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La Gestión y la Administración Para el Mañana - Harvad Business Review

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trabajo” y contar los años hasta su verdadero retiro. Pero es esa<br />

minoría, los hombres y mujeres que ven una <strong>la</strong>rga expectativa<br />

de vida <strong>la</strong>boral como una oportunidad tanto para <strong>el</strong>los mismos<br />

como para <strong>la</strong> sociedad, <strong>la</strong> que se convertirá en líderes y mod<strong>el</strong>os.<br />

Existe un prerrequisito para gestionar <strong>la</strong> segunda mitad de<br />

su vida: usted debe comenzar mucho antes de llegar a <strong>el</strong><strong>la</strong>.<br />

Cuando hace 30 años empezó a ser evidente que <strong>la</strong>s expectativas<br />

de vida <strong>la</strong>boral se estaban a<strong>la</strong>rgando muy rápidamente,<br />

vital. Históricamente, no existía tal cosa como <strong>el</strong> “éxito”. <strong>La</strong><br />

abrumadora mayoría de <strong>la</strong>s personas no esperaba nada más<br />

que permanecer en su “estación apropiada”, como reza una<br />

antigua plegaria inglesa. <strong>La</strong> única movilidad era <strong>la</strong> movilidad<br />

descendente.<br />

En una sociedad d<strong>el</strong> conocimiento, sin embargo, esperamos<br />

que todo <strong>el</strong> mundo tenga éxito. Esto es c<strong>la</strong>ramente una imposibilidad.<br />

<strong>Para</strong> una gran cantidad de personas, en <strong>el</strong> mejor de los<br />

Existe un prerrequisito para gestionar<br />

<strong>la</strong> segunda mitad de su vida: usted debe<br />

comenzar mucho antes de llegar a <strong>el</strong><strong>la</strong>.<br />

muchos observadores (yo incluido) creyeron que más personas<br />

jubi<strong>la</strong>das se convertirían en voluntarios de instituciones<br />

sin fines de lucro. Eso no ha ocurrido. Si uno no ha sido voluntario<br />

antes o alrededor de los 40, no lo será después de los 60.<br />

D<strong>el</strong> mismo modo, todos los emprendedores sociales que<br />

conozco comenzaron a trabajar en sus segundos emprendimientos<br />

mucho antes de alcanzar <strong>la</strong> cúspide en sus negocios<br />

originales. Considere <strong>el</strong> ejemplo de un exitoso abogado, asesor<br />

legal de una gran corporación, que inició un emprendimiento<br />

para establecer escue<strong>la</strong>s mod<strong>el</strong>o en su estado. Empezó a realizar<br />

trabajo legal voluntario para <strong>la</strong>s escue<strong>la</strong>s cuando tenía<br />

alrededor de 35 años. Fue <strong>el</strong>egido miembro d<strong>el</strong> consejo esco<strong>la</strong>r<br />

a los 40. A los 50, cuando había amasado una fortuna, inició su<br />

propia empresa para construir y administrar escue<strong>la</strong>s mod<strong>el</strong>o.<br />

Sin embargo, todavía trabaja casi a tiempo completo como<br />

asesor principal en <strong>la</strong> empresa que ayudó a fundar cuando era<br />

un joven abogado.<br />

Existe otra razón para desarrol<strong>la</strong>r un segundo interés importante,<br />

y desarrol<strong>la</strong>rlo tempranamente. Nadie puede esperar<br />

vivir mucho tiempo sin sufrir algún revés serio en su vida o<br />

trabajo. Es <strong>el</strong> caso d<strong>el</strong> competente ingeniero que no es considerado<br />

para un ascenso a los 45. Es <strong>la</strong> competente profesora universitaria<br />

que se da cuenta a los 42 años de que nunca obtendrá<br />

una cátedra en una gran universidad, aunque esté plenamente<br />

calificada para <strong>el</strong>lo. Están <strong>la</strong>s tragedias de <strong>la</strong> vida familiar: <strong>la</strong> ruptura<br />

de un matrimonio o <strong>la</strong> pérdida de un hijo. En tales momentos,<br />

un segundo interés importante –no sólo un hobby– puede<br />

hacer toda <strong>la</strong> diferencia. El ingeniero, por ejemplo, ahora sabe<br />

que no ha sido muy exitoso en su trabajo. Pero en su actividad<br />

externa –como tesorero de <strong>la</strong> iglesia, por ejemplo– sí es exitoso.<br />

<strong>La</strong> familia puede quebrarse, pero en esa actividad externa sigue<br />

existiendo una comunidad.<br />

En una sociedad en <strong>la</strong> que <strong>el</strong> éxito se ha vu<strong>el</strong>to tan terriblemente<br />

importante, tener opciones será cada vez más<br />

casos hay una ausencia de fracaso. Allí donde hay éxito, tiene<br />

que haber fracaso. Y entonces es de vital importancia para <strong>el</strong><br />

individuo, e igualmente para <strong>la</strong> familia d<strong>el</strong> individuo, contar<br />

con un área en <strong>la</strong> que pueda contribuir, hacer una diferencia<br />

y ser alguien. Esto significa encontrar una segunda área –ya<br />

sea una segunda carrera, una carrera parale<strong>la</strong> o un emprendimiento<br />

social– que ofrezca <strong>la</strong> oportunidad de ser líder, ser<br />

respetado o ser un éxito.<br />

Los desafíos de gestionarse a sí mismo pueden parecer obvios,<br />

cuando no <strong>el</strong>ementales. Y <strong>la</strong>s respuestas pueden sonar evidentes<br />

hasta <strong>el</strong> punto de parecer ingenuas. Pero gestionarse a<br />

sí mismo requiere de cosas nuevas y sin precedentes por parte<br />

d<strong>el</strong> individuo, y en especial d<strong>el</strong> trabajador d<strong>el</strong> conocimiento.<br />

En efecto, gestionarse a sí mismo exige que cada trabajador d<strong>el</strong><br />

conocimiento piense y se comporte como un CEO. Más aún, <strong>el</strong><br />

cambio desde los trabajadores manuales que hacen lo que se<br />

les indica hasta los trabajadores d<strong>el</strong> conocimiento que deben<br />

gestionarse a sí mismos desafía profundamente <strong>la</strong> estructura<br />

social. Toda sociedad existente, incluso <strong>la</strong> más individualista,<br />

da por sentadas dos cosas, aunque sea de manera subconsciente:<br />

que <strong>la</strong>s organizaciones viven más que los trabajadores,<br />

y que <strong>la</strong> mayoría de <strong>la</strong>s personas se queda donde está.<br />

Pero hoy sucede lo contrario. Los trabajadores d<strong>el</strong> conocimiento<br />

viven más que <strong>la</strong>s organizaciones, y se mueven. <strong>La</strong><br />

necesidad de gestionarse a sí mismo está, en consecuencia,<br />

creando una revolución en los asuntos humanos.<br />

Peter F. Drucker (1909–2005) fue Marie Rankin C<strong>la</strong>rke Professor<br />

de Ciencias Sociales y Management (Emérito) en C<strong>la</strong>remont<br />

Graduate University, en C<strong>la</strong>remont, California. Este artículo es<br />

un extracto de su libro Management Challenges for the 21st<br />

Century (HarperCollins, 1999).<br />

Reimpresión R0501K-E<br />

hbral.com | Diciembre 2011 | Harvard <strong>Business</strong> <strong>Review</strong> 39

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