SALA BAÑO Nº 197 FEBRERO

TENDENCIAS
Baño de vivienda unifamiliar proyectada por Pilar Gimeno en Lloret de Mar. Fotografía: Óscar Gutiérrez.
Al igual que ocurre con cualquier diseño, se debe tener en cuenta
que, en un espacio determinado, un color debe tener un papel
dominante mientras que el otro lo acentúa. Se puede elegir una
sombra para las paredes, mientras que la tonalidad base de la que
se parte se usa en textiles, muebles y accesorios. Los colores brillantes
se acercan aparentemente al observador mientras que los
más oscuros se alejan.
Para evitar que los baños tengan un contraste exagerado, hay una
forma de atenuar las cosas. Solo se necesita agregar tonos neutros
adicionales. Este truco les da a los ojos un lugar para descansar y al
mismo tiempo proporciona un fondo silencioso para que los colores
contrastantes salten.
La expresión de monotonía se resuelve con mucho éxito mediante
el cambio de tonos hacia claros y oscuros, tanto en la superficie de
las paredes como en los muebles y accesorios. Tal cambio crea un
contraste, al mismo tiempo no hay riesgo de romper la armonía, ya
que los tonos cercanos coinciden entre sí.
Jugar con las texturas
No se puede negar la importancia de la textura en una pieza como
la sala de baño donde, muy habitualmente, nuestra piel está en
contacto con las superficies. En el lenguaje del diseño de interiores,
la textura se refiere a la forma en que percibimos los elementos de
diseño. Por ejemplo, imaginemos cuán diferente se siente al pasar
la mano sobre una pared de azulejos o sobre un mueble de madera.
Poner dos texturas contrastadas agrega peso visual al espacio, lo
que significa que los componentes de su diseño serán capaces de
atraer la atención con mayor facilidad. Esto funciona mejor cuando
dos texturas diferentes, ásperas y suaves, se usan muy cerca la una
de la otra.
Baño Diesel Open Workshop de Scavolini perteneciente a la colección Diesel Living.
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