Revista JOVEL Marzo 2017

Marzo 2017
Termino con esta tercera parte de una larga colaboración en
relación al último evento público del EZLN en diciembre pasado
y que tuvo que ver con la ciencia y la conciencia.
No se trató, el evento para las bases del ejército zapatista, de
una revisión de temas y de apertura con una serie de preguntas
desde indígenas y campesinos, sino un cuestionamiento en
dos ejes para su análisis. El primero es el papel que tiene la
ciencia en la sociedad, en los propios movimientos sociales,
y el segundo con una crítica a lo que llamamos ciencia y su
desafío con un conocimiento que se envuelve en una construcción
que se podría llamar “pseudo” ciencia.
Habría que compartir, de nueva cuenta, que el EZLN no deja de
sorprender con sus iniciativas, ya lo hicieron cuando invitaron
a conocer comunidades, formas de vida, de sus territorios, con
la llamada “escuelita”, sin duda el poner
a mujeres, hombres, de todas las edades,
desde sus propios idiomas a compartir su
historia, su vida misma, es inusitado en un
ejercito guerrillero que nos enseña que la
política no es el arte del voto y la elección,
sino algo mucho más sencillo e importante
como lo es el de compartir, o el de abordar
la historia desde los propios actores, en
este caso, desde una colectividad, cuestión
que no sabemos hacer, por el extremo individualismo
que tuerce la historia como si
alguna mujer u hombre son quienes mueven
la llamada rueda de la historia, y no
es así, es lo que se ha dado en llamar el
colectivo anónimo (dixit Castoriadis).
Por ello el hecho de dialogar con científicas
y científicos, unas y unos más jóvenes
que otros, o desde la diversidad del conocimiento
(lo obvio es entre las llamadas
ciencias naturales y las sociales, pero no es
sólo la procedencia de su vocación, sino la manera de llegar al
conocimiento), que desde el zapatismo se hizo en este evento,
dejó boquiabiertos a no pocos incrédulos de las posturas del
EZLN.
Hasta hace poco hacer investigación con el EZLN y lo que
esto signifique, era punto menos que imposible, y más que
recibir un No rotundo, simplemente, en la mayoría de los
casos los concejos de los municipios autónomos zapatistas,
no hubo respuesta a diversas solicitudes, no son pocas las
tesis de grado que se hicieron desde el acompañamiento a los
MAREZ o algunas comunidades que se detallaron temas que
van desde la sustentabilidad, autonomía, participación, formas
de organización y del pensamiento zapatista, acudiendo a las
comunidades como parte de un colectivo, lo cual es evidente
que ha sesgado la investigación y sin tener pruebas contundentes,
me parece que no pocas con poca ética.
El fondo y con razón es planteado por las comunidades, es
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que el conocimiento es casi arrebatado a las comunidades,
quienes se convierten en informadores principales, pero no
hay retroalimentación, y sobre todo no hay impacto en las
comunidades zapatistas sobre lo investigado.
Así lo expresó el subcomandante Galeano en el comunicado
Alquimia zapatista:
Con sus intervenciones, ustedes no sólo nos dan algunas señales
de su conocimiento, también del por qué aceptaron nuestra
invitación y están aquí presentes, en persona o mediante
textos, audios y videos.
Porque necesitamos la ciencia, es que estamos, junto con el
SubMoy, ahora sí que desplegando nuestros encantos, para
convencerlos, convencerlas, de que aquí, con nosotras y nosotros,
pueden y deben hacer ciencia.
Por eso les hablamos no de ciencia,
Cuando el EZLN nos a
invitado a conocer comunidades,
formas de vida, de
sus territorios, con la llamada
“escuelita”, nos enseña
que la política no es el arte
del voto y la elección, sino
algo mucho más sencillo e
importante como lo es el de
compartir, o el de abordar
la historia desde los propios
actores, en este caso, desde
una colectividad.
sino de lo que hemos sido y somos,
de lo que queremos ser.
Podemos hacer lo que podemos. No
podemos ofrecerles becas, recursos,
reconocimientos que abulten su curriculum
vitae. Vaya ni siquiera les
podemos hacer el paro para conseguir,
ya no digamos una plaza, al
menos algunas hora-salón.
Cierto, podríamos intentar el chantaje,
poner cara de “soy un pobre
zapatista que habita en la serranía”.
O insinuarles con, voz seductora:
“Tons qué mi plebeyoa, vámonos
a Querétaro las manzanas, poninas
dijo popochas, y pin pon papas, ya
ve que dicen los científicos que ya
no produzcan la producción porque
el mundo está como vagón del metro
a las 0730, y que ya no hagan productos,
que mejor adopten; tons usted y yo vamos como quien
dice a darles su surtido rico, de lengua y de maciza, para que
tengan opciones, si sale varoncito le damos hasta que salga la
niña, o al revés volteado, así hasta por pares, el asunto es que
no importa ganar sino competir”.
O con un DM que invite: “ándele, vámonos a deconstruirnos
las ropas y a contextualizar nuestras partes privadas”
O mandarles a un whatsapp que sugiera: “usted, yo, un acelerador
de partículas, no sé, piénselo” Podríamos, aunque es
seguro que no tendríamos éxito.
Lo que pensamos es hacer lo que estamos diciendo: mostrarnos
como somos y cómo hemos llegado a ser lo que somos
Para que no se sientan en desventaja al saber que están siendo
no sólo escuchados, sino también evaluados (la clausura de
este encuentro, el día 4 es la evaluación que del encuentro
hacen las 200 encapuchadas y encapuchados, compañeros y
compañeras nuestros, bases de apoyo zapatista), es que tra-