RETABLOS DE LA IGLESIA DE CAMARENA 2017 v.2

Ático: Parte superior de la calle central de un retablo. Suele ser el lugar elegido para
disponer un calvario. En el ático del retablo que estudiamos aparece representada la
Crucifixión, con tres esculturas policromadas de bulto con un fondo liso, de Cristo
crucificado, la Virgen y San Juan.
Banco o predela: Parte inferior o basamento de un retablo. En ocasiones puede estar
dividido en dos pisos, en cuyo caso se denomina el más próximo al suelo sotabanco.
En nuestro retablo, la predela o banco está dividida en cuatro calles, acogiendo cada
una de sus casas la figura de tres de los doce apóstoles.
Calle: Nombre que reciben cada una de las divisiones verticales de un retablo, en
ocasiones separadas unas de otras por particiones más estrechas denominadas
entrecalles. En el retablo de San Juan Bautista, distinguimos cinco calles,
disposición habitual en la obra de Juan de Borgoña.
Casa: Cada uno de los espacios de forma cuadrangular o rectangular que, abiertos
en los cuerpos y calles de un retablo, sirven para alojar pinturas o esculturas. La
obra en estudio posee dieciséis casas, una de ellas oculta tras el tabernáculo o
expositor, que recogen imágenes de la vida de San Juan Bautista y Jesús.
Cuerpo: Cada uno de los pisos o de las divisiones horizontales de un retablo. El
retablo de San Juan Bautista tiene tres cuerpos, y el central prolongado con el ático
en el que aparece la Crucifixión.
Entrecalles: Divisiones verticales más estrechas que las calles y que las separan
unas de otras. Aquí las encontramos de madera dorada
Guardapolvo: Pieza o saledizo que enmarca un retablo tanto por los laterales como
por la parte superior, con la misión de protegerlo del polvo. También llamado
polsera.
Atendiendo a estas breves características generales que nos acercan a los
retablos góticos, un estudio detallado del retablo de San Juan Bautista o del Altar
Mayor, pagado a Juan de Borgoña y Copín de Holanda en 1518, nos llevaría a señalar
que además de por su estructura y disposición de las obras, el retablo que nos ocupa
correspondería a la etapa tardogótica en base a las peculiaridades que seguidamente
señalaremos.
Si analizamos otras obras de Juan de Borgoña, encontramos que en la época en
que éste trabaja en Toledo, en el primer tercio del siglo XVI, los retablos mayores
debían adaptarse a las cabeceras de los templos de la archidiócesis toledana construidos
en tiempo de los Reyes Católicos, y que solían ser un espacio de gran altura, por lo
general, poligonal. El resultado solía ser un retablo de considerable tamaño, que suele
tener tres cuerpos y cinco calles, aunque puede complicarse con el banco y las
entrecalles. De este tipo son, entre otras obras, el retablo de la catedral de Ávila,
comenzado por Berruguete y, al morir, continuado por Borgoña, y los encargados
directamente al pintor para Camarena, Villa del Prado, la iglesia de San Juan de la
Penitencia, en Toledo, y Pastrana.
Retablos de la Iglesia de San Juan Bautista de Camarena. Pág. 7