21.09.2017 Views

01-Corazon_elastico_-_Elena_Montagud

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

pesar de que no soy una mujer muy liviana. Todo esto sin parar de apremiarme<br />

con sus besos, que poco a poco van dejando de ser rabiosos para convertirse en<br />

unos más suaves, lentos, con mucho más sabor a tranquilidad.<br />

Deduzco que me ha traído a su dormitorio, pero antes de que pueda hacer nada<br />

me separo de él. Apenas unos milímetros, los suficientes para poder hablar.<br />

—¿De verdad piensas que esto no tiene sentido, que está mal?<br />

—No, Blanca —niega, con la respiración agitada. Apoya su frente en la mía, y<br />

no puedo controlar un temblor, que mitiga con un abrazo—. Esto es bonito. Es lo<br />

que nunca debió quedar atrás.<br />

Sus palabras me encogen el corazón. Tiene que luchar para continuar latiendo.<br />

¿Lleva razón? ¿Qué habría sido de nosotros si no nos hubiéramos dejado guiar<br />

por el orgullo y hubiéramos hecho caso a lo que el alma y el cuerpo nos pedían?<br />

¿Cómo habrían sido nuestras vidas si Adrián no hubiera actuado como lo hizo y<br />

yo hubiera sido capaz de esperar una respuesta o una disculpa por su parte? Estas<br />

y más preguntas cruzan mi mente, ocasionando un torbellino que no me permite<br />

pensar con claridad.<br />

Segundos después estoy recostada en la cama con el cuerpo de Adrián sobre el<br />

mío, que lo exige. No voy a luchar. No quiero hacerlo durante un rato que deseo<br />

que sea el mejor de mi vida, el que me permita ser feliz, aunque solo dure quince<br />

minutos y después tenga que volver a ser la Blanca fría y calculadora.<br />

Adrián me aparta las manos con suavidad para abrir la toalla. Mi piel desnuda<br />

se muestra ante él. La veo reflejada en sus ojos llenos de deseo, la noto<br />

desperezarse con cada uno de sus parpadeos. Para mi sorpresa, se arrodilla a los<br />

pies de la cama inclinado sobre mí. Apoya una de sus grandes manos en mi cuello<br />

y, poco a poco, va guiándola hacia abajo. Uno de sus dedos roza mi pezón<br />

derecho y se me escapa un jadeo. Después me acaricia hasta llegar a mi vientre,<br />

hasta mi pubis. Su ternura me pone nerviosa, así que estiro los brazos y lo atraigo<br />

hacia mí, atrapando sus labios. Le muerdo el inferior con suavidad, y se sirve de<br />

la lengua para penetrar en mi boca y rebuscar en ella. Más jadeos que no logro<br />

controlar.<br />

—Adrián… —murmuro.<br />

Sus labios todavía reposan sobre los míos, pero ya no se mueven. Abro los<br />

ojos, confundida, y me topo con los suyos. Caigo en ellos, en un dulce infierno<br />

envuelto de recuerdos amargos y, al mismo tiempo, brillantes. Se separa y me<br />

observa un buen rato. Sus pupilas recorren cada rincón de mi cuerpo sin perderse<br />

detalle. Me revuelvo sin comprender lo que sucede.<br />

—No puedo, Blanca.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!