04.08.2019 Views

La masa literaria-Primer número-Agosto 2019

La masa literaria Primer número Agosto 2019 Edición especial: locura

La masa literaria
Primer número
Agosto 2019
Edición especial: locura

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

cordialmente, tratándose de usted y se cedían el paso por<br />

orden de relevancia. Les llegue a ver con sombrero, bastón<br />

y un elegante monóculo. Hacía mucho tiempo que había<br />

perdido el control sobre ellos, pero ahora era yo la que los<br />

estructuraba. Eran despachados a un ritmo vertiginoso,<br />

vertiginoso pero claro y tintados de una lucidez aplastante<br />

que me ayudaban a conformarme como persona. Antes<br />

solían quedarse un tiempo vagando por el córtex<br />

prefrontal consumiéndome paulatinamente hasta dejarme<br />

exhausta.<br />

En aquel suelo me derrumbe y empece a estar en<br />

concordancia con la locura. Esa aceptación me aportó el<br />

empujón para reconstruirme acorde con mi esencia. Hasta<br />

aquel día yo me consideraba una persona bastante cabal<br />

pero mis andamios frágiles e incipientes empezaron a<br />

tambalearse, y entonces comencé a rozar la locura con la<br />

punta de los dedos. Deje de caminar con marcha militar<br />

para comenzar a bailar. Dejarme fluir entre mis escombros.<br />

Prestar más atención al interior y acallar voces externas es<br />

el gran baladí de la humanidad.<br />

Amo mi locura porque me hace vibrar fuera de lo<br />

estipulado.<br />

Es mi alarma y mi alerta cuando comienzo a<br />

mimetizarme con el otro.<br />

Es mi gran maestra cuando me azota en su conato de<br />

hacerme despertar de la utopía comunitaria que me limita<br />

y ata a una irrealidad que construimos donde la ignorancia<br />

y el falso equilibro nos aporta una burda y vacua<br />

estabilidad.<br />

Opino que una locura bien digerida, saca lo mejor de<br />

uno mismo, nos trae consigo sus “para qué” aplacando los<br />

“por qué” que tanto nos hacen zozobrar en el tiempo<br />

entrando en bucles sin respuestas y que son tan<br />

característicos de la racionalidad. <strong>La</strong> persecución insaciable<br />

de una resolución impaciente ante una pregunta mal<br />

formulada nos arrastra estrepitosamente a la desgarradora<br />

frustración.<br />

Abrazar tu locura hace que te reafirmes en tu persona y<br />

aunque cueste hacerse un hueco en el sociedad, no<br />

encubrirla hace que en este camino al que denominamos<br />

vida, encuentres a personas extraordinarias que te arropen<br />

tal cual eres. Seres que casualmente, como tú, aman su<br />

locura y te aman a ti por lo que eres y no por esa<br />

inamovible y preconcebida expectativa común sobre lo<br />

que deberíamos ser; personas aparentemente cuerdas por<br />

fuera y consumidas en el interior por su propia locura<br />

reprimida que finalmente se transforma en una<br />

enajenación voluptuosa de mentes fragmentadas sin una<br />

idea completa, íntegra y plena del “yo”.<br />

¿Cuántas personas se consideran cuerdas dentro de su<br />

fragmentad egolatría?<br />

74<br />

Dos instantes del rock y la locura<br />

Luis Alfonso Martínez Montaño<br />

México<br />

<strong>La</strong> música de rock está indisolublemente ligada a la locura.<br />

Creencia que extendió su velo a mis épocas de niñez y de<br />

juventud y que los adultos se encargaban de reforzar a través<br />

de una frase hecha que a la menor oportunidad se decía para<br />

zanjar cualquier asunto que abordara lo relacionado al género:<br />

“el rock es música de locos”.<br />

Palabras que constituían un verdadero muro contra el<br />

que resistí en mi niñez, durante los convulsos ochenta. Época<br />

donde coexistí con una presencia que creía infinita: la música<br />

cursi de diferentes baladistas (en español) que escuchaban<br />

mis padres, la cual jamás tuvo un nicho en mis gustos, pues yo<br />

simpatizaba con el rock “en mi idioma” y en inglés.<br />

En especial, descubrí que el rock lejos de ser una música<br />

digna de un desquiciado, convivía con la poesía misma a través<br />

de inteligentes propuestas letrísticas. Precisamente, a mitad<br />

de la década señalada, con la posmodernidad en pleno<br />

ascenso, se publicó el disco Cuando la pobreza entra por la<br />

puerta, el amor salta por la ventana (1985), de El último de la<br />

fila; grupo barcelonés emblemático liderado por el cantante<br />

Manolo García y el guitarrista Quimi Portet.<br />

Álbum del que destaco el tema “El loco de la calle”. Pieza<br />

cuyos acordes iniciales los domina un bajo frenético y la<br />

presencia de una guitara acústica regala ritmos que coquetean<br />

con la música flamenca y son un buen complemento para una<br />

excelsa interpretación. Ésta nos empuja a prestar oídos a la<br />

estrofa inicial plena de dramatismo:<br />

“Pierdo mis defensas en los recodos de la angustia.<br />

Busco una mirada, cada momento, en todas partes.<br />

Mi vida no es de nadie, ni yo le pido a nadie nunca<br />

que haga algo que yo mismo tampoco haría sin dudarlo”.<br />

Ese ser desesperado posee una casa que peligra por la<br />

falta de la amante: “si tú te vas, mi casa voy a quemar. / Y ella<br />

está tan sola que huye del centro de la calle”. <strong>La</strong><br />

personificación permite advertir que el lugar es entrañable,<br />

pero que es necesario salir del mismo para hallar lo perdido: el<br />

amor: “Y al final, sólo envidia y ambición; / y yo sé que sin<br />

buscar no encontraré”. Dicha necesidad de búsqueda se<br />

enfatiza por la afirmación del estribillo que en realidad es una<br />

orden que no admite oposición alguna: “Paso al loco de la<br />

calle. / Paso al ansia de vivir”. El agonista, Unamuno dixit,<br />

rivaliza con la soledad dentro de la casa. Más adelante en la<br />

pieza se nota que él considera al amor algo vital, pues expresa<br />

a la mujer ausente: “te espero en los caminos y te confundo a<br />

todas horas. / Mientras estoy perdido los niños me han dicho<br />

que lloras”.<br />

<strong>La</strong> morada no tiene razón de existir sino se comparte con<br />

el otro ser que lo complementa. Él sabe que su búsqueda es<br />

infructuosa, no obstante, al final de la pieza reitera, sin dudar,<br />

la orden y remata: “Paso al loco de la casa. / Paso al ansia de<br />

vivir”.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!