Revista Sala de Espera Nro. 152

Casos y rostros
te más emocionales que racionales y hay
suficiente evidencia científica que sustenta
esa afirmación. Siendo así, las emociones
se convierten en el centro de las decisiones,
las relaciones y los hábitos, por lo
que terminan comandando nuestra vida
sin que nos demos cuenta de ello.
-En una realidad como la
venezolana ¿Cuál es la importancia
de un libro como El cambio emocional?
-El Cambio Emocional es un libro perfecto
para el momento histórico que vive
Venezuela, pues los que aquí habitamos
estamos afrontando situaciones que desestabilizan
a cualquier persona normal,
no entrenada para vivir en un escenario
de alta inseguridad personal, jurídica y
económica. Los índices de estrés, ansiedad,
depresión, irritabilidad y reactividad,
hacen que se requiera tomar medidas, y
en mi propósito de ayudar a las personas a
descubrir y usar su potencial, esta obra es
una herramienta fundamental, una contribución
oportuna y útil para la recuperación
de la salud mental y emocional.
-Ciertamente, el mundo occidental
ha dado una supremacía al
pensamiento racional por encima
de la inteligencia emocional.
Sin embargo, pareciera que esta
tendencia se está revirtiendo
¿Cuál es su opinión al respecto?
-Es así. La preponderancia de la racionalidad
está en entredicho, pues ahora
sabemos que ninguna decisión se toma sin
que participen las emociones, y de hecho
muchas decisiones son tomadas por nuestros
mecanismos emocionales. Un ejemplo
claro lo ofrece la salud, en donde se
muestra que contra toda lógica científica,
un cambio en la percepción de uno mismo
y una modificación de los patrones emocionales,
puede promover una recuperación
más rápida y hasta ayudar a curar lo
que se consideraba incurable.
-¿Qué recomendaciones ofrece a
los lectores para lidiar con tantas
circunstancias adversas de hoy en
día en nuestro país y en el mundo?
-Lo primero es que aprendan a conocer
lo que ocurre en su mente y en su
cerebro, pues no se pueden aprovechar los
recursos que no se conocen. Lo segundo
es entender que los sufrimientos y conflictos,
en su alta mayoría, no dependen
de las situaciones, como habíamos creído
hasta ahora, sino de las interpretaciones
que le damos a esas situaciones. Esta
es una idea que tiene más de 2.000 años
y que fue propuesta por el filósofo Epicteto.
Lo tercero es que hay que asumir la
responsabilidad del cambio. Decidir que
se quiere mejorar y actuar en consecuencia.
Tenemos más poder del que creemos
tener para cambiar nuestra realidad, tanto
externa como interna, pero nos subestimamos
y no nos dedicamos a desarrollar
las capacidades con las que contamos.
Podría decirse que somos como bombillos
de 100 alumbrando 20.
-¿Cuál será su próximo
libro? ¿Algún adelanto?
-Tengo varios libros casi terminados.
Uno sobre el miedo escénico, otro sobre la
excelencia en el trabajo y uno sobre pareja
que estimo será mi próxima obra. Este de
pareja, se titula No todo es amor y se refiere
a la sobreestimación que le damos al sentimiento
del amor y a la subestimación
de otras variables como la consciencia, la
estrategia y la madurez, en el éxito de las
relaciones. Estoy seguro que será todo un
éxito editorial.
-¿Alguna recomendación para
padres de niños y adolescentes?
-Creo que debemos considerar muy
seriamente, enseñar a niños y adolescentes
lo que ocurre en sus cabezas y darles educación
emocional como ya se hace en otros
países, pues así los ayudaríamos a tener más
alta autoestima, y les ahorraríamos grandes
y frecuentes errores y sufrimientos. Ahora
tenemos información científica que antes
no teníamos y sería tonto desperdiciar este
conocimiento, pues sería como vivir en un
restaurante y pasar hambre. Hay que reconocer
los recursos y usarlos inteligentemente
para acercarnos a la felicidad que tanto
deseamos.
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