REVISTA CONSCIENCIA NO 31

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Pues bien ¿desde dónde se puede pensar? Es cierto que el
prefijo post indica un después de… de tal modo que se podría
ver desde cuatro vertientes de la siguiente manera:
Desaparecer
Fin de la
modernidad
Regresar
La posmodernidad esquematizada de esa manera, deja atrás
la idea de una sucesión de acontecimientos, transformándose
en un análisis crítico de nuestra realidad actual y de
los fenómenos que en ella se suscitan; es decir, si se toma
el desaparecer queda la idea de inauguración; si se regresa,
estamos iniciando nuevamente; cuando reinterpretamos se
analiza y si avanzamos es que damos paso a la continuidad.
Es importante realizar este ejercicio de reflexión porque da
la posibilidad de tener un guion, cuya trama aún queda por
descubrir y en la cual todos somos actores sobre el escenario
de una realidad que está pasando.
Reinterpretar
Vamos dando nombre a lo que está pasando
Ahora, de acuerdo con Lipovetsky, vivimos en la era del
vacío, porque de esa transición de la modernidad a la posmodernidad
no se observa que hayamos dejado lo primero
para alcanzar lo segundo, es decir, persiste la dificultad de
identificarse con uno de los ángulos del esquema y por ello
nos encontramos en un proceso de personalización que va a
destacar algunos valores y a reducir otros.
Posmodernidad
Avanzar
Imagen 1. ¿Cómo plantear la posmodernidad?
Si bien, a título del ensayo está inmersa la palabra “amor”,
haré una escala sobre lo que se dice de los valores, para dar
una panorámica del porqué he unido las palabras amor e hi-
perconsumo, ya que actualmente cuando se habla de valores
es el “amor,” uno de los que enarbola esa lista axiológica.
Actualmente se dice que ya no hay valores, sin embargo el
campo axiológico no se encuentra carente de… sino, al contrario,
es el marco axiológico lo que se ha modificado, entonces
podemos afirmar que sí los hay pero están sujetos a una
lectura: del individuo que se condensa en los siguientes puntos,
como se explica en el libro La era del vacío de Lipovetsky,
que puede resumirse de la siguiente manera:
1. Sí a las elecciones privadas.
En este punto se ha dejado atrás a las grandes aspiraciones
colectivas para dar paso a las elecciones individuales,
aquellas que como individuo puedo controlar,
expandir y manejar.
2. No a la austeridad.
Si el beneficio de las acciones soy yo como individuo,
entonces no me quiero ver austero, sin límites, pretendo
abarcar lo más posible los beneficios como individuo
a través de mis elecciones.
3. Sí a la comprensión.
Cuando lo importante es el individuo por encima de
la colectividad, los procesos de comprensión se hacen
más grandes, debido a que el individuo no demanda
la idea de entender (a la colectividad) sino el de entiendan-me.
4. No a la represión.
Si el individuo es el único territorio de control, no se
reprime. Basta con que no se meta con los demás.
5. Sí a los deseos.
Se vale poner el deseo del individuo por encima de
todo.
Revista ConSciencia de la Escuela de Psicología
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