21.09.2017 Views

01-Corazon_elastico_-_Elena_Montagud

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—Oh, Dios mío —murmuro con unas enormes ganas de llorar. ¿Por qué creo<br />

que Adrián está cantándome a mí? ¿Por qué me mira de esa forma en la que<br />

parece que se adentra en mi alma y me la parte en dos?—. Tengo que salir de aquí<br />

—digo a Begoña, pero me retiene.<br />

Me obliga a darme cuenta de que soy gilipollas. No hay más. A ser consciente<br />

de que ese hombre que está a unos metros de mí, cantando y tocando ante esta<br />

gente, poniendo todo su corazón en la melodía, es por quien yo sería capaz de<br />

aprender a amar otra vez. Siento que las náuseas se apoderan de mí y que soy<br />

incapaz de seguir mirándolo.<br />

La canción se acaba y la gente aplaude. Aprovecho para soltarme de Begoña y<br />

huir. No puedo enfrentarme a tantos sentimientos. Oigo que me llama, pero no le<br />

hago caso. Estoy saliendo de la terraza cuando me atrevo a darme la vuelta. El<br />

otro chico que tocaba está recogiendo. Adrián ya no ocupa su silla. Lo busco con<br />

la mirada. No lo encuentro. El pulso se me acelera al oler un aroma familiar. Me<br />

vuelvo y lo descubro justo a mi lado, con su guitarra a cuestas.<br />

Se me seca la garganta. Las palabras de la canción resuenan en mi cabeza como<br />

una letanía. «And I will love you, baby, always…» («Y te querré, nena,<br />

siempre…»). Me viene la loca idea de pedirle que me la cante ahora, aquí y<br />

únicamente a mí, como si estuviésemos los dos solos. El corazón me late a mil<br />

por hora, ansioso por lanzarse a sus brazos. Adrián me observa sin moverse, con<br />

los labios apretados y la mandíbula tensa. Creo que va a saludarme, que me<br />

abrazará después de todo, pero lo que hace es echarme una última mirada de<br />

desprecio. Algo en mí se rebela y, como Sebas y Bego se acercan a nosotros, no<br />

se me ocurre otra tontería más que intentar darle celos. Agarro a Sebas del brazo<br />

y lo atraigo hacia mí. Luego miro de reojo a Adrián, quien nos observa con gesto<br />

sorprendido. Sebas me pregunta al oído que qué coño estoy haciendo, pero sonrío<br />

y me apretujo más. Me digo que Adrián vendrá hasta nosotros, que tirará de mí y<br />

me besará para demostrarme que los únicos labios que tengo que tocar son los de<br />

él. Sin embargo (malditas películas románticas, cómo nos engañan), se da la<br />

vuelta y me deja plantada, con todo el cuerpo temblando.<br />

No sé qué hacer, de modo que me vuelvo para interrogar con la mirada a Bego<br />

y a Sebas. Me animan con aspavientos a que lo siga. ¿De verdad es lo correcto?<br />

No lo pienso más. Me abro paso a empujones por el atestado local. No lo<br />

encuentro por ningún lado. Me arrojo a la calle como una desquiciada. Miro a la<br />

derecha, pero no está. Y, al mover la cabeza a la izquierda, lo descubro quieto.<br />

—Blanca —dice, aún muy serio. Escuchar mi nombre, con su voz, es el<br />

infierno y el cielo.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!