Entrelíneas 45

EL
EQUIPO
Tamar Cid C.
Patricio Gallegos - Director
Tamar Cid - Diseño
Aníbal Zepeda M.
Natalia Muñoz R.
Sandar Oporto O.
Macarena Sandoval M.
Matías Cruzat L. Javiera Díaz O.
Valentina Balboa T.
Patricio Gallegos R.
Editorial
Elecciones presidenciales y parlamentarias
En el agitado panorama preelectoral,
que este año promete durar
más de lo acostumbrado y el incierto
proceso de primarias con que ambas
coaliciones definirán a sus candidatos
presidenciales, tal como ocurrió
en 2013, la campaña parlamentaria
inevitablemente pasará a segundo
plano.
Los cambios de bandos, las asociaciones
o rupturas desprovistas
de cualquier horizonte conceptual,
como el imperio del marketing sobre
el debate programático, acentúan
esta desviación que finalmente impide
conocer las agendas y proposiciones
de cada uno de los candidatos
para llegar al Congreso. Es oportuno
recordar que desde que se modificó
en 2004 el período presidencial de
seis a cuatro años, ambas elecciones
van de la mano.
Esta situación tiene ciertas ventajas,
como la economía en cuanto a
procesos electorales y menos meses
dedicados a campañas, por nombrar
algunas. Pero también tiene una notable
debilidad, ya que la discusión
se centra principalmente en los temas
presidenciales, lo que obliga a
los candidatos al Parlamento a sumarse
a las propuestas del candidato
a presidente que esta dentro de sus
filas o es de su preferencia.
Este hecho, además, perjudica a
quienes se postulan como independientes,
ya que no existe asimetría
en la posibilidad de discutir sus proyectos
con sus contrincantes, cuando
estos a su vez se cobijan bajo el
paraguas de la candidatura presidencial.
Dentro del punto de la competencia
parlamentaria, es discutible la
eventualidad de que se realice una
campaña de manera tal que permita
al elector conocer realmente cómo
piensan los candidatos, cuáles son
sus agendas y proyectos que llevaran
a cabo durante su período. Como
también, cuál es la independencia
con que la actuarán cuando sea necesario
fiscalizar al Gobierno de
turno, ya que no se conoce efectivamente
su postura individual.
Las campañas simultáneas al Parlamento
y presidente se ven mayormente
entorpecidas por el sistema
de gobierno excesivamente presidencialista,
con importantes atribuciones
legislativas que en definitiva
disminuyen la fuerza que pudiera tener
el Congreso cuando tiene mayores
facultades e iniciativas propias.
Foto gentileza de Agencia UNO
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