Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
demás? ¿La de alguien que viva en soledad o que, entre semejantes, esté<br />
privado del <strong>lenguaje</strong> hablado y escrito? Hubo un caso apasionante, el de Helen<br />
Keller, una mujer que nació en el siglo <strong>XIX</strong> y que con apenas año y medio de<br />
vida quedó ciega, sorda y muda por una enfermedad. Cuando creció, aprendió<br />
a comunicarse con el exterior gracias a una cuidadora y a través de un<br />
rudimentario sistema de signos trazados al tacto en la palma de su mano.<br />
Murió casi nonagenaria, habiendo «dictado» varios libros sobre su vida y<br />
admirada por personajes como Mark Twain. Un ejemplo como éste, para mí,<br />
demuestra dos paradojas en el tema que nos ocupa: que el ser humano no es<br />
sólo <strong>lenguaje</strong> pero lo necesita desesperadamente para ampliar y profundizar<br />
en su experiencia del mundo a través del conocimiento compartido con los<br />
demás, y que, al mismo tiempo, el <strong>lenguaje</strong> humano, tal y como lo<br />
entendemos, es a menudo una herramienta muy limitada que no puede<br />
asimilarse al todo en la existencia ni aprehenderla.<br />
Decía Wittgenstein, tantas veces citado por la intelligentsia posmoderna, que<br />
«Los límites de mi <strong>lenguaje</strong> son los límites de mi mundo», y en cierto modo es<br />
así, porque a veces parece que no podemos concebir lo que ni siquiera<br />
alcanzamos a nombrar, pero tampoco hay que tomar esta cita por axioma,<br />
pues somos receptores sintonizados en un solo punto del dial, cuando ese<br />
mundo nos está bombardeando con miles de ondas en frecuencias distintas<br />
que no siempre vamos a saber decodificar sólo con el <strong>lenguaje</strong>, y sin embargo<br />
están ahí, vibrando, formando también parte de la existencia. <strong>El</strong> problema,<br />
creo, viene cuando pretendemos abarcar la existencia sólo con el pensamiento<br />
y su primo hermano, el <strong>lenguaje</strong>. No sólo es absurdo, también es imposible.<br />
Mareemos un poco la perdiz con aquello de que lo primero fue el verbo.<br />
¿Te animas a discurrir sobre ello?