Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Similar composición presenta la cuarta tabla, “La<br />
Decapitación”, que presenta una columnata, en diagonal<br />
desde la derecha, que termina en puerta de medio punto con<br />
paisaje al otro lado.<br />
Señala Cruz Valdovinos que todas las figuras se<br />
encuentran en el interior: el verdugo con la espada levantada<br />
y el santo arrodillado en el centro, a la izquierda un supuesto<br />
oficial, otro judío abrazado a una columna y en primer<br />
término, a la derecha, Salomé, con tranzado, de perfil y la<br />
fuente en las manos, semejante, incluso por su elegante<br />
impasibilidad a las santas que ocupan el mismo lugar tanto<br />
en la Descensión de la sala capitular como en la de San<br />
Ildefonso de Alcalá (ahora en Dallas). La luz penetra desde<br />
la derecha y provoca zonas de luz y sombra rítmicamente<br />
alternadas. Los mismos temas son también los que una<br />
docena de años más tarde aparecerían como conclusión del<br />
retablo de San Juan de la Penitencia, pero con importantes<br />
variaciones y escasos paralelos.<br />
La Decapitación<br />
A modo de resumen podemos concluir que la obra de Juan de Borgoña en el<br />
retablo de Camarena presenta, en líneas generales, las mismas características que ya<br />
fueron resaltadas por Angulo y otros autores al ocuparse de las tablas pintadas en el<br />
primer decenio del siglo XVI y principalmente en los frescos de la sala capitular de la<br />
catedral de Toledo (1509-1511).<br />
Todas ellas tienen en común: una composición ordenada y pausada en las que<br />
dominan los amplios escenarios arquitectónicos sin obviar los paisajes; presentan un uso<br />
correcto de la perspectiva de marcada profundidad; el uso de la luz, en el que se<br />
alternan notables claridades y sombras prolongadas, permite lograr escenas espaciosas<br />
y matizar un cromatismo vario y contrastado; las figuras, con volúmenes estáticos e<br />
idealizados hasta hacerse inexpresivos, se presentan de frente o de perfil.<br />
Estas características fundamentales de la pintura del primer decenio del siglo<br />
XVI resultan más que evidentes en el retablo de Camarena.<br />
Tras su análisis, observamos como en el retablo de San Juan Bautista, Juan de<br />
Borgoña empieza a eliminar de sus pinturas las arquitecturas góticas y los fondos<br />
dorados que solían aparecer en sus cuadros, y que se decanta por escenas más simples<br />
en las que reduce el número de figuras, los detalles paisajísticos, etc..<br />
Desconocemos si se trata de una evolución de su lenguaje o de economía de<br />
medios, dado que la obra se destinaba para una población rural y entendemos que su<br />
precio sería más reducido. Si nos fijamos en obras posteriores al retablo de Camarena<br />
del autor, como el retablo de la Trinidad en la catedral de Toledo, obras de San Juan de<br />
Retablos de la Iglesia de San Juan Bautista de Camarena. Pág. 21