Psicología Se termina la escuela, ¿y después, qué? Se terminan las vacaciones de invierno y empieza la etapa final del último año del secundario. Cargada de actividades, mucha vorágine y emociones, entre las que se entremezclan viaje de egresados, fiestas y los últimos exámenes, se suma la ansiedad de que se está terminando nada más y nada menos que “la escuela”. No más uniforme, los compañeros de tantos años (a veces desde jardín) tomarán cada cual su rumbo en la vida. Entonces empieza a resonar la pregunta: ¿Y después de la escuela, qué? Algunos pocos jóvenes tienen claro qué estudiarán, pero muchos otros no. Quizás sienten que nada les gusta, o que les gusta todo. A lo mejor piensan que quieren trabajar y estudiar, sólo trabajar o estudiar, que lo importante es ganar dinero aunque no les guste lo que hagan, o por el contrario, que lo importante es trabajar en algo que les guste. Es importante tener en cuenta que la elección del futuro ocupacional implica la combinación de distintas variables en la vida de una persona. Por un lado, se ponen en juego cuestiones íntimas: lo que más disfruta hacer, lo que le resulta más fácil, lo que le cuesta más; y por el otro, cuestiones externas: las diferentes profesiones y trabajos que existen, y las posibilidades que ofrecen. Por todo esto, la finalización de la escuela constituye un momento de crisis, de cambio en la vida y por qué no, de duelo, porque se deja para siempre ese lugar tan familiar de casi toda una vida, que es la escuela. Pero además de todo eso, ¡también hay que elegir qué hacer después! Elegir siempre implica dejar algo de lado, lo cual genera incertidumbre y angustia. El temor a equivocarse o arrepentirse en algunos casos causa tanta ansiedad y dudas, que paraliza a la hora de decidir, conduciendo muchas veces a optar por el tranquilizador “año sabático”, quizá a la espera de las musas inspiradoras que develen mágicamente qué hacer el próximo año. Y sí..., con esto se gana algo tiempo: un año más de vida adolescente o de postergación al ingreso al mundo adulto. La Orientación Vocacional ofrece a la persona que consulta, un espacio para convertirse en protagonista de su futuro ocupacional, ayudándola a conectarse consigo misma, conocerse, interpelarse y tomar conciencia de sus intereses y habilidades, proponiendo diferentes herramientas que permiten aprender a elegir. La Orientación Vocacional se centra en el reconocimiento de las potencialidades de las personas y el respeto de sus singularidades, lo que permite construir un proyecto de vida a la medida de cada consultante, basado en un mayor conocimiento de sí y de la realidad exterior. Se acerca el fin de la escuela. Para quienes aún no saben qué hacer después, la Orientación Vocacional es un recurso valioso, que ayuda a despejar dudas y temores ante el futuro, porque aunque a veces se nos presente como un gran signo de pregunta, el deseo es propio del ser humano y siempre está ahí, en alguna parte de nosotros. Lic. Erica D’Elía Psicóloga MN 66489 / MP 98691 16 <strong>Las</strong> <strong>Hojas</strong>
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