06_Un libro es un amigo_6 mar 2017_individuales

a-. Vamos a hacer una cosa. Te me vas al manicomio cuatro
meses como agente encubierto. Qué digo cuatro, ¡siete meses
de una vez! Voy a redactar una carta dirigida al director del
psiquiátrico y le voy a decir que eres sobrino de don Herodes
Saldaña para que te dejen entrar y salir cuando quieras.
-¿No le parece exagerado decir que soy sobrino del gobernador?
-Entonces le digo que eres Juan de los Palotes y a ver cómo
chingados te va allá adentro. ¡Rubiales! -gritó el comandante.
Un agente moreno y con el cabello erizado entró a la oficina.
-Sí, mi comandante.
-Llama al manicomio y diles que vengan a recoger un loco
a los separos. Y tú, Juanito, mantenme al tanto de tus progresos.
-Sí, mi comandante -contestó Juan Nepomuceno, y con
un saludo marcial golpeó sonoramente los tacones de sus botas.
3
La ambulancia llegó de noche al psiquiátrico. Juan Nepomuceno
llevaba puesta una camisa de fuerza. En la enfermería lo
empinaron para verificar que no ocultara drogas en el recto;
luego lo raparon para prevenir algún brote de piojos, revisaron
su dentadura y le dieron un baño de agua fría. Se encontraba
desnudo, temblando de frío, cuando entró una enfermera alta y
delgada que usaba lentes de armadura negra. A la mujer no se
le movía un pelo bajo la cofia. Tenía la nariz en forma de gancho,
el pecho plano y las caderas rectas. Gracias a lo delgado de
sus piernas parecía estar parada de manos. Las medias blancas
le quedaban flojas y tenía un vientre pronunciado. La mujer
tomó la tabla que portaba bajo el brazo y comenzó a anotar.
Nombre: Juan Nepomuceno Durán.
Hora de ingreso: 20:15 horas.
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