MANUAL DEL ESTUDIANTE
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Capítulo No. 5 Del proyecto de vida al proyecto de nación
En el curso del tercer cuarto del siglo XX, la
universalización en las sociedades democráticas
más desarrolladas de los servicios públicos, la
general elevación de los niveles de vida y la
extensión de los derechos socioeconómicos -
incluidos los sindicales-, no sólo confieren un
nuevo sentido a la idea de ciudadanía sino que
la extiende a la gran mayoría de la población.
Hito decisivo pues, en la evolución del concepto
es el desarrollo de los estados de bienestar: la
práctica universalización de los derechos
socioeconómicos y el reconocimiento de su
decisiva importancia, conducen a la incorporación
de estos al concepto mismo de ciudadanía.
El padre intelectual de esta decisiva ampliación
es el sociólogo británico T. S. Marshall, que en
1950 definió la ciudadanía como el status que
corresponde a quienes son miembros plenos de
una comunidad. Para Marshall la ciudadanía
engloba tres familias de derechos: los civiles,
claves para el ejercicio de la libertad individual;
los políticos, necesarios para la plena
participación en los asuntos públicos; y los
socioeconómicos, que permiten disfrutar del nivel
de vida y la protección social. Se abre así camino
la noción de que para poder ejercer plenamente
los otros derechos es condición necesaria poseer
las condiciones materiales que los hagan posibles.
La ciudadanía corrige o limita el impacto de las
desigualdades inevitablemente generadas por el
sistema económico. Supone o asegura un cierto
grado de redistribución de los bienes materiales
y, por tanto, de igualdad.
La idea de ciudadanía se convierte así en un ideal
democrático e igualitario, en un desiderátum.
En suma, la historia de la expansión de la
ciudadanía corre paralela a la de la democracia.
Se extiende en dos sentidos: a) Abarcando cada
vez a mas individuos, superando barreras de sexo,
propiedad y origen, y rebajando las de edad; b)
ampliando la gama o dotación de derechos que
confiere. De ahí emana la moderna distinción
entre ‘ciudadanía sustantiva’ y ‘ciudadanía
formal’. En realidad, la historia contemporánea,
y buena parte de la anterior, podría reescribirse
desde el punto de vista de la ciudadanía, o, si se
prefiere, tomando como hilo conductor la
evolución del concepto de ciudadanía, siempe
ligada a la idea de libertad y a la dignidad que
ésta entraña. Pero el progreso práctico de la
ciudadanía no es lineal ni ininterrumpido. Su
evolución reciente y la misma actualidad de la
noción está fuertemente influida por el proceso
de conversión en un cierto número de sociedades
en multiculturales y pluriétnicas.
Fuente:
http://educalia.educared.net/edu2/externs/ciudadania/
cast/ciudadania.html
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¿POR QUÉ ES IMPORTANTE HACER UN PROYECTO DE NACIÓN?
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