EDICION 113

no me gusta. Yo me considero una
persona que siempre busca cosas
positivas en todo; me da la impresión
de que alguien siempre debe
tener algo bueno y siempre trato de
buscar y encontrar eso.
¿Un rasgo físico?
Mis caderas. Las caderas heredadas
de mi madre que, como buena
manaba, las tiene pronunciadas.
Es algo que no me gusta porque la
televisión te aumenta diez libras;
ya cuando la gente me ve en persona
me dice: “¡Ah, pero ha sido más
flaquita!”, y sí es algo con lo que
también lucho, pero de ahí me siento
cómoda con mi cuerpo.
Si pudieras cambiar una cosa
de ti, ¿qué cambiarías?
Puede ser lo despistada.
¿Cuál es tu actual estado de
ánimo?
Feliz. Creo que es el estado en que
mayormente estoy; me encanta poner
música, cantar en el carro como
loca, cantar y bailar con mi hijo.
¿En qué ocasión mientes?
¡No hay que mentir! (risas). Tal
vez, miento de una manera que no
perjudico a la gente, por ejemplo:
“Alejandra, ¿dónde estás?”. Yo digo:
“Saliendo de mi casa”, pero es mentira,
recién me estoy levantando.
Puede ser en esos momentos, que
creo que no le hago daño a nadie.
¿Cuál es la cualidad que más
te gusta en un hombre?
Te puedo hablar de “mi” hombre.
Mi cualidad favorita es que es
papá; creo que es la parte que lo
enternece, lo doblega, que lo invita
a ser una mejor persona para poder
dar un buen ejemplo, y va conmigo
porque yo soy mamá.
¿Y en una mujer?
Admiro la fortaleza en una mujer,
una que nunca se victimiza. Admiro
a una mujer que es madre,
que trabaja, que cocina, como mi
mamá, por ejemplo.
¿Cuál es tu héroe de la vida
real?
Mi hijo. Él llegó en el momento
exacto a mi vida. Quizá, la sociedad
se pudo haber preguntado por
qué una mamá tan joven (16 años)
o en qué estaba pensando, pero él
llegó a mi vida por algo; yo creo que
no sería la mujer que soy si no fuera
por él. Mi hijo me motiva con su
mirada, su sonrisa; me da seguridad,
y, lo digo en serio, él me da un
abrazo y me transmite paz. Entonces,
sí creo que es mi héroe de la
vida real.
¿Cuál es tu mayor extravagancia?
Comer, soy muy comelona. Vísteme,
pero no me des de comer… y, la
verdad, sí soy muy extravagante en
eso; es mi placer favorito.
¿Qué persona viva te inspira
más desprecio?
Creo que el desprecio es un sentimiento
que no nace de mí, y lo digo
muy sincera, no con el hecho de quedar
como buena; no siento desprecio
por nadie. Yo respeto mucho; pienso
que cuando a alguien no le agrada
algo simplemente se tiene que apartar.
Y, bueno, quizá siento desprecio
por la gente que bota basura en la
calle, me pone de mal humor.
¿Qué esperas de tus amigos?
Soy un poco ingrata; tal vez no los
vea, tal vez no sea una amistad
muy frecuente, pero los llevo en mi
corazón con un aprecio infinito. Y
espero de ellos sinceridad, porque
me considero una persona sincera.
¿Qué talento te gustaría tener?
Poder cantar. ¿Sabes que yo había
querido ser artista toda la vida?
Por ejemplo, en el baile me defiendo,
en la actuación también, como
comunicadora me defiendo, pero en
el canto sí, mira, ¡la gente huye! (risas).
De hecho, yo de chiquita quería
ser Thalía, me aprendía todas
las canciones de María la del Barrio
pero la voz no era lo mío.
Si fueras a morir y pudieras
reencarnarte en otra persona,
¿quién serías?
Thalia (risas).
¿Cuál ha sido tu mayor logro?
Creo que todavía no lo cumplo. Sería
formar mi propia familia. En la
vida podemos alcanzar muchas cosas
profesionalmente, pero siempre
nos vamos a sentir completos −o
por lo menos es lo que yo siento−
en el momento que podamos tener
un hogar, una familia de verdad. Y
sé que va a llegar en algún momento;
no me desespero, no es que me
quita el sueño ahora que tengo 24
años. Siento que estoy trabajando
para mí, para mi hijo; estoy haciendo
lo que me gusta. Entonces, poco
a poco van apareciendo las cosas
que espero.
¿Cuál es tu bien más preciado?
Con las cosas materiales soy muy
desprendida. Si tuve algo y ya no lo
tengo, bueno, puedo trabajar para
volver a tenerlo.
¿Cuál es tu característica más
relevante?
Que soy muy profesional para trabajar.
¿Cómo te gustaría morir?
Creo que valiéndome por mí misma,
tranquila, con hijos, con nietos.
Ojalá Diosito quiera con un esposo.
¿Cuál es tu lema?
Florece y prospera. A pesar de lo
que pueda estar pasando a tu alrededor,
siempre debes estar enfocado,
floreciendo y prosperando.
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Revista Mariela
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