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Extracto de Platicando con Leopoldo María Panero<br />
270607 Café Esdrújulo 17.45, Las Palmas de Gran Canaria<br />
Por Blanca Fernández<br />
“Language is a virus”<br />
William Burroughs<br />
<strong>El</strong> <strong>lenguaje</strong>. Ese misterio en su formación y generación que nos caracteriza<br />
como seres humanos. <strong>El</strong> <strong>lenguaje</strong> engaña. Ese instrumento o herramienta vital<br />
para comunicarnos. Ese mecanismo casi mágico que nos permite formar<br />
sociedades basadas en símbolos convencionales aceptados por la inmensa<br />
mayoría. Lenguaje como forma de expresión. Lenguaje como medio de<br />
supervivencia. Lenguaje que cuesta definir de una forma concreta y, más aún,<br />
de explicar. <strong>El</strong> <strong>lenguaje</strong> es la producción de la locura. La búsqueda en cualquier<br />
explorador de internet (principal herramienta “moderna” de información) nos<br />
lleva desde lo elemental de un intento de definición a la profundidad en la<br />
abstracción filosófica sobre el concepto <strong>lenguaje</strong>, pasando por teorías<br />
postfreudianas y por la metáfora viral, la compulsión y la literatura<br />
conspirativa de Burroughs, donde ya afirmaba que “el <strong>lenguaje</strong> es un virus que<br />
procede del espacio exterior”.<br />
Quizá lo mejor sea apoyarnos en un punto inicial, una propuesta de definición<br />
y, de ahí, proponer un giro radical desde una lógica tangible a un delirio que<br />
nos lleve a la metáfora simbólica del virus de Burroughs, pasando por la gran<br />
máxima lacaniana donde se postula que “el inconsciente está estructurado<br />
como un <strong>lenguaje</strong>”.