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Edición 11 de Noviembre de 2017

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| artículo |<br />

Brisa y lluvia. Tempestad<br />

KAreN eScALANTe-BArrerA<br />

escalantebarrera.karen@<br />

gmail.com<br />

Gracias infinitas<br />

II.En ese momento se subió<br />

un ven<strong>de</strong>dor ambulante<br />

<strong>de</strong> dulces típicos<br />

salvadoreños “vaya<br />

los dulces, vaya los<br />

dulces, <strong>de</strong> coco rayado,<br />

tamarindo, nance, quiebradientes,<br />

vaya los dulces <strong>de</strong> a cora <strong>de</strong> a cora”…<br />

andaba los dulces colgados <strong>de</strong> una<br />

manera muy ingeniosa, en una especie<br />

<strong>de</strong> percha hecha por él mismo – por lo<br />

visto - .<br />

La gente le compraba con gusto,<br />

escogían el producto y le cancelaban<br />

los 0.25 centavos <strong>de</strong> dólar que costaba<br />

cada unidad. Le compraban hasta tres<br />

bolsitas <strong>de</strong> diferentes dulces.<br />

¡Vaya! – Se dijo Brisa – mejor me voy<br />

a <strong>de</strong>dicar a ven<strong>de</strong>r dulces en los buses,<br />

no le va nada mal a este señor, pensó.<br />

¿Cuántos buses abordará al día y<br />

cuánto ven<strong>de</strong>rá?... Bueno, cada quien<br />

en la rebusca, <strong>de</strong> la manera que pueda.<br />

Así se gana la vida…<br />

El folleto aún seguía en sus manos.<br />

Ya llevaba la mitad y era una lectura<br />

<strong>de</strong> mucho interés para ella. Por suerte<br />

no olvidó bajar en la parada siguiente,<br />

en un centro comercial, en Metro<br />

Centro, don<strong>de</strong> <strong>de</strong>bía abordar el bus que<br />

la llevaría por unas cuadras más a la<br />

Universidad <strong>de</strong> El Salvador.<br />

En ese momento recordó cómo había<br />

conocido a su novio… Fue en un<br />

torneo <strong>de</strong>portivo, los dos participaban<br />

en el evento, pero <strong>de</strong> forma diferente.<br />

Ella estaba <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> las competidoras,<br />

pues amaba el volley ball, el cual<br />

practicaba <strong>de</strong>s<strong>de</strong> niña. Él asistía como<br />

simple espectador.<br />

En uno <strong>de</strong> los partidos, justo en las<br />

últimas rondas, cuando los puntos<br />

<strong>de</strong>cidían el empate o el gane <strong>de</strong>l<br />

juego. Ahí se encontraba Brisa en<br />

uno <strong>de</strong> los partidos más emocionantes<br />

cuando ¡zas! la pelota se dirigía a toda<br />

velocidad hacia el público y aterrizaba<br />

justo en el rostro <strong>de</strong> un joven que cayó<br />

<strong>de</strong> pronto tendido al suelo. Ella quedó<br />

congelada. Sentía cómo su cuerpo se<br />

erizaba <strong>de</strong> pies a cabeza y viceversa.<br />

Todo parecía estar en cámara<br />

lenta, como si el tiempo a la vez <strong>de</strong><br />

transcurrir, se <strong>de</strong>tuviese <strong>de</strong> repente…<br />

El partido continuó y el personal <strong>de</strong><br />

primeros auxilios fue directamente a<br />

encargarse <strong>de</strong>l joven que estaba tendido<br />

en las gra<strong>de</strong>rías. Ella hubiera querido<br />

estar ahí y, por lo menos, ver cómo<br />

auxiliaban al joven. También quería<br />

finalizar rápido el partido. Hizo varios<br />

puntos que al final les dio el gane. Al<br />

concluir el partido, lo primero que hizo<br />

fue acercarse al lugar don<strong>de</strong> estaba el<br />

muchacho, en las gra<strong>de</strong>rías, en el cual<br />

había caído “el pelotazo”. No logró<br />

verlo entre el público y se dirigió hacia<br />

don<strong>de</strong> se encontraba el personal <strong>de</strong><br />

primeros auxilios.<br />

Por fin halló al joven acostado<br />

esperando a una ambulancia. Su<br />

nariz se miraba como una enorme<br />

protuberancia sin forma. La tenía<br />

retorcida y el rostro irreconocible,<br />

hinchado. Lo único que ella podía<br />

hacer era darle una botella <strong>de</strong> agua y<br />

su número <strong>de</strong> celular, anotado en una<br />

página arrancada <strong>de</strong>l cua<strong>de</strong>rno. Como<br />

pudo, se comunicó con él. Le explicó<br />

que había sido ella quien le plantó el<br />

pelotazo. Obviamente, había sido<br />

un acci<strong>de</strong>nte, por lo cual lo sentía<br />

mucho por él y, por favor le insistió,<br />

se mantuviera en contacto para seguir<br />

<strong>de</strong> cerca su recuperación. Él también<br />

le había dado su número telefónico,<br />

con mucha paciencia, pues estaba muy<br />

adolorido <strong>de</strong> todo el rostro.<br />

Platicaron un rato. Él le dijo que no se<br />

apenara, que los acci<strong>de</strong>ntes sucedían y<br />

ya, no había más que hacer sino tratar<br />

<strong>de</strong> enmendarlos, si eso fuera posible y<br />

le prometió que sí estarían en contacto<br />

para que ella estuviera tranquila.<br />

“Parece que fue ayer” -—pensó<br />

Brisa— “el tiempo pasa rápido”…<br />

Ya se bajaba en la parada <strong>de</strong> ANDA,<br />

en la U. ¡Y ah!, había olvidado<br />

avisarle a su novio que se cercaba <strong>de</strong> la<br />

Universidad…<br />

Lo primero que hizo fue marcarle a<br />

Ranfis, para saber dón<strong>de</strong> exactamente<br />

se encontraba, y vio que le había<br />

mandado un mensajito <strong>de</strong> texto…<br />

“Amor, estoy aquí don<strong>de</strong> siempre, con<br />

las pupusas y tu chocolate caliente”…<br />

“¡Ahh que bello!” —se dijo— “habrá<br />

calculado por don<strong>de</strong> venía y menos<br />

mal que ya compró las pupusas; <strong>de</strong>bo<br />

ir a imprimir un documento. Luego <strong>de</strong><br />

eso”.<br />

En ese momento recordó que una<br />

madrugada había recibido un correo<br />

electrónico <strong>de</strong> su gran amor, quien<br />

pronto regresaría al país. Había<br />

estudiado una maestría en el extranjero<br />

y venía a quedarse, <strong>de</strong>finitivamente,<br />

en busca <strong>de</strong> ella, pese a que su amor<br />

estaba prohibido.<br />

Habían hecho el intento <strong>de</strong> olvidarse<br />

mutuamente, pero las cosas no son<br />

así <strong>de</strong> sencillas. Dejaron <strong>de</strong> hablarse<br />

por muchísimo tiempo y con mucho<br />

amor mutuo, pero en ese momento era<br />

mejor así. Dejar todos esos momentos<br />

compartidos; era el tiempo <strong>de</strong> estudiar<br />

y hacer otras cuestiones. La separación<br />

era irreversible, al menos en ese<br />

instante.<br />

“Su sueño se lo había advertido. Le<br />

dio muchas señales que ella no quiso<br />

o no supo revelar… Su gran amor<br />

estaba aquí para ella, y prometió que<br />

le daría tiempo <strong>de</strong> pensar y rehacer sus<br />

cosas, sus relaciones, su vida. Estaba<br />

consternada pues ya tenía algún tiempo<br />

8 TreSmiL Sábado <strong>11</strong> / noviembre / <strong>2017</strong><br />

con Ranfis. Pero el amor y el cariño no<br />

son la misma cosa” —pensó— “es una<br />

<strong>de</strong>cisión distinta”.<br />

Recordaba ese gran amor, esa<br />

grandísima amistad que existía, la cual<br />

aún conservaba. Los momentos vividos<br />

eran parte inalienable <strong>de</strong> su vida y la<br />

llamaban <strong>de</strong> nuevo. “La felicidad<br />

me llama <strong>de</strong> nuevo” —reflexionó—<br />

“ahora <strong>de</strong>bo enten<strong>de</strong>r y <strong>de</strong>scubrir qué<br />

hacer con mi vida”…<br />

Por un momento, mientras leía<br />

el correo electrónico, hacia la<br />

madrugada, no supo qué contestar. Se<br />

quedó helada, se petrificó, se alegró<br />

y, al mismo tiempo, se entusiasmó.<br />

Tenía muchas emociones encontradas,<br />

tantas la invadían que no sabía cuál la<br />

gobernaba.<br />

Se fue a tomar un baño, <strong>de</strong>jó el correo<br />

abierto, casi se mete con todo y la<br />

pijama… se dio una ducha larga; sentía<br />

que el agua la relajaba mucho y así<br />

pasó largo rato.<br />

Luego <strong>de</strong> ducharse, se dirigió<br />

directamente a la computadora y<br />

contestó el correo. No encontraba las<br />

palabras <strong>de</strong>l inicio. Escribía, escribía<br />

y escribía, pero siempre terminaba<br />

borrado todo. Por fin, respondió y le<br />

alegró que la comunicación se había<br />

reanudado, pues el amor siempre se<br />

hallaba presente en ambas partes.<br />

Le entusiasmaba muchísimo el<br />

reencuentro.<br />

Le dio enviar a la compu… En ese<br />

momento, casi en automático recibía<br />

respuesta. Se impresionó y emocionó<br />

<strong>de</strong> nuevo. Por el instante parecía que la<br />

comunicación vía correo electrónico,<br />

era lo que se necesitaba, así sin más.<br />

Después <strong>de</strong> algunos correos, se<br />

dieron los números telefónicos, pero<br />

quedaron en establecer una relación<br />

tranquila y comunicarse en tiempos<br />

pausados. Las condiciones <strong>de</strong> su<br />

encuentro parecían muy drásticas,<br />

tan rápidas que necesitaban ver cómo<br />

reorganizar la vida. Cómo lidiar en<br />

situaciones adversas. Las cosas se<br />

teñían <strong>de</strong> diferentes matices y no<br />

podían tomarse a la ligera, ni todo era<br />

lo que aparentaba…<br />

Entonces llegó al lugar acordado con<br />

Ranfis, quien la saludó con mucha<br />

alegría. Le contó lo importante que<br />

era ella en su vida y lo feliz que estaba<br />

con ella. Ella se sintió sorprendida y<br />

apenada al mismo tiempo, no encontró<br />

las palabras ni sabía que <strong>de</strong>cirle.<br />

“¡Bueno es hora <strong>de</strong> comer!”, le dijo ella<br />

emocionada, cuando le sonó el celular,<br />

pero ella no lo escuchó… volvió a<br />

sonar. Ella se sorprendió y casi se echó<br />

el chocolate caliente encima.<br />

B: ¿Hola?<br />

C: ¡Holaaa!. ¿Por qué no llegaste a<br />

natación?<br />

B: Ahhh, amiga, lo siento; lo olvidé<br />

por completo<br />

C. Así veo… estuvo chivísima la<br />

clase; hicimos muchas combinaciones;<br />

a ver cuándo te las enseño.<br />

B: Sí, si amiga, ahorita estoy<br />

terminando un trabajo para el curso <strong>de</strong><br />

francés; te llamo luego sí.<br />

C. Perfecto, no hay problema. Salú.<br />

B: Salú<br />

No sabía qué hacer. Por el momento<br />

estaba con Ranfis ahí, pero ella quería<br />

estar con alguien más. Las cosas no<br />

eran sencillas. Se sentía incomoda y<br />

rara a la vez. Era algo nuevo. Mientras<br />

tanto hablaban <strong>de</strong>l trabajo <strong>de</strong> francés.<br />

Tenía que apren<strong>de</strong>r una canción y<br />

cantarla frente a sus compañeros,<br />

dramatizarla y luego hacer una<br />

entrevista o foro, en el que todos<br />

<strong>de</strong>bían preguntarse entre sí, como si<br />

ellos fueran celebrida<strong>de</strong>s reales.<br />

Era un asunto loco. ¿A quién le importa<br />

ser una celebridad? —dice Brisa.<br />

Pues a mí no –le respon<strong>de</strong> Ranfis.<br />

Ni a mí –dice Brisa— y rieron.<br />

Mientras tanto había que memorizarse<br />

esa canción y hacer el respectivo<br />

“drama”. Era una canción <strong>de</strong> amor<br />

—lógicamente— pero ya la sentía un<br />

poco rara, medio incómoda.<br />

En algún momento tenía que hacerse<br />

algo al respecto, y ella pensaba en esa<br />

posibilidad. No sabía en qué instante<br />

suce<strong>de</strong>ría o si en realidad ocurriría.<br />

Era solamente una posibilidad, aunque<br />

muy probable que así resultara.<br />

El día transcurrió muy rápido y Ranfis<br />

tuvo que irse temprano. Planeaba darle<br />

una sorpresa a Brisa el fin <strong>de</strong> semana.<br />

Le había reservado una cena en un<br />

restaurante cercano a su casa. No era<br />

algo complicado, sino un lugar sencillo<br />

y muy acogedor.<br />

Entretanto Brisa había estado toda la<br />

tar<strong>de</strong> enfocada en el asunto. ¿Cómo<br />

actuar y cuándo? Había hecho un<br />

recuento <strong>de</strong> experiencias vividas, <strong>de</strong><br />

opciones a tomar y ya estaba <strong>de</strong>cidida.<br />

Quería estar con su gran amor, por<br />

fin, aun si esto representara el rechazo<br />

<strong>de</strong> todo el mundo. Porque el amor<br />

era amor y quién lo sentía era quién<br />

<strong>de</strong>cidía.<br />

Había pensado terminar con Ranfis<br />

justo antes <strong>de</strong>l fin <strong>de</strong> semana. Si había<br />

algo que hacer <strong>de</strong>bía realizarlo ya —<br />

pensó— no quería darle largas al<br />

asunto. “He tomado mi <strong>de</strong>cisión, pase<br />

lo que pase”.<br />

Entonces <strong>de</strong>cidió enviar un correo<br />

electrónico a su gran amor, el cual<br />

<strong>de</strong>cía así:<br />

“Hola…<br />

Ya no le <strong>de</strong>mos más largas al asunto.<br />

Quiero que estemos juntas.<br />

Quiero verte

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