Excodra XIX: El lenguaje

eleer los propios, y podemos hacerlo para nosotros mismos, sin perturbar la
paz de los otros lectores con nuestro murmullo: en la biblioteca, templo del
lenguaje, reina el silencio. Traducción imperfecta en muchos casos, cuando
quien junta una palabra con la siguiente y las lanza al mundo sabe que por
mucho que se esfuerce sus palabras quedan lejos de reflejar adecuadamente el
sabor de su decepción, el olor de su alegría, el color de su ira, cuando quien
recibe las palabras, por mucho que estén nítidamente impresas sobre una
pantalla o sobre una hoja de papel, nunca podrá llegar a saber del todo qué
querían decir esas palabras, qué esconden realmente, cómo ni por qué éstas
fueron escritas, sino únicamente interpretar a partir de ellas un pedazo
inexacto de significado, siempre a partir de su propia realidad, que no es la
misma que la realidad ajena, cuando la palabra puede mentir diciendo la
verdad e incluso decir la verdad mintiendo. Palabras que son formas, que son
sonido, que son viento de vida que fluye entre los labios (en italiano, ser capaz
de ver la palabra surgiendo dalle labbra; cada lengua acota de manera muy
precisa lo que nos está permitido expresar con el lenguaje, cada concepto
expresado en una lengua es ligeramente diferente y único, intenten si no lo
creen traducir el kokoro japonés al castellano; intenten convencerme de que
food significa lo mismo que comida: nunca lo creeré). La palabra: arma
imperfecta con la que moldeamos el calor de una mano sobre nuestro costado,
el rayo de luz que nos ciega, la frialdad del agua que nos resbala por la
garganta; con la que intentamos sin éxito que los demás comprendan quiénes
somos. El lenguaje: traducción imperfecta del mundo y arma poderosísima
para darles la vuelta a las consciencias, para engañar, para manipular;
también para complacer, para dar paz, para iluminar. Ya lo sabía quien escribió
que la palabra es dios, que
καὶ Θεὸς ἦν ὁ Λόγος, y también lo sabía quien
decidió que nada podíamos fiar a la palabra, que Nullius in verba.
CdAP