REVISTA Nº 55: DICIEMBRE-2015

EDUCACIÓN
MONTSERRAT DEL POZO, PIONERA DE LA EDUCACIÓN DEL FUTURO,
EN EL COLEGIO MENESIANO:
“NO LE DIGAS A TU HIJO QUE COJA EL PARAGUAS,
DILE “LLUEVE ¿QUÉ TIENES QUE HACER?”
Hermano Porfirio Blanco, Hermana Montserrat del Pozo, Directora
del Colegio Menesiano Ana Virosta y Hermana Monika Horch durante
las jornadas del Master de profesores para el Cambio y la Innovación.
El colegio Menesiano ha hecho
una gran apuesta por la
innovación en la educación.
No en vano ha vuelto a ser
elegido como sede para la celebración del
Master de Profesores para el Cambio y la
Innovación promovido por Escuelas Católicas.
Esta revista ha tenido la oportunidad
de entrevistar brevemente a la Hermana
Montserrat del Pozo, responsable de los
Colegios de la Congregación de Misioneras
Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret.
Pedagoga de prestigio internacional, revolucionaria
en el planteamiento de la educación
y discípula de Howard Gardner,
creador de la teoría de las Inteligencias
Múltiples, del Pozo ha compartido unos
instantes de oro con nosotros, que reproducimos
a continuación.
Los padres nos damos cuenta de que
hay un nuevo sistema de educación que
rompe todos los esquemas. Cuando tenemos
al niño o niña en casa por la tarde,
¿cómo tenemos que cambiar nuestra
mente para ayudarle a estudiar?
Montserrat del Pozo: Tenemos que ayudar
a que los niños sean creativos y críticos.
Un papá tiene que ser muy capaz, no de
decirle al niño “coge al paraguas”, “ponte
el chubasquero” si no “llueve, ¿qué tienes
que hacer?”.
Casi siempre al llegar a casa se establece
una rutina, porque tanto a los padres como
a los hijos les da seguridad. Así saben
que después de merendar o lavarse las
manos, los chicos deben ponerse a estudiar.
Pero ¿qué entiende el niño por estudiar?
A nosotros no nos gusta decir “hacer
deberes” porque consideramos que
son tareas que uno hace porque está motivado
desde el colegio o porque el colegio
cree que es necesario realizarlas. Los
padres deben encontrar la motivación para
que sus hijos hagan esa tarea: “si estás
estudiando las banderas del mundo, piensa
que cuando viajemos y vayamos a
otros países tu sabrás dónde estamos”. El
problema es cuando el padre ve que esa
actividad para el niño es horrorosa y para
el más, porque no sabe cómo realizarla.
La motivación, esa parte de sacar hierro al
trabajo que tiene el niño, es importante
que la realicen los padres. Y también que
hablen con el colegio. Nosotros hemos
hecho mucho caso de los padres que nos
han dicho “oye, mandáis demasiadas tareas,
¿por qué no reducís las tareas del
viernes y aumentáis las del miércoles y
jueves, que son días en los que hay más
tiempo para estudiar en casa?”.
Ahora bien, es importante que la tarea la
realicen los niños. Un padre que realiza la
tarea de su hijo hace que ese niño tenga
psicológicamente una gran desconfianza
de él mismo. A veces a los padres les gusta
que el niño se sienta arropado y él piensa:
“Bueno, pues cuando me enfade con
mi esposa, ya se que papá y mamá vendrán
a ayudarme”. Pero lo que quieren papá
y mamá es que ese niño adquiera autonomía
y unas habilidades para que,
cuando se enoje con su esposa, pueda resolver
el problema él solo. Generar dependencia
de los padres en las tareas o en
cualquier cosa que se realiza, es generar
psicológicamente una indefensión.
Hablamos sobre el volumen de deberes.
¿Dependiendo de la edad, es obligatorio
que tengan más tareas?
M del Pozo: Nosotros no seguimos ese
criterio. Cuanto más mayores sean los niños,
más pasión por el estudio, más pasión
por aquello en lo que el niño se encuentra
más cómodo. El colegio tiene
que despertar en el niño esa pasión por
lo que le gusta o está descubriendo que
le gusta. Hay muchas cosas que el niño
no sabe. Quizá nunca haya visto un robot
y no le guste nada la tecnología, pero
cuando descubre que él puede hacer que
ese robot, mediante una programación,
vaya adelante o atrás, entonces ve que le
encanta la robótica. Cuanto más mayores
son, mas pasión por lo que están estudiando
y haciendo, y mas contextualización
de su propio aprendizaje. Por ejemplo,
si está estudiando tecnología, contextualizar
es preguntarse “¿como puedo hacer
yo que el Metro en Madrid pueda generar
otras vías de acceso?” o “¿cómo
conseguir que, en la Cibeles, en el mismo
diámetro, haya otro tipo de escultura?”.
El niño se da cuenta de que, para responder
sus preguntas, necesita unos conocimientos,
y esos conocimientos son los
que va practicando a lo largo de esa contextualización
de su propio aprendizaje.
En definitiva, cuanto más pequeños, más
pasión por su aprendizaje, y cuanto más
mayores, ellos mismo generan sus propias
tareas para poder llegar a su propio
aprendizaje.
Al terminar la entrevista, agradecemos a
la Hermana Montserrat su tiempo y ella
nos felicita por pertenecer a un centro
comprometido con la innovación en la enseñanza
como es el Colegio Menesiano.
M. García
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