You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
pero el mensaje no llegó a manos<br />
<strong>de</strong> Belgrano, ya que había<br />
partido a hacerse cargo <strong>de</strong>l<br />
Ejército <strong>de</strong>l Norte para organizar<br />
las retirada general. Belgrano<br />
instaló su cuartel general en<br />
Jujuy para reorganizar el ejército<br />
y por segunda vez enarboló la<br />
ban<strong>de</strong>ra. También por segunda<br />
vez el gobierno lo <strong>de</strong>sautorizó.<br />
Sus últimos años<br />
Los últimos años <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong><br />
Belgrano fueron muy amargos.<br />
Primero, porque se vio envuelto<br />
en las luchas civiles: así, en<br />
1817, dirigió el ejército que reprimió<br />
la rebelión <strong>de</strong> las tropas<br />
santiagueñas al mando <strong>de</strong>l coronel<br />
Juan Francisco Borges.<br />
En 1819, Belgrano fue llamado<br />
para enfrentar, como en 1816, la<br />
rebelión santafesina, esta vez dirigida<br />
por Estanislao López.<br />
El otro motivo <strong>de</strong> su amargura<br />
fue su <strong>de</strong>licado estado <strong>de</strong> salud,<br />
que había empeorado rápidamente.<br />
>> Fragmento <strong>de</strong> una reproducción<br />
<strong>de</strong>l cuadro <strong>de</strong>l artista francés Francois<br />
Casimir Carbonnier, para quien Belgrano<br />
posó en el año 1815, en Londres, cuando<br />
se encontraba allí en una misión<br />
diplomática.<br />
La última actuación<br />
pública<br />
En 1819, Belgrano era el jefe <strong>de</strong>l<br />
Ejército <strong>de</strong>l Norte, que se encontraba<br />
en ese momento acampando<br />
en Tucumán. Desatada la<br />
rebelión en Santa Fe, Pueyrredón<br />
le or<strong>de</strong>nó que avanzara sobre<br />
la provincia <strong>de</strong>l Litoral. Y así<br />
lo hizo.<br />
La vanguardia <strong>de</strong> las tropas estaba<br />
a cargo <strong>de</strong> Juan José Viamonte,<br />
quien fue vencido por las<br />
fuerzas fe<strong>de</strong>rales <strong>de</strong> Estanislao<br />
López. Derrotado su ejército, Belgrano<br />
comprendió que el Litoral<br />
no era un hueso fácil <strong>de</strong> roer. Entonces,<br />
para evitar más <strong>de</strong>rramamientos<br />
<strong>de</strong> sangre, firmó el armisticio<br />
<strong>de</strong> San Lorenzo, por el<br />
que las tropas <strong>de</strong>l Directorio se<br />
retiraban a Córdoba.<br />
La salud <strong>de</strong> Belgrano empeoró<br />
durante su permanencia en<br />
Córdoba, por lo que renunció a su<br />
cargo en agosto <strong>de</strong> 1819.<br />
A<strong>de</strong>más, estaba tan pobre que tuvo<br />
que solicitar un préstamo para<br />
po<strong>de</strong>r volver a Buenos Aires.<br />
>> Los investigadores afirman que<br />
Belgrano no <strong>de</strong>struyó las ban<strong>de</strong>ras<br />
<strong>de</strong>saprobadas por el Triunvirato, y que<br />
fueron escondidas por el cura Aranívar.<br />
Las costumbres<br />
<strong>de</strong> Don Manuel<br />
Bartolomé Mitre, en su libro <strong>Historia</strong><br />
<strong>de</strong> Belgrano y <strong>de</strong> la In<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia<br />
argentina, nos relata:<br />
“Belgrano era <strong>de</strong> una contextura<br />
<strong>de</strong>licada (...) Estaba dotado, sin<br />
embargo, <strong>de</strong> una gran actividad<br />
corporal (...) Se le acompañaba con<br />
dificultad cuando caminaba a pie,<br />
pues su andar era tan rápido que casi<br />
alcanzaba la medida <strong>de</strong>l paso<br />
gimnástico <strong>de</strong> los soldados. Sus<br />
maneras eran sumamente cultas, sin<br />
afectación; sus gestos y a<strong>de</strong>manes muy<br />
medidos, aun cuando reprendía<br />
a sus subalternos; su conversación<br />
era amena y seria, y a veces algo<br />
pintoresca. (...) Sus hábitos eran<br />
morigerados, siendo muy parco en la<br />
mesa, sencillo en el vestir (...) leía<br />
y escribía mucho, dando apenas tres<br />
o cuatro horas al sueño (...) Durante<br />
los años XVII al XIX en que permaneció<br />
acantonado en el ejército en Tucumán,<br />
vivió constantemente en el<br />
campamento <strong>de</strong> La Ciuda<strong>de</strong>la (...)<br />
Su alojamiento lo componían cinco<br />
habitaciones con techo <strong>de</strong> paja (...)<br />
ro<strong>de</strong>adas <strong>de</strong> un pequeño jardín<br />
y <strong>de</strong> una huerta, como lo estaban<br />
las cuadras <strong>de</strong> la tropa, a la que<br />
obligaba a cultivar la tierra para<br />
sustentarse, a fin <strong>de</strong> no gravar el<br />
erario. Los muebles eran sencillísimos.<br />
(...) recorría los cuarteles patrullaba la<br />
ciudad y los suburbios y era inexorable<br />
cuando <strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l toque <strong>de</strong> silencio<br />
encontraba a un individuo <strong>de</strong>l ejército<br />
fuera <strong>de</strong> su puesto”.<br />
En<strong>de</strong>udado y casi solo<br />
A su retorno, Belgrano se instaló<br />
primero en San Isidro y, en abril<br />
<strong>de</strong> 1820, se trasladó a Buenos<br />
Aires.<br />
El gobernador <strong>de</strong> la provincia,<br />
Manuel <strong>de</strong> Sarratea le entregó<br />
una pequeña suma <strong>de</strong> dinero<br />
con la que pudo pagar una parte<br />
<strong>de</strong> sus <strong>de</strong>udas. El creador <strong>de</strong> la<br />
ban<strong>de</strong>ra falleció a las siete <strong>de</strong> la<br />
mañana <strong>de</strong>l 20 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong><br />
1820, acompañado por muy pocas<br />
personas.<br />
35