MANUAL DEL ESTUDIANTE
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Sueños de jóvenes ciudadanos ¡Sembrando sueños cosechando ciudadanía!
Historia
Cuando hablé con Ixmukane’ entendí que no
tenía ganas de reflexionar sobre mi vida. Quizás
lo mismo ocurra con otros jóvenes, porque luego
escuché que les pasaba lo mismo a los
compañeros del proyecto. En el fondo es un
cierto miedo a crecer. Cuando lo dejamos todo
a nivel inconsciente podemos decir que la culpa
es del destino, de la familia, del país, del
gobierno, o sea, de todos menos de nosotros.
Buscar “culpables” para lo que no funciona en
nuestra vida es una forma de no asumir la
responsabilidad, que conlleva la libertad de
generar un proyecto de vida. Me pasaba eso.
No quería esa responsabilidad, quería solamente
el placer de estar imaginando mundos posibles,
de soñar posibilidades sin el compromiso de
realizarlas. La palabra compromiso era lo que
me estaba pesando, pero no estaba consciente
de eso. Hasta dónde he podido ir por el camino
de la fantasía, seguí contenta, pero al momento
de afrontar la responsabilidad por mi propia
vida me dio miedo y me bloquee.
Después de hablar con Ixmukane’ y de tener
aquella iluminación interna hice algunas
actividades conmigo misma. Ya aprendí que
una buena manera de resolver problemas es
preguntándome como haría para causarlos, así
que traté de pensar en cómo arruinar mi propia
vida y me aparecieron muchas soluciones
absurdas. Me divertí y a la vez, identifiqué una
forma de arruinar mi vida y es manteniéndome
como estaba antes; sin querer asumir la
responsabilidad de generar el proyecto de mi
vida.
Después, hice otra actividad, visión quest;
desperté antes que todos y salí a caminar por el
parque donde está situado el hotel.
Miré al horizonte en búsqueda de ampliar la
mirada lo más que pude. Y traté de ver cuál era
mi principal cuestionamiento, observé
situaciones extremas, de lo más grande a lo más
pequeño. Me imaginé millonaria, miserable,
bebecita, anciana, extraterrestre, en el país donde
nací, en un país desconocido. Seguí caminando
y me pregunté: ¿Cuál es mi reto? ¿Cuál es mi
cuento? Traté de ir despedazando mis respuestas
en varias partes, después volví a juntarlas en
un todo.
Me imaginé adulta con mi ONG de tecnología
y en ese momento recordé que Einstein se
imaginaba montando un rayo de luz, lo que le
llevó a enunciar su teoría de la relatividad.
Cuando volví, llamé a casa y pedí consejos a
mis papás que se quedaron impresionados con
el tipo de cuestionamientos que tenía. Me bañé
y fui a desayunar en aquel restaurante mexicano
tan bonito que hay en el IRTRA, estaban todos
desayunando frijoles, queso, plátanos fritos y
huevos revueltos con tomate. ¡Huuum! ¡Como
me gusta comer eso! Me serví y me senté al
lado de Ixmukane’, Carlos y Luis me miraban
admirados y en silencio. Pienso que esperaban
que dijera algo. Lo único que salió de mi boca
fue:
- Haré mi proyecto de vida pensándolo
cuidadosamente desde el inicio hasta el final.
Bueno… el final será de aquí a 10 años. Ya
descubrí que puedo imaginar, visualizar, soñar,
conectar con mi inconsciente, disfrutar de la
compañía de todos y eso es bonito. Pero ahora,
es el momento de ejercitar mi conciencia,
aprenderé a elaborar, proyectar y a pensar
estratégicamente. Mi nuevo reto es mi libertad
y mi autonomía. Decidí tener una voluntad
poderosa, además de la esperanza en el futuro.
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