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Edicion 29 de abril 2020

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Diario Co Latino

Opinión

Miércoles

29 de abril de 2020 11

Sociología y otros Demonios (1001)

Presidente:

Director General:

Director Ejecutivo:

Jefa de Información:

Coordinadora de Prensa:

Coordinador de Fotografía:

René Martínez Pineda

Sociólogo, UES

Y

en el irreparable recuento del olvido

de la soledad y la soledad del ol-

en el encierro obligatorio, recuerdo

los nombres propios que le dan un

rostro humano a los poblados que

se recuestan en la territorialidad de la

nostalgia que no reconoce fronteras.

San Salvador como una golosa cascada

de gente que cuenta los días en los puntos

de Buenos Aires que tiritan de frío y me niegan

Ataco aromática como un gran puerto limpio y

consumismo desigual que un diminuto virus

nocidio neocolonialista para hundirlo con mo-

Buenos Aires y su deliciosamente amargo mate

que nos inunda de fe en los pasillos de los tea-

bostezando de hastío entre los bancos fétidos,

la Bella Nápoles hermosamente paciente espe-

que alguien la abra de nuevo para que las tazas

de café con malagueñas sean la imbatible excu-

mosa bañada con la esencia adictiva que brota

Publicación de la Sociedad Cooperativa de Empleados de Diario

Co Latino de R. L.

23 Avenida Sur No. 225 San Salvador

www.diariocolatino.com, facebook.com/diariocolatinoderl

@DiarioColatino

Nelson López

Francisco Elías Valencia

Antonio Valencia Fajardo

Gabriela Castellón Fajardo

Patricia Meza

Guillermo Martínez

Teléfonos: 2222-1009, 2271-0671, 2271,0971 Fax: 2271-0822

128 AÑOS INFORMÁNDOTE CON CREDIBILIDAD

Delgado como cómplices girasoles de la cer-

cual torpedos, incontables esquirlas

de espuma.

Abril agoniza y la querencia está

en cuidados intensivos porque ha sufrido

una trombosis profunda de hambre y desempleo

y no se tiene a la mano una vacuna

tiempo perdido. En estos días ha sido difícil

zas públicas atiborradas de palomas famélicas

niza de la pérdida de las rutinas, cada tarde escribo

un cuento amarillo con palabras grises y

el salvoconducto que me permita salir a bailar

a la calle, aunque haya quedado desinfectada

con la primera lluvia del año y quizá por eso

el recuerdo del primer placer solitario que tuve

cuando iniciaba la pubertad frente a la puer-

música es una razón para no volverse loco y

para no suicidarse.

Cuando salgamos de la cuarentena recordaremos

el gozo mañanero y tangible de los

bandera patria será una sonrisa sin derecho a

será repartida en el fuego de los pobres que no

izquierdo que hace cien años levanté para lu-

en los estudiantes que no quieren ser excluidos

por no poseer tecnología y será un golpe unánime

en el clamor de piedra donde se refugia la

ilusión del utopista. A pesar del calor agobiante

hace frío sin los otros que hacen de la enculturación

una linda estrategia de sobrevivencia.

Si el inventado virus logra en mi cuerpo lo que

no logró la dictadura militar, seguramente dirán,

con las intenciones de quienes consuelan

tes cuentos heroicos a pesar de que lloré a los

muertos necesarios. Esta noche de nuevo llue-

y cumplidor el día de pago. Nunca, como hoy,

grises y despobladas.

tas vuelven a la memoria para que la ciudad en

pectro llevando hasta su casa a la novia y, sin temor

alguno, se quitan la mascarilla para darse un

beso tan profundo como el olor del aserrín de

dos con los labios de la nostalgia salen en busca

de las almohadas rotas para alumbrar los sue-

dos con balas de barro se cuentan los chismes

del día para no sentir el cansancio que se prende

de las pupilas del nixtamalero.

en sus casas como mueca del severo crepúsculo

de las pizarras, y el horizonte será un incen-

fuego que de verdad estará en llamas. En el largo

recuento de las esquinas sin sospechosos, los

ebrios consuetudinarios -como monumentos de

papel periódico inmunes a todos los virus- beben

a escondidas el penúltimo trago de alcohol

gel. En tan solo un mes y medio, al país se le

metió la terca idea de crecer unos centímetros

para alcanzar los libros de historia que están en

nacional mientras imita los patéticos y horribles

tics de las personas mayores. Ya después del encierro

la ciudad recobrará su entrañable locura y

en sus aceras los transeúntes se morderán la lengua

para no caer en la tentación de abrazar al de

de los otros. Después de tantos años y de tantísimos

encierros –como cuarentenas o como exilios-

he llegado a comprender que los miércoles

nes amo para inventar una sola sombra. A pesar

de estar hechos de palabras, no necesitan pala-

bre albedrío de sus delirios!

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