21.09.2017 Views

01-Corazon_elastico_-_Elena_Montagud

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Y así se zanja la discusión. Las buitronas se marchan y nos dejan a solas con<br />

Adrián y su amigo, quienes nos miran serios. Suelto el aire que he estado<br />

reteniendo debido al cabreo. Todavía me duele el cuero cabelludo de los tirones<br />

que me ha dado Sonia.<br />

En ese instante Begoña me suelta el brazo y, con todo su desparpajo, pregunta a<br />

Adrián:<br />

—¿Y tú quién eres?<br />

Él esboza una sonrisa ladeada y pongo los ojos en blanco. La cabrónida de mi<br />

amiga seguro que sabe perfectamente quién es.<br />

—Adrián. —Alarga un brazo para estrechar la mano de Begoña—. Blanca y yo<br />

fuimos amigos de críos.<br />

—Vaya. Adrián —repite Bego con un tono que no me gusta nada.<br />

—¿Y tú? —le pregunta él, que ya se ha dado cuenta de algo.<br />

—Begoña.<br />

—Encantado. Este es Raúl. —Señala al motero, quien nos saluda con una<br />

sacudida de su cabeza rapada.<br />

—Un placer. —Begoña asiente sin borrar la sonrisa. Y yo ahí, con una falsa en<br />

el rostro.<br />

—Pues nosotros ya nos vamos.<br />

Adrián da un paso hacia atrás, pero mi amiga no se da por vencida.<br />

—¿Por qué no os quedáis un poco más y os invitamos a algo?<br />

—Sí, claro. Si no hubieseis aparecido, ahora tendría que buscarme una peluca<br />

—comento con ironía.<br />

Con mi ofrecimiento, Adrián parece pensárselo. Ladea el rostro y mira a su<br />

amigo, quien dice:<br />

—Yo me marcho ya. Mi mujer me ha prometido una buena noche. —Suelta una<br />

carcajada atronadora.<br />

Begoña y Adrián también se ríen, y yo esbozo una sonrisa que me habrá<br />

convertido en la niña de El exorcista. Él me lanza otra mirada disimulada. Qué<br />

guapo está, por el amor de Dios.<br />

—Nos vemos, tío. Te llamo. —El motero choca una mano con Adrián y, a<br />

continuación, se despide de nosotras con una nueva sacudida de la cabeza.<br />

Como Adrián se ha dado la vuelta, a mí la vista se me va a su tremendo culo<br />

enfundado en unos vaqueros negros que le quedan como un guante.<br />

—¿Tomamos algo aquí o en otro sitio? —pregunta sacándome de mis<br />

pensamientos. Al reparar en el destino de mi mirada, se ríe de manera pilla.<br />

—Pues no sé. Soy una forastera. ¡Decidid vosotros! —exclama mi amiga toda

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!