MANUAL DEL ESTUDIANTE
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Sueños de jóvenes ciudadanos ¡Sembrando sueños cosechando ciudadanía!
Lo que es verdad para las partes, puede no serlo
para el todo. Pero eso no supone que tengamos que
invalidar las partes en función de un juicio sobre el
todo. El hecho de que el bizcocho no nos salga
bueno no le quita a los ingredientes sus buenas
cualidades: la harina continua siendo buena y los
huevos, la leche y el azúcar también. Es éste otro
equívoco común. Podemos cometer muchos errores
lógicos y éticos cuando tratamos indistintamente
partes y todo, individuos y colectividad.
Relacionar partes y todo es una habilidad
fundamental desde un punto de vista ciudadano
porque hay que tener en cuenta que aunque los
pensamientos y las acciones sean puntuales están
incluidos en contextos más amplios. Por ejemplo,
un acto que se puede ver normalmente en la calle
es que alguien tranquilamente tire papeles al suelo.
Si la persona que practica ese acto desarrolla su
capacidad de relacionar partes y todo acabará viendo
que su acto particular afecta al “todo” de la limpieza
de la ciudad. Y si avanza en su reflexión podrá
preguntarse en qué ciudad quiere vivir: ¿en una sucia
o en una limpia? Y podrá preguntarse qué tipo de
persona quiere ser: ¿alguien que ayuda a que la
ciudad sea un lugar agradable para vivir o lo
contrario? De esa forma se dará cuenta de que,
aunque como individuo sea un todo, sus acciones
en la colectividad son partes que componen el todo
colectivo.
Los dos términos no indican una división o una
dicotomía, sino una distinción. Por ejemplo, para
viajar utilizamos vehículos, mapas y otros tipos de
indicaciones. El destino final del viaje es nuestro
fin, los vehículos, los mapas y demás indicaciones
son los medios, pero el viaje es el conjunto. No se
puede pensar que el viaje es sólo el destino final o
los medios utilizados para llegar.
Desde el punto de vista ciudadano estamos ante una
habilidad de pensamiento muy importante. Es famosa
la frase: el fin justifica los medios. ¿Será que es una
frase que pueda utilizarse en cualquier circunstancia?
¿Cuántos errores, cuántos desastres ecológicos y
sociales fueron cometidos en nombre de esa frase?
¿Y cuántas guerras, incendios y deforestaciones?
¿Cuántas actitudes contra los derechos humanos en
su nombre? El equilibrio entre medios y fines es
uno de los problemas éticos más serios en la
actualidad. Y son muchos los que están de acuerdo
con la máxima del filósofo Kant que afirma que el
ser humano deber ser tratado siempre como un fin
y nunca como un medio.
¡AHORA QUE YA SABES QUE ESTAS
HABILIDADES ESTÁN EN TU MENTE BUSQUE
MANERAS DE DESARROLLARLAS EN SU
CADA DÍA CIUDADANO Y VERÁS COMO
TENDRÁS MUCHO MÁS CRITERIO!
8. Relacionar medios y fines
La palabra fin viene del latín finis y significa límite,
marco, objetivo que se pretende alcanzar. Los medios
son las formas, los actos intermedios utilizados para
conseguir alcanzar el fin. Dicho de otra forma: fines
son metas u objetivos, aspiraciones o deseos; medios
son métodos o maneras que usamos para conseguir
llegar a nuestros fines. Relacionar medios y fines
es una habilidad que implica otras habilidades, ya
que supone escoger los medios más adecuados a la
especificidad de cada fin. O sea, los medios son
siempre relativos al fin. Ahora bien, eso no significa
que los fines pueden justificar la utilización de
cualquier medio. Si queremos ser consistentes,
debemos aprender a valorar éticamente tanto los
medios como los fines. Y nuestro juicio se vuelve
más consistente cuando aprendemos que los fines
y los medios son nombre distintos de una misma
realidad.
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