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Imagínate ser inyectado con recuerdos que no son tuyos, me<br />
dijo, recordar de pronto que pued<strong>es</strong> hablar francés, por ejemplo,<br />
o que pued<strong>es</strong> tocar el piano, o los callejon<strong>es</strong> de Whitechapel,<br />
o el aire enrarecido de Auschwitz, como le sucede a…<br />
Fernando guardó silencio recordando algo que apenas si vislumbraba,<br />
luego se encogió de hombros y dijo: Como sucede<br />
en <strong>es</strong>a película de vampiros.<br />
A Fernando le tomé la mano para seguir avanzando.<br />
Hace frío, me dijo, mientras lo guiaba a través de las call<strong>es</strong><br />
oscuras, hasta llegar a <strong>un</strong> callejón que conocía muy bien y<br />
donde las cosas debían terminar. Me recargué <strong>un</strong> momento en<br />
su hombro. <strong>Un</strong> perro aulló en la distancia, y otro, más lejos, le<br />
cont<strong>es</strong>tó.<br />
Cerré los ojos y al sentir el sudor de Fernando en mis labios,<br />
la urgencia me colmó, entonc<strong>es</strong>, por primera vez, algo me<br />
distrajo: en mi mente vi a Moretti subiendo y bajando <strong>es</strong>tas<br />
call<strong>es</strong> antiguas y d<strong>es</strong>agarradas, tratándome de alcanzar, con <strong>un</strong>a<br />
mano clavando el sombrero a su cabellera blanca, buscando<br />
como buen sabu<strong>es</strong>o que <strong>es</strong>, dando <strong>un</strong> traspié por aquí, <strong>mar</strong>cando<br />
<strong>un</strong>a puerta por allá, repasando su libreta y tachonando<br />
el mapa, pero siempre acercándose. Con su maletín negro y<br />
sus manos temblorosas y artríticas llenas de grietas como ríos<br />
secos. El gran Moretti, el ahora viejo Moretti. Claro que lo<br />
extrañaría. <strong>Un</strong> día sé que lo veré cruzar el umbral de Mordida<br />
de gato para entrechocar nu<strong>es</strong>tros tarros sudorosos.<br />
Dejé a Fernando ahí, a la mitad del callejón, paralizado, con<br />
los ojos en blanco. Avancé sin siquiera mirarlo. Pensando en lo<br />
que acababa de suceder, lleno de hambr<strong>es</strong>.<br />
Hace <strong>un</strong> par de semanas, el norteño preg<strong>un</strong>tó por Fernando.<br />
Arael le cont<strong>es</strong>tó muy serio: Yo creo que se lo llevó <strong>un</strong> chaneque.<br />
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