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Contralínea 457

Contralínea, Periodismo de investigación, reportajes, crónica, ensayo, análisis, opinión, investigación de corrupción, rendición de cuentas, seguridad nacional, sociedad de capitales, línea global, cultura, contragolpe, contraluz, ocho columnas, análisis petrolero, análisis energético, análisis económico, análisis cultural, análisis ambiental, análisis educativo, análisis internacional, análisis social, análisis arqueológico, delincuencia organizada, delitos de cuello blanco, crímenes contra la sociedad, tráfico de personas, contrabando de especies en peligro de extinción, despojos de territorio a comuneros y campesinos, conflictos armados, delitos sexuales, abusos de autoridad

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ANÁLISIS<br />

ECONÓMICO<br />

de la Reserva Federal sólo son un ingrediente más<br />

de un coctel explosivo, aunque nada despreciable.<br />

En el contexto de la arquitectura financiera<br />

del nuevo (des)orden internacional, definido por<br />

la desregulación financiera interna, la apertura<br />

externa de los mercados bursátiles, de dinero y<br />

de divisas nacionales y su integración mundial,<br />

los efectos contractivos de la política monetaria<br />

de la Reserva Federal, como el de otros acontecimientos<br />

–por ejemplo la crisis griega o el<br />

declinante crecimiento chino–, se amplifican,<br />

provocan sobrerreacciones. Se proyectan violentamente<br />

hacia el resto del mundo, a través<br />

de los reflujos enloquecidos de los capitales que<br />

desestabilizan y derrumban bolsas, mercados de<br />

dinero y de materias primas, y paridades cambiarias,<br />

y cuyas secuelas terminan por transmitirse,<br />

tarde o temprano, en forma recesiva, hacia<br />

el sector real de la economía.<br />

La “estrategia de salida” hacia la “normalidad<br />

monetaria” se inició en enero de 2014, cuando la<br />

Reserva Federal anunció la reducción y el próximo<br />

término de la compra masiva de bonos, proceso<br />

que concluyó en noviembre de ese año. Así<br />

cerraba el ciclo de inyección de liquidez instrumentado<br />

a partir de 2008 a raíz del estallido de la<br />

crisis financiera y la depresión estadunidense, con<br />

los primeros apoyos concedidos a varios intermediarios,<br />

y seguido por las tres fases de la flexibilización<br />

cuantitativa (quantitative easing) y la Operación<br />

Twist, es decir, compra de bonos de lago plazo y<br />

venta de bonos de corto plazo (Federal Reserve’s exit<br />

strategy, 10 d febrero de 2010, www.federalreserve.gov/<br />

newsevents/testimony/bernanke20100210a.htm).<br />

La compra de papeles indigestó las hojas contables<br />

de la Reserva Federal. Entre enero de 2005 y<br />

octubre de 2008 su valor pasó de 750 mil millones<br />

de dólares a alrededor de 950 mil millones de dólares.<br />

En marzo de 2015 sumaron casi 4.5 billones<br />

de dólares. En números redondos, la compra de títulos<br />

abultó el balance en 4 billones de dólares. De<br />

esa cantidad, se estima que unos 2.5 billones de<br />

dólares son activos tóxicos hipotecarios, es decir,<br />

carecen de valor. Son basura. En algún momento<br />

ese organismo decidirá qué hará con la inflación<br />

de sus estados contables y cómo los regresará a su<br />

nivel conocido antes del colapso financiero.<br />

En junio de 2013, la economista Linda Yueh,<br />

de la Universidad de Oxford, del Reino Unido,<br />

estimó que “desde la crisis, los bancos centrales<br />

han inyectado 12 billones de dólares, equivalentes<br />

a una sexta parte del producto interno bruto del<br />

mundo”. Parte de ese dinero se filtró de Estados<br />

Unidos, la Unión Europea, la eurozona y Japón<br />

hacia las economías “emergentes”.<br />

Cuando los bancos centrales de los países industrializados<br />

abandonen las políticas monetarias<br />

expansivas, en armonía con Estados Unidos, y<br />

empiecen a drenar los recursos inyectados, la sequía<br />

global adquirirá el carácter de conmoción.<br />

Pero la política monetaria aún es asimétrica.<br />

A Estados Unidos sólo le falta una medida<br />

para concluir con un experimento excepcional<br />

para una crisis única, la peor del capitalismo desde<br />

la gran depresión de 1930: aumentar la tasa<br />

de interés de referencia de su rango de cero por<br />

ciento y 0.25 por ciento. En octubre de 2008, ella<br />

cayó por abajo del punto porcentual y en negativa<br />

en términos reales. En julio de 2007 había sido de<br />

5.26 por ciento. En el primer bimestre de 2014,<br />

promedió en su nivel nominal histórico más bajo<br />

(0.07 por ciento). Desde ese momento empezó a<br />

elevarse, casi imperceptiblemente, para mediar<br />

0.14 por ciento en agosto y septiembre de 2015.<br />

Una vez que se decrete el alza la meta de la<br />

Reserva Federal será la “tasa de neutralidad”: al-<br />

46 5 de octubre de 2015

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