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Internacional

Vida, muerte y aritmética

Los principios matemáticos pueden ayudar

a prevenir los brotes de sarampión y otras

enfermedades.

POR KIT YATES • @Kit_Yates_Maths

LA VACUNA contra el sarampión

es increíblemente efectiva, pero los

brotes y casos que se presentan aún son

abundantes. Samoa, país de Oceanía, experimenta

actualmente un brote en el que

se han contagiado miles de personas, y en

2019, Estados Unidos tuvo el mayor número

de casos registrados desde 1992.

¿Qué podemos hacer al respecto? En

este extracto de su nuevo libro, The Math

of Life & Death: 7 Mathematical Principles

that Shape Our Lives (Las matemáticas de la

vida y la muerte: siete principios matemáticos

que dan forma a nuestra vida), el biólogo

matemático Kit Yates explica cómo todos

tenemos una función que desempeñar en el

contexto general de la salud pública.

Aumentar el índice de vacunación permite

que las vacunas eviten el surgimiento

de enfermedades mortales. Es decir, al

comprender los principios matemáticos que

están detrás de la prevención de las enfermedades,

el público puede protegerse a sí

mismo contra ellas.

***

En ocasiones, las matemáticas realmente

son un asunto de vida o muerte, particularmente

en relación con los brotes de

enfermedades mortales y las estrategias

para controlarlos. Además de ayudarnos a

comprender las características poco usuales

de distintos panoramas de enfermedades,

los modelos matemáticos de las epidemias

nos permiten dar un vistazo al futuro de la

progresión de las enfermedades y tomar

medidas preventivas proactivas, en lugar

de emprender siempre acciones reactivas

simplemente para no quedarnos atrás.

La epidemiología matemática nos ayuda

a responder varias desconcertantes preguntas

que rodean a las enfermedades infantiles

como las paperas o la rubéola.

La idea de que una amplia población

de individuos inmunes pueda desacelerar,

e incluso detener, la propagación de una

enfermedad, como en los periodos de latencia

entre distintos brotes de una enfermedad

infantil, es un concepto matemático

que se conoce como inmunidad colectiva.

Sorprendentemente, este efecto colectivo

no exige que todos los individuos sean

inmunes a la enfermedad para que toda la

población esté protegida.

Al disminuir a menos de 1 el número

efectivo de reproducción, es decir, el

número promedio de casos secundarios

producidos por un caso típico, la cadena

de transmisión puede romperse y es posible

detener el avance de la enfermedad.

De manera crucial, la inmunidad colectiva

significa que los miembros del grupo que

tengan un sistema inmune demasiado débil

para soportar la vacunación, entre ellos,

los ancianos, los recién nacidos, las mujeres

embarazadas y las personas con VIH, también

pueden beneficiarse de la protección

de la vacunación.

En 1977, vacunar a solo 80 por ciento

de la población susceptible contra la viruela

fue suficiente para alcanzar uno de los

mayores logros de nuestra especie: eliminar

una enfermedad humana de la faz de la Tierra.

Esta hazaña nunca ha vuelto a repetirse.

Las implicaciones de debilidad y peligro

de la infección de viruela también convirtieron

esta enfermedad en un buen objetivo

para su erradicación. Su bajo umbral de inmunización,

es decir, la proporción mínima

de la población que se debe inmunizar para

que la infección desaparezca, también la

convirtió en un blanco relativamente fácil.

Existen muchas enfermedades de las

que es más difícil protegerse debido a que

se propagan más fácilmente. En el caso de la

varicela, sería necesario que 90 por ciento

de la población fuera inmune antes de que

el resto estuviera efectivamente protegido

y la enfermedad desapareciera. El sarampión,

que es, con mucho, la enfermedad

más infecciosa de humano a humano en

la tierra, requeriría que entre 92 y 95 por

ciento de la población estuviera vacunada.

En un estudio en el que se creó un modelo

de la propagación de un brote de sarampión

en Disneylandia en 2015 se indica que los

índices de vacunación entre las personas

expuestas a la enfermedad pudieron haber

sido de apenas 50 por ciento, muy por

debajo del umbral requerido para lograr la

inmunidad colectiva.

EL SR. VACUNA TRIPLE VIRAL

Dado el sorprendente éxito de la vacuna

contra la viruela para erradicar esta enfermedad,

que solía ser mortal, ¿por qué algunos

índices de vacunación contra otras

enfermedades mortales están actualmente

a la baja? Una de las causas de esta peligrosa

tendencia se relaciona con la campaña

antivacunación, que tiene su origen en un

estudio, actualmente desmentido, en el

que se relaciona la vacuna triple viral con

el autismo.

Por ejemplo, en 1996, el Reino Unido,

cuyo índice de vacunación contra el sarampión

(mediante la inyección combinada contra

el sarampión, paperas y rubéola [vacuna

triple viral]) logró una marca histórica de

91.8 por ciento, cercana al umbral crítico de

inmunización para eliminar el sarampión.

Luego, en 1998 ocurrió algo que descarrilaría

el proceso de vacunación durante años.

NEWSWEEK MÉXICO 30 FEBRERO, 2020

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