06_Un libro es un amigo_6 mar 2017_individuales

era el lugar perfecto para guarecerse mientras duraba la epidemia.
Habló con el comandante Miranda para que lo enviara en
una misión especial a aquel lugar.
-¿Y para qué chingados voy a enviarte al manicomio, Juanito,
te volviste loco?
-He descubierto pistas que conducen hacia la culpabilidad
de Ireneo Guerra, comandante. Si puedo entrar encubierto, en
cosa de tres o cuatro meses volveré con pruebas suficientes para
encerrarlo.
El comandante meneó la cabeza.
-Ay, Juanito, si serás pendejo… ¡Ya está encerrado!
-No en la cárcel, comandante. Además, hay una red involucrada
en la muerte de esas mujeres, aunque todavía no
puedo averiguar cuál es el móvil. Ireneo sólo es una pieza del
engranaje.
-¿Y yo qué gano con todo esto?
Juan Nepomuceno tenía tiempo dándole vueltas al asunto.
Había sacado de su caja fuerte los ingresos de meses de extorsión
a las prostitutas de su zona, a los comerciantes de piezas
robadas, a los vendedores ambulantes y a los negocios que demandaban
seguridad.
-Resulta, mi comandante, que la semana pasada compré
un cachito de lotería. Y que le voy pegando al gordo. Entonces
me puse a pensar que si me mandaba de comisión al psiquiátrico
no iba a necesitar esto… -sacó de su chaqueta una bolsa
de papel con cuatro fajos de billetes de alta denominación y la
dejó caer sobre el escritorio. El comandante tomó el paquete y
lo puso en su regazo.
-Ah, qué Juanito tan suertudo, hombre - oteaba para cerciorarse
de que nadie en la oficina hubiera visto la entrega. Una
vez confirmado el contenido de la bolsa, recobró la compostu-
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