Juntos Gaceta Mercantil - MAYO 2017

La corrupcón
inhibe el crecimiento
económico,
distorsiona precios e
incentivos, eleva el
costo de proyectos y
transacciones,
reduce la
recaudación y con
ella el gasto público
en infraestructura,
educación y salud
Transparencia Internacional, en su Índice de
Percepción de la Corrupción 2016, informa que
México pasó, de 2015 a 2016, del lugar 95 al
126, y desde 1995 se ha incrementado
persistentemente, pues entonces ocupábamos
el lugar 32; dentro de la OECD, México ocupa
el último lugar.
La Policía, los partidos políticos, los servidores
públicos y el Poder Judicial, en quienes
deberíamos tener la mayor confianza, son los
más corruptos, en especial las autoridades
relacionadas con la seguridad pública. Ello
favorece la impunidad, la delincuencia y el
crimen organizado, a la par que eleva la
economía informal y genera temores que
inhiben decisiones cruciales para el
crecimiento económico, la reducción de la
pobreza y el combate a la desigualdad social, lo
que disminuye el índice de desarrollo humano.
Las investigaciones estiman que cada 1% de
incremento en la reducción de corrupción,
permitirá un incremento en el Producto
Interno Bruto per cápita de 6%.
El costo estimado de la corrupción en México
durante 2015, fue de 6 mil 418 millones de
pesos y cada acto de corrupción costó 2 mil
799 pesos; hubo 12 mil 590 víctimas y 30 mil
97 actos de corrupción por cada 100 mil
habitantes y, desafortunadamente Jalisco, se
encuentra entre los estados con mayor número
de víctimas, con una tasa de prevalencia de
corrupción de 14 mil 351, cuando el promedio
nacional es de 12 mil 590, de acuerdo con la
Encuesta Nacional de Calidad e Impacto
Gubernamental.
Pero la corrupción no es únicamente un
problema enquistado en el gobierno, sino
también en las empresas privadas, quienes
enfrentan desprestigio, desconfianza, pérdida
de clientes y multas millonarias, sobre todo
cuando manipulan precios, se coluden,
acaparan y ocultan bienes, adulteran alimentos,
bebidas etc., el otro problema que enfrentan
son los actos de corrupción realizados por sus
empleados en perjuicio de la propia empresa o
de sus clientes.
A nivel mundial las empresas pierden 5% de
sus ingresos por fraude y en México la
piratería genera pérdidas de 43 mil millones
de pesos al año y 480 mil empleos. Ello
significa una pérdida de 2% del PIB mundial
según el Fondo Monetario Internacional y
hasta 9%, según el Banco Mundial.
PwC´s, en su encuesta sobre el Crimen
Económico Global, estima que 20% de las
empresas tuvieron pérdidas anuales de más de
1 millón de dólares, y 56% de los delitos los
comenten sus empleados: 20% por empleados
de altos puestos gerenciales, 42% de nivel
intermedio y 34% en puestos operativos. Los
delitos principales son: 76% malversación de
activos, 21% sobornos y corrupción, 19%
fraude en adquisiciones, 14% fraudes
contables, 11% delitos cibernéticos y 6%
robo de propiedad intelectual.
Lo importante a destacar es que todos somos
responsables, por acción o por omisión, y en
nuestras manos está la solución si educamos
en valores.
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www.juntosgacetamercantil.com
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