EDICION 113

pocas las ciudades del mundo que
tienen transporte aerosuspendido, y
eso a la gente le sube la autoestima.
Entonces, eso está en marcha.
El mercado del río lo vamos a hacer
aquí en el malecón. Si la feria Raíces
ha gustado, en esta feria van a
estar huecas, los productores de alimentos,
todo esto en alto, subiendo
y bajando por escaleras eléctricas
a la intemperie. Vamos a hacer el
Distrito del Arte, del proyecto Guayarte,
en todo el espacio comprendido
entre la plaza Armando Romero
Rodas, frente a la Universidad Católica,
en el puente Zigzag.
¿Se quedó con ganas de hacer
algo?
Siempre tengo ganas de hacer
algo. Siempre uno puede hacer mejores
cosas.
¿Por qué escogió a Cynthia?
¿A cuál Cynthia?
Sabía que me iba a decir eso.
A mi mujer, porque me enamoré
y por eso me casé con ella, y a
Cynthia Viteri porque creí que sería
la mejor candidata presidencial.
Cynthia Viteri tiene varios factores
interesantes. Por ejemplo,
“Hay más personas que
creen que soy un buen
alcalde que las que
votan por mí, y eso sí
es interesante”.
es una mujer inteligente, bella…
Es una mujer honesta, valiente,
leal y, además, bonita.
¿Quién le cuida las espaldas,
primero que nada?
Yo no uso guardaespaldas. Alguien
me dijo el otro día algo muy
bonito. Estaba comiendo un ceviche
y me preguntó: “¿Y su guardaespaldas?”.
“No, yo no tengo”, le
dije. “Usted sí tiene: 3 millones de
guayaquileños que le cuidamos las
espaldas”, me contestó.
Ah, mire usted, ¡qué bonito!...
Sé que está chocho con sus
nietos, porque el hecho de vivir
en Guayaquil también le
ha ayudado a estar cerca de su
familia.
Por supuesto, y eso no se cambia.
¿No lo cambiaría por nada? ¿Ni
por Carondelet?
Menos por Carondelet. Dicen que
allí hay fantasmas. Yo les tengo
miedo a los vivos, no a los muertos,
pero ¿para qué les vamos a dar
oportunidad?
¿Es fácil salir de una crisis económica?
Creo que si se hace lo necesario, y
se lo hace rápido, sí vamos a salir.
Pero, ¿cómo? ¿Con qué lineamientos?
Con un lineamiento muy sencillo:
dejar de discutir lo ideológico y
ser pragmático. Mire, yo no creo
en el socialismo, pero para ensayar
el socialismo había que tener
los millones de millones que tuvo
el presidente Correa, que ya no
existen; entonces, el Estado no
puede ser otra vez el motor y el
consumidor sin billete. Ahora, el
billete hay que buscarlo en donde
existe, que es en la empresa
privada: trabajando, importando,
exportando; dándoles estímulos,
seguridad, confianza a los inversionistas.
¿El presidente, Lenín Moreno,
tiene que ganar muchas batallas?
Tiene que ganar muchas, y ya ha
ganado algunas. Yo creo que lo
que está haciendo es muy sensato,
pero los pueblos son complicados;
los pueblos quieren ser curados totalmente,
rápidamente y de forma
gratuita. Entonces…
¿Y eso no existe?
Eso no existe; eso es una utopía.
Pero los pueblos son, al mismo
tiempo, intuitivos e inteligentes
para saber si el gobernante nacional
o local, sinceramente, va en el
camino de resolver problemas, de
hacerlo honestamente, con corazón
y con resultados. Porque la prédica
con resultados negativos dura poco.
Para finalizar, ¿de qué se ha
sentido orgulloso, alcalde, en
estos años de gestión?
Del cariño de la gente, realmente.
Mire, un funcionario solidario
y honesto solamente se lleva dos
cosas que le satisfacen: una, es la
conciencia tranquila, y, la otra,
es el reconocimiento del cariño de
sus conciudadanos. Esa es la mejor
condecoración, y ya, lo demás, son
medallitas que se dan o se quitan.
Muchas gracias, abogado, por
esta entrevista. Me encanta
que haya podido compartir con
nosotros.
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