del helenismo. He aquí otra muestra de esta concepciónde la historia eurocentrista que hemos denunciadodesde el principio de este trabajo.Los especialistas contemporáneos de la época durante lacual se ve a los diádocos del ejército de Alejandro Magnoapoderarse y dividirse el imperio a la muerte de éste tienen204205


-tapfe*- 1grandes problemas para caracterizar al helenismo que estáen juego, no solamente porque los macedonios eran griegosmás o menos periféricos y con una tradición cultural muydiferente a la del modelo de la polis (modelo dominante en elimaginario "griego" histórico occidental actual), sino tambiénporque la permanencia de estas dinastías en el conjunto delMedio Oriente no puede explicarse más que por una ciertaunidad global, que permitió que estas dinastías, nacidas delos azares felices de la guerra, se afianzaran y permanecieranen tales regiones.Tampoco se puede creer que el "Oriente" no haya tenidonada que ofrecer a cambio de una helenización ambigua ymal conocida en general, pues se le ve casi siempre desde unaperspectiva construida por la historiografía colonialista delsiglo XIX en la que la "cuestión de Oriente", es decir, la expansióneuropea, coloreó esta reconstrucción con bastante subjetividad,sin olvidar que se utilizaban textos antiguos escritosbajo una perspectiva latina imperialista reinterpretada, a suvez, por una tradición cristiana también imperial. Entonces,Oriente es una región mal conocida, a pesar de los grandes"descubrimientos" arqueológicos y las investigaciones modernas;una región que vio, desde el siglo III hasta el XII, una fermentaciónintelectual, cultural, religiosa, política, extraordinaria.Los primeros grandes "doctores" de la Iglesia salieronde esas regiones, que, asimismo, dieron nacimiento a grandesescuelas rabínicas y a lo que se llamará el Islam. Enresumen, nos referimos a regiones cuyo esplendor y riquezaatraerán el interés y la codicia de los bárbaros occidentales.Durante siglos, sectas extrañas y herejías diversas sedesarrollaron con gran abundancia en este Oriente. Se tratade movimientos culturales de los que sabemos muy poco en laactualidad y que encontramos como estrato de sedimentacióndiscursiva en ciertos libros de teología, como el capítulo"Herejía", de la Summa teológica de Tomás de Aquino, o elManual del inquisidor de Eymerich-Peña, donde se encuentrancitadas más de ochenta corrientes heréticas y aún se disculpael autor por haber olvidado sin duda algunas de éstas,añadiendo: "ciertas herejías que nombra el derecho civil noson mencionadas ni en los decretos ni en las decretales ni enlos extravagantes...". Sigue una larga enumeración de herejíascon nombres pintorescos: nuematoquios, papinianistas,pepuzites, borborites...Una época mal conocida para nosotros, pero cuya borrosahistoricidad nos permite comprender cuál pudo ser lafigura del hereje, del judío, para un escribano eclesiásticode la Edad Media.Tomemos el caso del "judío", que parece englobar los rasgosque rio son estrictamente "hebraicos", en términos históricos.Podemos comprender lo que debió ser para un cristiano esaimagen del judío, construida en paralelo al sentimiento demaldición y de castigo divino, cuyo signo visible fue ladestrucción geopolítica de su sociedad.Se trata, aparte, de una visión simbólica que construyó demanera intelectual una "visión del judío", de hecho material,concreto: el de la destrucción de un conjunto considerabledesde el punto de vista político y económico, pues es necesariotener en cuenta la influencia de la cultura judaica de la épocaromana en regiones que tenían poco que ver con un espaciogeonacional histórico "judío".Sería suficiente con dar la palabra, unos instantes, aJosefo para darse cuenta de la influencia de los judíos en elMediterráneo oriental. En La guerra de los judíos (libro I,capítulo XV), nos informa de la política de grandes trabajosque emprendió Herodes:206207


-£ft?í- i- :El príncipe hizo felizmente en el año decimoquinto de su reinado,la reconstrucción del templo de Jerusalén con un gasto y unamagnificencia increíbles. Hizo construir también, en el lugar máselevado de la ciudad, un palacio... quiso conservar su nombrepara la posteridad e inmortalizar su memoria. Hizo levantar en elterritorio de Samaria una ciudad perfectamente bella... 22Se ve pues a un príncipe emprendedor, que hizo abrir puertosen aguas profundas, crear fortalezas... Se tiene la impresiónde una estrategia política y económica concertada y de envergadura,ya que se extiende no sólo a sus propios estados, sinotambién a los vecinos y a ciudades lejanas, con las que seencontraba relacionado.Después de tantas grandes obras... quiso darse a conocer en elexterior... Hizo hacer en Trípoli, Damas y Ptolomeo colegios parainstruir a la juventud; en Biblos, murallas fortificadas; en Berilioy Tyr, dos lugares de reuniones, almacenes públicos, mercados ytemplos, y en Sidón y Damas, teatros.Hizo hacer también acueductos en Leodicio y en Ascalón bañosy fuentes...Distribuyó trigo a aquellos que tenían necesidad, prestó amenudo dinero a los rodanos para facilitarse medios para equiparsus flotas y como el templo de Apolo Pitia había sido destruidopor un incendio, lo hizo reconstruir más bello de lo que nuncaantes fue.¿Qué más puedo decir de la liberalidad que tuvo con los licios,aquellos de Samos y en toda la Jonia, Lacademona, Nicolis,Pérgamo de Micia que han sentido sus efectos de muchas formas?La gran plaza de Antioquía de Siria, que tiene veinte estadiosde longitud, estaba siempre tan llena de lodo de modo que no sepodía caminar ni estar en ella; la hizo pavimentar de mármol y2 2 F. Josefo, La guerra... L. I, cap. XV.embellecer con galerías donde el transeúnte está a cubiertodurante las lluvias...Cuando sucedió que los juegos olímpicos, que era la únicamanifestación que se conservaba de la antigua Grecia, no podíancelebrarse por falta del dinero necesario para hacer el gasto, nocontento con dar en ese año los premios que debían recibir losganadores, estableció un fondo capaz de satisfacer a perpetuidadeste gasto...Es evidente que no es por pura filantropía por lo que Herodesllevó a cabo esta política de grandes obras tanto en el interiorcomo en el exterior. Y más aún, si Josefo exagera un poco eltamaño de la obra realizada, de todas maneras, Herodes(cuan diferente del devorador de niños que conocemos) necesitóde recursos para conducir esta política, al igual que de laneutralidad y el apoyo indulgente del imperio romano.A fin de asegurar recursos provenientes del comercio exterior,los grupos dominantes de la comunidad judía fueron llevadosa desempeñar un gran papel político y económico en todo elMediterráneo oriental, aun en lá otra parte occidental, pero,para evitar herir susceptibilidades romanas, fueron inducidosa jugar el papel de aliados y colaboradores del imperio.Recordemos que Roma hizo bajar las águilas en su entrada aJerusalén, no profanó el templo, lo que constituye todo un símboloy un pequeño privilegio. Conocemos también los contactosfrecuentes que se establecieron entre los "Herodes" y los emperadoresromanos, como lo atestiguan los dos palacios que prontodominaron Jerusalén, muestra notable del reconocimientomutuo de dos clases dominantes, lo que permite darnos cuentade los roles complementarios que se fueron estableciendo entrelos funcionarios romanos y las oligarquías judías.La situación de esas regiones era importante desde elpunto de vista estratégico. Si no fuera así, no se entendería208209


por qué fueron codiciadas sin cesar durante siglos. Jugaría unpapel económico y político de intermediarios tan bien jugadoque su influencia, que podemos medir por la extensión de sureligión, se difundió sobre todo el Oriente mediterráneo eincluso ganó Persia y la India, hasta alcanzar el Asia Centraly a los lejanos países del Pount.Este notable desarrollo del espacio geopolítico judío inspiróa Strabon la siguiente envidiosa reflexión:Ellos han invadido todas las ciudades y no es fácil citar un lugardel mundo que no haya acogido a esta tribu o, mejor dicho, que nosea ocupada por ella. Egipto, Cirenaica, muchos otros países hanadoptado sus maneras, observando con escrúpulo sus preceptos ysacando gran provecho de la adopción que hicieron «le sus leyesnacionales.En Egipto son admitidos para vivir legalmente y una granparte de la ciudad de Alejandría les ha sido asignada y son susjerarcas quienes administran sus negocios, imparten justicia,velan por la ejecución de los contratos y de los testamentos, comosi fuera el representante de un estado independiente...Como resultado de su ambiguo juego con Roma, la influenciade esos grupos judíos encontró poca oposición, pero su riquezadespertó celos y rencores en las regiones que "dominaban"económicamente. El cese de la protección de Roma, por ejemplo,cuando estalla la rebelión de Jerusalén, es la señal entodo el Oriente mediterráneo para una revancha sangrienta,cuyas víctimas serán las comunidades judías locales.Es suficiente con citar algunos de los títulos de los capítulosde La guerra de los judíos:210Capítulo 33: "Los habitantes de Cesárea cortan la garganta a20 000 judíos".Capítulo 34: "Horrible traición de los habitantes de Escitopolis,masacraron 13 000 judíos..."Capítulo 35: "Crueldad ejercida contra los judíos en diversasotras ciudades y particularmente por Varus..."La forma y la destrucción de Jerusalén, a hierro y fuego, es ladislocación de todo un imperio mercantil y político unido porun fuerte componente religioso y no sólo como se tiende adecir a veces, la simple toma de una ciudad después de unatentativa de sublevación "nacionalista". Y al componente simbólicocon el que será investido este acontecimiento histórico,se agrega la trascendencia del hecho geopolítico. En efecto,para los testigos presentes o futuros del suceso, qué pruebamás grande pudo dar Dios de su poder y de su voluntad quela destrucción de esta orgullosa Jerusalén que renegó de suHijo y lo martirizó, para marcar de manera espectacular elfin de la alianza, el fin de aquel pueblo que fue su pueblo yrenegó de él.Lo que hemos querido mostrar aquí es que el fin deJerusalén no es simplemente un símbolo "literario" necesariopara la construcción de un discurso simbólico de la Iglesia cristiana,sino también un fenómeno geopolítico e histórico que loscontemporáneos y sobre todo el cristianismo naciente cargaránde una potencia simbólica fundamental y excepcional.Al igual que Jerusalén, la toma y la destrucción de unconjunto geopolítico, el de la "confederación azteca", debeser considerado por el mito cristiano como un hechohistórico, en particular importante. Y es justo por suimportancia, por lo que recibirá el tratamiento simbólicocorrespondiente. Si se tratara de la toma de un pequeñopueblo, de una región pobre y poco poblada, cuyo nivel deocupación del espacio fuese de poca consideración, esprobable que este hecho histórico no hubiera invocado alpoder simbólico del mito.211


Para que el mito fagocite un acontecimiento histórico esnecesario que éste sea relativamente importante, puesto que esel encargado, desde la lógica mítica, de dar cuenta del poder deDios y de la próxima realización de su reino y de sus promesas.Así, los "informantes" de Sahagún (si existieron), a pesarde su visión nítidamente cristiana y del abandono, conscienteo no, de los valores y de los sistemas de representaciones precolombinas,son aún capaces de ver las trazas <strong>reales</strong> y concretasdel trastorno total que ocurrió en el Anáhuac. Del pasadoy del proceso de transformación dicen pocas cosas, no son"historiadores". Lo que intentaron dar a conocer es, en esencia,el aspecto escatológico y la renovación simbólica quesobrevino. *Séptima vueltaMOTECUHZOMA PROFETA 1Donde los signos se explicitan y aparece Motecuhzoma,el vidente del Señor, profeta y actor de undrama ordenado por la Divina Providencia.Hemos dicho hasta la saciedad que la simbologíá impregnadaen los textos "indígenas" de la conquista remite a una simbologíágeneral cristiana y occidental y que, de la mismamanera, los signos, profecías, presagios y prodigios, estáninscritos en el misterio cristiano. Por lo tanto, el retrato deMotecuhzoma que se desprende de los textos debe ser tambiéninscrito estrechamente en aquél.1 Que Motecuhzoma sea el personaje más eminente de la sociedad no esindiferente al carácter de profeta que le es atribuido. Su posición social es,para la lógica del discurso en el cual se inscribe su retrato, la garantía deaquel lugar eminente que ocupa en el plan divino. Así, si nos referimos allibro de Jeremías (v. 4) cuando su pueblo le abandonó, Yahvé manda a hablara su profeta a los jefes del pueblo, sus representantes:"en mi corazón pensé: 'a lo mejor sólo los pobres no tienen sabiduría, eignoran los caminos del Señor y las órdenes de su dios...'Iré pues a encontrar a los principes del pueblo, y les hablaré, pues sonellos los que conocerán los caminos del Señor y las órdenes de su Dios. Peroencontré que ellos habían conspirado todos juntos..."Para los medievales, la historia está centrada en la vida y los grandeshechos de los príncipes y de los grandes como representantes de Dios y, por lotanto, son los que tienen más grandes probabilidades de recibir la gracia delas dotes proféticas y hablar en nombre del Todopoderoso. Se puede destacartambién en la Biblia el gran número de jefes y dirigentes israelitas investidosdel don de profecía.212213

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